Figura clave para el triunfo del golpe de Estado del 36.
La larga sombra de Queipo de Llano.
El Ayuntamiento de Sevilla repudia al militar con el aval del PP pero rechaza trasladar sus restos de la Macarena.

El general Gonzalo Queipo de Llano durante una de sus charlas radiofónicas en Radio Sevilla (JALON ANGEL / EFE)
La ciudad de Sevilla quiere olvidarse definitivamente del general Gonzalo Queipo de Llano y pasar una de las páginas más dolorosas de su historia. El Ayuntamiento hispalense acaba de aprobar por unanimidad una moción de IU en la que se condena el golpe de Estado militar de 1936, se repudia a Queipo de Llano y se rechaza que sus restos sigan enterrados en la basílica de la Macarena. El PP apoyó todos los puntos de la moción excepto este último, en el que Ciudadanos se abstuvo.
El golpe de Franco triunfó en buena medida porque los sublevados se hicieron con el control del suroeste peninsular, lo que permitió que las tropas de África tuvieran una cabeza de puente donde establecerse y posteriormente avanzar. Queipo de Llano se hizo con el control de Sevilla tras una breve resistencia y desencadenó una brutal represión en la ciudad y en la provincia que costó la vida a unas 14.000 personas. “Queipo fue un asesino y un chivato. Lo que le faltaba de intelecto, parecía compensarlo con energía y agresividad”, escribe el hispanista Paul Preston.
Queipo de Llano, fallecido en 1951, y su esposa Genoveva Martí están enterrados bajo sendas lápidas en la iglesia que ocupa la Hermandad de la Macarena. Su fajín de general era exhibido en el paso de la Virgen más famosa de la Semana Santa, y en honor del matrimonio se fundaron las hermandades de San Gonzalo y Santa Genoveva. El hombre que desde sus emisiones de radio animaba a “perseguir a los rojos como a fieras, hasta hacerlos desaparecer a todos”, o que invitaba a sus soldados a violar a las milicianas que “no se van a librar por mucho que berreen y pataleen”, fue enterrado como un penitente de la Cofradía de la Macarena “sin que exista motivo para sospechar que se arrepintiese de ninguna de sus acciones”, señala Preston.
La figura de Queipo incomoda también al PP de Sevilla. Al menos, a una parte de él. El concejal Gregorio Serrano admite que “cualquiera que lea su biografía no puede más que repudiarlo. Traicionó a su Rey, a la República y al propio Franco”. Ni una palabra sobre su papel en la brutal represión que desencadenó en la provincia. Pese a ello, los populares votaron en contra de retirar sus restos de la Macarena. “Como Ayuntamiento, no somos nadie para mostrar nuestro rechazo a lo que diga su hermandad y su familia, que quieren que esté allí”, argumenta Serrano.
Para el resto de formaciones del Consistorio, excepto Ciudadanos, que su tumba siga allí es “una clara ofensa para los familiares de las víctimas del franquismo y para todos los demócratas”. “Queipo es, sin lugar a dudas, el gran responsable de la cruel represión que se desencadenó en Sevilla. Calificarlo de criminal de guerra es una aseveración histórica del máximo rigor, no un adjetivo”, recuerda el investigador sevillano José María García Márquez.
Sin embargo, todos los intentos de retirar su tumba de la basílica de la Macarena han fracasado. “Sacar sus restos de la Macarena equivaldría a poner al feroz militar africanista en su sitio. Sería admitir que Sevilla le otorgó unos honores que nunca mereció”, señala el periodista Antonio Avendaño. La nueva moción aprobada por el Ayuntamiento sevillano “lleva el mismo camino de ser ignorada”, señala a este periódico el abogado Luis Ernesto Salas, que después de dieciocho años desde su traslado a Sevilla por motivos laborales “aún no he entrado nunca en la Macarena.
Es lo único que no conozco de la ciudad. Y no lo haré mientras allí permanezcan los restos de ese
criminal”
http://www.lavanguardia.com/politica/20 ... arena.html
... Al abogado ese del final del artículo: que Queipo de Llano lleva muerto desde el 51, joder!