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Nowomowa escribió: ↑27 Ene 2025 08:44
Te falta un detalle: los ataques del 7 de octubre en realidad fueron idea de Israel, que le dijo a Irán que les dijese a Hamás que cometieran una masacre de judíos para justificar la victoria final de la causa palestina.
Fue un poco más difícil que convencer a Hitler de lo de atacar Polonia y montar allí Auschwitz, pero el judío es ingenioso y sibilino y siempre se sale con la suya.
La relación de Israel con Hamás no es ningún secreto. Desde los años 80, Israel, buscando debilitar a la OLP de Yasser Arafat –que entonces era el principal referente de la causa palestina–, vio con buenos ojos el ascenso de grupos islamistas como Hamás, pensando que sería más fácil dividir y controlar a los palestinos. Básicamente, fue el clásico juego de "divide y vencerás". Financiar o permitir el fortalecimiento de un enemigo interno fue una jugada que a corto plazo les sirvió, pero a largo plazo se convirtió en un monstruo difícil de controlar.
Ahora bien, lo del 7 de octubre de 2023 levanta muchas preguntas. Estamos hablando de un país que presume de tener los mejores servicios de inteligencia del mundo, desde el Shin Bet hasta el Mossad, y una de las tecnologías más avanzadas en vigilancia, con drones, interceptores y el famoso sistema de la Cúpula de Hierro. ¿Cómo es posible que un ataque coordinado y masivo de esta magnitud, con medios tan rudimentarios, se les haya escapado? ¿Fallo de inteligencia o negligencia intencionada?
Algunos pensamos que, de forma perversa, dejar que algo así ocurriera era el pretexto perfecto para una respuesta militar masiva y la implementación de medidas aún más extremas contra Gaza. Aunque no hay pruebas definitivas de que Israel permitiera deliberadamente el ataque, sí es evidente que el gobierno de Netanyahu ha utilizado esta tragedia para justificar una represión brutal, que va mucho más allá de cualquier proporcionalidad, con miles de civiles muertos y desplazados. Y la historia nos demuestra cómo algunos gobiernos han "sacrificado" a compatriotas para justificar alguna acción radical. No es algo nuevo.
El escenario sugiere un cálculo político: el caos sirve a ciertos intereses. Hamás, con su agenda violenta, es el enemigo perfecto para justificar las acciones israelíes más duras y desviar la atención de los problemas internos, como las protestas masivas en Israel contra las reformas judiciales de Netanyahu. Al final, tanto Hamás como el gobierno israelí terminan siendo los extremos que perpetúan el sufrimiento de millones de personas.