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gálvez escribió: ↑11 Sep 2021 11:47
LA corrupción en si misma no es un mal. Es un síntoma
Sí. No es una causa, es una consecuencia. Y opera discursivamente como justificante de buena parte de los pensadores liberales para justificar los fracasos de sus políticas. Es decir, en lugar de admitir que es imposible que todos tengan la misma trayectoria de Irlanda al reducir los costos y tiempos de gestión al momento de invertir, antes de ello, necesitas nichos de inversión, y empresarios dispuestos a invertir allí, si tu país en cuestión no tiene ventajas competitivas significativas, realmente poco importa que bajes los costos porque por más que los impuestos sean del 0%, si no hay nada que hacer, el 0% de 0 no da nada. En este sentido los liberales olvidan que hay que observar la realidad del país y de todo el entorno antes de especular que solo reduciendo el peso estatal, los controles e impuestos, vas a tener el boom económico, que en algunos casos (Irlanda, Corea del Sur o Taiwán) haya sido efectivo, no significa que esa sea la fórmula a priori (porque olvidan que antes de liberalizarse, países como Corea o Taiwán emprendieron una significativa industrialización de la mano de un Estado muy intervencionistas), entonces cuando vemos el descalabro de América Latina en los 80 y 90, la explicación que se saca de la manga es que hubo mucha corrupción.
Y sí, en efecto, la corrupción en América siempre estuvo, olvidando nuevamente que así como justifican el fracaso de las medidas liberales no hacen lo mismo con modelos anteriores, o actuales (¿no será que el chavismo fracasa por la corrupción y no porque el Estado lleve al fracaso? Yo no lo creo, pero vale la pena evidenciar sus contradicciones).
Que Europa oriental (especialmente en algunos casos, no en todos), América Latina, África y Asia sean regiones atosigadas por la corrupción no es un problema endémico consecuente de sus propios modelos.
Aquí es cuando es importantísimo el análisis económico-geográfico del mundo. Los modelos habituales que se te presentan en las clases de macro redundan en el reduccionismo y en la sobre especulación teórica obviando que si bien es cierto que para desarrollarse hay que crecer, para crecer hay que tener inversión, para tener inversión hay que tener ahorro, consumo y capital, ese consumo, ese ahorro no viene de la nada, finalmente todo depende de la capacidad competitiva que tiene un mercado en el mundo, y la balanza de pagos es un dato clave para saber cuán competitiva es tu economía. Si finalmente la base de todo está en vender más de lo que consumes (exportar bienes y servicios en mayor medida que lo que consumes del mundo), y que el mercado se organiza en leyes que tienden a la concentración de las áreas de mayor valor agregado (porque no es común ver a países exportando tecnología), entonces siempre tendrás países que a nivel internacional ganen y otros que pierdan.
Los países que tienden a perder son los mismos que luego se ven en peores condiciones al momento de afrontar una crisis: caen en la cesación de pagos, en la tentación de echar mano a la liquidez e impresión desmedida, y en la fuga de capitales. Son estos países los que al poseer economías más débiles los que buscan otras herramientas para hacer más atractiva su propia economía, por eso la corrupción es una de las tantas herramientas que tienen estos países para sopesar el resto de los inconvenientes. A saber, mediante la corrupción se facilita que muchos capitalistas puedan nacer o fortalecerse jugando sucio, en otras palabras, si no hay condiciones para tener una burguesía propiamente dicha (empresarios jugando limpio en un mercado competitivo), lo que queda es permitir la lumpen burguesía (empresarios jugando en carteles bajo la venia de los organismos estatales).
Por ejemplo: tenemos tres empresas que quieren adjudicarse la construcción de una autopista en el país, A-B-C, tal que el costo de construcción es de 1000 millones de € y la ganancia neta será del -digamos- 3%. La presión y el esfuerzo fiscal es idéntico a los países de la región con la diferencia que en otros países la tasa de ganancia es más elevada (5%), si mantenemos las reglas como están, alguno o ninguno de los empresarios podría optar por adjudicarse el proyecto pero uno de ellos mucho más interesado, propone el pago de 1 o 2 millones de € a un funcionario con el fin de evitar pagar un porcentaje de impuestos (o cumplir con normativas que le significaban asumir más costos) y así adjudicarse la obra. De ese modo se saltan muchos pasos y el proyecto sale a flote.
Podría especularse, y con razón, que en lugar de acudir a la corrupción se podrían reducir los costos, pero lo que habría que analizar es si la reducción de costos amerita una ganancia concreta pues la misma (por ejemplo al disminuir los impuestos) podría conllevar un debilitamiento del poder de un Estado ya de por sí bastante débil (aunque muy autoritario, como ocurre en muchos países de África y América Latina), lo que a su vez en el mediano plazo podría perjudicar la inversión igualmente.
Y a lo ya dicho, habría que añadir otro acicate de corrupción que es la seguridad bancaria que ofrecen muchos países desarrollados, los cuales son receptores neto del dinero que les llega de la corrupción de los países del tercer mundo. O sea, no es que los corruptos suizos acumulen su dinero en los bancos de Nigeria, es exactamente al revés.
El negocio está montado.
Por eso digo que luchar contra la corrupción es algo positivo, pero al ser esta una consecuencia, antes tendrías que luchar contra la evolución de tu propia economía. La misma lucha está perdida si no consideras su definición como consecuencia.
Se puede concluir que los países menos corruptos son aquellos donde hay más competencia. Y donde hay más competencia hay más desarrollo. Pero no se puede concluir que la solución sea solo abrir el espacio a la competencia porque si no tienes una clase burguesa propiamente tal para emprender entonces solo te queda la lumpen burguesía.