EL PELO DE LA DEHESA.
Publicado: 15 Jun 2015 10:36
La personalidad de cada uno, esta impresa en nuestro yo profundo.
La personalidad, al principio blanda y moldeable, adquiere firmeza con la edad, hasta que fragua de manera prácticamente definitiva.
La personalidad, contra lo que muchos creen no es genética. Se va formando con nuestras experiencias vitales, en la que tiene una gran importancia la educación recibida, tanto familiar como escolar, y los ejemplos de los amigos y compañeros que elegimos, casi siempre por sintonía.
La personalidad de cada uno se irradia, se expresa, se comunica, y se exhibe, a veces con orgullo, de manera consciente, o sin darnos cuenta, con lo que hacemos y con lo que decimos, pero también se trasmite de manera muchas veces inconsciente, con los gestos, y sobre todo con la imagen.
Hay una expresión muy usada entre los tratantes de ganado, que resume perfectamente, lo que estoy diciendo; "EL PELO DE LA DEHESA".
Un buen potro, o una buena yegua que haya estado criándose en el campo, sin nadie que cuide de sus maneras de comportarse, sin que le arreglaran sus cascos que permanecen sin herrar, sin nadie que peine sus crines, y cepille su pelo, lleno de cardanchos, a nadie le gusta, a nadie interesa.
Eso lo saben los tratantes, y antes de exponerlo en el escaparate de la feria. los preparan, los arreglan, le recortan los cascos. les ponen sus herraduras, les arregla las crines del cuello y de la cola. pero sobre todo les cepilla repetidamente el pelo hasta que le desaparezca el pelo de la dehesa, y su pelo limpio y brillante. muestre con claridad la pureza de su linea morfológica.
Pues eso es lo que esta pasando, y lo digo en sentido metafórico, naturalmente, con muchos de los buenos potros que llegan a la política, que no les han quitado el pelo de la dehesa, y estos mechones de pelos de la dehesa, sucios y descoloridos, tapan sus buenas cualidades, si es que las tienen. que eso esta por ver.
La personalidad, al principio blanda y moldeable, adquiere firmeza con la edad, hasta que fragua de manera prácticamente definitiva.
La personalidad, contra lo que muchos creen no es genética. Se va formando con nuestras experiencias vitales, en la que tiene una gran importancia la educación recibida, tanto familiar como escolar, y los ejemplos de los amigos y compañeros que elegimos, casi siempre por sintonía.
La personalidad de cada uno se irradia, se expresa, se comunica, y se exhibe, a veces con orgullo, de manera consciente, o sin darnos cuenta, con lo que hacemos y con lo que decimos, pero también se trasmite de manera muchas veces inconsciente, con los gestos, y sobre todo con la imagen.
Hay una expresión muy usada entre los tratantes de ganado, que resume perfectamente, lo que estoy diciendo; "EL PELO DE LA DEHESA".
Un buen potro, o una buena yegua que haya estado criándose en el campo, sin nadie que cuide de sus maneras de comportarse, sin que le arreglaran sus cascos que permanecen sin herrar, sin nadie que peine sus crines, y cepille su pelo, lleno de cardanchos, a nadie le gusta, a nadie interesa.
Eso lo saben los tratantes, y antes de exponerlo en el escaparate de la feria. los preparan, los arreglan, le recortan los cascos. les ponen sus herraduras, les arregla las crines del cuello y de la cola. pero sobre todo les cepilla repetidamente el pelo hasta que le desaparezca el pelo de la dehesa, y su pelo limpio y brillante. muestre con claridad la pureza de su linea morfológica.
Pues eso es lo que esta pasando, y lo digo en sentido metafórico, naturalmente, con muchos de los buenos potros que llegan a la política, que no les han quitado el pelo de la dehesa, y estos mechones de pelos de la dehesa, sucios y descoloridos, tapan sus buenas cualidades, si es que las tienen. que eso esta por ver.