Euskararen nazioarteko eguna
Re: Euskararen nazioarteko eguna
Como será el retraso de Cruzadito que tengo que dar la razón a ST

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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Era hiperpredecible q una sandez tan grande como la q soltó, fuera memorable.Ver citas anterioressupertolkien escribió: ↑23 Dic 2019 13:33Eres hiperpredecible, sabia que ese iba a ser tu mensaje antes de entrar.
Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
el vasco es una lengua interesante de estudiar, teniendo en cuenta sus luces y sombras, los metodos de estudio, la forma en la q se ha expandido, los prestamos de otros idiomas, los neologismos, los estudios sobre su posible origen como lengua preromana....Ver citas anterioresgálvez escribió: ↑23 Dic 2019 14:23No había visto el video. Donde tu ves una puta xenófoba yo veo a una chavala entusiasmada de su lengua que la defiende aduciendo el contenido poético que tienen la construcción de sus palabras, cosa que no sabía y que además es cierto.Las ocnstrucciones de alguna de sus palabras tienen un alto contenido poético y estético en base a las terminos que aunan para definir un concepto.Ver citas anterioresCruzadito escribió: ↑04 Dic 2019 18:17¿Qué Rh tiene la pava esta? Puta xenofobia. No me extraña que Hitler y el nazismo sintieran tanta simpatía hacia lo vasco. Incluso creo que habían estado en las provincias Vascongadas estudiando la forma del cráneo de los vascos o alguna mierda nazi de ésas. Joder, y ya hay que tener huevos para presumir de un idioma que no vale absolutamente para nada, ni siquiera lo hablan los vascos. También hay que tener muchos cojones para celebrar el día internacional del vasco. Será por lo internacional que es el vasco.
Estás muy pero que muy despistado y meando fuera de tiesto si de esto sacas cualquier mierda nazi o supremacista.
Alguien está en su derecho de decir y argumentar porqué su lengua (o cualquier otra) le parece bella.
Saludos
Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna

Ser republicano hoy es como ser judío en la Alemania de Hitler: Gina Carano
Re: Euskararen nazioarteko eguna



Ays, si es q no da una.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Mejor informese, que no le hará daño :juasVer citas anterioresLady_Sith escribió: ↑29 Dic 2019 02:01![]()
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Ays, si es q no da una.
A diferencia del idiota negacionista del caduceo yo si explico porque si o porque no:
LA HIDALGUÍA UNIVERSAL EN EL PAÍS VASCO
El término hidalgo no se pierde en la noche de los tiempos. Nació y se difunde en la Corona de Castilla durante el siglo XIII, sustituyendo al término infanzón. Lo hizo, en palabras del gran historiador J. M. Lacarra, de una forma explosiva, desde León hasta la frontera de la Corona de Aragón, donde nunca se utilizó ese apelativo para referirse a los miembros de la baja nobleza. Los historiadores discuten sobre el origen y significado del término hidalgo. El profesor Lacarra ha señalado que, frente a la explicación generalmente aceptada, según las Partidas, fijosdalgo como hijos de bien [de riqueza], que Menéndez Pidal hacía derivar de filio de aliquo, hijo de valía o hombre que tiene un valer heredado, otros autores, como F. Lázaro Carreter, apuntaban hacia una forma fidaticum -digno de confianza, derivada de fides, con el sufijo -aticum muy usado en el dialecto leonés, área donde según este autor habría nacido el término y desde donde se habría iniciado su expansión hacia el este. Antes del siglo XIII, la infanzonía - término asociado a la condición nobiliaria de quienes la ostentaban - era patrimonio de un reducido grupo de privilegiados. Sin embargo, doscientos años más tarde, en determinados ámbitos, las gentes de condición hidalga, representaban, en algunos casos como el que nos ocupa, porcentajes mayoritarios de la población de sus respectivos territorios. Entre tanto, es evidente, fueron incorporándose a la condición hidalga y a los privilegios de la hidalguía un elevado número de individuos «que quieren mejorar de estatus» como afirma el profesor Lacarra, autor que también ha destacado la progresiva degradación de la voz hidalgo a partir de la paulatina incorporación a esa condición de villanos, de gentes dispuestas a luchar a caballo a cambio de ciertos privilegios.
Estas eran las formas de acceso tradicionales a la hidalguía que, en consecuencia, estaba asociada a la persona que la disfrutaba en razón de su nacimiento, del privilegio obtenido del monarca o, en su caso, de la sentencia judicial que lo acreditaba. En Álava, Guipúzcoa y Vizcaya había hidalgos que habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados. Pero las gentes de los dos territorios costeros, además, se consideraban y se les consideraba «comúnmente» como hidalgos, aun a sabiendas incluso de que la mayoría de ellos no procedía de solar conocido, ni recibía censos y prestaciones de campesinos solariegos que nunca habían tenido. El mejor ejemplo, sin duda, es el de los vecinos de la villa guipuzcoana de Tolosa a quienes, durante la primera mitad del siglo XIV, Alfonso XI extendió las exenciones que gozaban los hidalgos.
Ahora bien, el final de la historia de la generalización de la hidalguía en Guipúzcoa y Vizcaya, no pasa por la incorporación personal de las gentes de ambos territorios a esa condición, sino por la proclamación y reconocimiento de una hidalguía territorial para los naturales de los mismos. Desde entonces -desde 1526 en el caso de Vizcaya y desde 1610 en Guipúzcoa-, para alcanzar la hidalguía bastaba con probar el origen vizcaíno o guipuzcoano de los demandantes. Pero aunque esa fue la solución final, el debate entre quienes no admitían la hidalguía territorial y quienes la reivindicaban, se mantuvo durante todo el siglo XVI. La cuestión sobre la que se discutía era, en definitiva, si la hidalguía debía restringirse a quienes habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados o, por el contrario, al conjunto de los pobladores de ambos territorios. Los protagonistas más conocidos del mismo fueron, de un lado, Juan García, fiscal de la Corona, quien en su De hispanorum nobilitate et exemptione (1588), arremetió contra la hidalguía colectiva negando la posibilidad de que en un mismo territorio todos pudieran ser hidalgos; de otro, Andrés de Poza, encargado por el Señorío de Vizcaya de la defensa de sus intereses, cuyos argumentos quedaron plasmados en De nobilitate in proprietate. Ad Pragmáticas de Toro e Tordesillas (1588), recientemente editado por Carmen Muñoz de Bustillo. Defendía allí que, en cumplimiento de las Pragmáticas de 1398 y 1403, los vizcaínos podían desentenderse de la Pragmática de Córdoba de 1492, desarrollando la idea de que la nobleza en Vizcaya era diferente de la castellana: «En Castilla la nobleza implica la situación de determinados caballeros a quienes fueron concedidos repartimientos o encomiendas cabalmente por ocupar la escala más alta de la jerarquía social y en virtud de tales concesiones separados perpetuamente de los pecheros inferiores. En Vizcaya la nobleza es universal y primitiva, porque en tierra vasca no hubo nunca encomiendas, feudos ni vasallajes, antes todos sus hijos pertenecieron siempre a la innata libertad de las edades de oro». Ese pasado generaba un título de nobleza, como ha señalado G. Monreal, original y específico, distinto a la nobleza de dignidad y a aquella que requería pruebas de existencia. Esta justificación de la hidalguía colectiva, apoyada en las tesis vascoiberistas -el mito de Túbal- y en la idea de que los vascos jamás han sido conquistados, contaminados, ni colonizados por otros pueblos -la mejor prueba de ello seria el mantenimiento de la lengua vasca-, aseguraba a todos los vizcaínos la nobleza más antigua de España, y por tanto no necesitaban demostrarla para acceder a los oficios de la Corte, ya que por su descendencia de Túbal les asiste el derecho de disfrutar de los privilegios propios de la hidalguía [J. Aranzadi, J. Juaristi]. Lo que importaba era demostrar la vizcainía de los demandantes.
Finalmente, en cuanto al número de hidalgos, resulta de interés hacer referencia a algunos datos elementales tanto europeos como castellanos para conocer cabalmente la dimensión del problema que nos ocupa. Al final de la Edad Media, la población europea de condición noble se situaba entre el 1 y el 2%. En el caso castellano, sin embargo, en tomo a 1500, la población noble del reino rondaba el 16%, concentrándose esencialmente en el norte, en la Cornisa Cantábrica. Un censo de 1591 nos permite comprobar con mayor certeza la distribución de la nobleza en el norte peninsular: mientras que la población gallega de condición hidalga representaba un 5%, la asturiana alcanzaba un 76% y en Cantabria, se situaba en tomo al 86%. Al sur de los territorios de la Cornisa, en las Montañas de Burgos el número de hidalgos era menor, pero se situaba entre el 50 y el 70% de la población. Por último, en Álava, a mediados del siglo XVI, los hidalgos apenas representaban el 25% de la población. No contamos con datos tan precisos sobre la condición social de los vecinos del Señorío de Vizcaya y de la Provincia de Guipúzcoa durante el siglo XVI, aunque se admitía que «todos comúnmente eran fijosdalgo» . En todo caso una conclusión parece evidente: en la Cornisa Cantábrica se concentra la principal bolsa de población noble de la Corona de Castilla y una de las más importantes de Europa, comparable, según el profesor A. Maczack, a la de Polonia y Lituania.
Cabe adelantar, por tanto, una primera conclusión: pese a las afirmaciones de los clásicos de la historiografía vasca, la condición hidalga ni se pierde en la noche de los tiempos ni es consustancial a las gentes de Guipúzcoa y Vizcaya. Se trata, por el contrario, de un largo proceso que se desarrolla esencialmente entre los siglos XIII y XVI afectando no sólo a Guipúzcoa y Vizcaya, sino también a Asturias, a las tierras de la actual Cantabria y de las Montañas de Burgos, donde las gentes de esa condición eran también mayoritarias. Es necesario, en consecuencia, en primer lugar, no perder de vista que el fenómeno no es exclusivamente vasco y que para explicar el mayoritario acceso a la condición hidalga de guipuzcoanos y vizcaínos es imprescindible estudiar todos aquellos elementos que lo hicieron posible a partir de la segunda mitad del siglo XIII concluyendo con la proclamación de la hidalguía universal para todos los vizcaínos en el Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526 y la hidalguía territorial reconocida a los guipuzcoanos en 1610.
P.D... aunque no hablaran en latín con su rey
Ser republicano hoy es como ser judío en la Alemania de Hitler: Gina Carano
Re: Euskararen nazioarteko eguna
Era universal la hidalguía, no eramos todos condes.

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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Si al final te va a ir bien esto del Foro... Estás leyendo y aprendiendo lo que nunca en tu vida.Ver citas anterioresMar.bo escribió: ↑29 Dic 2019 02:06Mejor informese, que no le hará daño :juasVer citas anterioresLady_Sith escribió: ↑29 Dic 2019 02:01![]()
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Ays, si es q no da una.
A diferencia del idiota negacionista del caduceo yo si explico porque si o porque no:
LA HIDALGUÍA UNIVERSAL EN EL PAÍS VASCO
El término hidalgo no se pierde en la noche de los tiempos. Nació y se difunde en la Corona de Castilla durante el siglo XIII, sustituyendo al término infanzón. Lo hizo, en palabras del gran historiador J. M. Lacarra, de una forma explosiva, desde León hasta la frontera de la Corona de Aragón, donde nunca se utilizó ese apelativo para referirse a los miembros de la baja nobleza. Los historiadores discuten sobre el origen y significado del término hidalgo. El profesor Lacarra ha señalado que, frente a la explicación generalmente aceptada, según las Partidas, fijosdalgo como hijos de bien [de riqueza], que Menéndez Pidal hacía derivar de filio de aliquo, hijo de valía o hombre que tiene un valer heredado, otros autores, como F. Lázaro Carreter, apuntaban hacia una forma fidaticum -digno de confianza, derivada de fides, con el sufijo -aticum muy usado en el dialecto leonés, área donde según este autor habría nacido el término y desde donde se habría iniciado su expansión hacia el este. Antes del siglo XIII, la infanzonía - término asociado a la condición nobiliaria de quienes la ostentaban - era patrimonio de un reducido grupo de privilegiados. Sin embargo, doscientos años más tarde, en determinados ámbitos, las gentes de condición hidalga, representaban, en algunos casos como el que nos ocupa, porcentajes mayoritarios de la población de sus respectivos territorios. Entre tanto, es evidente, fueron incorporándose a la condición hidalga y a los privilegios de la hidalguía un elevado número de individuos «que quieren mejorar de estatus» como afirma el profesor Lacarra, autor que también ha destacado la progresiva degradación de la voz hidalgo a partir de la paulatina incorporación a esa condición de villanos, de gentes dispuestas a luchar a caballo a cambio de ciertos privilegios.
Estas eran las formas de acceso tradicionales a la hidalguía que, en consecuencia, estaba asociada a la persona que la disfrutaba en razón de su nacimiento, del privilegio obtenido del monarca o, en su caso, de la sentencia judicial que lo acreditaba. En Álava, Guipúzcoa y Vizcaya había hidalgos que habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados. Pero las gentes de los dos territorios costeros, además, se consideraban y se les consideraba «comúnmente» como hidalgos, aun a sabiendas incluso de que la mayoría de ellos no procedía de solar conocido, ni recibía censos y prestaciones de campesinos solariegos que nunca habían tenido. El mejor ejemplo, sin duda, es el de los vecinos de la villa guipuzcoana de Tolosa a quienes, durante la primera mitad del siglo XIV, Alfonso XI extendió las exenciones que gozaban los hidalgos.
Ahora bien, el final de la historia de la generalización de la hidalguía en Guipúzcoa y Vizcaya, no pasa por la incorporación personal de las gentes de ambos territorios a esa condición, sino por la proclamación y reconocimiento de una hidalguía territorial para los naturales de los mismos. Desde entonces -desde 1526 en el caso de Vizcaya y desde 1610 en Guipúzcoa-, para alcanzar la hidalguía bastaba con probar el origen vizcaíno o guipuzcoano de los demandantes. Pero aunque esa fue la solución final, el debate entre quienes no admitían la hidalguía territorial y quienes la reivindicaban, se mantuvo durante todo el siglo XVI. La cuestión sobre la que se discutía era, en definitiva, si la hidalguía debía restringirse a quienes habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados o, por el contrario, al conjunto de los pobladores de ambos territorios. Los protagonistas más conocidos del mismo fueron, de un lado, Juan García, fiscal de la Corona, quien en su De hispanorum nobilitate et exemptione (1588), arremetió contra la hidalguía colectiva negando la posibilidad de que en un mismo territorio todos pudieran ser hidalgos; de otro, Andrés de Poza, encargado por el Señorío de Vizcaya de la defensa de sus intereses, cuyos argumentos quedaron plasmados en De nobilitate in proprietate. Ad Pragmáticas de Toro e Tordesillas (1588), recientemente editado por Carmen Muñoz de Bustillo. Defendía allí que, en cumplimiento de las Pragmáticas de 1398 y 1403, los vizcaínos podían desentenderse de la Pragmática de Córdoba de 1492, desarrollando la idea de que la nobleza en Vizcaya era diferente de la castellana: «En Castilla la nobleza implica la situación de determinados caballeros a quienes fueron concedidos repartimientos o encomiendas cabalmente por ocupar la escala más alta de la jerarquía social y en virtud de tales concesiones separados perpetuamente de los pecheros inferiores. En Vizcaya la nobleza es universal y primitiva, porque en tierra vasca no hubo nunca encomiendas, feudos ni vasallajes, antes todos sus hijos pertenecieron siempre a la innata libertad de las edades de oro». Ese pasado generaba un título de nobleza, como ha señalado G. Monreal, original y específico, distinto a la nobleza de dignidad y a aquella que requería pruebas de existencia. Esta justificación de la hidalguía colectiva, apoyada en las tesis vascoiberistas -el mito de Túbal- y en la idea de que los vascos jamás han sido conquistados, contaminados, ni colonizados por otros pueblos -la mejor prueba de ello seria el mantenimiento de la lengua vasca-, aseguraba a todos los vizcaínos la nobleza más antigua de España, y por tanto no necesitaban demostrarla para acceder a los oficios de la Corte, ya que por su descendencia de Túbal les asiste el derecho de disfrutar de los privilegios propios de la hidalguía [J. Aranzadi, J. Juaristi]. Lo que importaba era demostrar la vizcainía de los demandantes.
Finalmente, en cuanto al número de hidalgos, resulta de interés hacer referencia a algunos datos elementales tanto europeos como castellanos para conocer cabalmente la dimensión del problema que nos ocupa. Al final de la Edad Media, la población europea de condición noble se situaba entre el 1 y el 2%. En el caso castellano, sin embargo, en tomo a 1500, la población noble del reino rondaba el 16%, concentrándose esencialmente en el norte, en la Cornisa Cantábrica. Un censo de 1591 nos permite comprobar con mayor certeza la distribución de la nobleza en el norte peninsular: mientras que la población gallega de condición hidalga representaba un 5%, la asturiana alcanzaba un 76% y en Cantabria, se situaba en tomo al 86%. Al sur de los territorios de la Cornisa, en las Montañas de Burgos el número de hidalgos era menor, pero se situaba entre el 50 y el 70% de la población. Por último, en Álava, a mediados del siglo XVI, los hidalgos apenas representaban el 25% de la población. No contamos con datos tan precisos sobre la condición social de los vecinos del Señorío de Vizcaya y de la Provincia de Guipúzcoa durante el siglo XVI, aunque se admitía que «todos comúnmente eran fijosdalgo» . En todo caso una conclusión parece evidente: en la Cornisa Cantábrica se concentra la principal bolsa de población noble de la Corona de Castilla y una de las más importantes de Europa, comparable, según el profesor A. Maczack, a la de Polonia y Lituania.
Cabe adelantar, por tanto, una primera conclusión: pese a las afirmaciones de los clásicos de la historiografía vasca, la condición hidalga ni se pierde en la noche de los tiempos ni es consustancial a las gentes de Guipúzcoa y Vizcaya. Se trata, por el contrario, de un largo proceso que se desarrolla esencialmente entre los siglos XIII y XVI afectando no sólo a Guipúzcoa y Vizcaya, sino también a Asturias, a las tierras de la actual Cantabria y de las Montañas de Burgos, donde las gentes de esa condición eran también mayoritarias. Es necesario, en consecuencia, en primer lugar, no perder de vista que el fenómeno no es exclusivamente vasco y que para explicar el mayoritario acceso a la condición hidalga de guipuzcoanos y vizcaínos es imprescindible estudiar todos aquellos elementos que lo hicieron posible a partir de la segunda mitad del siglo XIII concluyendo con la proclamación de la hidalguía universal para todos los vizcaínos en el Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526 y la hidalguía territorial reconocida a los guipuzcoanos en 1610.
P.D... aunque no hablaran en latín con su rey

Re: Euskararen nazioarteko eguna
Por aprender, hasta ha aprendido a autocorregirse, o a contradecirse... Esa pasión vasca q le nubla la mente es lo q tiene.Ver citas anterioresxmigoll escribió: ↑29 Dic 2019 15:41Si al final te va a ir bien esto del Foro... Estás leyendo y aprendiendo lo que nunca en tu vida.Ver citas anterioresMar.bo escribió: ↑29 Dic 2019 02:06Mejor informese, que no le hará daño :juas
A diferencia del idiota negacionista del caduceo yo si explico porque si o porque no:
LA HIDALGUÍA UNIVERSAL EN EL PAÍS VASCO
El término hidalgo no se pierde en la noche de los tiempos. Nació y se difunde en la Corona de Castilla durante el siglo XIII, sustituyendo al término infanzón. Lo hizo, en palabras del gran historiador J. M. Lacarra, de una forma explosiva, desde León hasta la frontera de la Corona de Aragón, donde nunca se utilizó ese apelativo para referirse a los miembros de la baja nobleza. Los historiadores discuten sobre el origen y significado del término hidalgo. El profesor Lacarra ha señalado que, frente a la explicación generalmente aceptada, según las Partidas, fijosdalgo como hijos de bien [de riqueza], que Menéndez Pidal hacía derivar de filio de aliquo, hijo de valía o hombre que tiene un valer heredado, otros autores, como F. Lázaro Carreter, apuntaban hacia una forma fidaticum -digno de confianza, derivada de fides, con el sufijo -aticum muy usado en el dialecto leonés, área donde según este autor habría nacido el término y desde donde se habría iniciado su expansión hacia el este. Antes del siglo XIII, la infanzonía - término asociado a la condición nobiliaria de quienes la ostentaban - era patrimonio de un reducido grupo de privilegiados. Sin embargo, doscientos años más tarde, en determinados ámbitos, las gentes de condición hidalga, representaban, en algunos casos como el que nos ocupa, porcentajes mayoritarios de la población de sus respectivos territorios. Entre tanto, es evidente, fueron incorporándose a la condición hidalga y a los privilegios de la hidalguía un elevado número de individuos «que quieren mejorar de estatus» como afirma el profesor Lacarra, autor que también ha destacado la progresiva degradación de la voz hidalgo a partir de la paulatina incorporación a esa condición de villanos, de gentes dispuestas a luchar a caballo a cambio de ciertos privilegios.
Estas eran las formas de acceso tradicionales a la hidalguía que, en consecuencia, estaba asociada a la persona que la disfrutaba en razón de su nacimiento, del privilegio obtenido del monarca o, en su caso, de la sentencia judicial que lo acreditaba. En Álava, Guipúzcoa y Vizcaya había hidalgos que habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados. Pero las gentes de los dos territorios costeros, además, se consideraban y se les consideraba «comúnmente» como hidalgos, aun a sabiendas incluso de que la mayoría de ellos no procedía de solar conocido, ni recibía censos y prestaciones de campesinos solariegos que nunca habían tenido. El mejor ejemplo, sin duda, es el de los vecinos de la villa guipuzcoana de Tolosa a quienes, durante la primera mitad del siglo XIV, Alfonso XI extendió las exenciones que gozaban los hidalgos.
Ahora bien, el final de la historia de la generalización de la hidalguía en Guipúzcoa y Vizcaya, no pasa por la incorporación personal de las gentes de ambos territorios a esa condición, sino por la proclamación y reconocimiento de una hidalguía territorial para los naturales de los mismos. Desde entonces -desde 1526 en el caso de Vizcaya y desde 1610 en Guipúzcoa-, para alcanzar la hidalguía bastaba con probar el origen vizcaíno o guipuzcoano de los demandantes. Pero aunque esa fue la solución final, el debate entre quienes no admitían la hidalguía territorial y quienes la reivindicaban, se mantuvo durante todo el siglo XVI. La cuestión sobre la que se discutía era, en definitiva, si la hidalguía debía restringirse a quienes habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados o, por el contrario, al conjunto de los pobladores de ambos territorios. Los protagonistas más conocidos del mismo fueron, de un lado, Juan García, fiscal de la Corona, quien en su De hispanorum nobilitate et exemptione (1588), arremetió contra la hidalguía colectiva negando la posibilidad de que en un mismo territorio todos pudieran ser hidalgos; de otro, Andrés de Poza, encargado por el Señorío de Vizcaya de la defensa de sus intereses, cuyos argumentos quedaron plasmados en De nobilitate in proprietate. Ad Pragmáticas de Toro e Tordesillas (1588), recientemente editado por Carmen Muñoz de Bustillo. Defendía allí que, en cumplimiento de las Pragmáticas de 1398 y 1403, los vizcaínos podían desentenderse de la Pragmática de Córdoba de 1492, desarrollando la idea de que la nobleza en Vizcaya era diferente de la castellana: «En Castilla la nobleza implica la situación de determinados caballeros a quienes fueron concedidos repartimientos o encomiendas cabalmente por ocupar la escala más alta de la jerarquía social y en virtud de tales concesiones separados perpetuamente de los pecheros inferiores. En Vizcaya la nobleza es universal y primitiva, porque en tierra vasca no hubo nunca encomiendas, feudos ni vasallajes, antes todos sus hijos pertenecieron siempre a la innata libertad de las edades de oro». Ese pasado generaba un título de nobleza, como ha señalado G. Monreal, original y específico, distinto a la nobleza de dignidad y a aquella que requería pruebas de existencia. Esta justificación de la hidalguía colectiva, apoyada en las tesis vascoiberistas -el mito de Túbal- y en la idea de que los vascos jamás han sido conquistados, contaminados, ni colonizados por otros pueblos -la mejor prueba de ello seria el mantenimiento de la lengua vasca-, aseguraba a todos los vizcaínos la nobleza más antigua de España, y por tanto no necesitaban demostrarla para acceder a los oficios de la Corte, ya que por su descendencia de Túbal les asiste el derecho de disfrutar de los privilegios propios de la hidalguía [J. Aranzadi, J. Juaristi]. Lo que importaba era demostrar la vizcainía de los demandantes.
Finalmente, en cuanto al número de hidalgos, resulta de interés hacer referencia a algunos datos elementales tanto europeos como castellanos para conocer cabalmente la dimensión del problema que nos ocupa. Al final de la Edad Media, la población europea de condición noble se situaba entre el 1 y el 2%. En el caso castellano, sin embargo, en tomo a 1500, la población noble del reino rondaba el 16%, concentrándose esencialmente en el norte, en la Cornisa Cantábrica. Un censo de 1591 nos permite comprobar con mayor certeza la distribución de la nobleza en el norte peninsular: mientras que la población gallega de condición hidalga representaba un 5%, la asturiana alcanzaba un 76% y en Cantabria, se situaba en tomo al 86%. Al sur de los territorios de la Cornisa, en las Montañas de Burgos el número de hidalgos era menor, pero se situaba entre el 50 y el 70% de la población. Por último, en Álava, a mediados del siglo XVI, los hidalgos apenas representaban el 25% de la población. No contamos con datos tan precisos sobre la condición social de los vecinos del Señorío de Vizcaya y de la Provincia de Guipúzcoa durante el siglo XVI, aunque se admitía que «todos comúnmente eran fijosdalgo» . En todo caso una conclusión parece evidente: en la Cornisa Cantábrica se concentra la principal bolsa de población noble de la Corona de Castilla y una de las más importantes de Europa, comparable, según el profesor A. Maczack, a la de Polonia y Lituania.
Cabe adelantar, por tanto, una primera conclusión: pese a las afirmaciones de los clásicos de la historiografía vasca, la condición hidalga ni se pierde en la noche de los tiempos ni es consustancial a las gentes de Guipúzcoa y Vizcaya. Se trata, por el contrario, de un largo proceso que se desarrolla esencialmente entre los siglos XIII y XVI afectando no sólo a Guipúzcoa y Vizcaya, sino también a Asturias, a las tierras de la actual Cantabria y de las Montañas de Burgos, donde las gentes de esa condición eran también mayoritarias. Es necesario, en consecuencia, en primer lugar, no perder de vista que el fenómeno no es exclusivamente vasco y que para explicar el mayoritario acceso a la condición hidalga de guipuzcoanos y vizcaínos es imprescindible estudiar todos aquellos elementos que lo hicieron posible a partir de la segunda mitad del siglo XIII concluyendo con la proclamación de la hidalguía universal para todos los vizcaínos en el Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526 y la hidalguía territorial reconocida a los guipuzcoanos en 1610.
P.D... aunque no hablaran en latín con su rey![]()
Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Lo que está claro que para él, Íñigo, no se encuentra a la altura vasca de nombres como Patxi, Mikel, Andoni... Quizás conozca alguien con ese nombre que sea homosexual que lleven una camiseta Rosa y haga deporte en una trainera.Ver citas anterioresLady_Sith escribió: ↑29 Dic 2019 20:15Por aprender, hasta ha aprendido a autocorregirse, o a contradecirse... Esa pasión vasca q le nubla la mente es lo q tiene.Ver citas anterioresxmigoll escribió: ↑29 Dic 2019 15:41Si al final te va a ir bien esto del Foro... Estás leyendo y aprendiendo lo que nunca en tu vida.Ver citas anterioresMar.bo escribió: ↑29 Dic 2019 02:06Mejor informese, que no le hará daño :juas
A diferencia del idiota negacionista del caduceo yo si explico porque si o porque no:
LA HIDALGUÍA UNIVERSAL EN EL PAÍS VASCO
El término hidalgo no se pierde en la noche de los tiempos. Nació y se difunde en la Corona de Castilla durante el siglo XIII, sustituyendo al término infanzón. Lo hizo, en palabras del gran historiador J. M. Lacarra, de una forma explosiva, desde León hasta la frontera de la Corona de Aragón, donde nunca se utilizó ese apelativo para referirse a los miembros de la baja nobleza. Los historiadores discuten sobre el origen y significado del término hidalgo. El profesor Lacarra ha señalado que, frente a la explicación generalmente aceptada, según las Partidas, fijosdalgo como hijos de bien [de riqueza], que Menéndez Pidal hacía derivar de filio de aliquo, hijo de valía o hombre que tiene un valer heredado, otros autores, como F. Lázaro Carreter, apuntaban hacia una forma fidaticum -digno de confianza, derivada de fides, con el sufijo -aticum muy usado en el dialecto leonés, área donde según este autor habría nacido el término y desde donde se habría iniciado su expansión hacia el este. Antes del siglo XIII, la infanzonía - término asociado a la condición nobiliaria de quienes la ostentaban - era patrimonio de un reducido grupo de privilegiados. Sin embargo, doscientos años más tarde, en determinados ámbitos, las gentes de condición hidalga, representaban, en algunos casos como el que nos ocupa, porcentajes mayoritarios de la población de sus respectivos territorios. Entre tanto, es evidente, fueron incorporándose a la condición hidalga y a los privilegios de la hidalguía un elevado número de individuos «que quieren mejorar de estatus» como afirma el profesor Lacarra, autor que también ha destacado la progresiva degradación de la voz hidalgo a partir de la paulatina incorporación a esa condición de villanos, de gentes dispuestas a luchar a caballo a cambio de ciertos privilegios.
Estas eran las formas de acceso tradicionales a la hidalguía que, en consecuencia, estaba asociada a la persona que la disfrutaba en razón de su nacimiento, del privilegio obtenido del monarca o, en su caso, de la sentencia judicial que lo acreditaba. En Álava, Guipúzcoa y Vizcaya había hidalgos que habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados. Pero las gentes de los dos territorios costeros, además, se consideraban y se les consideraba «comúnmente» como hidalgos, aun a sabiendas incluso de que la mayoría de ellos no procedía de solar conocido, ni recibía censos y prestaciones de campesinos solariegos que nunca habían tenido. El mejor ejemplo, sin duda, es el de los vecinos de la villa guipuzcoana de Tolosa a quienes, durante la primera mitad del siglo XIV, Alfonso XI extendió las exenciones que gozaban los hidalgos.
Ahora bien, el final de la historia de la generalización de la hidalguía en Guipúzcoa y Vizcaya, no pasa por la incorporación personal de las gentes de ambos territorios a esa condición, sino por la proclamación y reconocimiento de una hidalguía territorial para los naturales de los mismos. Desde entonces -desde 1526 en el caso de Vizcaya y desde 1610 en Guipúzcoa-, para alcanzar la hidalguía bastaba con probar el origen vizcaíno o guipuzcoano de los demandantes. Pero aunque esa fue la solución final, el debate entre quienes no admitían la hidalguía territorial y quienes la reivindicaban, se mantuvo durante todo el siglo XVI. La cuestión sobre la que se discutía era, en definitiva, si la hidalguía debía restringirse a quienes habían alcanzado esa condición a través de los expedientes señalados o, por el contrario, al conjunto de los pobladores de ambos territorios. Los protagonistas más conocidos del mismo fueron, de un lado, Juan García, fiscal de la Corona, quien en su De hispanorum nobilitate et exemptione (1588), arremetió contra la hidalguía colectiva negando la posibilidad de que en un mismo territorio todos pudieran ser hidalgos; de otro, Andrés de Poza, encargado por el Señorío de Vizcaya de la defensa de sus intereses, cuyos argumentos quedaron plasmados en De nobilitate in proprietate. Ad Pragmáticas de Toro e Tordesillas (1588), recientemente editado por Carmen Muñoz de Bustillo. Defendía allí que, en cumplimiento de las Pragmáticas de 1398 y 1403, los vizcaínos podían desentenderse de la Pragmática de Córdoba de 1492, desarrollando la idea de que la nobleza en Vizcaya era diferente de la castellana: «En Castilla la nobleza implica la situación de determinados caballeros a quienes fueron concedidos repartimientos o encomiendas cabalmente por ocupar la escala más alta de la jerarquía social y en virtud de tales concesiones separados perpetuamente de los pecheros inferiores. En Vizcaya la nobleza es universal y primitiva, porque en tierra vasca no hubo nunca encomiendas, feudos ni vasallajes, antes todos sus hijos pertenecieron siempre a la innata libertad de las edades de oro». Ese pasado generaba un título de nobleza, como ha señalado G. Monreal, original y específico, distinto a la nobleza de dignidad y a aquella que requería pruebas de existencia. Esta justificación de la hidalguía colectiva, apoyada en las tesis vascoiberistas -el mito de Túbal- y en la idea de que los vascos jamás han sido conquistados, contaminados, ni colonizados por otros pueblos -la mejor prueba de ello seria el mantenimiento de la lengua vasca-, aseguraba a todos los vizcaínos la nobleza más antigua de España, y por tanto no necesitaban demostrarla para acceder a los oficios de la Corte, ya que por su descendencia de Túbal les asiste el derecho de disfrutar de los privilegios propios de la hidalguía [J. Aranzadi, J. Juaristi]. Lo que importaba era demostrar la vizcainía de los demandantes.
Finalmente, en cuanto al número de hidalgos, resulta de interés hacer referencia a algunos datos elementales tanto europeos como castellanos para conocer cabalmente la dimensión del problema que nos ocupa. Al final de la Edad Media, la población europea de condición noble se situaba entre el 1 y el 2%. En el caso castellano, sin embargo, en tomo a 1500, la población noble del reino rondaba el 16%, concentrándose esencialmente en el norte, en la Cornisa Cantábrica. Un censo de 1591 nos permite comprobar con mayor certeza la distribución de la nobleza en el norte peninsular: mientras que la población gallega de condición hidalga representaba un 5%, la asturiana alcanzaba un 76% y en Cantabria, se situaba en tomo al 86%. Al sur de los territorios de la Cornisa, en las Montañas de Burgos el número de hidalgos era menor, pero se situaba entre el 50 y el 70% de la población. Por último, en Álava, a mediados del siglo XVI, los hidalgos apenas representaban el 25% de la población. No contamos con datos tan precisos sobre la condición social de los vecinos del Señorío de Vizcaya y de la Provincia de Guipúzcoa durante el siglo XVI, aunque se admitía que «todos comúnmente eran fijosdalgo» . En todo caso una conclusión parece evidente: en la Cornisa Cantábrica se concentra la principal bolsa de población noble de la Corona de Castilla y una de las más importantes de Europa, comparable, según el profesor A. Maczack, a la de Polonia y Lituania.
Cabe adelantar, por tanto, una primera conclusión: pese a las afirmaciones de los clásicos de la historiografía vasca, la condición hidalga ni se pierde en la noche de los tiempos ni es consustancial a las gentes de Guipúzcoa y Vizcaya. Se trata, por el contrario, de un largo proceso que se desarrolla esencialmente entre los siglos XIII y XVI afectando no sólo a Guipúzcoa y Vizcaya, sino también a Asturias, a las tierras de la actual Cantabria y de las Montañas de Burgos, donde las gentes de esa condición eran también mayoritarias. Es necesario, en consecuencia, en primer lugar, no perder de vista que el fenómeno no es exclusivamente vasco y que para explicar el mayoritario acceso a la condición hidalga de guipuzcoanos y vizcaínos es imprescindible estudiar todos aquellos elementos que lo hicieron posible a partir de la segunda mitad del siglo XIII concluyendo con la proclamación de la hidalguía universal para todos los vizcaínos en el Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526 y la hidalguía territorial reconocida a los guipuzcoanos en 1610.
P.D... aunque no hablaran en latín con su rey![]()
A lo mejor algún día deja de hacer el monguer; con todos mis respetos a esta gente que dasiado tiene con lo suyo.
En fin.
Re: Euskararen nazioarteko eguna
¿y donde se mencionó a los condes?Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑29 Dic 2019 12:25Era universal la hidalguía, no eramos todos condes.

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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Lo que te quiero decir, es que el término nobleza suele aplicarse a la alta nobleza, no a hidalgos e infanzones.Ver citas anterioresMar.bo escribió: ↑30 Dic 2019 02:02¿y donde se mencionó a los condes?Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑29 Dic 2019 12:25Era universal la hidalguía, no eramos todos condes.![]()

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Re: Euskararen nazioarteko eguna
O le pillaría comiendo un cupcake rosa y ya...Ver citas anterioresxmigoll escribió: ↑29 Dic 2019 23:22
Lo que está claro que para él, Íñigo, no se encuentra a la altura vasca de nombres como Patxi, Mikel, Andoni... Quizás conozca alguien con ese nombre que sea homosexual que lleven una camiseta Rosa y haga deporte en una trainera.
A lo mejor algún día deja de hacer el monguer; con todos mis respetos a esta gente que dasiado tiene con lo suyo.
En fin.

Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Hidalgo, hijodalgo, fidalgo (en castellano antiguo, y común en literatura) e infanzón tiene su origen en España y Portugal y es sinónimo de noble, aunque coloquialmente se utilice el término para referirse a la nobleza no titulada. [Wiki: Hidalgo]Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑30 Dic 2019 09:21Lo que te quiero decir, es que el término nobleza suele aplicarse a la alta nobleza, no a hidalgos e infanzones.
La nobleza castellana no es igual a la nobleza vasca. Se accede de forma distinta.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Lo más importante es la pureza de sangre y ser cristiano viejo:
Ver citas anterioresLope de Vega escribió:Yo soy un hombre,
aunque de villana casta,
limpio de sangre, y jamás
de hebrea o mora manchada.
Ver citas anterioresDuque de Rivas escribió: Hola, hidalgos y escuderos
de mi alcurnia y mi blasón,
mirad, como bien nacidos,
de mi sangre y casa en pro.
Re: Euskararen nazioarteko eguna
Mas que importante, eran un sine qua nonVer citas anterioresEdison escribió: ↑31 Dic 2019 10:02 Lo más importante es la pureza de sangre y ser cristiano viejo:
Ver citas anterioresLope de Vega escribió:Yo soy un hombre,
aunque de villana casta,
limpio de sangre, y jamás
de hebrea o mora manchada.Ver citas anterioresDuque de Rivas escribió: Hola, hidalgos y escuderos
de mi alcurnia y mi blasón,
mirad, como bien nacidos,
de mi sangre y casa en pro.
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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Menuda panda de supremacistas que estáis hechos.
Orgulloso de ser centralista y prosistema


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Re: Euskararen nazioarteko eguna
Eso dicen, como el fines...Ver citas anterioresRegshoe escribió: ↑21 Dic 2019 13:53El húngaro es preindoeuropeo?Ver citas anterioresCapitán Tranchete escribió: ↑21 Dic 2019 12:37Tengo que daros la razon, el hungaro port ejempo no existe, al emnos para algunos...Ver citas anterioresInguma escribió: ↑05 Dic 2019 18:00Agrada leerte otra vez Capitan.Ver citas anterioresCapitán Tranchete escribió: ↑05 Dic 2019 15:05 Faltya curiosamente el video de perurena (un héroe de la cultura basca) hablando y siendo definido como sabio por el entrevistador donde mentia vilmente....
Porque no esta aqui? o si esta, perdon por no haberlo visto... que raro, no?
El video de Perurena no trata sobre euskera en concreto aunque supongo te referiras a que menciona que el euskera es el único idioma preindoeuropeo que se habla en Europa. Salvo las lenguas uralicas, diferente familia a la indoeuropea, creo que no existen más lenguas habladas. Perdone usted a Perurena Tranchete, tampoco es para tanto.