- el impuesto a las tecnológicas. Lo que llaman "tasa Google", que, en realidad, va a ser "tasa Amazon". Dicen que pretenden proteger al pequeño comercio.
Pues vale. Si dicen eso es porque saben que con ese impuesto, Amazon trasladará el impuesto a sus clientes, de manera que subirá el precio de los productos adquiridos en Amazon. E, imaginan, compraréis menos en Amazon y compraréis más en los chinos.
Al final, no sé si el pequeño comercio se verá beneficiado. En mi opinión personal, no, porque las dificultades del pequeño comercio son estructurales, sus problemas principales no son Amazon y cía.
Pero los perjudicados... los consumidores. Y el principal beneficiario, Hacienda, que mete mano en nuestros bolsillos.
- el impuesto a la banca.
Aquí he leído que lo justifican por los elevados sueldos (¿de quién?) que se pagan en la banca y porque, dicen, los bancos cotizan menos de "lo que deberían".
Los bancos van a trasladar el impuesto a sus clientes vía comisiones. De manera que, al final, los "paganos" de la historia vamos a ser los ciudadanos. Los bancos no van a pagar ese impuesto de sus cuentas, sino que lo pagaremos todos los que tenemos una cuenta en alguna entidad financiera.
¿El principal beneficiario? De nuevo Hacienda, que volverá a meter (más todavía) la mano en nuestros bolsillos.
- el impuesto al diésel.
¿Quién lo va a pagar? Los usuarios de vehículos diésel. ¿Y qué van a hacer con sus coches los propietarios de diésel? Rascarse el bolsillo.
¿El principal beneficiario? Hacienda, que, de nuevo, meterá la mano en nuestra cartera.
Es curioso.
Si os fijáis, coincide en todos los casos el protagonista beneficiario (Hacienda) y el protagonista infeliz perjudicado (el ciudadano-consumidor)
"Mola" la "regeneración" (también con comillas) con la que nos castiga la coalición PSOE+izquierda radical+independentistas.










