Los Sala-Martínez: una familia en la que sólo se hablaba de dinero...Y por dinero la han asesinado(supuestamente)
Publicado: 14 Dic 2016 19:10
http://www.elmundo.es/comunidad-valenci ... b474a.html
CRIMENLa familia por dentro
Los Sala-Martínez: una familia en la que sólo se hablaba de dinero
El concesionario en el que fue asesinada María del Carmen Martínez.
María del Carmen Martínez quería que su único hijo varón llevara los negocios
El ex jefe de la CAM quiso alejar a sus hijos del holding y dejó todo el poder a su esposa
La familia de la viuda de la CAM, bajo lupa
El crimen que se planeó al milímetro y sin cámaras
Los Sala-Martínez fue una familia aparentemente bien avenida hasta la muerte del padre, Vicente, expresidente de la CAM y uno de los empresarios alicantinos más acaudalados. Con su fallecimiento en 2011, se perdieron las formas.
Ya no era necesario disimular una situación que se sostenía a duras penas y en la que, tal como apuntan fuentes del cercanas a la familia, las envidias y los recelos estaban a la orden del día. El crimen a tiros de la matriarca en la zona privada de uno de sus concesionarios de coches ha destapado las tormentosas relaciones entre sus cuatro hijos -tres mujeres y un hombre- que, hasta el momento, sólo conocía su entorno más íntimo.
En realidad, siempre fue así pero Vicente Sala las contenía. Cuando él vivía, las diferencias entre hermanos se suavizaban y se vivían de puertas para adentro. Sabía que sus hijos no se llevaban bien y por eso dejó a su esposa todo el poder de su impresionante holding empresarial. De hecho, cuando se reunían el tema principal era el dinero, los negocios y la situación personal de cada uno de ellos. Pero la discusión no llegaba a más. Vicente Sala murió creyendo haber dejado las cosas atadas y a sus hijos alejados de la toma de decisiones importantes. Colocó los negocios en manos de su mujer.
La última palabra siempre fue de María del Carmen Martínez, motivo por el que semana sí semana también acudía a visitar al notario. Y ella tenía sus preferencias. Era una mujer de un carácter fuerte que tan pronto podía ser tango como bolero. De profundas creencias religiosas y un marcado perfil conservador, siempre creyó que el imperio que había levantado junto a su marido debía dirigirlo su único hijo varón. El hombre de la familia. Y así lo dispuso. Con esta decisión, la unidad se quebró y quedaron dos bandos. La de la madre y su hijo y la de dos de las hermanas. La otra basculaba entre uno y otro, tal como precisan fuentes de su entorno. Recientemente, Vicente Sala junior había recuperado el control de las empresas con el respaldo de su madre, tras dejar dos de ellas en manos de dos de sus hermanas el pasado mes de octubre.Tras el crimen, la Policía descartó que su muerte obedeciera a un ajuste de cuentas y mucho menos a un robo.
Como adelantó este periódico, los agentes comenzaron a indagar en la familia y en el entorno más cercano de la fallecida en busca de respuestas. Sus cuatro hijos ya se han sentado ante los investigadores para ser interrogados. Los yernos, todavía no aunque lo harán en los próximos días. La muerte de María del Carmen se planificó de forma milimétrica. Fue un encargo. Y quien lo hizo actuó con profesionalidad y mucha precisión. Usó una pistola con silenciador. Le dio dos tiros en su propio negocio y huyó sin dejar rastro.Nadie vio nada ni tampoco escuchó nada. El asesino a sueldo supo moverse por el lavadero del concesionario de coche, un sitio que no tenía cámaras de seguridad. Esa tarde, estaba esperando a María del Carmen. Conocía todos sus movimientos.
CRIMENLa familia por dentro
Los Sala-Martínez: una familia en la que sólo se hablaba de dinero
El concesionario en el que fue asesinada María del Carmen Martínez.
María del Carmen Martínez quería que su único hijo varón llevara los negocios
El ex jefe de la CAM quiso alejar a sus hijos del holding y dejó todo el poder a su esposa
La familia de la viuda de la CAM, bajo lupa
El crimen que se planeó al milímetro y sin cámaras
Los Sala-Martínez fue una familia aparentemente bien avenida hasta la muerte del padre, Vicente, expresidente de la CAM y uno de los empresarios alicantinos más acaudalados. Con su fallecimiento en 2011, se perdieron las formas.
Ya no era necesario disimular una situación que se sostenía a duras penas y en la que, tal como apuntan fuentes del cercanas a la familia, las envidias y los recelos estaban a la orden del día. El crimen a tiros de la matriarca en la zona privada de uno de sus concesionarios de coches ha destapado las tormentosas relaciones entre sus cuatro hijos -tres mujeres y un hombre- que, hasta el momento, sólo conocía su entorno más íntimo.
En realidad, siempre fue así pero Vicente Sala las contenía. Cuando él vivía, las diferencias entre hermanos se suavizaban y se vivían de puertas para adentro. Sabía que sus hijos no se llevaban bien y por eso dejó a su esposa todo el poder de su impresionante holding empresarial. De hecho, cuando se reunían el tema principal era el dinero, los negocios y la situación personal de cada uno de ellos. Pero la discusión no llegaba a más. Vicente Sala murió creyendo haber dejado las cosas atadas y a sus hijos alejados de la toma de decisiones importantes. Colocó los negocios en manos de su mujer.
La última palabra siempre fue de María del Carmen Martínez, motivo por el que semana sí semana también acudía a visitar al notario. Y ella tenía sus preferencias. Era una mujer de un carácter fuerte que tan pronto podía ser tango como bolero. De profundas creencias religiosas y un marcado perfil conservador, siempre creyó que el imperio que había levantado junto a su marido debía dirigirlo su único hijo varón. El hombre de la familia. Y así lo dispuso. Con esta decisión, la unidad se quebró y quedaron dos bandos. La de la madre y su hijo y la de dos de las hermanas. La otra basculaba entre uno y otro, tal como precisan fuentes de su entorno. Recientemente, Vicente Sala junior había recuperado el control de las empresas con el respaldo de su madre, tras dejar dos de ellas en manos de dos de sus hermanas el pasado mes de octubre.Tras el crimen, la Policía descartó que su muerte obedeciera a un ajuste de cuentas y mucho menos a un robo.
Como adelantó este periódico, los agentes comenzaron a indagar en la familia y en el entorno más cercano de la fallecida en busca de respuestas. Sus cuatro hijos ya se han sentado ante los investigadores para ser interrogados. Los yernos, todavía no aunque lo harán en los próximos días. La muerte de María del Carmen se planificó de forma milimétrica. Fue un encargo. Y quien lo hizo actuó con profesionalidad y mucha precisión. Usó una pistola con silenciador. Le dio dos tiros en su propio negocio y huyó sin dejar rastro.Nadie vio nada ni tampoco escuchó nada. El asesino a sueldo supo moverse por el lavadero del concesionario de coche, un sitio que no tenía cámaras de seguridad. Esa tarde, estaba esperando a María del Carmen. Conocía todos sus movimientos.
