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No cambiará nada en la Enseñanza catalana
Jordi Xargayó
Girona | 23·12·23 | 06:15
Como el comodín de culpar a España esta vez no servía, la primera reacción sobre el Informe PISA fue responsabilizar a la población inmigrada. Nada nuevo. Hace diez años, Irene Rigau, entonces consejera de Enseñanza en el gobierno de Artur Mas, también atribuyó a los estudiantes inmigrantes los bajos resultados de Catalunya en comparación con las demás comunidades autónomas. Si una capacidad tienen los nacionalistas catalanes, probablemente la única, es encontrar excusas para todo. Incluso el portavoz de Puigdemont en el Parlament, Josep Rius, se ha atrevido a culpar del fracaso escolar a la aplicación del artículo 155 durante seis meses. Imaginémonos por un momento cuál habría sido la reacción si las competencias educativas, que en su mayor parte son de la Generalitat desde hace décadas, fueran del Estado.
Analizando las vueltas que ha dado estos días la consellera Anna Simó, tengo el convencimiento de que todo continuará igual en la enseñanza catalana, como nada ha cambiado desde que hace una década los informes PISA ya encendieron las luces de alarma. Basta con ver cuál ha sido la reacción de Pere Aragonès: publicar un artículo en el Financial Times y hacerse entrevistar en una televisión suiza para hablar del referéndum, otro comodín para desviar la atención cuando pintan bastos. Se crearán comisiones, y no es descartable que se proponga algún Pacto Nacional que tanto agrada a los políticos catalanes, y tira millas. Ya nos han anunciado que una quincena de personas integrarán a un grupo de expertos para buscar las estrategias que reviertan la mala situación educativa. Si se tiene que recurrir a gente externa, ¿de qué sirven cargos tan grandilocuentes y bien remunerados como los que figuran en la nómina de la Consejería de Enseñanza?: Secretaría General de Transformación Educativa (96.253 euros anuales), Dirección General de Educación Inclusiva (92.259 euros), Dirección General del Alumnado (otros 92.259 euros anuales de salario), y asesores en materia de Seguimiento y Comunicación en el ámbito de la Enseñanza y también para la Aplicación del Plan Departamental (71.122 euros anuales para cada uno de estos asesores), entre otros altos cargos, además de los correspondientes subordinados.
Si los numerosos expertos que tenemos en Cataluña no saben cómo mejorar la calidad de la enseñanza, menos lo sabré yo, pero sí quiero hacer tres consideraciones:
1.- Segregar a los alumnos: Después de los últimos resultados PISA, Francia ha anunciado una segregación en las aulas, separar a los alumnos en grupos según su nivel de matemáticas y francés, que ha bautizado como «Choque de conocimientos». Según la consejera Anna Simó, dividir al alumnado por niveles sería una «regresión brutal». No sé, el tema es complejo, pero los alumnos catalanes ya están divididos, según la capacidad económica de sus familias: los que acuden a las escuelas privadas y los que no. Como todo el mundo ya sabe, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acudió a un colegio privado.
2.- Inmersión lingüística: Lo del «modelo de éxito», repetido tantas veces, sólo se lo creen los fanáticos. Los resultados saltan a la vista, y no sólo por el Informe PISA, pero los dogmas nacionalistas son intocables, más que la palabra de Dios para los creyentes. La Generalitat ha avisado esta semana de que "el modelo no se toca". Seguro que la inmersión lingüística, un modelo único en el mundo en sociedades bilingües, no es la responsable del fracaso escolar, pero quizás en algunos casos sí lo es, aunque sea parcialmente. ¿Qué impide revisarlo? ¿Por qué no puede analizarse? Lo que era útil cuarenta años atrás, quizás ahora no lo sea tanto. O no lo es para todos. Ahora bien, como la mayoría de la clase dirigente de este país no ha estudiado en el sistema público de inmersión lingüística, ni sus hijos, no les preocupa en absoluto. Ellos han ido a escuelas concertadas o privadas en las que no se aplica. Les preocupa más la amnistía, que es para ellos.
3.- La postura del PSC: Cuando Salvador Illa dice que «la escuela catalana necesita más inversión» y que «para los Presupuestos 2024, si quieren el apoyo del PSC, plantearemos incrementar los recursos escuchando al profesorado, maestros y direcciones de los centros para saber cómo invertirlos», interpreto que los socialistas tampoco saben qué hacer para mejorar el modelo educativo. Preocupante. El dinero no lo es todo.
Han transcurrido más de dos siglos y medio desde que el padre Baldiri Reixach escribió "Instrucciones para la enseñanza de niños". Muchas de sus propuestas han envejecido con el tiempo, sobre todo las que hacen referencia a la primacía de la religión, pero sería bueno que gobernantes y educadores tuvieran presente una de las recomendaciones que sale al principio del libro: «Todos los niños son nacidos tanto llenos de ignorancia, que no sabían nada cuando nacieron; y si no adquieren la sabiduría, se quedarán ignorantes».