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Las acusaciones a Íñigo Errejón por comportamientos machistas resucitan reproches previos a la líder de su ya ex partido, Sumar, Yolanda Díaz, por no actuar ante sospechas de actitudes reprochables de sus colaboradores. Como precedente, se ha recuperado un episodio controvertido de su pasado como dirigente de Izquierda Unida en Galicia protagonizado por un antiguo asesor denunciado por pornografía infantil.
Todo ocurrió hace 15 años, en 2009, cuando estaba todavía enfocada en la política local y autonómica. Era concejala en Ferrol y coordinadora de Izquierda Unida en Galicia. Integrantes del Consejo Local del partido encontraron en un ordenador de la sede búsquedas relativas a archivos de pornografía infantil y, preocupados, telefonearon a Díaz, como su líder gallega, para contárselo, pero ella "le restó importancia".
Mercedes Salvatierra Ventura, ex militante de IU en Ferrol, relató lo ocurrido a este periódico poniendo en tela de juicio la actuación de Díaz y reprochándole que la sometió a una auténtica "purga" por haber denunciado sospechas de pedofilia. No hizo caso a sus acusaciones, tan solo denunció después que ya lo hiciese ella y acabó echando del partido a los críticos.
Tres personas decidieron seguir adelante con las quejas porque estaban preocupados por el hallazgo. Eran Mercedes; su marido ya fallecido, Xosé Manuel Sanxoán; y el histórico dirigente comunista de Ferrol José Loureiro. Empezaron una lucha en solitario para depurar responsabilidades en la que no solo no se sintieron apoyados, sino incluso atacados por la dirección
Entre otras cuestiones, les echaron en cara que habían acusado a un compañero sin pruebas. El ordenador era de uso libre y tenían acceso a él una veintena de personas, entre ellos, Ramiro Santalices, un asesor que siguió en la órbita de Díaz y, años más tarde, contratado por AGE -grupo político del que forma parte IU- en el Parlamento gallego.
En el año 2016, la Policía Nacional le detuvo en la propia sede parlamentaria gallega por posesión de pornografía infantil. Nunca se pudo probar su relación con aquellos archivos iniciales, pero sí acabó arrestado siete años después.
En 2009 tres críticos acudieron a la Comisaría relatando lo sucedido, pero no pudieron aportar el ordenador como prueba porque los responsables del partido se habían quedado con él. Al día siguiente, tras saber que existía esa primera denuncia, la propia Yolanda Díaz acudió al juzgado para denunciar lo que estaba ocurriendo, pero no por las sospechas de pedofilia, sino por las críticas porque consideraban que estaban difamando a IU.
Así, en la denuncia señalaban que se estaban "difundiendo falsas y graves acusaciones de hechos constitutivos de delito contra la organización política Izquierda Unida, afirmando falsamente que en el ordenador de la sede (...) existen archivos que pudieran estar relacionados con pornografía infantil".
Finalmente, se pudo averiguar que en el ordenador había dos archivos de pornografía infantil guardados a altas horas de la madrugada y el Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol archivó la causa porque, aunque el juez veía delito, concluyó que no podía determinarse quién era el autor.
Años después, en el marco de la campaña a las elecciones generales de 2023, presumió en un debate televisado de haber denunciado ella el caso, pero las denuncias que ha podido consultar este periódico confirman que no fue así, que solo denunció después de que ya estuviese en manos de la Policía y que no dio credibilidad a las quejas de los miembros de su partido, sino que les acusó a ellos por denunciar.
Esta actuación de Díaz recuerda a lo que se ha vivido esta semana. El jueves, cuando la polémica por las actuaciones de Errejón estaba en su momento álgido, la líder de Sumar se atribuyó el mérito de haber actuado. "Esta semana, Sumar ha iniciado un proceso para recabar información sobre los testimonios surgidos en redes sobre Iñigo Errejón. Como resultado del proceso, hoy deja todos sus cargos", señaló.
La militante "purgada" es muy dura con sus críticas a Díaz y su reacción por aquel entonces. "Yolanda Díaz me maltrató, me humilló y me acosó", relató a este periódico. La acusa de "acoso, abuso de poder y bullying" político y de poner toda la maquinaria del partido en su contra, tanto en los medios de comunicación locales como a nivel interno. De hecho, les abrieron expediente y dos de ellos fueron expulsados y a ella, Mercedes, no la echaron, pero dejaron de pasarle las cuotas de afiliación.