Es que no basta con mirar solo la deuda pública porque un gobierno puede tener una elevada tasa de endeudamiento y ser más solvente que otros, por ejemplo observando su prima de riesgo, donde influye los intereses asumidos y los poseedores de la misma, Japón es el país que posee la deuda pública más elevada del mundo en relación a su PIB, pero a la vez tiene una prima de riesgo relativamente controlada inferior a la mayoría de Europa. En el hipotético casi de que el BCE asumiera al 100% con la deuda de los gobiernos de toda la UE, seguramente muchos verían mejorar su prima de riesgo, como ocurrió con el gobierno de Rajoy, pues la reducción de esta (
tan publicitada en este foro), se debió a la acción del BCE, no a las movidas de la Moncloa (aunque hubo presiones, ciertamente).
La deuda pública además puede ser tanto interna como externa, y sobran motivos de por qué es más sano que sus tenedores sean nacionales que internacionales. En términos muy generales.
Sin embargo, el hecho es que la deuda pública es solo un indicio, ya que en conjunto el problema siempre es la suma de lo público y lo privado. Por ejemplo en España antes de la crisis de 2008, la deuda pública era bastante baja (un 35%), pero lo que nadie observó es que la deuda privada fue escalando por más de 10 años.
Por eso el foco debe estar puesto en la deuda externa que incluye tanto la deuda pública como privada.
Y en este sentido la deuda externa española cerró en 2020 con un cercano 197%, lo que seguramente ha ido al alza en lo que va de 2021.
Pero tampoco se termina todo aquí. Ya que una cosa es lo que en conjunto una economía debe al exterior y otra es lo que te deben desde el exterior, es decir la diferencia entre activos y pasivos te da la deuda externa neta.
Y en este sentido la posición española mejora un poco (al menos hasta el tercer trimestre de 2020) a un 83% del PIB. Hay países mejores, como Alemania (-13%), Francia (49%), Bélgica (16%), Irlanda (-177%) y sobre todo Luxemburgo (-2580%). Pero se podría estar peor... como Malta: 347%. Justamente estos datos coinciden con los resultados en las balanzas de pago, es decir, es un buen indicador para medir la sostenibilidad en el mediano plazo de un país.
Están los muy sostenibles: Alemania, Irlanda y sobre todo Luxemburgo.
Y están los para nada sostenibles: Chipre.
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