Aquí unas opiniones sobre el teletrabajo
https://rumboalterno.net/2022/09/aporta ... -marxismo/
Selecciono lo que me parece más relevante
Sin embargo, el teletrabajo es un arma poderosísima en manos de los empresarios para incrementar la explotación; es decir, para extraer plusvalía por encima del nivel medio, respecto del método de trabajo tradicional en la oficina. Podemos identificar los aspectos más regresivos del teletrabajo:
1.- La autoexplotación. Dado que desaparece la medida objetiva del proceso de trabajo medido por el tiempo (6 horas, 8 horas, etc.) es fácil imponer el trabajo a destajo (trabajo por objetivos de producción en una jornada laboral) y que siempre hemos rechazado como cuestión de principios. Estamos a favor de la medida del salario por el tiempo de trabajo necesario y con una intensidad media. El trabajo a destajo obliga al trabajador a una mayor intensidad de trabajo o a extender la jornada laboral normal para cumplir los objetivos marcados para cada jornada. Esto acerca el teletrabajo al viejo trabajo a domicilio estudiado por Marx en El Capital, y que antes mencionamos.
2.- Empeoramiento en las condiciones de trabajo. Tal sería la no disposición de equipos adecuados en casa garantizados (sillas ergonómicas, calidad de la conexión a internet), o el ahorro de dichos equipos por la empresa de manera que el trabajador se ve obligado a utilizar y desgastar sus propios equipos conseguidos con su salario; es decir, se detrae del salario el gasto (desgaste) de los equipos que debería asumir la empresa. Esto es una bajada en términos reales del salario del trabajador y un incremento de la extracción de plusvalía.
Se podría argüir que la ley actual recién aprobada protege al trabajador por los casos a) y b) pero esa es la teoría, y en todo caso sólo podría garantizarse, en principio, en las grandes empresas con fuertes secciones sindicales, no en las demás. En general, al enfrentarse el trabajador aisladamente desde su casa ante la empresa, para hacerle reclamaciones constantes en los incumplimientos que hubiera, aquél queda más desguarnecido. Sería una fuente permanente de disputas y de desgaste emocional para el trabajador.
3.- La “voluntariedad” del teletrabajo –como obliga, en principio, la ley– también está en entredicho. Hay formas sutiles de imponer al trabajador el teletrabajo quiera éste o no; aunque la ley diga que debe ser voluntario.
4.- El teletrabajo, llegado a un punto de extensión, inevitablemente conduce a rebajas salariales y a la eliminación de algunas de las prestaciones sociales de la empresa. Esta es una conclusión lógica en aplicación de la Ley del Valor-Trabajo de Marx. Ya se han dado casos o propuestas de rebajas del sueldo en casos donde el salario antiguo incluía plus de desplazamiento al centro de trabajo o ayudas de comedor, por ejemplo en Google,[1] y otras. Al no necesitar desplazarse ni comer en las instalaciones de la empresa, necesariamente el capital tratará de adecuar el salario a las nuevas condiciones, eliminando los plus que considera supérfluos. Como explica la ley del valor-trabajo de Marx, si el consumo de medios de vida del trabajador disminuye para realizar su labor, eso inevitablemente se reflejará en una disminución del salario real, pues éste no es más que la suma de medios de vida necesarios para mantener al trabajador vivo y en las condiciones requeridas para realizar su tarea. Sabemos que muchos trabajadores ahorran en gastos de desplazamiento y comida para sacar un rendimiento extra con los pluses de la empresa (compartiendo coche, llevando el bocadillo de casa, etc.). Ahora está empezando a extenderse el caso de la disminución o desaparición de dichos pluses y, con ello, el salario extra que antes percibía el trabajador.
5.- Debemos tener en cuenta que el teletrabajo no surge espontáneamente como una demanda desde abajo, sino que es impulsado por el empresario con el único fin de ahorrar costes: salarios, alquiler de oficinas, servicio de seguridad, etc. En sí mismo, el teletrabajo no representa una mayor productividad del trabajo que se hace, salvo en lo que ahorro de costes supone para el empresario y en el incremento de la explotación de la mano de obra que puede llevar aparejado, como antes explicamos.
6.- ¿Y qué hay de un accidente laboral en casa, sin equipo médico de atención inmediata?
7.- Sobre todo, el teletrabajo tiene los peores efectos en la mujer trabajadora, quien sufrirá un doble turno (trabajo asalariado y trabajo doméstico) sin solución de continuidad, agravado por simultanear el trabajo con las llamadas tareas del hogar, sin desconectar uno del otro, encerrada 24 horas en las paredes del hogar, incrementando la ansiedad y el cansancio físico y psíquico.
8.- Un aspecto principal de los efectos negativos del teletrabajo es que separa al trabajador del centro de producción y de sus compañeros; atomiza a la clase, ayuda a diluir su conciencia de clase. Rompe el vínculo laboral y afectivo del trabajador con su centro de trabajo, diluye y amortigua el conflicto de clase obrero-patrón. La noción comunista de la propiedad colectiva de la empresa queda mermada en la conciencia del trabajador al quedar separado físicamente del centro colectivo de producción.
9.- Es cierto que, inicialmente, el teletrabajo tuvo un apoyo mayoritario en todas las capas. Aparecía como una novedad, rompía con la rutina asfixiante de largas jornadas y tiempos de desplazamiento prolongados al lugar de trabajo, tenía lugar en un entorno familiar agradable, etc. Solo a través de la experiencia se hizo claro para muchos trabajadores, y sobre todo para las mujeres afectadas, la esclavitud y agotamiento psíquico que empezaba a representar este nuevo modo de trabajo. Sobre todo, el aislamiento y la pérdida de contacto físico y social con sus compañeros de trabajo, una necesidad que expresa la necesidad intrínseca del ser humano de interactuar físicamente con sus semejantes.
10.- Incluso algunas empresas empezaron a notar un menor rendimiento, el cansancio de reuniones telemáticas, y la falta de lo que Marx llamaba la emulación y el estímulo de energías animales en el trabajo, a través del trabajo cooperativo. Y lo que estamos viendo es una marcha atrás paulatina en el teletrabajo, aunque evidentemente este sistema quedará establecido para una capa mayor de trabajadores que en el pasado prepandémico. Una parte de las empresas lo seguirá utilizando para reducir costes y hay muchos trabajadores, y particularmente trabajadoras, que no tienen más remedio que aceptar esas nuevas condiciones de trabajo.