No soy totalmente minarquista. Siempre he dicho que podría incluir la Sanidad bajo el paraguas del Estado. Me parece algo importante de garantizar. No quiero jugar con algo tan importante como la salud de la gente, y no me gustaría que se dieran las problemáticas dadas en EEUU o Chile. Me gusta aprender de otros ejemplos. Podría incluir a la Sanidad o establecer un sistema mixto, como en la República Checa.Ver citas anterioresliberal de izquierda escribió: ↑25 Oct 2021 01:24 Con lo que piensas y opinas sobre la educación pública, pues déjame decirte que no te mueves ni un solo milímetro del libertarismo minarquista, y que además, estas muy lejos del liberalismo clásico. Te recuerdo que el liberalismo clásico ha hecho de la educación pública laica una de sus banderas tradicionales en sus disputas políticas con el conservadurismo durante el siglo XIX. Este último ha defendido siempre la educación religiosa para poder adoctrinar en la moral tradicional, mientras que el liberalismo en cualquiera de sus corrientes internas ha defendido siempre la educación pública laica o neutral para evitar el adoctrinamiento religioso.
Si uno observa la historia política de Holanda entre 1848 y 1910, una de las grandes disputas entre los partidos políticos de aquella época era el debate por la educación pública laica o la educación religiosa, los partidos liberales clásicos y socio-liberales de aquella época abogaban por la primera, mientras que los partidos conservadores cristianos, tanto calvinistas como católicos, abogaban por la segunda. Así mientras el partido liberal clásico Unión Liberal (LU) y el partido socio-liberal Liga Democrática Librepensadora (VDB), tenían como bandera una educación pública laica y neutral, sin contenido religioso, por el contrario, los partidos calvinistas: el Partido Antirrevolucionario (ARP) y la Unión Cristiana Histórica (CHU), junto con el partido católico Liga General de Asociaciones Católico-Romanas (ABRKK), tenían como bandera la educación religiosa en manos de pastores calvinistas y curas católicos. Cuando a partir de 1890, el movimiento obrero holandés empezó a hacerse importante y fundo el partido político Liga Social-Demócrata (SDB), esta se convirtió en una aliada natural de los dos partidos liberales en su lucha por la educación pública laica en el Parlamento.
Volviendo a la actualidad, y por una cuestión de interés personal, hace un tiempo entre a la página de la Internacional Liberal y revisé las plataformas de todos los partidos políticos socio-liberales, liberales clásicos y liberales-verdes afiliados a dicha entidad, y encontré que todos los partidos liberales, independientemente de la corriente interna del liberalismo a la que adhieran, tienen en sus plataformas políticas a la educación pública laica, neutral, digitalizada y de calidad como una de sus banderas políticas principales.
Cuanto te digo que no te mueves ni un milímetro del libertarismo minarquista, me refiero a que un liberal clásico en el siglo XXI defiende la educación pública laica, neutral, de calidad, gratuita, sin adoctrinamiento y favoreciendo el libre pensamiento, y si bien no está en contra de la educación privada, jamás estaría a favor de privatizar toda la educación, tanto primaria y secundaria, como universitaria, como quieren ustedes los libertarios.
Si te fijas en el mundo hispano, tanto en España como en los países de habla castellana de Latinoamérica, la inmensa mayoría de los colegios primarios y secundarios privados y de las Universidades Privadas son católicas, algunas gestionadas por los jesuitas (como la de Deusto y la Pontifica Comillas) y otras están en manos del Opus Dei (como la Universidad de Navarra, fundada por Escrivá de Balaguer). En Europa en general, el liberalismo ha defendido siempre la educación pública, la educación privada en Europa y en Latinoamérica, salvo excepciones, es religiosa y está en manos de las iglesias, en especial de la iglesia católica, y por eso siempre es defendida por los sectores más conservadores de la sociedad, nunca por los más liberales.
Saludos.
Lo que sí te diré es que no veo a los conservadores como enemigos, a diferencia de ti. Antes de la caída del Muro de Berlín y la derrota del comunismo, la derecha estaba ocupada por los conservadores y los liberales. Tras este acontecimiento, ambos grupos comenzaron a dejar de estar unidos con el paso de los años. Pero, dada la situación que se vive hoy día, amerita volver a establecer esa alianza liberal-conservadora. Mira lo que sucedió en Latam en los últimos tiempos. La izquierda populista del Socialismo del Siglo XXI ha tomado un montón de países, de nuevo, cuando parecía que estaba desapareciendo. La contraofensiva que se viene por parte de esta es fortísima. Y, la derecha, ha empezado a comprender que, fragmentada en sus "microsectas", no puede hacer nada para salvar la situación. No puede ser que los libertarios se anden peleando con los ancap, los minarquístas con los objetivistas, los liberales clásicos con los rothbardianos, etc. Todo esto está muy lindo para el onanismo intelectual. Pero, para la política no sirve de nada. Dentro de los conservadores pasa algo similar, pero con la religión. Por un lado están los evangélicos, los católicos por otro, los agnósticos y conservadores por su lado, etc. Todo esto, afortunadamente, se está superando. Y a mi juicio, opinión totalmente personal, se ha caído en la cuenta de que hay ciertos libertarios que no pueden entrar dentro de esta configuración política y ciertos conservadores, que suelen ser los tradicionalistas más extremos, que tampoco puede ingresar en esto que podemos llamar "nueva derecha". Digamos que porque, estratégica e ideológicamente, no se puede hacer mucho con ellos. A esta conclusión llegó, muy acertadamente, Javier Milei en Argentina. Es una muy buena síntesis de estas dos posturas. Un conservadurismo que desprecia al Estado y que no pretende que sea este el que baje un sistema moral. Más bien, todo lo contrario, pretende sacar al Estado de la sociedad civil, de donde la moral se genera (ejemplo: las familias y las escuelas), y un libertarismo profundamente antiestatista pero que no por eso impugna los principios de autoridad social. Y esa es la diferencia enorme. El libertarismo, cuando se convierte en una corriente en contra del principio de autoridad, es funcional y se va hacia la izquierda. Cuando lo que impugna el libertarismo es la legitimidad de la expansión estatal, ahí se puede dar la mano con los sectores más hacia la derecha y con los conservadores. Y Javier Milei es el ejemplo más claro de esto. En Chile, por ejemplo, se da en la figura de José Antonio Kast. Para mí, es el camino a seguir. Luego, cuando se haya logrado el objetivo de vencer a esta izquierda populista que pretende clientelizar a cierto porcentaje de la población y empobrecer a la sociedad, podremos discutir lo que sea entre nosotros. Pero, lo primero es lo primero.