Es un fenómeno curioso el de las revoluciones. Cuando se desatan todos los actores importantes deben tomar parte de ella porque si no lo hacen y se quedan solo a mirar, perderán la posición que tenían. Por ejemplo, y sacando los casos de las revoluciones iberoamericanas del siglo XIX, cuando estas se dieron en un primer momento las potencias rivales de la metrópoli afectada no dieron su apoyo -por más que eso pareciera ser la reacción obvia- sino que se mantuvieron esperando a ver que sucedía, la razón está en que una independencia en algún territorio enemigo, por más enemigo que fuese, iba de una y otra forma repercutir en el tuyo propio, sin embargo una vez esta ola se torna irreversible estas potencias toman partido por algún bando de la revolución con tal de en una hipotética victoria, quedarse con importantes créditos de la misma. Por ejemplo en Cuba cuando se dio la guerra hispano-cubana, Estados Unidos en un primer momento tomó partido por España y la corona, pero cuando vio que los rebeldes cubanos estaban ganando terreno optó tomar posición en contra de España y "a favor de los rebeldes". En Haití pasó algo parecido, iniciada la revuelta se asume la espera de ver en qué iba a terminar todo, luego España e Inglaterra meten sus narices para intentar quedarse con parte del botín, no lo logran, le sigue Francia, tampoco lo logra, finalmente se independiza y la isla es destinada al ostracismo por miedo a que sus consecuencias repercutan en el resto del mundo.
En todos los casos la posición que puede asumir una potencia asociada a un conflicto de este tipo es, o no hacer nada, o involucrarse a favor de los rebeldes, o involucrarse en contra de los rebeldes, o intentar jugar el papel de árbitro. Siempre desde luego hay puntos intermedios entre estas acciones. Tiende a suceder que las potencias no reaccionan de inmediato, y cuando lo hacen toman un papel que no necesariamente mantendrán por las vicisitudes originadas. Eso sí, generalmente están obligados a participar porque excluirse significa sí o sí perder terreno, y eso les ha pasado a los occidentales en Libia, se vieron obligados a incluirse pues el conflicto estaba tomando colores agrios a su parecer, y en buena medida fueron instrumentalizados por Qatar y sobre todo Arabia Saudí.
La apuesta es, si no entro pierdo sí o sí, si entro la posibilidad de perder es del 50%.
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