Desastre químico en Ohio: el "Chernóbil" de EEUU
Publicado: 18 Feb 2023 03:19
El descarrilamiento de varios vagones cargados con químicos altamente cancerígenos ha desatado la indignación y el temor de los vecinos de East Palestine
Jenna Giannios, una fotógrafa de bodas de 39 años, lleva una semana y media tosiendo sin parar. Ha dejado de beber agua del grifo y dice estar incómoda duchándose en su casa. Tiene miedo a que el agua que baja por las cañerías de su casa esté contaminada. No es la única instalada en un constante estado de intranquilidad después de que un tren de mercancías cargado con sustancias químicas altamente tóxicas descarrilara el pasado 3 de febrero cerca de East Palestine, un pequeño pueblo de 4.700 habitantes en la frontera entre Ohio y Pensilvania. Dos semanas después, el escenario sigue siendo dantesco.
De los casi 150 vagones del tren de la compañía Norfolk Southern, con sede en Atlanta, 38 descarrilaron, provocando un incendio posterior que afectó a 12 vagones, algunos cargados con productos altamente cancerígenos que llegaron a provocar un vertido en un río cercano. El Departamento de Recursos Naturales de Ohio ha asegurado que el derrame químico había matado a unos 3.500 peces pequeños a lo largo de más de 10 kilómetros de arroyos colindantes al pueblo hasta el miércoles.
No son los únicos animales afectados. Una residente de North Lima, a unos 15 kilómetros al este de donde se produjo el accidente, dice que cinco de sus gallinas y un gallo aparecieron muertos de forma repentina el martes, justo un día después de que se produjera una quema controlada de algunos de los vagones descarrilados como medida de precaución. La nube negra que se generó dejó escenas de terror para el recuerdo y la sensación de que los daños colaterales pueden ser de larga duración.
Varios vecinos se han quejado de náuseas y dolores de cabeza, pero las autoridades tanto de Ohio como de Pensilvania dicen que es seguro regresar a sus casas. "No me digan que es seguro. Algo está pasando si los peces están flotando muertos en el arroyo", decía Cathey Reese, una vecina de Negley, Ohio, a una cadena local.
La inhalación de cloruro de vinilo, un material usado con frecuencia durante la Primera Guerra Mundial, puede causar síntomas respiratorios junto con síntomas neurológicos como dolores de cabeza y mareos. La exposición crónica a altos niveles de cloruro de vinilo se ha asociado con daños hepáticos y con cáncer, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
MANIFIESTO DE LA EMPRESA
Esta semana, la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) publicó un manifiesto parcial de la empresa Norfolk Southern que detallaba otras sustancias químicas peligrosas en el tren, que incluían éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo e isobutileno. Todos pueden causar irritación o síntomas neurológicos como mareos y dolores de cabeza.
El accidente se produjo el viernes 3 de febrero por la noche en una zona poco habitada de la región, por lo que no se produjeron muertos ni heridos. Sin embargo, las sustancias derramadas desembocaron en una orden de evacuación el sábado y que las autoridades tuvieran que ir casa por casa el domingo para sacar a los que se resistían a abandonar. El lunes, tras confirmar que las válvulas para liberar la presión de algunos vagones ya no estaban funcionando, se procedió a la quema controlada que terminó en una explosión y una nube negra de película.
Norfolk Southern dijo que la operación fue un éxito y la EPA envió un comunicado posterior asegurando que el aire estaba limpio, sin restos de contaminantes químicos. Pero los vecinos de East Palestine y los pueblos de alrededor no se fían. "Sólo evacuaron a menos de dos kilómetros de ese lugar, y eso es una locura para mí", dice Giannos a NBC. "Estoy preocupada por el impacto a largo plazo para mi salud. Todo esto es un desastre".
Durante días las autoridades recomendaron beber agua embotellada y de momento pocos se fían de que la que sale del grifo, en un escenario que recuerda a lo sucedido en Hinkley, California, en los años 90 y a la demanda multimillonaria que inspiró la película de Steven Soderbergh, Erin Brokovich, protagonizada por Julia Roberts. En este caso, la demanda colectiva ya está en marcha, presentada por dos firmas de abogados.
Dan Trust, uno de los letrados detrás de la querella, asegura que los efectos de las explosiones controladas está alcanzando a residentes mucho más allá del radio de tres kilómetros que calculaban inicialmente. Varios vecinos tienen problemas respiratorios por la negligencia de Norfolk Southern.
La corporación de transporte afirmó en un comunicado que "el vídeo de vigilancia de una residencia mostró lo que parece ser un rodamiento de rueda en la etapa final de falla por sobrecalentamiento momentos antes del descarrilamiento. El juego de ruedas del presunto vagón se ha recolectado como evidencia para un examen metalúrgico".
Trust, sin embargo cree que los trenes no descarrilan sin motivo y lo atribuye a la negligencia de la compañía. "Tenemos razones para creer que el tren y los vagones no recibieron el mantenimiento adecuado y esperamos seguir descubriendo más durante el curso de esta demanda". También ha expresado su preocupación el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, por la forma de Norfolk de operar el tren, que calificó de "pobre". Shapiro indicó que ha estado en comunicación con el presidente Joe Biden y con el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y que han ofrecido toda su cooperación "a la gente de Pensilvania".
https://www.elmundo.es/internacional/20 ... b459e.html
Jenna Giannios, una fotógrafa de bodas de 39 años, lleva una semana y media tosiendo sin parar. Ha dejado de beber agua del grifo y dice estar incómoda duchándose en su casa. Tiene miedo a que el agua que baja por las cañerías de su casa esté contaminada. No es la única instalada en un constante estado de intranquilidad después de que un tren de mercancías cargado con sustancias químicas altamente tóxicas descarrilara el pasado 3 de febrero cerca de East Palestine, un pequeño pueblo de 4.700 habitantes en la frontera entre Ohio y Pensilvania. Dos semanas después, el escenario sigue siendo dantesco.
De los casi 150 vagones del tren de la compañía Norfolk Southern, con sede en Atlanta, 38 descarrilaron, provocando un incendio posterior que afectó a 12 vagones, algunos cargados con productos altamente cancerígenos que llegaron a provocar un vertido en un río cercano. El Departamento de Recursos Naturales de Ohio ha asegurado que el derrame químico había matado a unos 3.500 peces pequeños a lo largo de más de 10 kilómetros de arroyos colindantes al pueblo hasta el miércoles.
No son los únicos animales afectados. Una residente de North Lima, a unos 15 kilómetros al este de donde se produjo el accidente, dice que cinco de sus gallinas y un gallo aparecieron muertos de forma repentina el martes, justo un día después de que se produjera una quema controlada de algunos de los vagones descarrilados como medida de precaución. La nube negra que se generó dejó escenas de terror para el recuerdo y la sensación de que los daños colaterales pueden ser de larga duración.
Varios vecinos se han quejado de náuseas y dolores de cabeza, pero las autoridades tanto de Ohio como de Pensilvania dicen que es seguro regresar a sus casas. "No me digan que es seguro. Algo está pasando si los peces están flotando muertos en el arroyo", decía Cathey Reese, una vecina de Negley, Ohio, a una cadena local.
La inhalación de cloruro de vinilo, un material usado con frecuencia durante la Primera Guerra Mundial, puede causar síntomas respiratorios junto con síntomas neurológicos como dolores de cabeza y mareos. La exposición crónica a altos niveles de cloruro de vinilo se ha asociado con daños hepáticos y con cáncer, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
MANIFIESTO DE LA EMPRESA
Esta semana, la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) publicó un manifiesto parcial de la empresa Norfolk Southern que detallaba otras sustancias químicas peligrosas en el tren, que incluían éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo e isobutileno. Todos pueden causar irritación o síntomas neurológicos como mareos y dolores de cabeza.
El accidente se produjo el viernes 3 de febrero por la noche en una zona poco habitada de la región, por lo que no se produjeron muertos ni heridos. Sin embargo, las sustancias derramadas desembocaron en una orden de evacuación el sábado y que las autoridades tuvieran que ir casa por casa el domingo para sacar a los que se resistían a abandonar. El lunes, tras confirmar que las válvulas para liberar la presión de algunos vagones ya no estaban funcionando, se procedió a la quema controlada que terminó en una explosión y una nube negra de película.
Norfolk Southern dijo que la operación fue un éxito y la EPA envió un comunicado posterior asegurando que el aire estaba limpio, sin restos de contaminantes químicos. Pero los vecinos de East Palestine y los pueblos de alrededor no se fían. "Sólo evacuaron a menos de dos kilómetros de ese lugar, y eso es una locura para mí", dice Giannos a NBC. "Estoy preocupada por el impacto a largo plazo para mi salud. Todo esto es un desastre".
Durante días las autoridades recomendaron beber agua embotellada y de momento pocos se fían de que la que sale del grifo, en un escenario que recuerda a lo sucedido en Hinkley, California, en los años 90 y a la demanda multimillonaria que inspiró la película de Steven Soderbergh, Erin Brokovich, protagonizada por Julia Roberts. En este caso, la demanda colectiva ya está en marcha, presentada por dos firmas de abogados.
Dan Trust, uno de los letrados detrás de la querella, asegura que los efectos de las explosiones controladas está alcanzando a residentes mucho más allá del radio de tres kilómetros que calculaban inicialmente. Varios vecinos tienen problemas respiratorios por la negligencia de Norfolk Southern.
La corporación de transporte afirmó en un comunicado que "el vídeo de vigilancia de una residencia mostró lo que parece ser un rodamiento de rueda en la etapa final de falla por sobrecalentamiento momentos antes del descarrilamiento. El juego de ruedas del presunto vagón se ha recolectado como evidencia para un examen metalúrgico".
Trust, sin embargo cree que los trenes no descarrilan sin motivo y lo atribuye a la negligencia de la compañía. "Tenemos razones para creer que el tren y los vagones no recibieron el mantenimiento adecuado y esperamos seguir descubriendo más durante el curso de esta demanda". También ha expresado su preocupación el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, por la forma de Norfolk de operar el tren, que calificó de "pobre". Shapiro indicó que ha estado en comunicación con el presidente Joe Biden y con el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y que han ofrecido toda su cooperación "a la gente de Pensilvania".
https://www.elmundo.es/internacional/20 ... b459e.html