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Estás sentado sobre un géiser de mierda, Pedro. Y no puedes esquivarla porque cada estallido te pertenece. Es tu banda, de ella proviene tu poder, el cargo del que te irás sin haber sido capaz de vestirlo un solo día. La coartada para ingenuos era regenerar España. El plan, como el de toda banda, era el botín.
Tu secretario de Organización, el que te ganó las primarias y la moción de censura, va a ser investigado de forma inminente por el Tribunal Supremo. El cortafuegos de la expulsión del partido no va a funcionar: sabe demasiado y no tendrá nada que perder. Es el mismo José Luis Ábalos al que pusiste al frente del ministerio con mayor presupuesto del Estado. El mismo Ábalos que le dio la llave de nuestro dinero al Gomina -que le pagaba la casa de la amante- mientras los españoles morían de covid. El mismo Ábalos al que autorizaste su discreta reunión en España con una criminal internacional, mano derecha de Maduro, que venía con las maletas cargadas de 104 barras de oro pactadas por el Gomina, alias Víctor de Aldama. El mismo Aldama que montó un tapadera con Javier Hidalgo para patrocinar el chiringo de Begoña y que oculta 70 millones en el extranjero. El mismo Aldama que desde hoy duerme en el trullo.
Se te va a hacer largo este mes hasta el congreso federal. Los comuneros empiezan a rebelarse contra Santos Cerdán, que todavía ocupa la Secretaría de Organización del PSOE y que para hacer control de daños mutuos hace un mes se reunió con Koldo, ese secundario de Los Soprano al que señalaste como ejemplo de militancia. El mismo Koldo preocupado de que te hubieran pinchado el teléfono. "Me dice K que ya le ha llamado el Uno, en cuanto sepa te digo si ha servido la llamada", escribe el Gomina, que logró del Uno que aflojase 435 millones de euros (nuestros) para rescatar Air Europa. "Vale, cariño, te mantengo informada de todo", se acaramela Koldo con Francina Armengol, hoy presidenta del Congreso y tercera autoridad del Estado. "Tengo un bebé y no quiero ir a la cárcel", suplica un agente corrupto a su jefe corrupto, comandante de Guardia Civil a sueldo del Gomina.
Esta es la banda que se te coló hasta la alcoba, Pedro. Ya lo sabías en abril, cuando ideaste un melodrama peronista de cinco días porque empuraron a la Pichona por corrupción y tráfico de influencias. Confieso que hasta ahora nunca presté crédito a los que decían que te aferrabas al poder por miedo a acabar en la cárcel. Ahora pienso que por qué no. Siempre has sido el presidente de las primeras veces. El número Uno. El primero en llegar al poder con una moción de censura. El primero en abrazarse a Bildu, canjeándole los presos por los votos. El primero en customizarle una amnistía al golpista que querías traer para que fuera juzgado. El primero que usó su poder para inventarle una carrera profesional a la indocumentada de su esposa. El primero que pretendió medirse con el Rey. El primero que convirtió la política exterior en una prolongación de sus neuras matrimoniales o en la factura de sus chantajes inconfesados. El primero que encerró ilegalmente a los españoles en sus casas. El primero que ha gobernado más tiempo con presupuestos prorrogados, aunque fueran del adversario, que con las cuentas en orden. El primero en gobernar sin ganar.
No es que lo desee, pero a lo mejor también eres el primer presidente que se sienta en un banquillo. Me conformo con que antes tomes la precaución de dimitir.
