Según la Confederación Española LGBT que atienden a todas las víctimas de violencia intragénero que acuden a ellos, un 75% de las cuales son mujeres agredidas por otras mujeres.
Según los datos del siguiente estudio no hay mucha diferencia entre parejas heterosexuales y homosexuales en lo respectivo a la violencia
Y según esta tesis doctoral, con la información de The National Intimate Partner and Sexual Violence Survey, 2010: Findings on Victimization by Sexual Orientation, aproximadamente un 43,8% de lesbianas, un 61,1% de mujeres bisexuales y un 35% de mujeres heterosexuales han tenido en algún momento de su vida un episodio de violencia en la pareja, entendiendo por violencia dentro de la pareja la violación, violencia física y el control
Es decir, independiente de que la pareja sea Hombre - Mujer, Mujer - Mujer, Hombre - Hombre, los grados de violencia son similares.
Insisto en la ausencia de datos, pero podríamos comenzar a teorizar, ¿por qué se da la violencia? Porque somos violentos, claro, pero es que no es lo mismo ser violento con nuestra pareja que ser violento con un desconocido mientras conducíamos. La causa cambia, mas no la consecuencia.
¿Qué ocasiona que seamos violentos con nuestras parejas?
Si asumimos como correctos los estudios de género, y culpabilizamos a los "celos patológicos", entonces son estos transversales tanto en un tipo homosexual como una lesbiana. El problema entonces no es que el hombre sea más violento que la mujer, el problema es que estadísticamente somos violentos cuando nos ponemos celosos.


Si es correcta la información disponible, que indica un 6,9% de población LGTB en España, estamos diciendo que;
6,9 = 15 en 11 años violencia mujer - mujer
93,1 = 690 en 11 años violencia hombre - mujer
La población no LGBT representa 13,4 veces la población LGBT, sin embargo, el hecho es falta sacar solo a la población de mujeres lesbianas, asumiendo que fuera el 50%, entonces sería el 3,45 del total. Esto significa que aproximando, si este 3,45 representara el 93,1 las muertes podrían llegar a 405.
Y 405 es un 59%.
Esa vendría a ser la diferencia, sin considerar el resto de las muertes que no están contabilizadas.
A lo que voy es que visto así, la violencia como tal no es tanto patrimonio del hombre. Más bien es patrimonio del que tiene el poder de llevarla a cabo. Lo que evidencian los datos, es que cuando las mujeres están en igualdad de condiciones la situación no es muy diferente a cuando mantienen relaciones heterosexuales.
El problema es que observamos el número total sin desglosarlo ni compararlo en términos proporcionales. Así, nos sorprendemos de 690 asesinatos de hombres a mujeres, pero no de 15 de mujeres a mujeres (o más porque no se contabilizan). A pesar que esta cifra venga de un 3% de la población (o menos porque no consideramos a la población trans).
Si volvemos al problema de los celos patológico como la causa de la violencia entre las parejas, estos celos patológicos que nacen de una creencia errada de posesión de una persona sobre otra. Este sentimiento tampoco es propiedad ni característica solo de hombres, la diferencia está en que cuando la relación es hombre - mujer, es más probable que se dé la situación en que un hombre domina la relación y no a la inversa, llevando esta celopatía y dominación al extremo verbal y físico.
Mi cuestionamiento viene cuando el error anterior se asume en la política. Es allí cuando entramos en un problema.
Resulta que la violencia de género es y solo es cuando la mujer es la víctima y el hombre el victimario.
¿Por qué?
Entiendo que el motivo de este razonamiento esté en que son más las mujeres asesinadas por hombres que hombres por mujeres (máxime en contextos familiares), y es entendible que esta sea la primera impresión cuando se habla de violencia dentro de la unidad familiar. Pero se está negando la realidad muy superior, como la violencia en parejas del mismo sexo y también la violencia que recibe el hombre.
Un argumento podría ser que se razona al modo pareto, es decir importa el número y no el hecho. Sin embargo pensar así sigue siendo muy injusto.
Y la ley, se supone, debe de ser justa.
Nos quejamos cuando se condena a la cárcel a una persona que robó 100 € mientras que a uno que comete corrupción (o sea roba millones) le piden que pague una cifra irrisoria en comparación a sus millonarios ingresos. Pero cuando nos toca a nosotros luchar por lo que consideramos que es justo, resulta que nuestra justicia es injusta igualmente.

Además es poco útil, de hecho está más que demostrado que con tipificar la la violencia de género no se ha logrado reducir el número de mujeres asesinadas

Claro, si queremos atacar el origen del problema, estamos de nuevo rompiendo con la base de la teoría feminista.
Saludos.