Ver citas anteriores
José escribió: ↑02 Dic 2021 14:00
Qué rastreros son.
Los peronistas (principalmente, kirchenistas) me recuerdan mucho al PSOE, con sus mañas y su voluntad de erosionar el estado de derecho a su favor.
Todos los peronistas, sean de la facción que sean: kirchneristas, menemistas, peronistas federales, utilizan el estado como botín político y asimilan gobierno con estado, apropiándose de este último como botín político para hacer populismo de manual a través del clientelismo político con las personas de menores ingresos, y para hacer negocios corruptos vulnerando la transparencia y la constitución. El ADN del peronismo esta compuesto de tres cosas: en primer lugar asimilar estado con gobierno, y por ende apropiarse del primero como botín entre miembros del partido para hacer populismo y clientelismo político con los sectores de menores ingreso para cooptarlos y tenerlos como esclavos de sus prebendas, y también utilizando el estado para hacer negocios corruptos con empresarios amigos, cobrando sobre-precios en obras públicas y en otros rubros. En segundo lugar despreciar la república, la constitución y la separación de poderes, haciendo al poder judicial dependiente del poder político vulnerando su independencia, este punto dos va de la mano del punto 1, o sea los peronistas necesitan que no haya separación de poderes y que no haya república para poder hacer su clientelismo y sus negocios corruptos con el estado sin ninguna interferencia ni control institucional. Y por último y en tercer lugar, el desprecio por las democracias occidentales de Europa y Estados Unidos, por no ser compatibles estas con su populismo y su corrupción, por eso el peronismo desprecia las democracias consolidadas de Europa y Estados Unidos y se recuesta como vulgar prostituta que es, en la cama de los regímenes autoritarios de China y Rusia a nivel global, y de Venezuela, Nicaragua y Cuba a nivel regional. Por eso los partidos anti-peronistas como el PRO, la UCR y la CC-ARI entre muchos otros partidos menores, se unen en un solo frente, porque el ataque del peronismo a la republica, a la justicia, a la división de poderes y a la constitución, puede más que las diferencias circunstanciales en algunas políticas económicas y fiscales.
Se equivoca Milei al creer que hay peronistas "perdonables", a los que incluye dentro de los cuales a algunos peronistas federales o republicanos y a algunos menemistas, creer eso es de novato político, es demasiado ingenuo, todos los peronistas, independientemente de la facción a la que pertenezcan, son gente deleznable, corrupta, populista y despreciable, porque odian a la república y buscan destruirla desde adentro, odian a la constitución y por eso buscan vulnerarla y hablan de cambiarla, es decir dejar de lado la constitución republicana de 1853-1860 con su reforma de 1994, para reemplazarla por una nueva constitución populista-autoritaria como la que intento implementar Perón en 1949. Por ende, no se puede confiar en peronistas "republicanos" como Pichetto y Urtubey, que fueron kirchneristas hasta hace unos pocos años. Pichetto, por ejemplo, fue el líder de la fracción peronista del Senado durante las dos presidencias de Cristina Kirchner entre 2008 y 2015, y bajo su liderazgo ayudó a Cristina Kirchner a aplicar todas las políticas populistas y de aumento de impuestos que han dejado a Argentina en el estado calamitoso en el que se encuentra. Que ahora Pichetto se haya vuelto anti-kirchnerista por mero oportunismo político, no por verdadera convicción, no borra su pasado reciente, ya que fue kirchnerista hasta 2015 y es co-responsable del fracaso de los dos gobiernos de Cristina Kirchner, porque en el Senado le aprobó con mayorías automáticas, todo lo que ella quería.
Ver citas anteriores
José escribió: ↑02 Dic 2021 14:00En cuanto a la discusión de los frentes en Argentina,
es posible que esos partidos que nombras no sean "colectivistas" como tal, pero tienden a ello de una manera más lenta. Además, solo hay que ver con quiénes se alían para su frente peronista. Hay dos modelos, el capitalista y el socialista. Cualquier proyecto que vaya por el medio es tibio y tiende al socialismo. Además, son partidos que compran abiertamente la retórica posmoderna del lenguaje inclusivo, el cambio climático, el feminismo, las minorías, etc. Vamos, lo peor de lo peor. Respeto más a un comunista clásico del Frente Obrero que a un alienado así. Por lo cual, yo no sé si Milei logrará con éxito su propósito de rediseñar el tablero político. Solo sé que sería lo más conveniente para Argentina, porque estamos viendo que la política frentista no está solucionando absolutamente nada. El desastre está asegurado en ambos casos. Se debe imponer el pragmatismo en este país. Por un lado, los que están a favor de la libertad y, por otro, los que están a favor de un Estado gigante, con unos impuestos desorbitados, persecución la riqueza, políticas posmodernas, etc. Ahí sí que entrarían con más tino los partidos que Milei califica de "colectivistas".
Eso de que hay solo dos modelos, y no hay terceras vías ni opciones intermedias, y todo aquel modelo capitalista que no sea el que Milei desea, o sea el modelo minarquista de estado gendarme nocturno, tiende al "socialismo" en el largo plazo, es una falacia que Milei repite como un mantra, interpretando a su manera algunas ideas de Hayek y Mises. Es una falacia no demostrable empíricamente por dos motivos: en primer lugar, porque el estado minarquista que Milei desea y al que aspira es un estado "ideal" que no existe en ningún lugar del planeta y que solo existe en el mundo de las ideas, pero no en el mundo real, y en segundo lugar porque si bien es cierto que solo hay modelos, estos son la economía de libre mercado y la economía planificada, pero dentro de la economía de libre mercado hay muchos modelos: el modelo nórdico o escandinavo, que combina una intervención estatal con un mercado libre, creado por la social-democracia sueca, noruega y danesa; el modelo alemán, austriaco y suizo, de capitalismo del Rin u ordo-liberalismo, creado por la democracia cristiana alemana, austríaca y suiza y el socio-liberalismo alemán, austríaco y suizo durante sus primeros gobiernos de coalición; el modelo capitalista japonés y francés con fuerte intervención del estado, llamado en Francia "dirigismo" y creado durante los gobiernos del General De Gaulle y sus sucesores gaullistas; el modelo de capitalismo socio-liberal canadiense creado durante las administraciones del Partido Liberal durante la segunda mitad del siglo XX, etc, es decir modelos hay dos: capitalismo de mercado libre y la economía planificada, pero los todos los sub-modelos capitalistas de mercado libre que nos brinda el mundo real: el canadiense, el alemán-suizo-austriaco, el nórdico-escandinavo o sueco-danés-noruego, el francés, el japonés, entre muchos otros, tienen su cuota de intervención estatal para su mejor implementación y ninguno de ellos ha tendido hacia el socialismo, al contrario todos han sido exitosos simplemente porque el estado ha intervenido para asegurar la libertad de mercado.
Por último y con respecto a los temas "menores" que planteas: el feminismo, el lenguaje inclusivo, las minorías, etc, pues tampoco comparto ni mucho menos "compro", el planteo "maniqueo" de la derecha ultra-conservadora que rodea a personajes como Milei, Kast, Bolsonaro y Trump, a los que podríamos agregar en Europa a Vox en España, Orbán en Hungría, y a los ultra-conservadores que gobiernan actualmente en Polonia, ese planteo maniqueo, que es el que también defiendes tú, consiste mas o menos en lo siguiente: "
solo hay dos extremos en el debate por la cultura, por un lado estamos nosotros los "defensores de la libertad", del sentido común y de los valores tradicionales, y por el otro lado está la izquierda progre, pos-moderna, feminista radical, pro-lobby-LGTBIQ, marxista cultural, que abandonó sus luchas tradicionales de más y mejores derechos sociales de los trabajadores y las clases medias, por cosas superfluas como el lenguaje inclusivo, el matrimonio igualitario, el feminismo radical, la identidad de género, el "multiculturalismo estúpido", etc. Pues no, ese debate maniqueo de extremos a izquierda y a derecha en el debate por la cultura, tampoco me lo "compro". Un socio-liberal centrista como yo jamás creerá en que solo hay extremos, porque existe el centro en todos los temas del debate político, tanto en los temas económico-fiscales como en los temas culturales y valóricos, y por ende un socio-liberal centrista como yo, está en contra tanto de la postura de la "nueva derecha" o "derecha alternativa", que en realidad se trata de la misma derecha ultra-conservadora rancia de siempre, que le molesta sobre manera el empoderamiento de los individuos perteneciente a minorías que estuvieron oprimidas durante mucho tiempo: mujeres, gays, lesbianas, trans-genero, minorías étnicas o de "color", inmigrantes, en cuanto a la equiparación de derechos y libertades con los hombres blancos heterosexuales en lo que a Occidente se refiere, por ejemplo en cuanto al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero también está en contra de lo que la derecha alternativa ultra-conservadora llama "izquierda posmoderna".
Como socio-liberal centrista estoy totalmente en contra de cualquier clase de feminismo que no sea el liberal, que busca la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres por la vía legal-constitucional, en especial del feminismo marxista y autoritario de las "femi-nazis" revoltosas que pululan en las marchas del día de la mujer; como socio-liberal centrista estoy totalmente en contra de esa estupidez llamada lenguaje inclusivo que destruye el idioma y busca cambiarlo de una manera artificial, cuando la filología nos enseña que los idiomas cambian de manera natural, no artificial, evolucionando con el tiempo; como socio-liberal centrista estoy totalmente en contra del oportunismo político de algunos partidos de izquierda, como por ejemplo UP y PSOE en España, o el peronismo en Argentina, que se arrogan la representación exclusiva y oportunista de las personas LGTBIQ, ya que la orientación sexual de las personas no tiene nada que ver con su filosofía política.
En fin, los centristas, ya seamos socio-liberales reformistas, social-demócratas reformistas, verdes-ecologistas reformistas, demo-cristianos reformistas, y conservadores moderados, aún con nuestras diferencias que son muchas, estamos acostumbrados a que tanto la rancia derecha alternativa ultra-conservadora populista, como la nefasta izquierda populista anti-globalización y alter-globalización, nos traten de "tibios", "derechita cobarde" "pseudo-izquierda", "izquierda cobarde", algo que por supuesto, no nos preocupa. En lo personal y con respecto a España, yo estoy tan lejano de Vox como de UP, tanto en los temas económicos y fiscales, como en los temas culturales y valóricos.
PD: no incluí al cambio climático entre los "temas menores", porque claramente no es un tema menor, y negarlo es anti-científico, podrá haber discrepancias entre las distintas familias políticas en cuanto a como hacerle frente y a los tiempos para reconvertir ciertas industrias y dejar de lado otras, pero ninguna de las grandes familias políticas del Mundo actual y sus respectivos partidos políticos: el liberalismo con sus tres corrientes principales: el socio-liberalismo, el liberalismo clásico y el liberalismo verde, nucleado en la Internacional Liberal (LI); la social-democracia, nucleada en la Internacional Socialista (SI-IS); el movimiento verde-ecologista, nucleado en la Internacional Verde (GG); la democracia-cristiana, nucleada en la Internacional Demócrata Cristiana (CDI-IDC); y el conservadurismo, nucleado en la Unión Internacional Demócrata (IDU), niega el cambio climático. Los únicos que niegan el cambio climático son algunos populistas de derecha como Trump, Bolsonaro, Kast, Milei y toda la derecha alternativa europea, además de algunos regímenes autoritarios izquierdistas de Asia y África.
De todas maneras y a pesar de lo crítico que soy de Milei y sus propuestas estrafalarias, le reconozco algo positivo, que es que introdujo al debate político argentino algo que es muy necesario y urgente:
bajar los impuestos a la producción y al consumo, disminuir las prebendas que tienen los políticos argentinos, y reducir el tamaño del elefantiásico e inviable estado argentino", sin por supuesto caer en un estado minarquista imposible, inviable e impracticable.
Saludos.