Un gran debate en el seno del feminismo y la sociedad.
Publicado: 05 Oct 2019 11:48
Un gran debate en el seno del feminismo y la sociedad.
El feminismo como todo movimiento de lucha, de defensa de los derechos de las mujeres es algo dinámico, cambiante y en su seno ahora mismo existe un enconado debate sobre un tema tan antiguo como el ser humano, la prostitución y que hacer con ella desde la perspectiva de la propia mujer y sobre todo del feminismo como movimiento social y de la propia sociedad en general.
Hay dos bandos enfrentados, uno de ellos son los abolicionistas, el otro los normalistas o integracionistas.
Cada uno con sus argumentos, con sus razones, con sus leyes y datos de los resultados de aplicarlas en multitud de países.
Los abolicionistas postulan por la total desaparición de la prostitución, incluso utilizando leyes cada vez mas severas, contra quienes la solicitan y contra quienes la ofrecen, es decir las propias prostitutas.
Los integracionistas, consideran que siempre que las prostitución sea practicada libremente y sin ningún tipo de coacción, previa regulación y normalización debe ser tolerada, integrada en nuestra sociedad como cualquier otra actividad de ocio, o comercial.
El tema de la prostitución no es baladí, ni sencillo, como sociedad hemos avanzado mucho y sobre todo respecto a los derechos de las mujeres, pero el tema de la prostitución poco ha cambiado con el paso de los siglos, sigue estando ahí, igual o peor que estaba hace miles de años.
Parece que la parte ética, o la moral particular de cada uno abracen la abolición total de la prostitución, pero la realidad es otra, si se declara la prostitución ilegal y se persigue con saña, lo único que sucede es que se traslada al entorno marginal, clandestino, con el daño que eso supone a las prostitutas y a sus clientes. Tanto en el tema sanitario como en el entorno donde se practica dicha actividad.
Por otro lado regular una actividad como la prostitución es un choque cultural muy fuerte y mas en países como España, donde la hipocresía es lo que prima, tenemos miles de prostitutas, pero continúan estando socialmente señalas, marginadas en España.
El tema no es nada sencillo, intervienen muchos factores, sociales, culturales, morales, éticos y sobre todo los mas peligrosos los procedentes de los fundamentalismos religiosos. Pero es un tema que en algún momento hay que solucionar, miles de años nos señalan que es un tema peliagudo, delicado, donde los fanatismo no valen y hay que aceptar la realidad, la condición de los seres humanos. Aunque sea su condición mas primaria, o el derecho para hacer con su cuerpo lo que le plazca, siempre claro dentro de unos limites.
Esa es la cuestión, que limites sociales, legales ponemos a un hombre, o una mujer que libremente deciden ofrecer su cuerpo temporalmente para que lo disfrute otro ser humano, pagando “religiosamente” la tarifa acordada con IVA incluido.
El feminismo como todo movimiento de lucha, de defensa de los derechos de las mujeres es algo dinámico, cambiante y en su seno ahora mismo existe un enconado debate sobre un tema tan antiguo como el ser humano, la prostitución y que hacer con ella desde la perspectiva de la propia mujer y sobre todo del feminismo como movimiento social y de la propia sociedad en general.
Hay dos bandos enfrentados, uno de ellos son los abolicionistas, el otro los normalistas o integracionistas.
Cada uno con sus argumentos, con sus razones, con sus leyes y datos de los resultados de aplicarlas en multitud de países.
Los abolicionistas postulan por la total desaparición de la prostitución, incluso utilizando leyes cada vez mas severas, contra quienes la solicitan y contra quienes la ofrecen, es decir las propias prostitutas.
Los integracionistas, consideran que siempre que las prostitución sea practicada libremente y sin ningún tipo de coacción, previa regulación y normalización debe ser tolerada, integrada en nuestra sociedad como cualquier otra actividad de ocio, o comercial.
El tema de la prostitución no es baladí, ni sencillo, como sociedad hemos avanzado mucho y sobre todo respecto a los derechos de las mujeres, pero el tema de la prostitución poco ha cambiado con el paso de los siglos, sigue estando ahí, igual o peor que estaba hace miles de años.
Parece que la parte ética, o la moral particular de cada uno abracen la abolición total de la prostitución, pero la realidad es otra, si se declara la prostitución ilegal y se persigue con saña, lo único que sucede es que se traslada al entorno marginal, clandestino, con el daño que eso supone a las prostitutas y a sus clientes. Tanto en el tema sanitario como en el entorno donde se practica dicha actividad.
Por otro lado regular una actividad como la prostitución es un choque cultural muy fuerte y mas en países como España, donde la hipocresía es lo que prima, tenemos miles de prostitutas, pero continúan estando socialmente señalas, marginadas en España.
El tema no es nada sencillo, intervienen muchos factores, sociales, culturales, morales, éticos y sobre todo los mas peligrosos los procedentes de los fundamentalismos religiosos. Pero es un tema que en algún momento hay que solucionar, miles de años nos señalan que es un tema peliagudo, delicado, donde los fanatismo no valen y hay que aceptar la realidad, la condición de los seres humanos. Aunque sea su condición mas primaria, o el derecho para hacer con su cuerpo lo que le plazca, siempre claro dentro de unos limites.
Esa es la cuestión, que limites sociales, legales ponemos a un hombre, o una mujer que libremente deciden ofrecer su cuerpo temporalmente para que lo disfrute otro ser humano, pagando “religiosamente” la tarifa acordada con IVA incluido.