Re: Un juez 'invita' a quejarse ante la Junta por el cierre debido al calor
Publicado: 06 Jul 2016 22:55
Desde el móvil.Ver citas anterioresAtila escribió:... Y los que trabajan en el campo cosechando melones y otras frutas, a quien se quejan? ...Ver citas anterioresxmigoll escribió:Entre 17° y 27° grados en trabajos sedentarios y entre 15° y 25° en locales donde se hagan trabajos ligeros. Hasta 40° de temperatura que se recogen en el interior de los juzgados(supongo que 40 sea un poco exagerado pero entre 30 y 35 lo veo posible), hay una variación considerable.
Entiendo que es una soberana putada para aquellos que llevan esperando bastante tiempo, pero no por ello hay que permitir que las condiciones laborales en las que ha discurrir la jornada sean pésimas y propicias para que se den accidentes.
Le doy un 10 al magistrado por echarle huevos.
Un saludo.
Mire Sr. Atila.
Por suerte o desgracia me ha tocado trabajar de muchas cosas pata poder tirar para adelante hasta que mi situación se consolidó.
El año antes de licenciarme ya hacía algunas chapuzas trabajando con mi suegro y aprendiendo a manejar una grúa autopropulsada. Sobre todo algún fin de semana montando aires acondicionados en grandes superficies que es cuando se podía hacer.
Tras licenciarme y en el tiempo de espera para presentarme al MIR tenia dos opciones. Irme a casa a prepararlo y tirar de mis padres que de dinero no andaban muy sobrados, ya estaba mi hermano mediano en la universidad, o intentar seguir como hasta entonces compaginando trabajo y estudios.
Gracias a mi insuperable suegro, entré en un parque eólico. La vida era bien sencilla. Eran los tiempos en que las empresas de este sector nunca tenían suficiente maquinaria para abarcar todas las obras desde que se les pedían sus servicios.
Salvo en los principios que empecé en la obra civil, caminos, zapatas, encofrado y metiendo hierro, me designaron solamente para el montaje y desmontaje de la grúa principal cuando había que cambiarla de playa. Esta a diferencia de otras, que se trasladan por orugas, había que desmontarla casi en su totalidad cada vez que había que montar un molino nuevo. Y le prometo que, salvo montaje y desmontaje, había ocasiones que estaba un par de días sin encender la grúa, lo cual me daba tiempo de sobra para repasar mis cosas. Los montadores se preguntaban que Qué cojones hacia todo el día leyendo. Yo mutis por el foro. Nunca comenté nada.
A lo que voy.
Una tarde de Viernes me llamó mi suegro y me pidió que por favor necesitaba que fuese a una obra cerca de Madrid el sábado por la mañana, a encofrar una cara de una pérgola que había que hormigónarla el Lunes sin falta y el operario habitual no podía ir a trabajar. Como decir que no a alguien al que debía mucho e iba a ser mi suegro.
Llegué a la obra, coloqué la grúa que ya estaba en la traza y cuando me iba a poner a preparar las chapas en el suelo para luego colocarlas de seis en seis, unos que estaban por allí montando barcos, los barcos es un tipo de encofrado, me pidieron que por favor necesitaban que les moviese algunos porque si no, no podían seguir armando pata empezar a colocar el Lunes. El caso es que me moví y mientras tanto les prestaron la manitou a los portugueses pata los que iba a trabajar esa mañana, que fueran colocando las chapas.
Cuando acabé de hacer lo que habían pedido, volví a donde me debía instalar y como suele pasar en estos casos, dejaron las puñeteras chapas en el lugar que debía ocupar con la grúa. El caso que después de lanzar unos cuantos juramentos, creo que el cielo se llegó a nublar por unos instantes, me coloqué en un borde, junto al camino por donde pasaban a toda leche los dúmperes de movimiento de tierra.
Abrí las patas, bajé los gatos y un chavalillo que difícilmente superaba los 20 años me balizó la parte de la máquina que daba al camino para que no me se, ya sé Sr. Atila antes la semana que el mes, llevaran por delante. Mientras tanto por ahí andaba la cuba echando agua para que no se levantara polvo al paso de los camiones.
Puse las chapas que iban en la base del muro sin problemas. Posteriormente me engancharon la primera que debía colocar en la parte superior. (Ya hacía tiempo que la cuba de agua no pasaba y el polvo al paso de los camiones iba en aumento). Sub> la chapa y cuando la estaba bajando entre el andamio de peri y el hierro, en la parte más delicada pues los cangrejos o las.vigas de las chapas se pueden enganchar en el andamio y caerse, me asalto una nube de polvo que no me dejaba ver nada. Estaba en la cabina cegado completamente. Empecé a oír "para, para, para" y paré. La chapa se había quedado apoyada contra una de las barras de hierro y apunto estuvo de tirar andamio y a los que estaban subidos en él.
Me bajé de la grúa y tras unos "dioses mecagüen" llamé al encargado y le dije que si no venia la cuba a echar agua o dejaban de pasar los camiones, este no encofraba más.
No sé a quién llamaría pero el caso que a los 20 minutos más o menos, se presentó el jefe de producción. Se bajó del todo terreno y preguntó "qué cojones pasa aquí. ¿Por qué está la gr<a parada? "
- El gruista dice que no encofra más -dijo el encargado.
Abrí la cabina, bajé y seg <n bajo me dice, pero dirigiéndose al pobre chavalillo de seguridad, un peonzuco que bastante tenia con buscar la sombra:
- Aquí hay que ponerse el casco y el chaleco cuando estas fuera de la máquina.
- Pues a ver si predicas con el ejemplo. Si tú no te le pones yo tampoco.
El caso es que estuvimos discutiendo un rato, ya pensaba que me iba a echar de la obra, cuando por puta casualidad, o que alguien le avisó, se presentó el jefe de la obra. Nos vió discutir, más bien nos oiría pues ver lo que se dice ver, no se veía mucho, y se acercó. Le conté lo que pasaba y porqué me negaba a seguir currando. Despidió al jefe de producción, cuando digo despedir me refiero a que le mandó que se fuera, no que le echará de la empresa, mandó venir la cuba para que se quedara echando agua y no saluwra polvo y ordenó que los camiones pasaran más despacio por el lugar en el que estábamos. Ni un susto más Sr. Atila. Y encima le puse en el albarán 10 horas de trabajo, que firmó sin decir ni muuuuu.
¿Comprende lo que deseo significar con esta anécdota, Sr.Atila?