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LAS PURGAS DEL HÉROE ZELENSKY: SECUESTROS, TORTURAS Y ASESINATOS
A día de hoy son once los alcaldes ucranianos que se hallan desaparecidos
Según el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, la guerra con Rusia es una batalla por la democracia. Así lo declaró de forma solemne en el discurso que dirigió el 6 de marzo al Congreso de Estados Unidos. Los medios corporativos estadounidenses respondieron con una lluvia de halagos a Zelensky, e incluso promovieron una campaña para presentarlo como candidato al Premio Nobel de la Paz.
Sin embargo, esos mismos medios miraron para otro lado cuando el gobierno de Zelensky dio carta blanca al secuestro, tortura y asesinato de políticos ucranianos acusados de colaborar con Rusia, así como la ilegalización de 11 partidos de la oposición.
El servicio de inteligencia ucraniano, SBU, que ha sido entrenado por la CIA en estrecha colaboración con los paramilitares neo-nazis, ha sido el brazo ejecutor de esta campaña de represión.
Yevhen Karas, fundador de la unidad neo-nazi C14, ha señalado la estrecha relación que existe entre su banda y otras facciones extremistas con el SBU. En una entrevista de 2017 se jactaba de que la SBU “nos informa no solo a nosotros, sino también a Azov, el Sector Derecho, etc.”.
Desde que Rusia lanzara su operación militar en Ucrania, el SBU se ha dedicado a perseguir a políticos locales que decidieron aceptar ayuda humanitaria de Rusia o negociar con las fuerzas rusas para abrir corredores de evacuación de civiles.
El 1 de marzo, por ejemplo, Volodymyr Strok, alcalde de la ciudad oriental de Kreminna, en la parte de Lugansk controlada [Img #71387]
La tortura de Alexander Matjuschenko
por Ucrania, fue secuestrado por hombres uniformados y, según su esposa, le mataron disparándole al corazón. El 3 de marzo, aparecían fotos de Strok visiblemente torturado. Un día antes de su asesinato, había animado a sus colegas ucranianos a que negociaran con oficiales pro-rusos.
Anton Gerashchenko, consejero del Ministerio de Interior de Ucrania, celebraba el asesinato del alcalde Strok en su cuenta de Telegram:
“Hay un traidor menos en Ucrania. Han hallado muerto al alcalde de Kreminna en la región de Lugansk, ex-diputado del parlamento de Lugansk”.
También el 7 de marzo hallaron el cadáver del alcalde de Gostomel, Yuri Prylipko, quien, al parecer, había entrado en negociaciones con el ejército ruso para abrir un corredor humanitario y que pudieran ser evacuados los civiles de su ciudad.
Después, el 24 de marzo, Gennady Matsegora, alcalde de Kupyansk en el noreste de Ucrania, publicó un vídeo en el que pedía al presidente Zelensky y su administración que liberaran a su hija, a la que habían tomada como rehén los agentes del SBU.
Después vino el asesinato de Denis Kireey, alto cargo del equipo negociador de Ucrania, que fue asesinado a plena luz del día en Kiev tras la primera ronda de conversaciones con Rusia. Kireey fue después acusado de “traición” en los medios locales de Ucrania.
A día de hoy, son once los alcaldes ucranianos que se hallan desaparecidos. Los medios occidentales han difundido el mensaje del gobierno ucraniano según el cual estos alcaldes habrían sido arrestados por el ejército ruso, extremo que ha desmentido el ministro de Defensa de la Federación Rusa. Cuando Zelensky borró del mapa a la oposición, ordenó la nacionalización de todas las televisiones y la creación de un canal único de 24 horas, llamado “Noticias Unidas”, para “contar la verdad sobre la guerra”.
Después, el 12 de abril, Zelensky anunciaba que el SBU había arrestado a su principal rival político, Viktor Medvedchuk, fundador del segundo partido de Ucrania -Patriotas por la Vida. Medvedchuk representa, de hecho, a la población de etnia rusa. Aunque su partido es considerado “pro-ruso”, en parte por sus estrechas relaciones con Vladimir Putin, su presidente ha condenado la agresión de Rusia en Ucrania.
Ya en marzo de 2019, miembros de los Cuerpos Nacionales del Batallón neo-nazi Azov atacaron la casa de Medvedchuk al que acusaban de traición (cuya grabación ha sido censurada por YouTube). En agosto de 2020, atacaron con balas de goma un autobús que transportaba a representantes de su partido, resultando varios heridos. En febrero de 2021, Zelensky cerraba varios medios de comunicación controlados por Medvedchuk y recibía por ello la aprobación del Departamento de Estado de EE.UU, cuyo portavoz declaró en Twitter que “apoya los esfuerzos de Ucrania para contrarrestar la maligna influencia de Rusia...”
Tres meses después, Kiev encarcelaba a Medvedchuk bajo cargo de traición. Zelensky lo justificó diciendo que había que “luchar contra el peligro de la agresión rusa en el terreno de la información”. Desde que las tropas rusas entraron en Ucrania el 24 de febrero, el SBU no ha dejado de perseguir a la oposición política interna. La izquierdista, especialmente, es la que ha recibido el trato más duro, incluido el secuestro y la tortura de sus militantes.
El 3 de marco, en la ciudad de Dnipro, agentes del SBU, junto a miembros de Azov, irrumpieron en las casas de varios miembros de la organización Livizja, que se ha pronunciado contra los recortes en gasto social y la propaganda mediática de la derecha. Una de las agredidas pudo declarar después que, mientras un militante de Azov le “cortaba el pelo con una navaja”, los agentes del SBU torturaban a su marido, Alexander Matjuschenko: “Nos cubrieron la cabeza con bolsas, nos ataron las manos con cinta adhesiva y nos llevaron en coche a un edificio del SBU. Allí siguieron interrogándonos y amenazándonos con cortarnos las orejas”, según declaró la esposa de Matjuschenko a la publicación izquierdista alemana Junge Welt.
Los miembros de Azov y los agentes del SBU grabaron la sesión de tortura y publicaron imágenes de la cara ensangrentada de Matjuschenko. Los hermanos Mikhail y Aleksander Kononovich, miembros de la ilegalizada Unión de Juventudes Comunistas de Ucrania también fueron arrestados y encarcelados por el SBU el 6 de marzo, acusados de “difundir opiniones pro-rusas y pro-bielorrusas”.
Días después, el SBU detenía al periodista Yan Taksyur, a la activista de derechos humanos Elena Berezhnaya; a Elena Viachslavova, cuyo padre, Mikhail, murió abrasado en el incendio a la casa de los sindicatos de Odessa el 2 de mayo de 2014; al periodista independiente Yuri Tkachev; al activista por los derechos de los discapacitados Oleg Novikov, entre otros. Una de las acciones represivas más horribles fue, quizás, el secuestro y tortura por parte de militantes neo-nazis del deportista profesional de lucha libre, Maxim Ryndovskiy, por el simple delito de haber entrenado junto a colegas rusos en un gimnasio de Chechenia. Ryndovskiy, judío, había expresado en redes sociales sus opiniones contra la guerra del Dombass.
Todo esto sin contar los numerosos vídeos que muestran a ciudadanos atados a postes y árboles, a menudo con los genitales al aire o las caras pintadas de verde si son gitanos. De estos actos de humillación y tortura, llevados a cabo por los voluntarios de Defensa Territorial, encargados de imponer la ley y el orden en tiempo de guerra, han sido víctimas personas de diversa condición, desde acusados de simpatizar con Rusia hasta supuestos ladrones. Según Vassily Prozorov, ex-agente del SBU que desertó y marchó a Rusia tras el golpe del Euromaidan: “Empleados de la CIA han estado presentes en Kiev desde 2014. Residen en apartamentos clandestinos (…) Sin embargo, a menudo van a las oficinas centrales del SBU para ciertas reuniones o preparar operaciones secretas”. Mientras los medios occidentales hablan solamente de supuestas violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas rusas, los soldados ucranianos han estado exhibiendo sus crímenes de guerra, desde fusilamientos hasta la tortura de soldados prisioneros. En marzo, un hilo pro-ucraniano de Telegram, llamado White Lives Matter (las vidas blancas importan), publicaba un vídeo de un soldado ucraniano llamando a la novia de un prisionero ruso, a la que decía que le iban a castrar. Este tipo de llamadas a madres, esposas y novias de los soldados hechos prisioneros se han repetido, incluso mostrándoles, a través de sus teléfonos móviles, las caras y cuerpos magullados por la tortura o directamente sus cadáveres. También este mes de abril aparecieron los vídeos que muestran cómo a las afueras de la ciudad de Kharkov, soldados ucranianos disparaban en las piernas a los soldados rusos capturados.
Gennediy Druzenko, jefe del servicio médico militar de Ucrania, declaró en una entrevista en el canal Ukraine 24, que “había emitido la orden de castrar a los rusos porque eran infra-humanos y peores que las cucarachas”. En todas las guerras se producen atrocidades por parte de los bandos contendientes. Sin embargo, en la de Ucrania con Rusia, las cometidas con la aprobación del gobierno de Zelensky son sistemáticamente silenciadas por los medios occidentales, que le sirven de altavoz propagandístico.
https://canarias-semanal.org/art/32608/ ... asesinatos
