Ver citas anterioresDoc_McCoy escribió: Joseph McCarthy
Ese político mediocre, elegido «el peor congresista» en 1951 por la Asociación de Periodistas del Congreso, cena en enero de 1950 con el padre Edmund Walsh, profesor de la Universidad (jesuita) de Georgetown, de Washington. Este le sugiere, para mantener su escaño, que se lance a una cruzada anticomunista. Dicho y hecho. El 9 de febrero de 1950, Joseph McCArthy pronuncia un discurso en Wheeling en el que cuestiona gravemente al secretario de Estado Dean Acheson y, enarbolando una hoja de papel, afirma tener «una lista de 205 nombres, comunicada al secretario de Estado, de miembros del partido comunista que pese a todo trabajan todavía en el Departamento de Estado y que estructuran su política».
El asunto causa un escándalo y, no obstante, como todos los discursos sobre el «enemigo interno», las palabras de McCarthy se basan en el aire. No existe lista, ni nombres, sino los obtenidos por los comités de evaluación de los funcionarios, publicados en 1946, y que comprendían a ex comunistas, fascistas, alcohólicos y homosexuales. Pese a la superchería, McCarthy persiste y pronuncia un discurso ante el Senado el 20 de febrero, en el que menciona la infiltración de la administración demócrata de Harry Truman por comunistas.
http://www.voltairenet.org/article126416.html
Como presidente de la Government Committee on Operations del Senado, realiza una serie de investigaciones a fin de poner en tela de juicio a los responsables políticos sobre la base de sus antiguas militancias. La mayoría se ve obligada a dimitir. A los demás les propone, para salvar sus carreras, denunciar a otros cercanos al Partido Comunista. También los artistas e intelectuales son acosados. En 1952, nombra a su lado a Roy Cohn, por recomendación de Kohn Edgar Hoover. Cohn había participado en la acusación de Julius y Ethel Rosenberg, una pareja de judíos comunistas acusados de espionaje a favor de la URSS y condenados a muerte en 1951.
El FBI desempeñó un papel considerable en la cruzada anticomunista de McCarthy, como lo indicó William Sullivan, uno de los eminentes agentes del FBI: «Fuimos nosotros los que hicimos posible las audiciones de McCarthy. Nosotros [le] suministramos todos los materiales que utilizaba». Debido a que el FBI no contaba con los medios para reunir esos materiales, el sindicato patronal Mid-America Research Library [9], que tiene más de seis millones de expedientes sobre las actividades políticas y sexuales de sus empleados [10], se los suministraba.
Las ideas defendidas por McCarthy iban viento en popa, y el gobierno Truman se convierte en el blanco de ataques anticomunistas repetidos. Dean Acheson, el secretario de Estado, es uno de los principales objetivos, así como George Marshall, secretario de Defensa, el cual será obligado a dimitir.
El propio Harry Truman, atacado en ese terreno, renuncia a presentarse a las elecciones presidenciales de 1952, aplazadas por el general Dwight Eisenhower. Para muchos, su llegada al poder debía sellar el fin del maccarthismo. Fue falso. En efecto, McCarthy la emprendió con la «cultura antinorteamericana» en los libros. Su equipo descubrió así que 30 000 libros habían sido escritos por «comunistas, pro comunistas, ex comunistas o anti-anticomunistas».
A raíz de la publicación de la lista completa de esas obras, los libros se retiraron de los estantes de las bibliotecas. Además, se añade una referencia a Dios en el juramento de fidelidad que recitan cada mañana los escolares y funcionarios para detectar a los comunistas ateos que se niegan a pronunciarlo. Sin embargo la cruzada del anticomunismo comete un error: en octubre de 1953, opta por denunciar la infiltración comunista en el seno del ejército. La institución se rebela y obtiene su salida por el voto de una moción de censura, el 2 de diciembre de 1954. Esa es una mala noticia para el extremista anticomunista John Edgar Hoover, quien dirige el FBI desde 1924. La vida política norteamericana es sacudida por diferentes movimientos de protesta, sobre todo el de derechos civiles, realizados por Martin Luther King, después por el movimiento contra la guerra de Vietnam. Para luchar contra esa subversión de nuevo tipo, Hoover crea el programa COINTELPRO (Counter Intelligence Programme), a partir de 1956. Sus primeros blancos son los responsables del Partido Comunista norteamericano, incluso del Partido Socialista.
Los dirigentes, militantes y simpatizantes de esas tendencias son colocados bajo técnicas de escucha, alejados de la administración o denigrados en campañas de prensa ante las grandes resultados electorales. Sin embargo, muy pronto, el programa se separa de esos blancos originales para enfrentarse a las asociaciones de los derechos cívicos. John Edgar Hoover explique así, en una nota interna dirigida a todos sus agentes, el 25 de marzo de 1968, que el COINTELPRO debe «impedir la coalición de los grupos nacionalistas negros (...), impedir el nacimiento de un "mesías" que podría unificar y electrizar el movimiento nacionalista negro. (...) Hay que hacer comprender a los jóvenes negros moderados que, si sucumben a la enseñanza revolucionaria, serán revolucionarios muertos».
Malcolm X Los documentos hechos públicos a partir de 1970 sobre COINTELPRO no permiten delimitar con precisión la forma en la que el FBI llevó a cabo, en detalle, las operaciones de desestabilización del movimiento por los derechos cívicos. Lo más simple fue, de manera general, presentar a las organizaciones del reverendo Martin Luther King y de Malcolm X como antipatrióticas, antinorteamericanas y cercanas a los comunistas.
En los Estados Unidos de los años 60, Malcolm X representa un peligro muy especial. Convertido al Islan y habiendo roto con el movimiento de los Black Muslims, es acusado indistintamente de ser antiblanco, antisemita y propagador del odio racial. Cuando los argumentos ya no son suficientes, es asesinado el 21 de febrero de 1965 [11]. El 4 de abril de 1968 corresponde el turno a Martin Luther King.
Gracias a esos dos asesinatos, cuyas investigaciones serán particularmente chapuceras, se cumple la voluntad de John Edgar Hoover: no habrá más «mesías» capaz «de unificar y de electrizar al movimiento nacionalista negro ». El FBI también la emprendió contra las actividades de las Panteras Negras, en el marco de COINTELPRO.
Ese movimiento, fundado en 1966, reivindicaba la liberación de los negros estadounidenses, no por medio del militantismo pacífico predicado por Martin Luther King, sino más bien por la «autodefensa». En 1969, uno de sus miembros, Fred Hampton, es ejecutado luego de una operación realizada conjuntamente por el FBI y la policía de Chicago. Otra figura emblemática del movimiento, Angela Davis, es acusada de asesinato y secuestro. Es detenida en 1970 y pasa dieciséis meses encarcelada antes de ser liberada de todos los cargos.
Semejantes métodos no podían continuar siendo desconocidos del gran público. A pesar de ser denunciados continuamente por los opositores políticos que fueron víctimas de ellos, fue necesario esperar al escándalo de Watergate para que la prensa nacional norteamericana se interesara en el asunto. Entonces, el FBI es acusado de haber colocado dispositivos de escucha en la sede de campaña de los demócratas, en beneficio del presidente Nixon.
Las revelaciones publicadas por Bob Woodward y Carl Bernstein provocan una serie de investigaciones sobre el modus operandi de la organización dirigida por John Edgar Hoover. La paranoia de los agentes federales en contra del «enemigo interno» desaparece poco a poco.
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