- Las grandes empresas españolas están lejos de la paridad en cargos directivos que impulsa la UE
Diez años después de que la Comisión Europea presentara sus propuestas para aumentar la presencia femenina en la cúpula de las empresas, las instituciones comunitarias han conseguido pactar la directiva que exigirá que al menos el 40% de los puestos de los consejos de administración en compañías cotizadas (no ejecutivos) estén ocupados "por el sexo infrarrepresentado" lo que tanto entonces el 2012 como ahora en el 2022 quiere decir las mujeres. El acuerdo da de tiempo hasta junio del 2026 para alcanzar esta cifra, que se rebaja al 33% en el 2025 si se computa tanto los puestos no ejecutivos como los ejecutivos, una obligación de la que quedan exentas las empresas con menos de 250 empleados.
"Necesitábamos que esta directiva tuviera garra y por eso habrá multas y otros instrumentos para hacerla eficaz", ha asegurado la eurodiputada socialista austriaca Evelyn Regner al presentar el acuerdo esta mañana en rueda de prensa desde Estrasburgo. En aras del acuerdo, la definición de los instrumentos para hacer real ese objetivo del 40% quedan en manos de los Gobiernos nacionales, que en cuanto la directiva entre en vigor deberán prever medidas punitivas para asegurar su cumplimiento. La UE plantea que vayan desde multas hasta la anulación de nombramientos que no contribuyan a alcanzar la meta europea pasando por la convocatoria pública de plazas.
Antes dos candidatos con las mismas cualificaciones, las empresas deberá optar por la mujer
Las compañías que tengan menos del 40% de mujeres en sus consejos de administración "deben aplicar criterios transparentes y neutrales en términos de género en el nombramiento de directos y dar prioridad al sexo infrarrepresentado cuando hay dos candidatos de diferente sexo con las mismas cualificaciones", explica el ejecutivo comunitario en un comunicado. En caso de que el candidato descartado lo solicite, las empresas deben ser capaces de publicar los criterios de cualificación. Los procedimientos para los nombramientos deben ser "claros y transparentes" y permitir valorar a los aspirantes "de acuerdo con sus méritos individuales, al margen de su sexo", insiste Bruselas.
Actualmente, solo el 30,6% de los sillones de los consejos de administración en la UE están ocupados por mujeres, una cifra que reposa sobre enormes divergencias nacionales (45.3% en France frente a 8.5% en Chipre, según datos de la Comisión Europea). Cuando la directiva empezó a tramitarse, el porcentaje era de solo el 15% y lo ocurrido durante el último decenio evidencia que solo en aquellos países donde se han adoptado cuotas legalmente vinculantes ha aumentado la presencia femenina en las cúpulas de las empresas. Hasta la fecha, nueve países de la UE han optado por las cuotas vinculantes y otros 15, por recomendaciones.
Corresponde a los Gobiernos decidir las multas y procedimientos para cumplir el objetivo
"No me gustan las cuotas pero me gustan lo que hacen las cuotas", solía decir la excomisaria europea Vivianne Reding, impulsora de la propuesta original dentro de la comisión Barroso. Sin embargo, el proyecto legal se enfrentó a fuertes resistencias nacionales que lo mantuvieron prácticamente en el cajón durante diez años. La presidencia francesa del Consejo de la Unión, que termina su mandato a finales de mes, se propuso darle un empujón y anoche las instituciones comunitarias anunciaron que al fin se había alcanzado un acuerdo político sobre el texto legal.
El pacto debe ser formalizado en los próximos días por el Consejo y la Eurocámara. La directiva entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. A partir de este momento, los Gobiernos tendrán dos años de plazo para la adopción de las medidas que sean necesarias en cada país para alcanzar los objetivos de la nueva directiva europea, un enfoque compatible con el hecho de que durante los últimos años ya muchos han adoptado sus propios marcos legales para impulsar la paridad en las empresas.
Para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que como ministra del Gobierno alemán estuvo entre las grandes defensoras de la iniciativa comunitaria y luego incluyó el compromiso de adoptarla cuando fue confirmada para su actual puesto, también es un logro importante. "Este es un gran día para las mujeres de Europa. También para las empresas, porque más diversidad significa más crecimiento y más innovación", destacó en un tuit publicado junto a una fotografía con la excomisaria Reding, perteneciente como ella a la familiar conservadora europea.
"El beneficio para las empresas de tener más mujeres en los cargos de liderazgo es evidente", insiste Von der Leyen en alusión a los informes que muestran que la diversidad redunda en mayor productividad y creatividad. "Hay cantidad de mujeres cualificadas para los puestos más altos: deberían ser capaces de acceder a ellos". La eurodiputada socialista holandesa Lara Wolters, que era becaria en la Eurocámara cuando se presentó la propuesta ("esto quiere decir o bien que yo soy muy joven o bien que la propuesta es muy vieja"), ha destacado que la medida tendrá impacto más allá de las profesionales de más alta cualificación. "Habrá un efecto goteo, la diferencia se notará en la cultura empresarial y en los resultados", sostiene Walters.
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