Religión y violencia
- Col. Rheault
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Religión y violencia
LA CUARTA PÁGINA
Religión y violencia
Ni en los textos sagrados ni en las conductas encontramos diferencias radicales entre las religiones. Pero el islam, como cultura, sigue sin adaptarse a la modernidad porque no ha tenido revoluciones de signo liberal
José Álvarez Junco 15 FEB 2015 - 00:00 CET
El abominable atentado contra el Charlie Hebdo,uno más de los actos terroristas acogidos al manto de la yihad islámica, ha vuelto a poner sobre la mesa la relación entre religión y violencia. Una relación que choca, en principio, con la idea de que los mensajes religiosos son la base que sustenta principios morales universales entre sus creyentes. Los musulmanes del mundo entero, desde luego, se han apresurado a condenar estos asesinatos, protestando que nada tienen que ver con las doctrinas predicadas en el Corán. Pero la historia registra demasiadas matanzas en nombre de la fe como para que aceptemos, sin más, tan angélicas protestas.
En nuestro descreído mundo europeo, hoy se tiende a pensar, más bien, lo contrario: que hay algo inherente a las religiones (especialmente a ciertas religiones) que convierte a sus fieles en peligrosos para quienes no comulgamos con sus ideas; que la religión, basada en la fe y no en la razón —al contrario que el pensamiento científico—, fomenta la violencia. De ahí a decir que el terrorismo tiene una raíz religiosa no hay más que un paso.
Es cierto que el Corán contiene mensajes pacíficos: “Combatid por Alá […]pero no os excedáis; Alá no ama a los que se exceden” (2:190); “Si pones la mano sobre mí para matarme, yo no voy a ponerla sobre ti, porque temo a Alá, señor del universo” (5:28); “Quien mate a una persona es como si matara a toda la humanidad; quien da la vida a uno, como si la diera a toda la humanidad” (5:33). Pero tan bellos consejos se olvidan cuando el profeta prescribe qué hacer con los no creyentes, a quienes “ni su hacienda ni sus hijos les servirán de nada” sino como “combustible para el fuego” (3:10); “Que no crean los infieles que van a escapar. ¡No podrán! Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería...” (8:59); “¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Sed duros! ¡Sabed que Alá está con los que le temen!” (9:123); “Matad a los idólatras donde quiera que les encontréis; capturadlos, sitiadlos, tendedles emboscadas por todas partes” (9:5).
Mensajes igualmente contradictorios se encuentran en el Antiguo Testamento. El mismo Levítico que prescribe “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (19:18) recomienda: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada” (26:7-8). Y Jehová ordena a Saúl el genocidio de los amalaquitas con terribles palabras: “No perdones; mata a hombres, mujeres y niños, incluidos los de pecho” (Sam., I, 15:3). En los Evangelios, Jesucristo aconseja al que sea abofeteado ofrecer la otra mejilla y, si quieren quitarnos la túnica, regalar también el manto (Mat., 5:39), pero también advierte de que “no vine a poner paz sobre la tierra, sino espada” (Mat., 10:34). En los momentos previos al prendimiento, previene al discípulo desarmado que “venda su manto y compre una espada”; instantes después, al llegar la cuadrilla que le busca, uno de los discípulos pregunta: “Señor, ¿herimos con la espada?”, y, antes de recibir respuesta, corta la oreja de uno de ellos; Jesús le dice: “Basta ya”, y cura la oreja cortada (Luc., 22:36-51). Pero ese mismo personaje manso se deja llevar por la indignación y la emprende a latigazos con los mercaderes del templo.
Si de los textos revelados pasamos a la historia cristiana, encontraremos igualmente ejemplos para las conductas más dispares. Un belicoso y antisemita se acogerá a precedentes como Domingo de Guzmán o Vicente Ferrer, por mencionar solo a los santificados, o invocará las Cruzadas o la Inquisición; uno pacífico y ecologista, a Francisco de Asís, Las Casas o Teresa de Calcuta. Un nacionalista conservador celebrará la memoria de Recaredo o Isabel la Católica; un izquierdista, la del jesuita Ellacuría o el arzobispo Óscar Romero. Un misógino encontrará en las escrituras mil frases y conductas que ratificarán sus prejuicios; pero a un feminista no le faltarán pasajes bíblicos en los que apoyarse.
En la historia, el islam no se ha distinguido de otras religiones por una especial intolerancia o sed de sangre. Refiriéndonos a nuestra Península, la zona musulmana fue más tolerante que la cristiana. Los cristianos sobrevivieron y practicaron su culto bajo el califato de Córdoba, mientras que los musulmanes fueron obligados a convertirse o salir de la monarquía católica —e incluso convertidos, algunos sinceramente, sufrieron nueva expulsión un siglo más tarde—.
En Europa, la reforma luterana abrió un período particularmente sangriento, con hechos como La Noche de San Bartolomé, en la que los católicos franceses pasaron por el cuchillo a varios miles de protestantes. En el siglo XX, las mayores masacres, con millones de víctimas, han sido de inspiración pagana pero se han producido en una Europa de raíces culturales cristianas; parecidas han sido algunas matanzas asiáticas, en zonas de tradición religiosa taoísta, budista o confuciana.
Pocos hechos comparables se registran en el mundo musulmán, salvo el genocidio armenio —tampoco estrictamente religioso—. La ferocidad actual de Al Qaeda o del Estado Islámico no debe hacernos olvidar a personajes como Malala Yousafzai, que arriesga su vida en defensa de la educación de las niñas, o los abogados iraníes o paquistaníes encarcelados o asesinados por defender los derechos humanos y la tolerancia religiosa. Son héroes de la libertad y son musulmanes.
Con lo que, al final, ni los textos ni las conductas ejemplares permiten distinguir radicalmente entre unas religiones y otras. Todos los mensajes revelados son maleables; todos necesitan arduos trabajos de glosa e interpretación; en todos encontramos afirmaciones que ratifican nuestras posturas preconcebidas. Las doctrinas, además, no se traducen de manera automática en acción. Son los intolerantes y fanáticos los que se escudan en los mensajes que les convienen para justificar sus pulsiones. Más útil, por tanto, que comparar textos me parece comparar las situaciones históricas en las que se hallan las identidades culturales.
Porque la religión es una identidad colectiva, semejante al linaje o la nación. Una identidad que nos adscribe a un determinado grupo humano, del que recibimos nombre y cultura. Y la identidad es muy distinta a las creencias, como demuestra el simple hecho de que en España el porcentaje de quienes se consideran católicos sea superior al de aquellos que declaran creer en Dios.
Esas identidades culturales, de las que forma parte la religión, pasan por distintas fases. Cuando nuestra forma de vida es envidiada e imitada por todos, podemos ser optimistas y generosos. Pero cuando está postergada, y corre el riesgo de desaparecer, surgen las tensiones y las reacciones violentas.
En los últimos siglos, las identidades religiosas tradicionales han tenido que adaptarse al choque con la modernidad. El catolicismo sufrió el embate del luteranismo, de las revoluciones filosófica y científica, la Ilustración, la industrialización, las revoluciones liberales, la democracia. Enfurruñado ante la incomprensión universal, Pío IX condenó la modernidad in toto y se encerró en el Vaticano. Pero otro Papa, 70 años después, abandonó el encierro y aceptó lo inevitable. Lo inevitable era la separación entre la Iglesia y el poder político, la libertad de opinión, la diversidad de creencias entre los ciudadanos, la desaparición del papel del clero como monopolizador de las verdades sociales.
El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre. Sin aceptar estos principios, las tensiones que produce el impacto de la modernidad llevarán a la crispación y, en los más locos, a la violencia asesina. Con lo cual, al final, resulta que sí, que en el islam hay problemas específicos que generan tensiones y, en casos extremos, terrorismo. Aunque no se derivan de sus doctrinas —tan maleables como otras—, sino de su inadaptación a la modernidad.
José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).
http://elpais.com/elpais/2015/02/03/opi ... 66711.html
Religión y violencia
Ni en los textos sagrados ni en las conductas encontramos diferencias radicales entre las religiones. Pero el islam, como cultura, sigue sin adaptarse a la modernidad porque no ha tenido revoluciones de signo liberal
José Álvarez Junco 15 FEB 2015 - 00:00 CET
El abominable atentado contra el Charlie Hebdo,uno más de los actos terroristas acogidos al manto de la yihad islámica, ha vuelto a poner sobre la mesa la relación entre religión y violencia. Una relación que choca, en principio, con la idea de que los mensajes religiosos son la base que sustenta principios morales universales entre sus creyentes. Los musulmanes del mundo entero, desde luego, se han apresurado a condenar estos asesinatos, protestando que nada tienen que ver con las doctrinas predicadas en el Corán. Pero la historia registra demasiadas matanzas en nombre de la fe como para que aceptemos, sin más, tan angélicas protestas.
En nuestro descreído mundo europeo, hoy se tiende a pensar, más bien, lo contrario: que hay algo inherente a las religiones (especialmente a ciertas religiones) que convierte a sus fieles en peligrosos para quienes no comulgamos con sus ideas; que la religión, basada en la fe y no en la razón —al contrario que el pensamiento científico—, fomenta la violencia. De ahí a decir que el terrorismo tiene una raíz religiosa no hay más que un paso.
Es cierto que el Corán contiene mensajes pacíficos: “Combatid por Alá […]pero no os excedáis; Alá no ama a los que se exceden” (2:190); “Si pones la mano sobre mí para matarme, yo no voy a ponerla sobre ti, porque temo a Alá, señor del universo” (5:28); “Quien mate a una persona es como si matara a toda la humanidad; quien da la vida a uno, como si la diera a toda la humanidad” (5:33). Pero tan bellos consejos se olvidan cuando el profeta prescribe qué hacer con los no creyentes, a quienes “ni su hacienda ni sus hijos les servirán de nada” sino como “combustible para el fuego” (3:10); “Que no crean los infieles que van a escapar. ¡No podrán! Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería...” (8:59); “¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Sed duros! ¡Sabed que Alá está con los que le temen!” (9:123); “Matad a los idólatras donde quiera que les encontréis; capturadlos, sitiadlos, tendedles emboscadas por todas partes” (9:5).
Mensajes igualmente contradictorios se encuentran en el Antiguo Testamento. El mismo Levítico que prescribe “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (19:18) recomienda: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada” (26:7-8). Y Jehová ordena a Saúl el genocidio de los amalaquitas con terribles palabras: “No perdones; mata a hombres, mujeres y niños, incluidos los de pecho” (Sam., I, 15:3). En los Evangelios, Jesucristo aconseja al que sea abofeteado ofrecer la otra mejilla y, si quieren quitarnos la túnica, regalar también el manto (Mat., 5:39), pero también advierte de que “no vine a poner paz sobre la tierra, sino espada” (Mat., 10:34). En los momentos previos al prendimiento, previene al discípulo desarmado que “venda su manto y compre una espada”; instantes después, al llegar la cuadrilla que le busca, uno de los discípulos pregunta: “Señor, ¿herimos con la espada?”, y, antes de recibir respuesta, corta la oreja de uno de ellos; Jesús le dice: “Basta ya”, y cura la oreja cortada (Luc., 22:36-51). Pero ese mismo personaje manso se deja llevar por la indignación y la emprende a latigazos con los mercaderes del templo.
Si de los textos revelados pasamos a la historia cristiana, encontraremos igualmente ejemplos para las conductas más dispares. Un belicoso y antisemita se acogerá a precedentes como Domingo de Guzmán o Vicente Ferrer, por mencionar solo a los santificados, o invocará las Cruzadas o la Inquisición; uno pacífico y ecologista, a Francisco de Asís, Las Casas o Teresa de Calcuta. Un nacionalista conservador celebrará la memoria de Recaredo o Isabel la Católica; un izquierdista, la del jesuita Ellacuría o el arzobispo Óscar Romero. Un misógino encontrará en las escrituras mil frases y conductas que ratificarán sus prejuicios; pero a un feminista no le faltarán pasajes bíblicos en los que apoyarse.
En la historia, el islam no se ha distinguido de otras religiones por una especial intolerancia o sed de sangre. Refiriéndonos a nuestra Península, la zona musulmana fue más tolerante que la cristiana. Los cristianos sobrevivieron y practicaron su culto bajo el califato de Córdoba, mientras que los musulmanes fueron obligados a convertirse o salir de la monarquía católica —e incluso convertidos, algunos sinceramente, sufrieron nueva expulsión un siglo más tarde—.
En Europa, la reforma luterana abrió un período particularmente sangriento, con hechos como La Noche de San Bartolomé, en la que los católicos franceses pasaron por el cuchillo a varios miles de protestantes. En el siglo XX, las mayores masacres, con millones de víctimas, han sido de inspiración pagana pero se han producido en una Europa de raíces culturales cristianas; parecidas han sido algunas matanzas asiáticas, en zonas de tradición religiosa taoísta, budista o confuciana.
Pocos hechos comparables se registran en el mundo musulmán, salvo el genocidio armenio —tampoco estrictamente religioso—. La ferocidad actual de Al Qaeda o del Estado Islámico no debe hacernos olvidar a personajes como Malala Yousafzai, que arriesga su vida en defensa de la educación de las niñas, o los abogados iraníes o paquistaníes encarcelados o asesinados por defender los derechos humanos y la tolerancia religiosa. Son héroes de la libertad y son musulmanes.
Con lo que, al final, ni los textos ni las conductas ejemplares permiten distinguir radicalmente entre unas religiones y otras. Todos los mensajes revelados son maleables; todos necesitan arduos trabajos de glosa e interpretación; en todos encontramos afirmaciones que ratifican nuestras posturas preconcebidas. Las doctrinas, además, no se traducen de manera automática en acción. Son los intolerantes y fanáticos los que se escudan en los mensajes que les convienen para justificar sus pulsiones. Más útil, por tanto, que comparar textos me parece comparar las situaciones históricas en las que se hallan las identidades culturales.
Porque la religión es una identidad colectiva, semejante al linaje o la nación. Una identidad que nos adscribe a un determinado grupo humano, del que recibimos nombre y cultura. Y la identidad es muy distinta a las creencias, como demuestra el simple hecho de que en España el porcentaje de quienes se consideran católicos sea superior al de aquellos que declaran creer en Dios.
Esas identidades culturales, de las que forma parte la religión, pasan por distintas fases. Cuando nuestra forma de vida es envidiada e imitada por todos, podemos ser optimistas y generosos. Pero cuando está postergada, y corre el riesgo de desaparecer, surgen las tensiones y las reacciones violentas.
En los últimos siglos, las identidades religiosas tradicionales han tenido que adaptarse al choque con la modernidad. El catolicismo sufrió el embate del luteranismo, de las revoluciones filosófica y científica, la Ilustración, la industrialización, las revoluciones liberales, la democracia. Enfurruñado ante la incomprensión universal, Pío IX condenó la modernidad in toto y se encerró en el Vaticano. Pero otro Papa, 70 años después, abandonó el encierro y aceptó lo inevitable. Lo inevitable era la separación entre la Iglesia y el poder político, la libertad de opinión, la diversidad de creencias entre los ciudadanos, la desaparición del papel del clero como monopolizador de las verdades sociales.
El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre. Sin aceptar estos principios, las tensiones que produce el impacto de la modernidad llevarán a la crispación y, en los más locos, a la violencia asesina. Con lo cual, al final, resulta que sí, que en el islam hay problemas específicos que generan tensiones y, en casos extremos, terrorismo. Aunque no se derivan de sus doctrinas —tan maleables como otras—, sino de su inadaptación a la modernidad.
José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).
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Re: Religión y violencia
Y mientras matanzas inmensas y el conteo de ataques antisemitas se diluían en las sombras. ¿No tendrá q ver esa idea caduca q tiene Occidente sobre Oriente parte del problema?
Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.
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Re: Religión y violencia
... Venga, que en el ejército sionista también hay rabinos! ...Ver citas anterioresLady_Sith escribió:Y mientras matanzas inmensas y el conteo de ataques antisemitas se diluían en las sombras. ¿No tendrá q ver esa idea caduca q tiene Occidente sobre Oriente parte del problema?
Hoy en día toda religión es una lacra en cuanto a forma de progreso social, únicamente es válida para dar esperanza a los más desesperados, algo más que respetable. Si el Islam es algo tan retrógrado y repugnante en nuestros días, no entiendo por qué hay mezquitas en nuestro país. Un estado democrático debe garantizar el progreso y no fomentarlo con centros de adoctrinamiento machista y fanático.
"A largo plazo todos estaremos muertos"
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Re:
... Tu has ido a muchas mezquitas para ver y escuchar que predican? ...Ver citas anteriorespjaenorsa escribió:Hoy en día toda religión es una lacra en cuanto a forma de progreso social, únicamente es válida para dar esperanza a los más desesperados, algo más que respetable. Si el Islam es algo tan retrógrado y repugnante en nuestros días, no entiendo por qué hay mezquitas en nuestro país. Un estado democrático debe garantizar el progreso y no fomentarlo con centros de adoctrinamiento machista y fanático.
Re: Religión y violencia
No sé si es esto pero parece que el islam no tiene respuesta a los fanáticos que asesinan en su nombre.Ver citas anterioresDoc_McCoy escribió: El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre. Sin aceptar estos principios, las tensiones que produce el impacto de la modernidad llevarán a la crispación y, en los más locos, a la violencia asesina. Con lo cual, al final, resulta que sí, que en el islam hay problemas específicos que generan tensiones y, en casos extremos, terrorismo. Aunque no se derivan de sus doctrinas —tan maleables como otras—, sino de su inadaptación a la modernidad.
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Desmond Tutu
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Re: Re:
En efecto, casualmente vivo en frente de la mezquita de Madrid, el pan de cada día. No me rebata que el Islam está estancado en la Edad Media.Ver citas anterioresAtila escribió:... Tu has ido a muchas mezquitas para ver y escuchar que predican? ...Ver citas anteriorespjaenorsa escribió:Hoy en día toda religión es una lacra en cuanto a forma de progreso social, únicamente es válida para dar esperanza a los más desesperados, algo más que respetable. Si el Islam es algo tan retrógrado y repugnante en nuestros días, no entiendo por qué hay mezquitas en nuestro país. Un estado democrático debe garantizar el progreso y no fomentarlo con centros de adoctrinamiento machista y fanático.
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Re: Re:
Predican las enseñanzas del Islam. No creo que en ninguna mezquita se permitan otras enseñanzas que no sean las islámicas.Ver citas anterioresAtila escribió:... Tu has ido a muchas mezquitas para ver y escuchar que predican? ...Ver citas anteriorespjaenorsa escribió:Hoy en día toda religión es una lacra en cuanto a forma de progreso social, únicamente es válida para dar esperanza a los más desesperados, algo más que respetable. Si el Islam es algo tan retrógrado y repugnante en nuestros días, no entiendo por qué hay mezquitas en nuestro país. Un estado democrático debe garantizar el progreso y no fomentarlo con centros de adoctrinamiento machista y fanático.
Re: Religión y violencia
No claro, el "socialismo" árabe que tanto le ha gustado cargarse Occidente no tiene nada de esoVer citas anterioresDoc_McCoy escribió:El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre.

Homo homini lupus
Re: Religión y violencia
El socialismo árabe proporcionaba muchas cosas, sobretodo estabilidad. Hoy eso se ha perdido. Pero cuesta admitirlo porque ellos ven una dictadura obviando que lo de ahora es peor. Quieren imponer una democracia occidentalizada en países que no lo son y que no tienen porque aceptarlo. Pero no les entra en la mollera.
Re: Religión y violencia
No. A Occidente le dan igual las dictaduras mientras les vendan petróleo y colabores con ellos como hace Arabia Saudí. Ahí tenemos el ejemplo del gobierno socialista iraní, gobierno elegido democráticamente que cometió el error de querer nacionalizar el petróleo y por ello fue derrocado en la Operación AjaxVer citas anterioresraf escribió:El socialismo árabe proporcionaba muchas cosas, sobretodo estabilidad. Hoy eso se ha perdido. Pero cuesta admitirlo porque ellos ven una dictadura obviando que lo de ahora es peor. Quieren imponer una democracia occidentalizada en países que no lo son y que no tienen porque aceptarlo. Pero no les entra en la mollera.
Homo homini lupus
Re: Religión y violencia
Eso. Y encima la doble moral de las dictaduras amigas y enemigas. Vergonzoso.Ver citas anterioresEnxebre escribió:No. A Occidente le dan igual las dictaduras mientras les vendan petróleo y colabores con ellos como hace Arabia Saudí. Ahí tenemos el ejemplo del gobierno socialista iraní, gobierno elegido democráticamente que cometió el error de querer nacionalizar el petróleo y por ello fue derrocado en la Operación AjaxVer citas anterioresraf escribió:El socialismo árabe proporcionaba muchas cosas, sobretodo estabilidad. Hoy eso se ha perdido. Pero cuesta admitirlo porque ellos ven una dictadura obviando que lo de ahora es peor. Quieren imponer una democracia occidentalizada en países que no lo son y que no tienen porque aceptarlo. Pero no les entra en la mollera.
Re: Religión y violencia
No sé qué es más ridiculo q piense q el socialismo árabe tiene algo q ver con el socialismo o q Occidente se cargó algo cuando fueron los paises arabes.Ver citas anterioresEnxebre escribió:No claro, el "socialismo" árabe que tanto le ha gustado cargarse Occidente no tiene nada de esoVer citas anterioresDoc_McCoy escribió:El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre.
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Re: Religión y violencia
mira q ver mal q intenten matarteVer citas anterioresraf escribió:Eso. Y encima la doble moral de las dictaduras amigas y enemigas. Vergonzoso.Ver citas anterioresEnxebre escribió:No. A Occidente le dan igual las dictaduras mientras les vendan petróleo y colabores con ellos como hace Arabia Saudí. Ahí tenemos el ejemplo del gobierno socialista iraní, gobierno elegido democráticamente que cometió el error de querer nacionalizar el petróleo y por ello fue derrocado en la Operación AjaxVer citas anterioresraf escribió:El socialismo árabe proporcionaba muchas cosas, sobretodo estabilidad. Hoy eso se ha perdido. Pero cuesta admitirlo porque ellos ven una dictadura obviando que lo de ahora es peor. Quieren imponer una democracia occidentalizada en países que no lo son y que no tienen porque aceptarlo. Pero no les entra en la mollera.

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Re: Religión y violencia
Eso lo veo normal, no me refería a eso. Pero la doble moral occidental es ciertos aspectos es clara y notoria.Ver citas anterioresLady_Sith escribió:mira q ver mal q intenten matarte
Re: Religión y violencia
La doble moral es mundial, no tiene nada q ver con Occidente. Chavez se llenaba la boca poniendo a parir a Estados unidos y eso nunca le impidió venderles petroleo. Es una simple cuestión de intereses. Lo ridiculo es cuando se antepone el tema economico a la seguridad.Ver citas anterioresraf escribió:Eso lo veo normal, no me refería a eso. Pero la doble moral occidental es ciertos aspectos es clara y notoria.Ver citas anterioresLady_Sith escribió:mira q ver mal q intenten matarte
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Re: Religión y violencia
Aprende a leer, si hasta usé comillas cuando no hacía falta ponerlas. ¿La mujer vive igual en Arabia Saudí que en un país con socialismo árabe?¿Estás diciendo eso?¿Que hay la misma relación entre religión y Estado en todos los países de mayoría musulmana?¿Que la operación Ajax no derrocó un gobierno democrático socialista?¿Que occidente no ha derrocado a Sadam Hussein y ha ayudado a derrocar a Gadafi?¿Que no ha sido la misma situación en Siria hasta hace dos días cuando vieron que el monstruo se les estaba yendo de las manos?Ver citas anterioresLady_Sith escribió:No sé qué es más ridiculo q piense q el socialismo árabe tiene algo q ver con el socialismo o q Occidente se cargó algo cuando fueron los paises arabes.Ver citas anterioresEnxebre escribió:No claro, el "socialismo" árabe que tanto le ha gustado cargarse Occidente no tiene nada de esoVer citas anterioresDoc_McCoy escribió:El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre.
Pero qué fácil es decir "eres ridículo" y quedarse tan ancha, como si eso escondiese tus limitaciones
Homo homini lupus
Re: Re:
Deberias ir a una Mezquita Ahmadia para ver la diferencia entre los que estan estancados y los que progresan.Ver citas anteriorespjaenorsa escribió:En efecto, casualmente vivo en frente de la mezquita de Madrid, el pan de cada día. No me rebata que el Islam está estancado en la Edad Media.Ver citas anterioresAtila escribió:... Tu has ido a muchas mezquitas para ver y escuchar que predican? ...Ver citas anteriorespjaenorsa escribió:Hoy en día toda religión es una lacra en cuanto a forma de progreso social, únicamente es válida para dar esperanza a los más desesperados, algo más que respetable. Si el Islam es algo tan retrógrado y repugnante en nuestros días, no entiendo por qué hay mezquitas en nuestro país. Un estado democrático debe garantizar el progreso y no fomentarlo con centros de adoctrinamiento machista y fanático.
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
Re: Religión y violencia
Ver citas anterioresEnxebre escribió:Aprende a leer, si hasta usé comillas cuando no hacía falta ponerlas. ¿La mujer vive igual en Arabia Saudí que en un país con socialismo árabe?¿Estás diciendo eso?¿Que hay la misma relación entre religión y Estado en todos los países de mayoría musulmana?¿Que la operación Ajax no derrocó un gobierno democrático socialista?¿Que occidente no ha derrocado a Sadam Hussein y ha ayudado a derrocar a Gadafi?¿Que no ha sido la misma situación en Siria hasta hace dos días cuando vieron que el monstruo se les estaba yendo de las manos?Ver citas anterioresLady_Sith escribió:No sé qué es más ridiculo q piense q el socialismo árabe tiene algo q ver con el socialismo o q Occidente se cargó algo cuando fueron los paises arabes.Ver citas anterioresEnxebre escribió:No claro, el "socialismo" árabe que tanto le ha gustado cargarse Occidente no tiene nada de esoVer citas anterioresDoc_McCoy escribió:El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre.
Pero qué fácil es decir "eres ridículo" y quedarse tan ancha, como si eso escondiese tus limitaciones
Qué socialismo árabe?

Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.
Quien destruye un alma destruye un mundo entero. Y quien salva una vida, salva un mundo entero.
No uses la conducta de un loco como un precedente.