
Hilo del Partido Popular (PP)
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Y una imagen vale más que mil palabras:


Re: El reto del nuevo Partido Popular
Parece que el IPC armonizado no lo es tanto
https://www.eleconomista.es/economia/no ... uropa.html
La inflación y el coste energético , sea cual sea su subida real, también afecta a las cuentas públicas, claro
https://www.20minutos.es/noticia/496811 ... ste-metro/
Las cifras de no me acaban de cuadrar con esto https://www.metromadrid.es/es/nota-de-p ... s-de-euros
La previsión no se de donde sale porque me supongo que habrán firmado un nuevo acuerdo no tan oneroso
Y algo habitual reclamar bajadas del impuestos del Gobierno y solicitar compensaciones por otro lado : que se las ingenien desde arriba
Como nota personal : Ayer algo pasadas las ocho de la tarde estaba en el andén del Metro de Madrid , miro el panel y veo una frecuencia de paso de 8 minutos , excesiva en esa línea , de la más concurridas He buscado los horarios de Metro y la frecuencia que muestran es de 4-5 minutos para el mismo día y hora.
Como no se había anunciado ninguna incidencia me supongo que los recortes por la carestía de la electricidad han llegado, pero en silencio.
https://www.eleconomista.es/economia/no ... uropa.html
La inflación y el coste energético , sea cual sea su subida real, también afecta a las cuentas públicas, claro
https://www.20minutos.es/noticia/496811 ... ste-metro/
Las cifras de no me acaban de cuadrar con esto https://www.metromadrid.es/es/nota-de-p ... s-de-euros
La previsión no se de donde sale porque me supongo que habrán firmado un nuevo acuerdo no tan oneroso
Y algo habitual reclamar bajadas del impuestos del Gobierno y solicitar compensaciones por otro lado : que se las ingenien desde arriba
Como nota personal : Ayer algo pasadas las ocho de la tarde estaba en el andén del Metro de Madrid , miro el panel y veo una frecuencia de paso de 8 minutos , excesiva en esa línea , de la más concurridas He buscado los horarios de Metro y la frecuencia que muestran es de 4-5 minutos para el mismo día y hora.
Como no se había anunciado ninguna incidencia me supongo que los recortes por la carestía de la electricidad han llegado, pero en silencio.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
...
Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.

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Re: El reto del nuevo Partido Popular
Mis conocimientos de Economía son un tanto pedestres pero voy a dar mi opinión de todas formas.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
...
Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Hay una parte del gasto en combustibles que sí es voluntario , quizás no para determinados sectores o profesionales, pero sí se puede recortar bastante
La correlación entre más recaudación por la inflación = más dinero de sobra no se puede establecer así como así porque la inflación también supone más gasto para el sector público que además tiene que bregar con otras ayudas que merman el dinero disponible
El IRPF es redistributivo pero los de menos renta no pagan IRPF, por lo que nos les favorecería . Me parecen más justas medidas tipo bono social o similares
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Efectivamente. El problema es que si los salarios son bajos poco se soluciona con el IRPF, a no ser que se haga una verdadera progresividad y no haya tantas vías de escape para quien se lo puede permitir.
https://www.elconfidencial.com/mercados ... s_3385591/
https://www.elconfidencial.com/mercados ... s_3385591/
Re: El reto del nuevo Partido Popular
El impuesto viene siempre del plusvalor.
Es normal pensar en el siguiente sentido:
A. Valor del producto 10 €, impuesto 20%, valor final 12 €. Paga el comprador, sea quien sea, provenga de donde provenga.
(Impuesto indirecto a la venta).
B. Ingreso laboral 1000 €, impuesto al salario del 20%, ingreso neto 800 €. Paga el trabajador.
(Impuesto directo al trabajo).
C. Ganancia 100.000 €, impuesto sobre el excedente del 30%, ganancia neta de 700.000 €. Paga el empresario.
Pero en general, todos los impuestos operan en C, más que en A.
Lo que existe, despejando todas las ilusiones contables, es producción Q, y esta se redistribuye entre la remuneración al capital (excedente, plusvalía), y la remuneración al trabajo (salarios).
Si esta producción es de 100.000 q y el valor unitario es de 1 €, luego el valor nominal de esta es de 100.000 €.
Si la relación entre remuneración y ganancia es de 50/50, entonces, por lógica, la realización de esta producción en la venta se dará tanto con el consumo del trabajador como del empresario.
Si se impone un impuesto a la venta del 20%, eso no significará que aumentará el precio unitario de 1 a 1,2 €, simplemente del excedente realizado en la venta un 20% se irá al Estado.
Si mágicamente los empresarios aumenta el precio unitario de 1 a 1.2 €, el valor de la producción sería de 120.000.
Entonces lo que importaría saber es cómo queda la repartija de la torta.
Si los sueldos nominales se mantienen en 50.000 €, entonces lo que cambia en realidad es que el empresario se queda con una mayor parte en excedente.
Sigue habiendo 100.000 q, pero si este aumento del precio no se compensa en un incremento de ventas el resultado es el mismo.
Sin embargo, de ser efectivo el incremento de la demanda, el Estado se sigue quedando con un 20% del total de las ventas.
Antes eran 20.000 y ahora son 24.000 €.
Si el salario representa una mitad de la producción y el Estado impone un 20% de impuesto a los ingresos pueden ocurrir dos cosas.
O bien, los trabajadores pujan hacia arriba con tal de mantener una mitad del total de la producción, o bien los empresarios empujan hacia abajo. En general ocurren ambas y dependerá de la relación de fuerzas el resultado.
Si los trabajadores mantienen un 50% de su participación, entonces ese 20% se extrae del excedente. Es decir, lo que ha ocurrido es que el 20% que el Estado busca conseguir se saca realmente del excedente, este último es el que se ve reducido. Caso contrario, es el trabajo. Lo mismo ocurre si se reducen los impuestos pero en una dirección inversa.
O sea, si ese 20% se "carga en el trabajo" es lo mismo a decirle a los trabajadores que se gasten un 20% de sus ingresos en lo público, si ese 20% se carga al capital es lo mismo a decirle a los capitalistas que se hagan cargo del costo socializado. Que es lo mismo a decir que la relación entre capital y trabajo es de un 70/30 y del excedente se extraen casi un 29%.
Estas ilusiones funcionan muy bien cuando queremos que se suban los impuestos a las ganancias y se reduzcan al IVA en pro del trabajador.
Pero si se reducen los impuestos al IVA, no necesariamente se mejorará la relación entre el capital y el trabajo. Puede perfectamente aumentar la ganancia del empresario.
Y si se incrementan los impuestos a las ganancias también puede empeorar la relación si, debido a una caída del plusvalor, se reduce la inversión, la creación de empleos o se congelan salarios. Un poco lo que viene ocurriendo en España desde... hace unos 14 años, poquito.
Los peperos tienen toda la razón del mundo.
Lo que les falta es honestidad y decir las cosas como son, si quieren echar adelante la economía española, hay que empobrecer al trabajador español ya sea en términos absolutos o relativos.
La otra opción que tiene España es mantener todo como va, con altos impuestos (o más altos de lo que la economía lo permite, de lo que el sector privado es capaz de resistir), un excesivo gasto público (ibid. lo anterior), con un trabajo "joven" precario hasta 2050, momento en que según las previsiones del gobierno la tasa de paro se reducirá a menos del 10%... vamos, poca cosa.
En el fondo dicen lo mismo, solo que el primero se adelanta y causa más dolor inmediato y el segundo distribuye equitativamente ese dolor.
Esta es la principal consecuencia de haber crecido durante años a base de la especulación.
Otra opción es que el capital europeo vuelva a especular pero eso es esperar mucho.
Por supuesto, los franceses, alemanes o británicos no van a invertir productivamente en España (no al menos a un punto para que despegue como antes) teniendo en Europa oriental países con salarios más reducidos, impuestos más bajos, y una población en edad de trabajo bastante más cualificada.
Si España quedase en América Latina sería, cuanto mucho, como Argentina.
Y si Chile estuviese en la Unión Europea (en la misma posición geográfica que España) sería más rico que Italia.
Es normal pensar en el siguiente sentido:
A. Valor del producto 10 €, impuesto 20%, valor final 12 €. Paga el comprador, sea quien sea, provenga de donde provenga.
(Impuesto indirecto a la venta).
B. Ingreso laboral 1000 €, impuesto al salario del 20%, ingreso neto 800 €. Paga el trabajador.
(Impuesto directo al trabajo).
C. Ganancia 100.000 €, impuesto sobre el excedente del 30%, ganancia neta de 700.000 €. Paga el empresario.
Pero en general, todos los impuestos operan en C, más que en A.
Lo que existe, despejando todas las ilusiones contables, es producción Q, y esta se redistribuye entre la remuneración al capital (excedente, plusvalía), y la remuneración al trabajo (salarios).
Si esta producción es de 100.000 q y el valor unitario es de 1 €, luego el valor nominal de esta es de 100.000 €.
Si la relación entre remuneración y ganancia es de 50/50, entonces, por lógica, la realización de esta producción en la venta se dará tanto con el consumo del trabajador como del empresario.
Si se impone un impuesto a la venta del 20%, eso no significará que aumentará el precio unitario de 1 a 1,2 €, simplemente del excedente realizado en la venta un 20% se irá al Estado.
Si mágicamente los empresarios aumenta el precio unitario de 1 a 1.2 €, el valor de la producción sería de 120.000.
Entonces lo que importaría saber es cómo queda la repartija de la torta.
Si los sueldos nominales se mantienen en 50.000 €, entonces lo que cambia en realidad es que el empresario se queda con una mayor parte en excedente.
Sigue habiendo 100.000 q, pero si este aumento del precio no se compensa en un incremento de ventas el resultado es el mismo.
Sin embargo, de ser efectivo el incremento de la demanda, el Estado se sigue quedando con un 20% del total de las ventas.
Antes eran 20.000 y ahora son 24.000 €.
Si el salario representa una mitad de la producción y el Estado impone un 20% de impuesto a los ingresos pueden ocurrir dos cosas.
O bien, los trabajadores pujan hacia arriba con tal de mantener una mitad del total de la producción, o bien los empresarios empujan hacia abajo. En general ocurren ambas y dependerá de la relación de fuerzas el resultado.
Si los trabajadores mantienen un 50% de su participación, entonces ese 20% se extrae del excedente. Es decir, lo que ha ocurrido es que el 20% que el Estado busca conseguir se saca realmente del excedente, este último es el que se ve reducido. Caso contrario, es el trabajo. Lo mismo ocurre si se reducen los impuestos pero en una dirección inversa.
O sea, si ese 20% se "carga en el trabajo" es lo mismo a decirle a los trabajadores que se gasten un 20% de sus ingresos en lo público, si ese 20% se carga al capital es lo mismo a decirle a los capitalistas que se hagan cargo del costo socializado. Que es lo mismo a decir que la relación entre capital y trabajo es de un 70/30 y del excedente se extraen casi un 29%.
Estas ilusiones funcionan muy bien cuando queremos que se suban los impuestos a las ganancias y se reduzcan al IVA en pro del trabajador.
Pero si se reducen los impuestos al IVA, no necesariamente se mejorará la relación entre el capital y el trabajo. Puede perfectamente aumentar la ganancia del empresario.
Y si se incrementan los impuestos a las ganancias también puede empeorar la relación si, debido a una caída del plusvalor, se reduce la inversión, la creación de empleos o se congelan salarios. Un poco lo que viene ocurriendo en España desde... hace unos 14 años, poquito.
Los peperos tienen toda la razón del mundo.
Lo que les falta es honestidad y decir las cosas como son, si quieren echar adelante la economía española, hay que empobrecer al trabajador español ya sea en términos absolutos o relativos.
La otra opción que tiene España es mantener todo como va, con altos impuestos (o más altos de lo que la economía lo permite, de lo que el sector privado es capaz de resistir), un excesivo gasto público (ibid. lo anterior), con un trabajo "joven" precario hasta 2050, momento en que según las previsiones del gobierno la tasa de paro se reducirá a menos del 10%... vamos, poca cosa.
En el fondo dicen lo mismo, solo que el primero se adelanta y causa más dolor inmediato y el segundo distribuye equitativamente ese dolor.
Esta es la principal consecuencia de haber crecido durante años a base de la especulación.
Otra opción es que el capital europeo vuelva a especular pero eso es esperar mucho.
Por supuesto, los franceses, alemanes o británicos no van a invertir productivamente en España (no al menos a un punto para que despegue como antes) teniendo en Europa oriental países con salarios más reducidos, impuestos más bajos, y una población en edad de trabajo bastante más cualificada.
Si España quedase en América Latina sería, cuanto mucho, como Argentina.
Y si Chile estuviese en la Unión Europea (en la misma posición geográfica que España) sería más rico que Italia.
.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Ya me dirás qué hay de voluntario en ir a trabajar o poner la calefacción.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 12:35Mis conocimientos de Economía son un tanto pedestres pero voy a dar mi opinión de todas formas.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
...
Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Hay una parte del gasto en combustibles que sí es voluntario , quizás no para determinados sectores o profesionales, pero sí se puede recortar bastante
La correlación entre más recaudación por la inflación = más dinero de sobra no se puede establecer así como así porque la inflación también supone más gasto para el sector público que además tiene que bregar con otras ayudas que merman el dinero disponible
El IRPF es redistributivo pero los de menos renta no pagan IRPF, por lo que nos les favorecería . Me parecen más justas medidas tipo bono social o similares
Quién tiene que gastar en coche para ir a trabajar normalmente paga irpf, así que esta medida le beneficia.

+++++++++++++
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Quien tiene la libertad de decidir si trabajar o no, significa que puede vivir sin trabajar.
Regularmente se trata de hijos de papi, multimillonarios por herencia o mantenidos de, vuelta a lo mismo, familias de clase muy alta.
Como es un beneficio que ostenta una minoría, no es un derecho, luego es un privilegio.
Ellos son el producto social más degenerado de nuestra sociedad, y curiosamente, son en quienes menos pensamos cuando hablamos de personas "de mal".
Regularmente se trata de hijos de papi, multimillonarios por herencia o mantenidos de, vuelta a lo mismo, familias de clase muy alta.
Como es un beneficio que ostenta una minoría, no es un derecho, luego es un privilegio.
Ellos son el producto social más degenerado de nuestra sociedad, y curiosamente, son en quienes menos pensamos cuando hablamos de personas "de mal".
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Re: El reto del nuevo Partido Popular
Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 16:07Ya me dirás qué hay de voluntario en ir a trabajar o poner la calefacción.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 12:35Mis conocimientos de Economía son un tanto pedestres pero voy a dar mi opinión de todas formas.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
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Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Hay una parte del gasto en combustibles que sí es voluntario , quizás no para determinados sectores o profesionales, pero sí se puede recortar bastante
La correlación entre más recaudación por la inflación = más dinero de sobra no se puede establecer así como así porque la inflación también supone más gasto para el sector público que además tiene que bregar con otras ayudas que merman el dinero disponible
El IRPF es redistributivo pero los de menos renta no pagan IRPF, por lo que nos les favorecería . Me parecen más justas medidas tipo bono social o similares
Quién tiene que gastar en coche para ir a trabajar normalmente paga irpf, así que esta medida le beneficia.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.
Última edición por SABELA el 09 Abr 2022 17:57, editado 1 vez en total.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
No creo que en este Foro haya nadie que se ajuste a esa descripción ¿ No?Ver citas anterioresShaiapouf escribió: ↑09 Abr 2022 16:29 Quien tiene la libertad de decidir si trabajar o no, significa que puede vivir sin trabajar.
Regularmente se trata de hijos de papi, multimillonarios por herencia o mantenidos de, vuelta a lo mismo, familias de clase muy alta.
Como es un beneficio que ostenta una minoría, no es un derecho, luego es un privilegio.
Ellos son el producto social más degenerado de nuestra sociedad, y curiosamente, son en quienes menos pensamos cuando hablamos de personas "de mal".
Re: El reto del nuevo Partido Popular
A mí Feijóo no me gusta, pero hay que reconocer que aquí hay que quitarse el sombrero. Sobre todo, estando delante de la asquerosa pseudo-periodista de Àngels Barceló, que es más activista socialista que otra cosa.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
En una ciudad grande lo difícil es encontrar donde dejar el coche, yo dejé de usarlo para ir a trabajar hace un montón de años. Otra opción es la moto, se aparca más fácilmente y salva mejor los atascos. Pero si no tienes que llevar nada más que un maletín, hay un metro o un autobús que te lleva y puedes sentarte para leer, es mejor el transporte público.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 17:52 ...
Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.
El que tenga chofer es otro tema.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Dile a la gente que vive en Castilla o Extremadura a ver qué tal sin coche.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 17:52Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 16:07Ya me dirás qué hay de voluntario en ir a trabajar o poner la calefacción.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 12:35Mis conocimientos de Economía son un tanto pedestres pero voy a dar mi opinión de todas formas.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07
Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Hay una parte del gasto en combustibles que sí es voluntario , quizás no para determinados sectores o profesionales, pero sí se puede recortar bastante
La correlación entre más recaudación por la inflación = más dinero de sobra no se puede establecer así como así porque la inflación también supone más gasto para el sector público que además tiene que bregar con otras ayudas que merman el dinero disponible
El IRPF es redistributivo pero los de menos renta no pagan IRPF, por lo que nos les favorecería . Me parecen más justas medidas tipo bono social o similares
Quién tiene que gastar en coche para ir a trabajar normalmente paga irpf, así que esta medida le beneficia.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.

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Re: El reto del nuevo Partido Popular
¿Que es eso del exceso de recaudación?Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
...
Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Así que con la deuda que tenemos resulta que recaudamos mucho en impuestos.
Pero no habiamos quedado que el mercado se regula solo, a que viene ahora a bajarle los impuestos para paliar que el mercado suba los precios, ellos ganan dinero y el resto todos perdemos.
---
La presión fiscal más alta la registró Francia, con un 47,4% con respecto a su PIB, seguido de Dinamarca, con el 46,9% y Bélgica, con el 45,9%. España se situó por debajo de la media europea, con el 35,4% sobre el PIB, la misma presión fiscal que en 2018.
https://www.epdata.es/datos/presion-fis ... sticas/485
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Siempre he trabajado en Madrid , pero normalmente a 16-18 kms de mi casa. He compartido algún proyecto con una persona que trabajaba en Plasencia y vivía a muchos kilómetros. La empresa les ponía el medio de transporte. Hace años era muy habitual.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 19:30Dile a la gente que vive en Castilla o Extremadura a ver qué tal sin coche.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 17:52Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 16:07Ya me dirás qué hay de voluntario en ir a trabajar o poner la calefacción.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 12:35
Mis conocimientos de Economía son un tanto pedestres pero voy a dar mi opinión de todas formas.
Hay una parte del gasto en combustibles que sí es voluntario , quizás no para determinados sectores o profesionales, pero sí se puede recortar bastante
La correlación entre más recaudación por la inflación = más dinero de sobra no se puede establecer así como así porque la inflación también supone más gasto para el sector público que además tiene que bregar con otras ayudas que merman el dinero disponible
El IRPF es redistributivo pero los de menos renta no pagan IRPF, por lo que nos les favorecería . Me parecen más justas medidas tipo bono social o similares
Quién tiene que gastar en coche para ir a trabajar normalmente paga irpf, así que esta medida le beneficia.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Núñez Feijoo me parece mala elección. Parece que no quieren recuperar a los que se fueron y que han dejado claro que pueden sobrevivir sin ellos.
Tal vez sea lo mejor.
Tal vez sea lo mejor.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Cuando me has leído a mí esa gansada del libre mercado?Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 19:45¿Que es eso del exceso de recaudación?Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
...
Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Así que con la deuda que tenemos resulta que recaudamos mucho en impuestos.
Pero no habiamos quedado que el mercado se regula solo, a que viene ahora a bajarle los impuestos para paliar que el mercado suba los precios, ellos ganan dinero y el resto todos perdemos.
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La presión fiscal más alta la registró Francia, con un 47,4% con respecto a su PIB, seguido de Dinamarca, con el 46,9% y Bélgica, con el 45,9%. España se situó por debajo de la media europea, con el 35,4% sobre el PIB, la misma presión fiscal que en 2018.
https://www.epdata.es/datos/presion-fis ... sticas/485

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Re: El reto del nuevo Partido Popular
En esa empresa sería habitual, en el 99% no lo es.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 22:03Siempre he trabajado en Madrid , pero normalmente a 16-18 kms de mi casa. He compartido algún proyecto con una persona que trabajaba en Plasencia y vivía a muchos kilómetros. La empresa les ponía el medio de transporte. Hace años era muy habitual.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 19:30Dile a la gente que vive en Castilla o Extremadura a ver qué tal sin coche.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 17:52Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.
Date un rule por InfoJobs a ver cuántas ofertas piden coche propio.

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Re: El reto del nuevo Partido Popular
Depende del sector , del tipo de trabajo y del lugar , claro, eso no lo discuto; pero en otros muchos no. En los que conozco no hay plazas de garaje para todos y aparcar cerca puede ser complicado. En ocasiones cuestiones como la falta de plazas de parking obligan a cambiar de hábitos y en otras , como una subida desmesurada del combustible puede ser recomendable intentarlo. Y a lo mejor después piensas ¿ por qué no lo habré hecho antes? Pero entiendo que para algunos trabajos no es fácil.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑10 Abr 2022 01:34En esa empresa sería habitual, en el 99% no lo es.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 22:03Siempre he trabajado en Madrid , pero normalmente a 16-18 kms de mi casa. He compartido algún proyecto con una persona que trabajaba en Plasencia y vivía a muchos kilómetros. La empresa les ponía el medio de transporte. Hace años era muy habitual.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 19:30Dile a la gente que vive en Castilla o Extremadura a ver qué tal sin coche.Ver citas anterioresSABELA escribió: ↑09 Abr 2022 17:52
Creo que la dependencia del vehículo propio en España es aún excesiva, por eso digo que una parte sí es voluntaria . Yo ni siquiera tengo carné, y salvo casos excepcionales nunca lo he echado en falta : utilizo transporte público y ando . En las ciudades grandes o medianas es más fácil , lo reconozco, a menos que en las más pequeñas todo lo resuelvas en la misma ciudad.
Yo lo que he dicho es que esa medida sobre el IRPF a las rentas más bajas , también afectadas por el alza de precios no les alcanzaría.
Date un rule por InfoJobs a ver cuántas ofertas piden coche propio.
Re: El reto del nuevo Partido Popular
Para gansada eso del exceso de recaudación.Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑10 Abr 2022 01:33Cuando me has leído a mí esa gansada del libre mercado?Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 19:45¿Que es eso del exceso de recaudación?Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑09 Abr 2022 12:07Hombre, en la circunstancia actual no me parece mala la idea.Ver citas anterioresEl Sopapo escribió: ↑09 Abr 2022 07:43 Feijóo propone contra la inflación una barbaridad económica
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, comparece ante los medios de comunicación tras haber presidido este viernes la reunión semanal con su equipo de gobierno inmerso en su sucesión. EFE/Cabalar
El nuevo secretario general del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha propuesto "disminuir la retenciones en el impuesto de la renta" para devolver una parte de lo que se ha recaudado de más e "impactar esa inflación del 10%". Este argumento se trata de una auténtica barbaridad económica por las razones que voy a exponer muy sencillamente y dejando a un lado otras dos cuestiones secundarias. Una, que el PP pudo corregir los impuestos cuando gobernó para que la inflación no aumente la presión fiscal y no lo hizo; y, otra, que reducir las retenciones a cuenta del pago de un impuesto -como propone Feijóo- no equivale a bajarlo.
Como he explicado en otros artículos anteriores en este diario, la subida de precios tan elevada que estamos sufriendo es especialmente grave y difícil de frenar porque se produce como consecuencia de factores muy diferentes y cuyas posibles respuestas pueden neutralizarse entre sí.
Aunque cada uno de esos factores se da con más o menos intensidad en las distintas economías, la inflación actual tiene en todas ellas un origen multipolar: exceso de liquidez como consecuencia de las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales de los últimos años; presión de la demanda tras la salida de los confinamientos; bloqueos de la oferta y carencias en los suministros de muchas materias primas o productos esenciales para la industria o la vida diaria; encarecimiento de la energía por razones específicas de ese sector y geopolíticas; falta de competencia que permite a muchas empresas subir injustificadamente los márgenes para obtener beneficios extraordinarios con precios más altos; agotamiento de recursos naturales; y, todo ello, agudizado por la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia.
Pues bien, bajar las retenciones o incluso los impuestos en general no solo no ayudaría a combatir las actuales subidas de precios sino que podría aumentarlas.
Es evidente que el componente de la inflación que pueda tener relación con el exceso de liquidez no se resuelve sino que empeora si se ponen más medios de pago en manos de los consumidores. Igualmente ocurriría con las subidas de precios que estén producidas por exceso de la demanda respecto a la oferta: serían todavía mayores al bajar los impuestos y provocar aumento del consumo privado. Tampoco hay que ser un lince para entender que las subidas de precios originadas por bloqueos en la oferta, por falta de competencia o por problemas de los sectores energéticos, de ninguna manera van a poder frenarse con menos impuestos sobre la renta de las personas físicas.
Frente a la inflación de raíz monetaria o de demanda lo que hace falta más bien son subidas de tipos de interés, para frenar la demanda de dinero, o de impuestos, para limitar la demanda de bienes y servicios. Otra cosa es que, ni una ni otra medida, sean oportunas ahora porque estas componentes monetaria o de demanda son mucho más débiles que las que tienen que ver con la oferta. Y porque, de tomarlas, se produciría una recesión inmediata pues las economías se vendrían abajo por la demanda, además de por la oferta.
Eso no quiere decir que haya que cruzarse de brazos. Hay que evitar que las subidas de precios se traduzcan en pérdida de poder adquisitivo en los grupos sociales más vulnerables o pérdida de eficiencia en las empresas, y para eso hacen falta ayudas, bien por la vía del gasto (mucho más fáciles por su inmediatez y simplicidad y de mejor impacto en la renta) o por la de los impuestos. Pero nunca indiscriminadamente.
Por otro lado, para enfrentarse a la subida de precios que viene producida por problemas de oferta, como he dicho, por bloqueos en las cadenas de suministro, por escasez de muchos productos o por el precio desbocado de la energía, sí es verdad que hace falta más gasto; pero no gasto en consumo, como generaría la rebaja de impuestos que propone el Partido Popular, sino gasto de inversión de las empresas y también del Estado, para diversificar y desbloquear la oferta y encontrar cuanto antes nuevas fuentes de suministro con precio más reducido.
Por tanto, también en este caso se justifican las ayudas (por la vía del gasto con subvenciones o mediante bajada de impuestos) a las empresas capaces de llevar a cabo esas inversiones y, por supuesto, el mayor gasto inversor del Estado. Para ambas cosas urgentes se necesitan más ingresos públicos, no menos.
En la situación inflacionaria en la que estamos, desarmar al Estado disminuyendo sus ingresos es un error de libro, una barbaridad que provocaría muchos más problemas de los que ya tenemos. Hay que estudiar la reforma de los impuestos para que la inflación no aumente la presión fiscal por la puerta de atrás ni acabe con su ya de por sí deteriorada progresividad, y hay que dar ayudas y bajar impuestos a quien más lo necesite por razones de equidad o para favorecer las inversiones imprescindibles. Pero es en los momentos de mayor dificultad, como ahora, cuando es más importante que nunca la cooperación, la disposición de recursos comunes para hacer frente a los riesgos más elevados y que cada cual contribuya en la medida de su capacidad a financiarlos. Y es justo para eso para lo que sirve el sistema fiscal.
Para finalizar, cabe una reflexión final. Una propuesta tan descabellada como esta que ha hecho Feijóo no se hace por desconocimiento: tiene asesores económicos que saben muy bien lo que dicen. La razón es otra. La inflación y las medidas que se adoptan para combatirla afectan de un modo muy desigual a cada persona o empresa. Y las propuestas del PP también beneficiarían a todas ellas de modo muy diferente. Las pequeñas y medianas empresas con menos ingresos o ventas y las personas con rentas más bajas no pueden financiarse por sí mismas el acceso a todos los bienes públicos, de más calidad y menor coste que cuando son provistos por el mercado, que inevitablemente necesitan para hacer negocios, producir o vivir. Las grandes, por el contrario, sí pueden pagar a cualquier precio las infraestructuras, servicios o bienes privados. Por eso no les importa que el Estado deje de suministrarlos y prefieren ahorrarse impuestos, haciendo creer que así salimos ganando todos.
Ni Feijóo ni ningún otro dirigente del Partido Popular dicen barbaridades como esta de ahora por casualidad, ni porque no tengan idea de economía. Saben muy bien lo que dicen y a quién beneficia lo que proponen.
https://blogs.publico.es/juantorres/202 ... mobile-big
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Que el PP es el partido de los ricos, de los poderosos no es nada nuevo, lo extraño es que tanto currele se deje embaucar por esos cantos de sirena.
Bajar los impuestos solo beneficia a los que mas tienen en detrimento de los que menos tienen, por eso el único caballo de batalla del PP en las actuales circunstancias es bajar impuestos.
Me explico.
Con la subida de precios, el reparto de la carga impositiva es más injusto, ya que impuestos como el IVA o los impuestos de carburantes etc son fijos y no responden a la renta sino al consumo, consumo que no es "voluntario".
Si este exceso de recaudación se devuelve mediante ajuste en el IRPF, que si es un impuesto redistributivo y "justo" se estaría paliando una injusticia.
Así que con la deuda que tenemos resulta que recaudamos mucho en impuestos.
Pero no habiamos quedado que el mercado se regula solo, a que viene ahora a bajarle los impuestos para paliar que el mercado suba los precios, ellos ganan dinero y el resto todos perdemos.
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La presión fiscal más alta la registró Francia, con un 47,4% con respecto a su PIB, seguido de Dinamarca, con el 46,9% y Bélgica, con el 45,9%. España se situó por debajo de la media europea, con el 35,4% sobre el PIB, la misma presión fiscal que en 2018.
https://www.epdata.es/datos/presion-fis ... sticas/485
Hemos dado mas de 10.000 millones en ayudas directas para paliar el efecto de la última huelga de transportes, hemos subvencionado los combustibles a todo el mundo, debido a su subida de precio a causa de la guerra de Ucrania.
Algo que después tendremos que pagar de alguna manera y para poder hacerlo sin muchos traumas, lo primero bajar impuestos para que recaudemos menos.
