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La cronología marca. Desde el minuto uno había quien quería tensionar la campaña electoral: buscaba claramente un enemigo. Pero lo que ahora se ha conocido es que quien más lanzaba esa campaña tenía entre los instigadores a los suyos. Y mientras, 15 días de silencio oficial en el Ministerio del Interior.
7 DE ABRIL
Todo comenzó un no tan lejano 7 de abril. Vox decidió lanzar su precampaña electoral en Vallecas, en la denominada Plaza Roja. Desde las redes cercanas a Podemos se llamó para tratar de impedir la celebración de un acto de Santiago Abascal y Rocío Monasterio. Y los autodenominados antifascistas provocaron importantes incidentes con el lanzamiento de piedras a los que acudían al mitin. La Policía tuvo que cargar. En los incidentes en torno al acto de Vox hubo 35 heridos, una veintena de ellos agentes, la mayoría de los heridos leves. Ni una sola condena por parte de Podemos o del PSOE. De hecho, en algunos tuits, representantes de la formación morada responsabilizaban a Vox de los incidentes.
15 DE ABRIL
La Policía pone en marcha sus pesquisas para detectar a los autores de las agresiones, sobre todo los que actuaron contra los agentes de las UIP. Revisaron todas las imágenes de cámaras y fueron detectando a muchos de los que participaron. En la jornada del 15 de abril detuvieron a ocho personas presuntamente implicadas en los graves incidentes protagonizados por los autodenominados antifascistas. Entre esos detenidos, dos miembros de Podemos que forman parte de la seguridad del partido, que protegen al líder. La Policía considera que ambos tuvieron un papel dinamizador en los disturbios. Hasta ayer no se tuvo conocimiento de estas detenciones relacionadas con Podemos y desveladas por El Confidencial. Ese mismo día, 15 de abril, tras comprobar las identidades y dado el relieve de los detenidos (uno de ellos, incluso, hermano de uno de los responsables de los Bukaneros), los agentes informaron a sus superiores, quienes trasladaron los datos a la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior.
22 DE ABRIL
Desde el Departamento de Fernando Grande-Marlaska se guardó escrupuloso silencio sobre esta circunstancia mientras crecía la presión sobre Vox. Fue una semana después, el 22 de abril, cuando primero desde Podemos (Pablo Iglesias) y después desde el propio Ministerio del Interior (Grande-Marlaska) anunciaron que se habían recibido cartas amenazantes con balas en su interior dirigidas al ministro, a Iglesias y a la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Y los que las recibieron no sólo las llevaron a los primeros planos de la campaña, en mítines, sino que apuntaron que eran consecuencia de los «mensajes del odio» lanzados, según ellos, desde Vox. Mientras, Interior seguía guardando silencio sobre los dos detenidos relacionados con Podemos por los altercados de Vallecas.
25 DE ABRIL
Tres días después, 25 de abril, fue el propio presidente del Gobierno quien en un mitin puso el foco de la responsabilidad de la violencia de la campaña en Vox porque, pese a que en todos los mítines Abascal y Monasterio condenaron la violencia (aunque cuestionaron y cuestionan al Gobierno), Pedro Sánchez aseguró que no lo habían hecho y que, por ello el partido «había cruzado la última línea roja». El presidente insistió en que «Vox es una amenaza para la democracia».
26 DE ABRIL
Al día siguiente, 26 de abril, fue la ministra de Industria, Reyes Maroto, la que exhibió en las puertas del Congreso una fotografía de una navaja ensangrentada y situaba también el punto de mira en Vox y sus mensajes. No tardó mucho la Policía en aclarar este episodio ya que quien envió la carta con la navaja había puesto sus datos en el sobre: se trataba de un enfermo mental que ya había enviado otras amenazas a la ministra.
28 DE ABRIL
Dos días después, el 28 de abril, aparecen dos nuevos envíos con balas. El primero, detectado en Barcelona por los Mossos, contra la presidenta y candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el segundo, contra el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer, 16 días después, se desvelan los datos que el Ministerio de Grande-Marlaska no había trasladado a la opinión pública: que entre los protagonistas de los incidentes de la primera jornada de violencia en la campaña había miembros de la seguridad de Podemos. Interior niega que sean escoltas pero hasta Podemos ha tenido que admitir sus vínculos.
