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Nowomowa escribió: ↑25 Oct 2024 23:43
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Asimov escribió: ↑25 Oct 2024 23:09
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Nowomowa escribió: ↑25 Oct 2024 21:07
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Asimov escribió: ↑25 Oct 2024 20:35
Veo que sigues con la comprensión lectora en plena forma.
Te pido pruebas y me dices que ya las hay por ahí pero yo no les hago caso, te respondo con un comentario sarcástico y ahora es mi culpa que me falta comprensión lectora... no hombre no, lo que falta aquí son tus pruebas, que me tienen intrigado porque cuando las busqué para probar lo contrario descubrí que el asunto es tan reciente que apenas hay información, pero sí noté que cuanto más cercanas en el tiempo son las encuestas, más aumenta la aprobación entre los directivos y más cae entre los trabajadores
Falso. De hecho, las empresas cada vez ofrecen menos el teletrabajo, mientras que la satisfacción con el mismo por parte de los trabajadores no ha descendido. Y eso es así tanto aquí como en EE UU, donde grandes empresas han dado marcha atrás al teletrabajo y se han enfrentado al enfado o incluso a la rebelión de sus empleados.
Sobre lo de la satisfacción, pues como que tenemos tu palabra y eso.
No, como ya te he dicho tenemos multitud de encuestas y estudios, por ejemplo:
https://www.xataka.com/empresas-y-econo ... cirlo-2024
También me baso en mi experiencia personal. No, no te equivoques, no estoy diciendo que me guste teletrabajar y que por eso defiendo el teletrabajo, como has insinuado. El único que odia el teletrabajo por su propia experiencia personal, como tú mismo has reconocido, y que hace extensivos sus gustos a la generalidad de los trabajadores por sus huevos morenos, eres tú. Incluso aunque ello suponga contradecir de lleno tus ideas sobre la supuesta necesidad (tan imperiosa que bien vale llevar a la humanidad a la pobreza generalizada) de reducir como sea las emisiones de CO2 para frenar el cambio climático.
No, mi experiencia personal tiene que ver más bien con el hecho de que durante la pandemia y hasta hace poco he ejercido un puesto de responsabilidad en una de las mayores empresas de telemarketing a nivel internacional. Pues bien, la exigencia de los trabajadores de la empresa (varios miles sólo en España) por mantener y consolidar el teletrabajo en ella fue siempre un clamor, algo que los jefes sabíamos de sobra porque periódicamente se tanteaba la opinión de los trabajadores de distintas maneras (encuestas directas, consultas a través de los coordinadores, etc.). Tanto es así que, cuando la empresa decidió que el teletrabajo se acabó (a raíz del fin de las medidas anti-COVID y de la promulgación de la ley del teletrabajo de Yolanda), nos encontramos con un problema serio. Para empezar, los mejores teleoperadores (los que generaban más pasta) se marcharon sin más. Para continuar, muchos otros teleoperadores comenzaron a demandar el teletrabajo por la vía judicial, y varias sentencias les dieron la razón por razones de conciliación familiar y otras. Eso por no hablar de manifiestos colectivos firmados por los propios trabajadores y otro tipo de iniciativas, que por supuesto jamás fueron respaldadas por los sindicatos ni por el comité de empresa, quienes jamás hicieron nada a favor de mantener el teletrabajo (pero sí por boicotearlo).
La situación llegó a tal punto de conflicto que la empresa se vio obligada a aprobar un sistema híbrido con teletrabajo al 75%, que fue suficiente para contentar a los trabajadores y al mismo tiempo mantener el mínimo de presencialidad que exigía la empresa. Sin embargo a día de hoy la dirección de la empresa continúa intentando acabar con el teletrabajo, mientras que los trabajadores siguen afirmando que están tan contentos con él: ganan más dinero (han dejado de gastarse los cientos de euros que antes se gastaban en transporte, ropa, cafés, etc.), y disponen de mucho más tiempo para sí mismos (ya no invierten una hora en ir al trabajo y otra en volver).
Evidentemente no todo es jauja, y siempre ha habido una minoría de trabajadores que se han encontrado en una situación parecida a la tuya por distintas razones: necesidad constante de socialización, panoramas familiares o domiciliarios complicados, problemas técnicos en sus viviendas, etc. De hecho algunos de ellos nunca llegaron a teletrabajar porque no quisieron, y otros estaban deseando volver a la oficina de nuevo. Pero se trata de una absoluta minoría, que oscilará en torno al 10% en toda la empresa. Eso no quiere decir que haya que ignorarla, ni mucho menos, al contrario: la regulación del teletrabajo debe adaptarse también a esa realidad, de tal manera que la empresa debe estar obligada a mantener la presencialidad al 100% para aquellos empleados que la deseen... del mismo modo que debe mantener el teletrabajo para quienes lo reclamen.
Lo que es absurdo es plantearse acabar con el teletrabajo o inventarse cosas como esos "centros de teletrabajo" que sólo existen en tu imaginación. Porque el teletrabajo forma parte del progreso de la tecnología y del mundo del trabajo, y luchar contra su implantación es tan estúpido como la idea de intentar frenar el desarrollo de la IA. Si un trabajo que antes sólo se podía hacer de forma presencial ahora resulta que se puede hacer en remoto, es imposible evitar que el teletrabajo termine implantándose por mucho que en ocasiones (como ahora) el proceso de implantación pueda sufrir retrocesos. El progreso siempre es imparable, y por eso tu posición al respecto evidencia, una vez más, tu ideología profundamente reaccionaria.