Jerusalén, centro de la fe.
Semana Santa. El madrileño Guillermo Rodríguez de Torre está de peregrinación en Jerusalén. "Es una experiencia espectacular que recomiendo a todos, sean creyentes como yo, o no", asegura en el Cenáculo, escenario de la Última Cena.
"Estuvimos en Nazaret y acabamos la Semana Santa aquí donde se produjo. Vivir donde vivió Jesucristo y las enseñanzas donde las dio es muy importante para nosotros. Es una experiencia de fe muy importante", apunta.
El español Guillermo Rodríguez, de peregrinaje en Jerusalén (Sal Emergui)
¿Tuviste miedo de llegar a una zona tan convulsa?, preguntamos. "No. Si es cierto que algunos familiares estaban un poco preocupados y me pidieron que tuviera cuidado pero realmente aquí uno se siente muy seguro. Jerusalén es muy segura", nos dice antes de añadir algo que no servirá para tranquilizar a los suyos en Madrid si es que leen esta pequeña ventana: "Solo hemos vivido algún conflicto entre musulmanes y judíos pero por lo general los cristianos nos suelen tratar muy bien".
Asistimos a la apertura vespertina del Santo Sepulcro. Un ritual que se repite desde hace varios siglos. Dos familias musulmanas se encargan de custodiar la llave y abrir el lugar donde la tradición sitúa la muerte de Jesucristo.
"Es uno de los lugares más sagrados del mundo por lo que la responsabilidad que tenemos es muy importante. Estamos orgullosos de seguir la tradición", nos comenta el palestino Yacoub Nusseibeh tras abrir la histórica puerta ante la emoción de centenares de peregrinos armados con mucha pasión y smartphones.
Poco después de la apertura del Santo Sepulcro (S.E)
Más de 130.000 turistas y peregrinos han elegido Jerusalén para pasar estas fechas. La Semana Santa coincide con Pesaj, la festividad judía que celebra el fin de la esclavitud y éxodo de su pueblo de Egipto. Una coincidencia que se refleja en cada esquina del casco histórico de Jerusalén y en una joven pareja que acude con su hija. Se trata de una familia que celebra al mismo tiempo la Semana Santa y el Pesaj. Con la misma emoción.
"Nací y crecí en Colombia como católica. Actualmente siento la fe católica en el corazón. También practico, respeto y vivo el judaísmo con amor y respeto. Tengo las dos religiones", señala Luz Stella Arroyave, una colombiana que se convirtió al judaísmo tras casarse con el israelí Nir Babani.
"A mis 35 años me convertí pero el catolicismo lo llevo en el corazón y es lo que me trae hoy aquí a Jerusalén", comenta ante la mirada de su marido y su pequeña Antonia.
La conexión israelí-colombiana, entre el catolicismo y el judaísmo (Sal Emergui)
Viven en la tranquila y acomodada ciudad de Binyamina (norte de Israel) y el momento les ha obligado a visitar los Lugares Santos del centro espiritual del mundo. La colombiana, ex periodista de Calí, lo explica: "Vinimos a Jerusalén para sentir la celebración de la Semana Santa católica y ver de cerca todo el espíritu católica. ¡Jerusalén es el centro de la fe del mundo! Me llena mi alma y espíritu de buenas energías y ratifica mi fe en Dios, independientemente de las religiones".
Nir no puede estar más de acuerdo. "Para mí, Jerusalén es el centro del espíritu judío pero también donde nació Jesús e hizo sus milagros. Se puede decir que aquí empezó la religión católica. Hay algo muy lindo en esta ciudad tan especial y antigua que atrae a personas de distintas religiones de todo el mundo".
"No veo mucha diferencia entre el judaísmo y el cristianismo. Los dos nacieron en esta tierra hace miles de años. Las versiones cambian pero la realidad es muy parecida. Jesús nació, creció y murió como judío. Y la noche de la última cena fue del Pesaj, la Pascua judía", concluye antes de perderse en un río de peregrinos y turistas.
La sonrisa de esta pareja contagia...incluso en una región que sufre y exporta tantos conflictos y guerras.
Comentarios en:
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/blo ... la-fe.html