Solo es Política

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daktari escribió: ↑29 Oct 2024 20:54

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:30

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daktari escribió: ↑29 Oct 2024 20:27

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 17:47

No he dicho que sea lo que digas tu, es lo que predica el feminismo en España desde hace años.

Claro, claro, claro...tú eres más partidario de aquél "feminismo" dócil, sufrido y lastimero imperante en vuestra añorada España...Una, Grande y Libre de hace 65 años...

"Economía doméstica para bachillerato y magisterio", "Sección Femenina” de la Falange Española y de las JONS (1958).

"Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo; especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero. Prepárate, retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello; hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.

Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a ella; después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa. Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.

Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.

Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.

Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo por la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo exterior con talante positivo.

Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche. En lo que respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte..."

En el siguiente enlace te explica lo mismo pero de forma más amena, con dibujitos y músiquita de fondo

https://www.youtube.com/watch?v=8HIUNKOkRAw

Ya empiezas con tus mentiras poniendo en boca de otros cosas que no han dicho en ningun momento. Felicidades, eres un gran mentiroso. Estas aprendiendo muy bien de tu maestro en mentir Pedro Sanchez.

Yo no he mentido en ningún momento, ni he puesto en boca de nadie nada en absoluto, tan solo he aportado un artículo y un enlace, cuyos contenidos estoy absolutamente convencido que compartes, te gustan y/o añoras.

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:53

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 20:49

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:43

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 20:37

Toda la violencia sufrida por las mujeres no es debido al machismo, a mi me pegan un tirón de bolso o me roban el monedero y a ti te roban la cartera o se te llevan la mochila, y si oponemos resistencia probablemente ambos nos llevemos alguna guantá, igualdad en estado puro.

La violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo sí es debido al machismo y al sistema patriarcal que lo sustenta ¿Qué esto se esta reduciendo? Sin duda, a cambio de sangre, sudor y lágrimas, como todo lo que las mujeres hemos ido consiguiendo socialmente y que, lamentablemente, algunos hombres piensan que se lo hemos ido robando.

Cuando matan a una mujer por parte de un hombre dicen desde el principio que es un crimen machista y no se investiga mas por si hubiera otra causa distinta. O si no hay muerte sino que es una agresión pues 3/4 de lo mismo. Y el feminismo igual diciendo que es machismo y bla bla bla. Hacen leyes que discriminan mas a los hombres, y esas muertes y agresiones en vez de disminuir pues aumentan. Y el feminismo y el gobierno se pregunta porque no baja. Y su respuesta es que hay que lavar el cerebro mas en los colegios para hacerlo. De manera que los hombres no tengamos libertad de opinion salvo que digamos y opinemos lo que el feminismo considera como adecuado.

No se paran a pensar y valorar lo que hacen en otros lugares como australia o..... que han hecho cosas y medidas muy distintas.

O que el mismo delito tenga una catalogación distinta segun si el autor es un hombre o una mujer.

Y todo esto os parece bien. Y luego decis que buscais la igualdad entre hombres y mujeres cuando es una mentira.

Acabo de leerte en otro hilo como recriminabas a Daktari que pusiera en tu boca cosas que tú no has dicho, sin embargo esa es una práctica muy habitual en ti, fíjate en tu último parrafo. Igual ha llegado el momento de sentarte en el rincón de pensar y practicar la autocrítica.

Todo esto que digo lo dicen mas gente. Como por ejemplo la mujer de esos videos que he puesto. Y ella tiene datos y pruebas que lo demuestran. Pero claro como el feminismo es la ideologia dominante a dia de hoy en España pues no se les puede contrariar porque te ponen de machista(seas hombre o mujer) o de cosas mucho peores

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:56

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daktari escribió: ↑29 Oct 2024 20:54

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:30

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daktari escribió: ↑29 Oct 2024 20:27

Claro, claro, claro...tú eres más partidario de aquél "feminismo" dócil, sufrido y lastimero imperante en vuestra añorada España...Una, Grande y Libre de hace 65 años...

"Economía doméstica para bachillerato y magisterio", "Sección Femenina” de la Falange Española y de las JONS (1958).

"Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo; especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero. Prepárate, retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello; hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.

Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a ella; después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa. Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.

Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.

Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.

Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo por la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo exterior con talante positivo.

Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche. En lo que respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte..."

En el siguiente enlace te explica lo mismo pero de forma más amena, con dibujitos y músiquita de fondo

https://www.youtube.com/watch?v=8HIUNKOkRAw

Ya empiezas con tus mentiras poniendo en boca de otros cosas que no han dicho en ningun momento. Felicidades, eres un gran mentiroso. Estas aprendiendo muy bien de tu maestro en mentir Pedro Sanchez.

Yo no he mentido en ningún momento, ni he puesto en boca de nadie nada en absoluto, tan solo he aportado un artículo y un enlace, cuyos contenidos estoy absolutamente convencido que compartes, te gustan y/o añoras.

Pero si es lo unico que sabes hacer, eso y expulsar odio. En esto ultimo eres un experto. Eres un defensor de odiar a la gente que no opine como tu.

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:01

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:53

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 20:49

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:43

Cuando matan a una mujer por parte de un hombre dicen desde el principio que es un crimen machista y no se investiga mas por si hubiera otra causa distinta. O si no hay muerte sino que es una agresión pues 3/4 de lo mismo. Y el feminismo igual diciendo que es machismo y bla bla bla. Hacen leyes que discriminan mas a los hombres, y esas muertes y agresiones en vez de disminuir pues aumentan. Y el feminismo y el gobierno se pregunta porque no baja. Y su respuesta es que hay que lavar el cerebro mas en los colegios para hacerlo. De manera que los hombres no tengamos libertad de opinion salvo que digamos y opinemos lo que el feminismo considera como adecuado.

No se paran a pensar y valorar lo que hacen en otros lugares como australia o..... que han hecho cosas y medidas muy distintas.

O que el mismo delito tenga una catalogación distinta segun si el autor es un hombre o una mujer.

Y todo esto os parece bien. Y luego decis que buscais la igualdad entre hombres y mujeres cuando es una mentira.

Acabo de leerte en otro hilo como recriminabas a Daktari que pusiera en tu boca cosas que tú no has dicho, sin embargo esa es una práctica muy habitual en ti, fíjate en tu último parrafo. Igual ha llegado el momento de sentarte en el rincón de pensar y practicar la autocrítica.

Todo esto que digo lo dicen mas gente. Como por ejemplo la mujer de esos videos que he puesto. Y ella tiene datos y pruebas que lo demuestran. Pero claro como el feminismo es la ideologia dominante a dia de hoy en España pues no se les puede contrariar porque te ponen de machista(seas hombre o mujer) o de cosas mucho peores

Esa es otra práctica habitual tuya en el debate, argumentar generalizando y por lo que dicen otras personas, como si eso le diera mayor valor a una opinión. Lo dicho, autocritica.

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:06 https://www.articulo14.es/politica/el-j ... 41029.html

Se admite la denuncia contra Errejón

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 21:07

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:01

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:53

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 20:49

Acabo de leerte en otro hilo como recriminabas a Daktari que pusiera en tu boca cosas que tú no has dicho, sin embargo esa es una práctica muy habitual en ti, fíjate en tu último parrafo. Igual ha llegado el momento de sentarte en el rincón de pensar y practicar la autocrítica.

Todo esto que digo lo dicen mas gente. Como por ejemplo la mujer de esos videos que he puesto. Y ella tiene datos y pruebas que lo demuestran. Pero claro como el feminismo es la ideologia dominante a dia de hoy en España pues no se les puede contrariar porque te ponen de machista(seas hombre o mujer) o de cosas mucho peores

Esa es otra práctica habitual tuya en el debate, argumentar generalizando y por lo que dicen otras personas, como si eso le diera mayor valor a una opinión. Lo dicho, autocritica.

Dices autocritica cuando vosotras no lo teneis respecto al feminismo

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 23:18

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 21:07

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:01

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 20:53

Todo esto que digo lo dicen mas gente. Como por ejemplo la mujer de esos videos que he puesto. Y ella tiene datos y pruebas que lo demuestran. Pero claro como el feminismo es la ideologia dominante a dia de hoy en España pues no se les puede contrariar porque te ponen de machista(seas hombre o mujer) o de cosas mucho peores

Esa es otra práctica habitual tuya en el debate, argumentar generalizando y por lo que dicen otras personas, como si eso le diera mayor valor a una opinión. Lo dicho, autocritica.

Dices autocritica cuando vosotras no lo teneis respecto al feminismo

Si tú no tienes ni idea de lo que yo hablo del feminismo ni mis criticas al mismo, aquí no mucho la verdad porque no aprendo nada ¿Ya estás incurriendo en tu primer error, poner en boca de otras lo que tú piensas?

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 23:23

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 23:18

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Roronoa Zoro escribió: ↑29 Oct 2024 21:07

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:01

Esa es otra práctica habitual tuya en el debate, argumentar generalizando y por lo que dicen otras personas, como si eso le diera mayor valor a una opinión. Lo dicho, autocritica.

Dices autocritica cuando vosotras no lo teneis respecto al feminismo

Si tú no tienes ni idea de lo que yo hablo del feminismo ni mis criticas al mismo, aquí no mucho la verdad porque no aprendo nada ¿Ya estás incurriendo en tu primer error, poner en boca de otras lo que tú piensas?

En realidad me refiero a todo el colectivo feminista (no a ti en concreto). No hay autocritica alguna en el feminismo. Y no soy el unico que lo dice. Hay muchas mujeres que lo dicen (porque como la opinion de los hombres al respecto os importa una mierda, pues igual teneis en cuenta la opinion de otras mujeres aunque no sean feministas, aunque lo dudo).

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:06 https://www.articulo14.es/politica/el-j ... 41029.html

Se admite la denuncia contra Errejón

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No sé cuánta pasta se ha levantado Cristina Fallarás con su versión sensacionalista e inquisitorial del feminismo, ni me importa. No sé cuánto beneficio ha extraído de su cercanía pelota a figuras como Irene Montero o Pablo Iglesias, de sus intervenciones -a veces caricaturescas- en actos de campaña. Tampoco sé si el libro cuya publicación anuncia justo cuando un anónimo de su Instagram revienta a Errejón forma parte del cálculo. Los libros tampoco venden mucho, en cualquier caso. Y no creo que Fallarás lo haga todo por la pasta. Quizás por intento de permanecer en un lugar de influencia. Quizás por traumas personales suyos. Quizás por ego. Lo que me sorprendería es que haga las cosas por las mujeres, por los demás, pero nadie sabe. Vete a saber. Pero me interesa, de Fallarás, cómo en los últimos tiempos usa el amedrentamiento, la hipérbole y el sentimentalismo para llenar ese espacio, entre la política y el salseo, desde el que se cimienta una versión falsa de las relaciones entre hombres y mujeres. Un choque en la dialéctica del bien y del mal, de efectos devastadores para unos y otras. Me interesa también su relación con medios de comunicación sensacionalistas. Y sobre todo, esa elevación del cotilleo anónimo a un espacio de credibilidad dogmática y acrítica. Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema “yo sí te creo” tiene de peligroso. Porque una cosa es apoyar a las víctimas y otra montar un circo, y hacer de maestra de ceremonias, bajo la premisa de que las mujeres no tienen la facultad de mentir, ni acceso posible a la maldad, axioma que las convierte al mismo tiempo en ángeles e infrahumanas. La Fallarás que veo en la tele y leo en Público desde hace unos años no se parece a la que frecuenté. La conocí cuando yo era un bisoño sin un duro y ella había salido del medio digital que montó Arcadi Espada. Entonces creó una web, “Sigueleyendo”, que era un cruce entre librería de segunda mano, revista literaria y minieditorial de ebooks. Ella me invitó a participar y yo estuve algunos meses trabajando gratis. Fallarás me decía, y no le faltaba razón, que uno tiene que hacerse un nombre y luego, cuando empieza a generar dinero, esforzarse por permanecer. Para mí, Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema "yo sí te creo" tiene de equivocado y aterrador Me dio entonces muy buenos consejos. En Sigueleyendo publicaron, además de mis articulitos de principiante, el ebook de mi novela Siberia. La editorial que la sacó en papel cerró al poco tiempo pero el ebook que publicó Cristina sigue hoy a la venta en Amazon por 6,96 euros, más de una década después. No he visto un duro, y tampoco sé si lo recibe ella. No será gran cosa, así que esto también me da igual. Cuento lo del libro porque el tema de aquella novela era la violación. Se supone que Cristina Fallarás la leyó y le gustó, si la puso en su catálogo. No debió hacerle mucha marca, sin embargo, porque la escribí en 2008 y esto prueba que los hombres normales nunca hemos necesitado sermones que nos expliquen el consentimiento, y mucho menos cursillos, como la directiva de Sumar.

En aquella época viví junto a Fallarás escenas sórdidas y memorables, divertidas. La clase de escenas que a uno le vuelven transigente con los defectos ajenos porque todos hacemos el idiota con varias copas de más y alguna otra sustancia. Fallarás se tomaba un par de vinos y era muy divertido oírla despotricar de todo el mundo, que es lo que hace la gente de la cultura cuando se junta. Luego le perdí el contacto y me reí menos cuando empecé a tener éxito y me dijeron que ella me tildaba de fascista y que tuvo su influencia en que no me invitaran a ciertos saraos. Que Fallarás me boicoteó es algo que me ha llegado por testimonios. Testimonios son lo que vende Fallarás ahora. Los de su influencia contra mí, podrían ser ciertos o falsos. La verdad es que todo eso me lo contaron mujeres. ¿Seguimos manteniendo que las mujeres no inventan, Cristina? El otro día, gracias a este ambiente enfermizo de paranoia sexual brotado de su Instagram, una chica en Twitter intentó destruir a Antonio Maestre aireando unas conversaciones privadas en las que el periodista ligaba inocentemente con ella. Maestre ha hecho muy bien denunciando esta infamia, y a los que se hicieron eco para dañarlo. Bien, Cristina: ya sería casualidad que esa mujer sea la única con intenciones deshonestas a la hora de contar sus experiencias. ¿Habéis oído hablar a Elisa Mouliaá, la que denunció a Errejón en la policía cuando vio el ruido en las redes? El País ha tenido que sacar un artículo con expertas diciendo de nuevo que no hay una víctima promedio. De verdad: ¿la habéis oído? ¿La habéis oído decir "es verdad que paró, paró", "osea, es que he sido un ensayo"? ¿Queremos que este sea el estándar? ¿Ahí está la línea? ¿Con este pedazo de chismorreo nos basta para hundir a alguien?

Pese a la realidad, Fallarás ha tomado una decisión disparatada. Dice que el cotilleo es la verdad, y que la intimidad no existe porque es un terreno político, y que las historias de hombres y mujeres no tienen dos versiones, sino una sola, y que ahí no puede haber falsedad ni adorno o distorsión por la memoria falible o el resentimiento. Con esto ha convertido el chisme en un arma, y la empuña con fiereza. Se dice estos días que su labor en Instagram es positiva. Es mentira. En el mejor de los casos, su perfil de Instagram sirve como desahogo a mujeres que han sufrido violencia sexual. No es poca cosa, pero cuando Fallarás anima a las mujeres a denunciar por ahí, en ese “espacio seguro”, y afirma que en comisaría y el juzgado no creen a las víctimas, está haciendo a las víctimas más daño que beneficio. Es absolutamente falso que su Instagram sea el sitio adecuado. José María Olmo le preguntó en Telecinco: si cualquiera puede abrir un perfil falso y mandar testimonios inventados, ¿cómo sabemos que su Instagram no está lleno de fraudes? Ella respondió que nadie se abriría un perfil falso para contar que su jefe o su padre la violó. Esto es absurdo: por esa regla de tres, en internet no habría mentiras, menos todavía difundidas por anónimos, y tampoco sabríamos quiénes son María Sevilla o Juana Rivas. Pero es que además, de una forma retorcida, también le estaba diciendo a Olmo algo que atenta contra el periodismo más elemental. Le estaba diciendo que ella no tiene por qué verificar nada, que la verdad fluye, pero no lo hace la mentira. “Yo sí las creo”, remató. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los habrá distorsionados y falsos Bien. Es cosa suya creer lo que dice cualquier caja de texto enviada por una persona anónima. Es perfectamente libre de hacer un libro con eso. Y está bien que la gente tenga un cauce para desahogarse. Pero nadie puede exigir al resto que de ahí se haga un diagnóstico sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, ni que todo sea creíble. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los hay distorsionados y falsos. Fallarás no ha querido hacer ningún trabajo de verificación y eso le resta el valor a los testimonios ciertos, puesto que nadie puede saber cuáles son. Es culpa de Fallarás y su barra libre que la mierda se mezcle con las lágrimas. Y el hecho de no dar los nombres de los malvados y sus víctimas tampoco me parece que sea filantrópico. Se cubre las espaldas si no da nombres. Además, el anonimato induce al terror. Fallarás ahora galopa por los medios llena de suficiencia y desliza una amenaza. Sabe que muchos hombres se sienten aterrorizados por pequeños malentendidos sexuales del pasado. No me refiero a violadores impunes, sino a tipos que han visto cómo a Errejón, Carlos Vermut o Rubiales se les trataba como basura y se les condenaba socialmente por hechos que tal vez los retraten como malos amantes, pesados, gilipollas u hombres insensibles, pero difícilmente serán considerados delictivos.

Puede que Fallarás crea estar en el lado bueno de la historia, pero donde está es en el lado de los fuertes. Los fuertes son los que pueden hacer daño sin que se lo devuelvan. Y Fallarás es fuerte porque maneja el material perverso que tantas injusticias provocó hasta que el Estado de derecho vino a arreglarlo: el cotilleo, la intimidad expuesta y deformada por la malicia, la delación anónima. Su actitud en la tele, amenazando veladamente y asegurando que van a rodar cabezas, recuerda al matonismo de Alvise Pérez. De modo que Fallarás, vaya paradoja, se está comportando con la excusa feminista como el peor machirulo que habita en sus pesadillas.

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SanTelmo escribió: ↑30 Oct 2024 10:24 Un muy buen artículo.

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No sé cuánta pasta se ha levantado Cristina Fallarás con su versión sensacionalista e inquisitorial del feminismo, ni me importa. No sé cuánto beneficio ha extraído de su cercanía pelota a figuras como Irene Montero o Pablo Iglesias, de sus intervenciones -a veces caricaturescas- en actos de campaña. Tampoco sé si el libro cuya publicación anuncia justo cuando un anónimo de su Instagram revienta a Errejón forma parte del cálculo. Los libros tampoco venden mucho, en cualquier caso. Y no creo que Fallarás lo haga todo por la pasta. Quizás por intento de permanecer en un lugar de influencia. Quizás por traumas personales suyos. Quizás por ego. Lo que me sorprendería es que haga las cosas por las mujeres, por los demás, pero nadie sabe. Vete a saber. Pero me interesa, de Fallarás, cómo en los últimos tiempos usa el amedrentamiento, la hipérbole y el sentimentalismo para llenar ese espacio, entre la política y el salseo, desde el que se cimienta una versión falsa de las relaciones entre hombres y mujeres. Un choque en la dialéctica del bien y del mal, de efectos devastadores para unos y otras. Me interesa también su relación con medios de comunicación sensacionalistas. Y sobre todo, esa elevación del cotilleo anónimo a un espacio de credibilidad dogmática y acrítica. Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema “yo sí te creo” tiene de peligroso. Porque una cosa es apoyar a las víctimas y otra montar un circo, y hacer de maestra de ceremonias, bajo la premisa de que las mujeres no tienen la facultad de mentir, ni acceso posible a la maldad, axioma que las convierte al mismo tiempo en ángeles e infrahumanas. La Fallarás que veo en la tele y leo en Público desde hace unos años no se parece a la que frecuenté. La conocí cuando yo era un bisoño sin un duro y ella había salido del medio digital que montó Arcadi Espada. Entonces creó una web, “Sigueleyendo”, que era un cruce entre librería de segunda mano, revista literaria y minieditorial de ebooks. Ella me invitó a participar y yo estuve algunos meses trabajando gratis. Fallarás me decía, y no le faltaba razón, que uno tiene que hacerse un nombre y luego, cuando empieza a generar dinero, esforzarse por permanecer. Para mí, Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema "yo sí te creo" tiene de equivocado y aterrador Me dio entonces muy buenos consejos. En Sigueleyendo publicaron, además de mis articulitos de principiante, el ebook de mi novela Siberia. La editorial que la sacó en papel cerró al poco tiempo pero el ebook que publicó Cristina sigue hoy a la venta en Amazon por 6,96 euros, más de una década después. No he visto un duro, y tampoco sé si lo recibe ella. No será gran cosa, así que esto también me da igual. Cuento lo del libro porque el tema de aquella novela era la violación. Se supone que Cristina Fallarás la leyó y le gustó, si la puso en su catálogo. No debió hacerle mucha marca, sin embargo, porque la escribí en 2008 y esto prueba que los hombres normales nunca hemos necesitado sermones que nos expliquen el consentimiento, y mucho menos cursillos, como la directiva de Sumar.

En aquella época viví junto a Fallarás escenas sórdidas y memorables, divertidas. La clase de escenas que a uno le vuelven transigente con los defectos ajenos porque todos hacemos el idiota con varias copas de más y alguna otra sustancia. Fallarás se tomaba un par de vinos y era muy divertido oírla despotricar de todo el mundo, que es lo que hace la gente de la cultura cuando se junta. Luego le perdí el contacto y me reí menos cuando empecé a tener éxito y me dijeron que ella me tildaba de fascista y que tuvo su influencia en que no me invitaran a ciertos saraos. Que Fallarás me boicoteó es algo que me ha llegado por testimonios. Testimonios son lo que vende Fallarás ahora. Los de su influencia contra mí, podrían ser ciertos o falsos. La verdad es que todo eso me lo contaron mujeres. ¿Seguimos manteniendo que las mujeres no inventan, Cristina? El otro día, gracias a este ambiente enfermizo de paranoia sexual brotado de su Instagram, una chica en Twitter intentó destruir a Antonio Maestre aireando unas conversaciones privadas en las que el periodista ligaba inocentemente con ella. Maestre ha hecho muy bien denunciando esta infamia, y a los que se hicieron eco para dañarlo. Bien, Cristina: ya sería casualidad que esa mujer sea la única con intenciones deshonestas a la hora de contar sus experiencias. ¿Habéis oído hablar a Elisa Mouliaá, la que denunció a Errejón en la policía cuando vio el ruido en las redes? El País ha tenido que sacar un artículo con expertas diciendo de nuevo que no hay una víctima promedio. De verdad: ¿la habéis oído? ¿La habéis oído decir "es verdad que paró, paró", "osea, es que he sido un ensayo"? ¿Queremos que este sea el estándar? ¿Ahí está la línea? ¿Con este pedazo de chismorreo nos basta para hundir a alguien?

Pese a la realidad, Fallarás ha tomado una decisión disparatada. Dice que el cotilleo es la verdad, y que la intimidad no existe porque es un terreno político, y que las historias de hombres y mujeres no tienen dos versiones, sino una sola, y que ahí no puede haber falsedad ni adorno o distorsión por la memoria falible o el resentimiento. Con esto ha convertido el chisme en un arma, y la empuña con fiereza. Se dice estos días que su labor en Instagram es positiva. Es mentira. En el mejor de los casos, su perfil de Instagram sirve como desahogo a mujeres que han sufrido violencia sexual. No es poca cosa, pero cuando Fallarás anima a las mujeres a denunciar por ahí, en ese “espacio seguro”, y afirma que en comisaría y el juzgado no creen a las víctimas, está haciendo a las víctimas más daño que beneficio. Es absolutamente falso que su Instagram sea el sitio adecuado. José María Olmo le preguntó en Telecinco: si cualquiera puede abrir un perfil falso y mandar testimonios inventados, ¿cómo sabemos que su Instagram no está lleno de fraudes? Ella respondió que nadie se abriría un perfil falso para contar que su jefe o su padre la violó. Esto es absurdo: por esa regla de tres, en internet no habría mentiras, menos todavía difundidas por anónimos, y tampoco sabríamos quiénes son María Sevilla o Juana Rivas. Pero es que además, de una forma retorcida, también le estaba diciendo a Olmo algo que atenta contra el periodismo más elemental. Le estaba diciendo que ella no tiene por qué verificar nada, que la verdad fluye, pero no lo hace la mentira. “Yo sí las creo”, remató. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los habrá distorsionados y falsos Bien. Es cosa suya creer lo que dice cualquier caja de texto enviada por una persona anónima. Es perfectamente libre de hacer un libro con eso. Y está bien que la gente tenga un cauce para desahogarse. Pero nadie puede exigir al resto que de ahí se haga un diagnóstico sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, ni que todo sea creíble. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los hay distorsionados y falsos. Fallarás no ha querido hacer ningún trabajo de verificación y eso le resta el valor a los testimonios ciertos, puesto que nadie puede saber cuáles son. Es culpa de Fallarás y su barra libre que la mierda se mezcle con las lágrimas. Y el hecho de no dar los nombres de los malvados y sus víctimas tampoco me parece que sea filantrópico. Se cubre las espaldas si no da nombres. Además, el anonimato induce al terror. Fallarás ahora galopa por los medios llena de suficiencia y desliza una amenaza. Sabe que muchos hombres se sienten aterrorizados por pequeños malentendidos sexuales del pasado. No me refiero a violadores impunes, sino a tipos que han visto cómo a Errejón, Carlos Vermut o Rubiales se les trataba como basura y se les condenaba socialmente por hechos que tal vez los retraten como malos amantes, pesados, gilipollas u hombres insensibles, pero difícilmente serán considerados delictivos.

Puede que Fallarás crea estar en el lado bueno de la historia, pero donde está es en el lado de los fuertes. Los fuertes son los que pueden hacer daño sin que se lo devuelvan. Y Fallarás es fuerte porque maneja el material perverso que tantas injusticias provocó hasta que el Estado de derecho vino a arreglarlo: el cotilleo, la intimidad expuesta y deformada por la malicia, la delación anónima. Su actitud en la tele, amenazando veladamente y asegurando que van a rodar cabezas, recuerda al matonismo de Alvise Pérez. De modo que Fallarás, vaya paradoja, se está comportando con la excusa feminista como el peor machirulo que habita en sus pesadillas.

https://blogs.elconfidencial.com/socied ... n_3993066/

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Kalea escribió: ↑30 Oct 2024 07:44A mi me parece perfecto que hayan mujeres antifeministas, igual que existen los trabajadores pobres de derechas pues hay mujeres que no quieren la igualdad de derechos y deberes con los hombres, y eso me parece súper lícito

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SanTelmo escribió: ↑30 Oct 2024 08:16

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Kalea escribió: ↑29 Oct 2024 21:06 https://www.articulo14.es/politica/el-j ... 41029.html

Se admite la denuncia contra Errejón

Ahora toca esperar, aunque no sé si la exposición pública que está teniendo la denunciante le va a ayudar mucho.

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SanTelmo escribió: ↑30 Oct 2024 10:24 Un muy buen artículo.

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No sé cuánta pasta se ha levantado Cristina Fallarás con su versión sensacionalista e inquisitorial del feminismo, ni me importa. No sé cuánto beneficio ha extraído de su cercanía pelota a figuras como Irene Montero o Pablo Iglesias, de sus intervenciones -a veces caricaturescas- en actos de campaña. Tampoco sé si el libro cuya publicación anuncia justo cuando un anónimo de su Instagram revienta a Errejón forma parte del cálculo. Los libros tampoco venden mucho, en cualquier caso. Y no creo que Fallarás lo haga todo por la pasta. Quizás por intento de permanecer en un lugar de influencia. Quizás por traumas personales suyos. Quizás por ego. Lo que me sorprendería es que haga las cosas por las mujeres, por los demás, pero nadie sabe. Vete a saber. Pero me interesa, de Fallarás, cómo en los últimos tiempos usa el amedrentamiento, la hipérbole y el sentimentalismo para llenar ese espacio, entre la política y el salseo, desde el que se cimienta una versión falsa de las relaciones entre hombres y mujeres. Un choque en la dialéctica del bien y del mal, de efectos devastadores para unos y otras. Me interesa también su relación con medios de comunicación sensacionalistas. Y sobre todo, esa elevación del cotilleo anónimo a un espacio de credibilidad dogmática y acrítica. Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema “yo sí te creo” tiene de peligroso. Porque una cosa es apoyar a las víctimas y otra montar un circo, y hacer de maestra de ceremonias, bajo la premisa de que las mujeres no tienen la facultad de mentir, ni acceso posible a la maldad, axioma que las convierte al mismo tiempo en ángeles e infrahumanas. La Fallarás que veo en la tele y leo en Público desde hace unos años no se parece a la que frecuenté. La conocí cuando yo era un bisoño sin un duro y ella había salido del medio digital que montó Arcadi Espada. Entonces creó una web, “Sigueleyendo”, que era un cruce entre librería de segunda mano, revista literaria y minieditorial de ebooks. Ella me invitó a participar y yo estuve algunos meses trabajando gratis. Fallarás me decía, y no le faltaba razón, que uno tiene que hacerse un nombre y luego, cuando empieza a generar dinero, esforzarse por permanecer. Para mí, Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema "yo sí te creo" tiene de equivocado y aterrador Me dio entonces muy buenos consejos. En Sigueleyendo publicaron, además de mis articulitos de principiante, el ebook de mi novela Siberia. La editorial que la sacó en papel cerró al poco tiempo pero el ebook que publicó Cristina sigue hoy a la venta en Amazon por 6,96 euros, más de una década después. No he visto un duro, y tampoco sé si lo recibe ella. No será gran cosa, así que esto también me da igual. Cuento lo del libro porque el tema de aquella novela era la violación. Se supone que Cristina Fallarás la leyó y le gustó, si la puso en su catálogo. No debió hacerle mucha marca, sin embargo, porque la escribí en 2008 y esto prueba que los hombres normales nunca hemos necesitado sermones que nos expliquen el consentimiento, y mucho menos cursillos, como la directiva de Sumar.

En aquella época viví junto a Fallarás escenas sórdidas y memorables, divertidas. La clase de escenas que a uno le vuelven transigente con los defectos ajenos porque todos hacemos el idiota con varias copas de más y alguna otra sustancia. Fallarás se tomaba un par de vinos y era muy divertido oírla despotricar de todo el mundo, que es lo que hace la gente de la cultura cuando se junta. Luego le perdí el contacto y me reí menos cuando empecé a tener éxito y me dijeron que ella me tildaba de fascista y que tuvo su influencia en que no me invitaran a ciertos saraos. Que Fallarás me boicoteó es algo que me ha llegado por testimonios. Testimonios son lo que vende Fallarás ahora. Los de su influencia contra mí, podrían ser ciertos o falsos. La verdad es que todo eso me lo contaron mujeres. ¿Seguimos manteniendo que las mujeres no inventan, Cristina? El otro día, gracias a este ambiente enfermizo de paranoia sexual brotado de su Instagram, una chica en Twitter intentó destruir a Antonio Maestre aireando unas conversaciones privadas en las que el periodista ligaba inocentemente con ella. Maestre ha hecho muy bien denunciando esta infamia, y a los que se hicieron eco para dañarlo. Bien, Cristina: ya sería casualidad que esa mujer sea la única con intenciones deshonestas a la hora de contar sus experiencias. ¿Habéis oído hablar a Elisa Mouliaá, la que denunció a Errejón en la policía cuando vio el ruido en las redes? El País ha tenido que sacar un artículo con expertas diciendo de nuevo que no hay una víctima promedio. De verdad: ¿la habéis oído? ¿La habéis oído decir "es verdad que paró, paró", "osea, es que he sido un ensayo"? ¿Queremos que este sea el estándar? ¿Ahí está la línea? ¿Con este pedazo de chismorreo nos basta para hundir a alguien?

Pese a la realidad, Fallarás ha tomado una decisión disparatada. Dice que el cotilleo es la verdad, y que la intimidad no existe porque es un terreno político, y que las historias de hombres y mujeres no tienen dos versiones, sino una sola, y que ahí no puede haber falsedad ni adorno o distorsión por la memoria falible o el resentimiento. Con esto ha convertido el chisme en un arma, y la empuña con fiereza. Se dice estos días que su labor en Instagram es positiva. Es mentira. En el mejor de los casos, su perfil de Instagram sirve como desahogo a mujeres que han sufrido violencia sexual. No es poca cosa, pero cuando Fallarás anima a las mujeres a denunciar por ahí, en ese “espacio seguro”, y afirma que en comisaría y el juzgado no creen a las víctimas, está haciendo a las víctimas más daño que beneficio. Es absolutamente falso que su Instagram sea el sitio adecuado. José María Olmo le preguntó en Telecinco: si cualquiera puede abrir un perfil falso y mandar testimonios inventados, ¿cómo sabemos que su Instagram no está lleno de fraudes? Ella respondió que nadie se abriría un perfil falso para contar que su jefe o su padre la violó. Esto es absurdo: por esa regla de tres, en internet no habría mentiras, menos todavía difundidas por anónimos, y tampoco sabríamos quiénes son María Sevilla o Juana Rivas. Pero es que además, de una forma retorcida, también le estaba diciendo a Olmo algo que atenta contra el periodismo más elemental. Le estaba diciendo que ella no tiene por qué verificar nada, que la verdad fluye, pero no lo hace la mentira. “Yo sí las creo”, remató. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los habrá distorsionados y falsos Bien. Es cosa suya creer lo que dice cualquier caja de texto enviada por una persona anónima. Es perfectamente libre de hacer un libro con eso. Y está bien que la gente tenga un cauce para desahogarse. Pero nadie puede exigir al resto que de ahí se haga un diagnóstico sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, ni que todo sea creíble. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los hay distorsionados y falsos. Fallarás no ha querido hacer ningún trabajo de verificación y eso le resta el valor a los testimonios ciertos, puesto que nadie puede saber cuáles son. Es culpa de Fallarás y su barra libre que la mierda se mezcle con las lágrimas. Y el hecho de no dar los nombres de los malvados y sus víctimas tampoco me parece que sea filantrópico. Se cubre las espaldas si no da nombres. Además, el anonimato induce al terror. Fallarás ahora galopa por los medios llena de suficiencia y desliza una amenaza. Sabe que muchos hombres se sienten aterrorizados por pequeños malentendidos sexuales del pasado. No me refiero a violadores impunes, sino a tipos que han visto cómo a Errejón, Carlos Vermut o Rubiales se les trataba como basura y se les condenaba socialmente por hechos que tal vez los retraten como malos amantes, pesados, gilipollas u hombres insensibles, pero difícilmente serán considerados delictivos.

Puede que Fallarás crea estar en el lado bueno de la historia, pero donde está es en el lado de los fuertes. Los fuertes son los que pueden hacer daño sin que se lo devuelvan. Y Fallarás es fuerte porque maneja el material perverso que tantas injusticias provocó hasta que el Estado de derecho vino a arreglarlo: el cotilleo, la intimidad expuesta y deformada por la malicia, la delación anónima. Su actitud en la tele, amenazando veladamente y asegurando que van a rodar cabezas, recuerda al matonismo de Alvise Pérez. De modo que Fallarás, vaya paradoja, se está comportando con la excusa feminista como el peor machirulo que habita en sus pesadillas.

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Kalea escribió: ↑30 Oct 2024 11:31 Yo me vi envuelta el año pasado en una denuncia por acoso sexual que supuestamente había cometido mi compañero.

Con esto no pretendo desvirtualizar a las víctimas que sufren acoso, abuso ni agresión sexual, nada más lejos de mi intención porque en primera persona sé del sufrimiento que provoca la violencia machista, y del roto que el daño psicológico produce, que ya puedes recibir terapia durante ocho años y seguirás sintiendo pánico en determinadas situaciones, no es para nada mi intención reventar ningún testimonio pero sí sacar a la luz determinadas actitudes de algunas mujeres que sólo consiguen cubrirnos de mierda a todas.

Laboralmente formo parte de un equipo técnico, junto a tres compañeros, la única mujer soy yo, sin duda el ámbito audiovisual es un sector masculinizado. Yo suelo establecer relaciones laborales bastante sanotas, me gusta implicarme en la vida de mis compañeros y ayudarles en lo que pueda, imagino que ahí sale mi vena de integradora social y somos un equipo de trabajo, a dia de hoy, súper compacto.

Uno de mis compañeros tiene un nivel de autismo y entre todos hemos conseguido que se integre en el equipo, entre otras cosas porque yo soy una cansalmas, no voy a negarlo ni quitarme mérito. Lleva 25 en su puesto de trabajo y sólo 7 sintiéndose parte de un grupo, sintiéndose acompañado y escuchado. Digo esto para que podáis entender que él tiene dificultades para socializar pero que con ayuda es un encanto de persona y de compañero.

El curso pasado vino una profesora a nuestro despacho, estuvo muy "amable" con él porque necesitaba que le preparara su ordenador personal (eso lo tenemos vetado, sólo tocamos equipos inventariados en la institución). El chaval se puso a hacerlo, estando yo con ellos en el despacho. Cuando acabó de hacer el trabajo escuché que ella le decía si quería tomarse un café con ella, él vino para decirme "voy a tomarme un cafe" y todo quedó ahí.

Al poco tiempo lo llaman al despacho de la administradora y cuando sube de nuevo al despacho nuestro viene descompuesto, le pregunto qué ha pasado y casi llorando me dice que esa profesora ha pedido que se aplique contra él el protocolo antiacoso porque dice que él la está acosando, que se ve obligada a salir con él a tomar café y que tiene miedo de venir al trabajo. Le pregunté si había vuelto a tener contacto con ella después de aquella primera vez y me dijo que le respondió a un email y que le dijo que si le apetecía que tomaran algo juntos él estaba en el despacho. Intentó explicarme que como nunca le habia pasado algo así, que una chica tuviera interés en él, creyó que debía decírselo (ya he dicho que tiene dificultades para socializar). Se me hinchó la vena violenta por ver cómo le estaban haciendo sentir por algo que entra totalmente dentro de la normalidad, cogí el teléfono y llamé a la jefa, le dije que yo estaba delante cuando ella le propuso salir juntos a tomar café y que si hubiera visto que él la acosaba yo misma habría intervenido de oficio por estar obligada a ello ya que soy delegada de los trabajadores y miembro de la comisión de igualdad. Aquí acabó todo, no se inició el protocolo ni se le abrió expediente pero el disgusto se lo llevó.

Lo que hubiera pasado de estar sólo en ese momento en el despacho ya podemos imaginarlo, pero voy a más, si en vez de estar yo con él, otra mujer, hubiera habido un compañero hombre él hubiera sido expedientado y esto, desde el lado humano, es totalmente injusto e irracional.

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SABELA escribió: ↑30 Oct 2024 12:05

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SanTelmo escribió: ↑30 Oct 2024 10:24 Un muy buen artículo.

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No sé cuánta pasta se ha levantado Cristina Fallarás con su versión sensacionalista e inquisitorial del feminismo, ni me importa. No sé cuánto beneficio ha extraído de su cercanía pelota a figuras como Irene Montero o Pablo Iglesias, de sus intervenciones -a veces caricaturescas- en actos de campaña. Tampoco sé si el libro cuya publicación anuncia justo cuando un anónimo de su Instagram revienta a Errejón forma parte del cálculo. Los libros tampoco venden mucho, en cualquier caso. Y no creo que Fallarás lo haga todo por la pasta. Quizás por intento de permanecer en un lugar de influencia. Quizás por traumas personales suyos. Quizás por ego. Lo que me sorprendería es que haga las cosas por las mujeres, por los demás, pero nadie sabe. Vete a saber. Pero me interesa, de Fallarás, cómo en los últimos tiempos usa el amedrentamiento, la hipérbole y el sentimentalismo para llenar ese espacio, entre la política y el salseo, desde el que se cimienta una versión falsa de las relaciones entre hombres y mujeres. Un choque en la dialéctica del bien y del mal, de efectos devastadores para unos y otras. Me interesa también su relación con medios de comunicación sensacionalistas. Y sobre todo, esa elevación del cotilleo anónimo a un espacio de credibilidad dogmática y acrítica. Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema “yo sí te creo” tiene de peligroso. Porque una cosa es apoyar a las víctimas y otra montar un circo, y hacer de maestra de ceremonias, bajo la premisa de que las mujeres no tienen la facultad de mentir, ni acceso posible a la maldad, axioma que las convierte al mismo tiempo en ángeles e infrahumanas. La Fallarás que veo en la tele y leo en Público desde hace unos años no se parece a la que frecuenté. La conocí cuando yo era un bisoño sin un duro y ella había salido del medio digital que montó Arcadi Espada. Entonces creó una web, “Sigueleyendo”, que era un cruce entre librería de segunda mano, revista literaria y minieditorial de ebooks. Ella me invitó a participar y yo estuve algunos meses trabajando gratis. Fallarás me decía, y no le faltaba razón, que uno tiene que hacerse un nombre y luego, cuando empieza a generar dinero, esforzarse por permanecer. Para mí, Cristina Fallarás, en su versión actual, cristaliza todo lo que el lema "yo sí te creo" tiene de equivocado y aterrador Me dio entonces muy buenos consejos. En Sigueleyendo publicaron, además de mis articulitos de principiante, el ebook de mi novela Siberia. La editorial que la sacó en papel cerró al poco tiempo pero el ebook que publicó Cristina sigue hoy a la venta en Amazon por 6,96 euros, más de una década después. No he visto un duro, y tampoco sé si lo recibe ella. No será gran cosa, así que esto también me da igual. Cuento lo del libro porque el tema de aquella novela era la violación. Se supone que Cristina Fallarás la leyó y le gustó, si la puso en su catálogo. No debió hacerle mucha marca, sin embargo, porque la escribí en 2008 y esto prueba que los hombres normales nunca hemos necesitado sermones que nos expliquen el consentimiento, y mucho menos cursillos, como la directiva de Sumar.

En aquella época viví junto a Fallarás escenas sórdidas y memorables, divertidas. La clase de escenas que a uno le vuelven transigente con los defectos ajenos porque todos hacemos el idiota con varias copas de más y alguna otra sustancia. Fallarás se tomaba un par de vinos y era muy divertido oírla despotricar de todo el mundo, que es lo que hace la gente de la cultura cuando se junta. Luego le perdí el contacto y me reí menos cuando empecé a tener éxito y me dijeron que ella me tildaba de fascista y que tuvo su influencia en que no me invitaran a ciertos saraos. Que Fallarás me boicoteó es algo que me ha llegado por testimonios. Testimonios son lo que vende Fallarás ahora. Los de su influencia contra mí, podrían ser ciertos o falsos. La verdad es que todo eso me lo contaron mujeres. ¿Seguimos manteniendo que las mujeres no inventan, Cristina? El otro día, gracias a este ambiente enfermizo de paranoia sexual brotado de su Instagram, una chica en Twitter intentó destruir a Antonio Maestre aireando unas conversaciones privadas en las que el periodista ligaba inocentemente con ella. Maestre ha hecho muy bien denunciando esta infamia, y a los que se hicieron eco para dañarlo. Bien, Cristina: ya sería casualidad que esa mujer sea la única con intenciones deshonestas a la hora de contar sus experiencias. ¿Habéis oído hablar a Elisa Mouliaá, la que denunció a Errejón en la policía cuando vio el ruido en las redes? El País ha tenido que sacar un artículo con expertas diciendo de nuevo que no hay una víctima promedio. De verdad: ¿la habéis oído? ¿La habéis oído decir "es verdad que paró, paró", "osea, es que he sido un ensayo"? ¿Queremos que este sea el estándar? ¿Ahí está la línea? ¿Con este pedazo de chismorreo nos basta para hundir a alguien?

Pese a la realidad, Fallarás ha tomado una decisión disparatada. Dice que el cotilleo es la verdad, y que la intimidad no existe porque es un terreno político, y que las historias de hombres y mujeres no tienen dos versiones, sino una sola, y que ahí no puede haber falsedad ni adorno o distorsión por la memoria falible o el resentimiento. Con esto ha convertido el chisme en un arma, y la empuña con fiereza. Se dice estos días que su labor en Instagram es positiva. Es mentira. En el mejor de los casos, su perfil de Instagram sirve como desahogo a mujeres que han sufrido violencia sexual. No es poca cosa, pero cuando Fallarás anima a las mujeres a denunciar por ahí, en ese “espacio seguro”, y afirma que en comisaría y el juzgado no creen a las víctimas, está haciendo a las víctimas más daño que beneficio. Es absolutamente falso que su Instagram sea el sitio adecuado. José María Olmo le preguntó en Telecinco: si cualquiera puede abrir un perfil falso y mandar testimonios inventados, ¿cómo sabemos que su Instagram no está lleno de fraudes? Ella respondió que nadie se abriría un perfil falso para contar que su jefe o su padre la violó. Esto es absurdo: por esa regla de tres, en internet no habría mentiras, menos todavía difundidas por anónimos, y tampoco sabríamos quiénes son María Sevilla o Juana Rivas. Pero es que además, de una forma retorcida, también le estaba diciendo a Olmo algo que atenta contra el periodismo más elemental. Le estaba diciendo que ella no tiene por qué verificar nada, que la verdad fluye, pero no lo hace la mentira. “Yo sí las creo”, remató. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los habrá distorsionados y falsos Bien. Es cosa suya creer lo que dice cualquier caja de texto enviada por una persona anónima. Es perfectamente libre de hacer un libro con eso. Y está bien que la gente tenga un cauce para desahogarse. Pero nadie puede exigir al resto que de ahí se haga un diagnóstico sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, ni que todo sea creíble. En esos miles de textos, seguro que hay testimonios veraces, pero también los hay distorsionados y falsos. Fallarás no ha querido hacer ningún trabajo de verificación y eso le resta el valor a los testimonios ciertos, puesto que nadie puede saber cuáles son. Es culpa de Fallarás y su barra libre que la mierda se mezcle con las lágrimas. Y el hecho de no dar los nombres de los malvados y sus víctimas tampoco me parece que sea filantrópico. Se cubre las espaldas si no da nombres. Además, el anonimato induce al terror. Fallarás ahora galopa por los medios llena de suficiencia y desliza una amenaza. Sabe que muchos hombres se sienten aterrorizados por pequeños malentendidos sexuales del pasado. No me refiero a violadores impunes, sino a tipos que han visto cómo a Errejón, Carlos Vermut o Rubiales se les trataba como basura y se les condenaba socialmente por hechos que tal vez los retraten como malos amantes, pesados, gilipollas u hombres insensibles, pero difícilmente serán considerados delictivos.

Puede que Fallarás crea estar en el lado bueno de la historia, pero donde está es en el lado de los fuertes. Los fuertes son los que pueden hacer daño sin que se lo devuelvan. Y Fallarás es fuerte porque maneja el material perverso que tantas injusticias provocó hasta que el Estado de derecho vino a arreglarlo: el cotilleo, la intimidad expuesta y deformada por la malicia, la delación anónima. Su actitud en la tele, amenazando veladamente y asegurando que van a rodar cabezas, recuerda al matonismo de Alvise Pérez. De modo que Fallarás, vaya paradoja, se está comportando con la excusa feminista como el peor machirulo que habita en sus pesadillas.

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Parece que se guarda un arsenal de chismes , denuncias y lo que sea que puede utilizar cuando le venga en gana e incluso manejar a la gente a su antojo. Le da bastante poder, incluso político, como se ha visto.
Un Villarejo especializada en braguetas. Da bastante grima.

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Asimov escribió: ↑31 Oct 2024 22:45 Parece que ahora van a por Juan Carlos Monedero. Ya hay gente acusándole de acoso sexual.

Por cierto, me llama la atención que el sector feminista del foro no se ha pronunciado apenas sobre las denuncias contra Errejón. ¿Creen que lo denunciado por la actriz es un delito de agresión sexual? ¿O es una denuncia falsa? ¿Y los testimonios anónimos cómo los consideran?