Aparece más información comprometedora sobre la gestión publicoprivada del Hospital de Torrejón, tras la revelación esta semana de que el CEO de la compañía que lo gestiona, el grupo Ribera Salud, pidió a sus mandos de aumentar la lista de espera para hacer crecer el beneficio. Ahora se ha conocido que un grupo de directivos que fueron despedidos denunciaron en los canales éticos internos que se les había dado orden de reutilizar catéteres y otro material sanitario de un solo uso, a lo que se habrían negado por las consecuencias que podría tener para los pacientes y porque no es una práctica legal. Según señala también este viernes El País, el director médico de Ribera Salud se habría despedido en un correo enviado a una veintena de personas afirmando que no podía "ceder a la amenaza" para hacer prácticas peligrosas para los pacientes.
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Por lo menos los desinfectarán con lejía. O no, hay que ahorrar, Total, se van a morir igual.
El escándalo generado por unos audios en los que el CEO de una empresa que gestiona el hospital público de Torrejón de Ardoz reconoce que necesitan aumentar la lista de espera para ser más rentables ha llegado al pleno de la Asamblea de Madrid como un huracán. El debate de este jueves sobre las enmiendas a los presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2026 no tenía mayor recorrido, ya que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso cuenta con mayoría absoluta y no ha tenido en cuenta ninguna de las propuestas de la oposición. Así que esa grabación, un retrato sonoro de una forma de gestionar los recursos públicos, ha sido el principal tema sobre el que polemizar.
Las últimas 24 horas han girado en torno a este asunto. EL PAÍS reveló un audio en el que el CEO del grupo sanitario Ribera, con toda crudeza, ordena subir las listas de espera a costa de realizar menos intervenciones y rechazar pacientes o procesos no rentables para aumentar el beneficio. Después, también se ha publicado en exclusiva que cuatro de sus directivos fueron despedidos por denunciar este comportamiento en el canal ético de la empresa. Con toda esa marejada de fondo, no quedaba otra que hablar de la gestión de la sanidad de la presidenta de Madrid.
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Ojalá el gobierno pudiera derogar la ley de Aznar que permite esto.
Con los de Puchipuchi no pueden contar, que esto de demoler la pública para favorecer a la privada lo inventaron ellos...
Es verdad que el gobierno solo lleva una semana y no han tenido tiempo.