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DistinguidoBourdieu escribió:
Ah, claro, el catolicismo es una religión que sólo consiste en ir a misa en Navidades y Semana Santa. Eso es todo, cúmplase y el católico tendrá abiertas las puertas del cielo. Bueno, sí, podríamos ampliar la lista y añadir aquello de las comuniones, confirmaciones, bodas, bautizos, confesiones, penitencias y entierros, lo divertido que es salir con el torso desnudo a azotarse la espalda en las procesiones y todo eso, pero de lo que se trata es de que la lista sea muy corta para que parezca que el catolicismo es, en realidad, una religión muy poco exigente, mientras que el Islam regula hasta el más mínimo aspecto de la vida del creyente, ¿no es eso, Jordi? No vamos a hablar de que el vigente Catecismo de la Iglesia Católico se mete en aspectos tan íntimos de la vida del creyente como lo que hace cada uno, en solitario, con sus genitales, no, vamos a simplificar y a exagerar para demostrar lo distinto que es el otro.
Al margen de que Jordi sea un ignorante y un obtuso, y del hecho incontestable de que no ha tenido trato con un solo musulmán en toda su vida, conviene entender por qué hay gente que, como los malvados Jordi y Skye, repiten ciegamente la consigna de que el Islam es algo más que una religión.
El proceso de deshumanización que lleva al genocidio comienza cuando todas las capas que forman la identidad individual se reducen a una sola, la identidad colectiva enemiga. Así, el vecino Hans, médico, cuarentón, socialdemócrata, alemán de ascendencia austríaca, padre de familia, aficionado a los paseos en el bosque, aficionado a los burdeles, lector de poesía clásica, etc deja de ser todas esas cosas y se convierte, sin más, en un judío. De todas las categorías que podrían hacer que nos identificásemos con él, sólo queda aquella que nos diferencia de él: puede ser la religión, la raza o cualquier otra cosa.
¿Qué pretenden los Jordis y los skyes cuando nos dicen que el Islam "no es sólo una religión"? Pretenden dar legitimidad a este proceso de deshumanización. La religión musulmana no es una categoría más entre las otras que forman la identidad del individuo, sino que es una categoría especial que devora al resto: el musulmán es, ante todo, musulmán, y ni siquiera cabe la opción de que, como muchos cristianos, sencillamente conviva con su religión sin darle a esta un lugar central en su vida. De esta manera, una ingeniera turca, veinteañera, votante del ChP, bebedora ocasional, ecologista, aficionada a la música electrónica y a los chicos guapos y que se acuerda de la religión sólo en festividades destacadas (como los cristianos de los que nos habla Jordi) pasa a ser una única cosa, una musulmana, lo cual la iguala con un pastor de cabras del Yemen de setenta años, analfabeto, hablante de una lengua no emparentada con el turco y seguidor, pongamos, de la corriente musulmana zaidí, que poco tiene que ver con la escuela Hanafi que es mayoritaria en Turquía. Por eso Emmanuel Todd, que es un pensador muy inteligente (y, por cierto, judío, aparte de sociólogo, demógrafo y muchas otras cosas) ha señalado con acierto que el islamófobo es un señor obsesionado con el Islam que considera que existe una categoría sociológica única llamada "los musulmanes".
En Jordi, en Skye y en su ristra de ideas recibidas sobre el Islam como religión petrificada que domina por completo la identidad de los fieles está la arcilla con que se fabricaron a los verdugos voluntarios de Hitler.