Para comenzar, lo que tú llamas “historiador” no es tal. La diferencia entre el “historiador” en la Antigüedad y los actuales es el método y por tanto la fiabilidad. En la Antigüedad se escribía de manera semejante a lo que hoy lo hacen los periodistas.Ver citas anterioresBell Cooper escribió:Eso de que "ni una referencia" te lo inventas tú. Ya se ha comentado en este hilo la existencia de varias referencias de historiadores a la figura de Jesús, Flavio Josefo habla de él como un hombre sabio hacedor de milagros.Ver citas anterioresShaiapouf escribió:Ver citas anterioresBell Cooper escribió:Casualmente, los únicos que dan fe de los milagros de Jesús son sus seguidores, ¿por qué será? Pues porque los que lo seguían fueron testigos de ellos y los que no lo seguían no.Ver citas anterioresShaiapouf escribió:Dudo mucho también que "millones de seres humanos" vieran al peliento hijo de un carpintero realizando tales milagros, en caso contrario se habría registrado, y que sepamos los únicos que dan fe durante los años de Jesús de su supuesta existencia y más, de sus supuestos poderes mágicos interdimensionales, son un grupo de sujetos que tenían un interés político para fomentar una secta.
A ver si te piensas que lo de creer lo que vemos pero no lo que nos cuentan lo hemos inventado en el siglo XXI.
¿Y dónde están las pruebas de que esos "sujetos" tenían un interés político para fundar una secta?
Sus seguidores, es decir un par. Eso no es prueba de nada, eso solo es evidencia de que sus seguidores dicen haber visto tal o cual cosa. Mismo caso se aplica a muchísimos momentos y personajes históricos.
Si de verdad Jesús en la era romana hubiera existido y realizado tales actos de mahia al nivel de resucitar a los muertos, al menos más de alguien cercano a su cículo (un par) lo habría registrado, por lo menos como anécdota, cosa que de momento no tenemos ni una referencia. Por más que durante 2000 años se ha buscado no se ha encontrado nada.
Ni una referencia, ni nada. Solo palabras de sus "discípulos" que encima de todo se contradicen entre sí, de lo contrario no tendríamos sí, acceso a los evangelios apocrifos.
Un historiador y un periodista presuntamente hablan de hechos verdaderos, la diferencia esta en que el periodista (generalmente) exige confianza para lo que escribe, y el lector delega en el periodista todo el trabajo de investigación y verificación de fuentes, incluso no le exige citar sus fuentes, su único apoyo es su prestigio, en base a el, le crees o no.
En cambio con un historiador es al revés, esta obligado a una metodología, a citar todas las fuentes de su investigación, para que el lector (pretendidamente) pueda verificar lo escrito y hacer una critica fundada a fin de aceptar o rechazar lo dicho..
Son dos actitudes completamente diferentes: el oficio actual de historiador esta sometido a la metodología científica, el del periodista (y del historiador de la Antigüedad cuando no haya mas fuentes) solo descansa en la confianza que quieras darle.
Respecto a F. Josefo, existe un gran debate respecto a su mención sobre Jesús, parece existir conceso en que la cita es apócrifa, que es un añadido muy posterior a la redacción original.Ver citas anterioresTe has pasado todo el hilo desdeñando cualquier referencia histórica a Jesús que no fuese contemporánea pero el mero hecho de que más de 50 años después de su muerte, un historiador de la talla de Flavio Josefo lo mencione y hable de él sin atisbo de duda sobre su existencia, indica claramente que en esa época y anteriores existieron otros testimonios que daban fe de su existencia y de sus "obras y milagros" pues sino Josefo no hubiera podido enterarse de ello, a menos que bajara el Espíritu Santo a contárselo.
Entenderás que un milagro (cosa de existir) seria un fenómeno único, irrepetible, irreproducible y fuera de toda lógica. Lo ilógico de tu lógica (al citar milagros) es que quieras que se acepte algo que va contra toda lógica. Un milagro solo es admisible a la luz de la fe, ergo, no vale como argumento.Ver citas anterioresLo del "par" de discípulos no te lo crees ni tú. Ahora dime que solo te valen los testigos visuales de sus milagros para luego decirnos que esos testigos visuales a ti no te valen porque eran seguidores y, por tanto, parciales. Pues hijo, a ti no hay quien te contente. Si estaban allí no te los crees, y si no estaban tampoco.
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