Mi enhorabuena por sus intervenciones en este hilo. La documentación que ha aportado es para que los foreros que le rebaten le den la razón, o en su defecto, se retiren.
Un saludo.

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Gracias por la enhorabuena, Llampuga, pero no tiene mayor mérito, pues tan solo me he limitado a la aportación de datos irrefutables, y de fácil constatación, datos extraídos de instituciones públicas con la suficiente solvencia y credibilidad dicho sea de paso.
Dicho esto, permíteme que exponga cuales son desde mi modesto punto de vista el verdadero problema de la tan denostada Fiesta Nacional, la cual mucho me temo que de seguir por el nefasto camino que la están llevando empresarios, ganaderos, toreros, presidentes…y aficionados, no le auguro más de 15 o 20 años de vida, y ¡ojo!…sin necesidad de que los antitaurinos se tengan que movilizar para pedir que se prohíban las corridas de toros. Y si me lo permites, te enumero cuales son para mí los verdaderos motivos, hechos, comportamientos, circunstancias y demás trabas que está padeciendo la Fiesta Nacional, la cual, de seguir así, está en claro peligro de extinción, verás:
EMPRESARIOS: a estos auténticos vampiros, lo único que les interesa por encima de todo, es poner el cartel de “no hay billetes” en las taquillas de las plazas de 1ª y/o en las ferias importantes, sin importarles lo más mínimo si el respetable (respetable: público en terminología taurina) sale contento con lo que ha visto en el ruedo. A este comportamiento a todas luces mezquino por parte de los empresarios, hay que añadir la forma dictatorial con la que tratan a la inmensa mayoría de matadores, novilleros y rejoneadores, pues son ellos, los empresarios, los que tienen en sus manos la sartén por el mango a la hora de contratar y/o confeccionar los carteles. De estas dictaduras de los despachos tan solo se salvan aquellos matadores de toros catalogados como auténticas figuras del toreo, tal es el caso de Enrique Ponce, Julián López “El Juli”, Morante de la Puebla, José María Manzanares, hijo, Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y/o José Tomás, ya que los demás, o bien tragan con los honorarios y las ganaderías que les imponen los empresarios, o ya pueden ir pensando en torear a la gata en el pasillo de su casa.
Respecto a los novilleros, salvo aquél que haya tenido la inmensa suerte de encontrar y/o elegir como apoderado a una persona con una categoría constatada dentro del mundo del apoderamiento y que sepa fajarse en los despachos con los empresarios, o bien que esa persona haya sido un figurón del toreo…a los novilleros no les queda ni para tabaco, y si me apuráis, aún estando en pleno Siglo XXI…en algunas ocasiones incluso tienen que pagar para poder torear. Y en cuanto a los rejoneadores, salvo Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Ventura, Leonardo Hernández, y un par de ellos más que funcionan…el resto se pueden dar con un canto en los dientes si a la hora de cuadrar las cuentas no tienen que poner dinero.
GANADEROS: salvo rarísimas excepciones, los ganaderos llevan años y años “fabricando” y criando el toro comercial, es decir, el toro de lámina bonita, cómodo de pitones, falto de raza, y de embestida pastueña, vamos...lo que se conoce en el mundo del toro como "la tonta del bote", que es en definitiva el tipo de toro que los apoderados exigen a los ganaderos para sus figuras. Lo que yo daría por ver anunciadas a alguna de las actuales figuras con toros de las denominadas ganaderías duras, tales como Cuadri, Miura, Palha, Guardiola, Victorino Martín, Adolfo Martín y/o Dolores Aguirre…pero me temo que va a ser que no…
TOREROS: salvo los ya habituales “gladiadores del escalafón” que se apuntan a las corridas denominadas duras, es decir…Fundi, Juan José Padilla, Rafaelillo, Diego Urdiales, Fernando Robleño, Antonio Ferrera, Sánchez Vara, Iván Fandiño y dos o tres más, el resto…o bien son figuras consagradas con derecho de pernada para elegir ganadería y compañeros de cartel, o bien son pobres chavales que torean cuatro o cinco corridas, sin importarles lo más mínimo que la plaza sea de 3ª categoría, ni tener que matar auténticos marrajos con casi 6 años de edad.
PRESIDENTES: a mí me parece muy bien que tenga que haber una autoridad en la plaza para salvaguardar el orden público, y la seguridad de las personas, en definitiva, el buen desarrollo de los festejos, pero de ahí a que por cojones un comisario de policía tenga que presidir las corridas, y valorar el trabajo de personas que se juegan la vida desde el mismo momento en que sale el toro por los chiqueros, por ahí no paso. Desde mi modesto punto de vista, los festejos taurinos deberían de estar presididos por profesionales del toro ya retirados, o bien por aficionados cuyos conocimientos taurinos estén fuera de toda duda, amén de contar con el asesoramiento del correspondiente asesor veterinario y el asesor artístico, por aquello de que seis ojos ven más que dos. El comisario o delegado gubernativo debe de estar vigilante en el callejón, con el único y exclusivo objetivo de que se cumpla el reglamento estrictamente, a saber: que los matadores pidan el cambio de tercio de manera correcta (en el caso de Madrid, antaño estaba sancionado desmonterarse para pedir el cambio de tercio); que los picadores no traspasen las rayas que delimitan el tercio de varas, lo cual también está sancionado; que los matadores pidan el debido permiso al presidente para iniciar la faena de muleta; que las varas estén debidamente montadas y precintadas antes del inicio de la corrida; que los peones no hagan la rueda con los capotes para hacer doblar al toro (tan solo está permitido que los peones toquen por los costados al toro con el capote); que las unidades policiales estén debidamente distribuidas por la plaza, con el fin de mantener un pleno control ante la posibilidad de que surja cualquier tipo de altercado en los tendidos, o contra los toreros, etcétera.
AFICIÓN: en sus manos está el que la Fiesta Nacional perdure en el tiempo, eso sí, deberá de comprometerse para echar una mano a la hora de salvarla del inminente peligro que se cierne sobre ella. La afición no debe de ser en absoluto una mera observadora de las corridas de toros, para nada. La afición debe de comprometerse muy seriamente a la hora de dar la cara por la Fiesta Nacional, ¿cómo ?...organizándose, comprometiéndose y participando en todo lo concerniente a las corridas de toros…elección de ganaderías, conformación de carteles, precios de las entradas, distribución de los abonos, etcétera. Si la afición sigue anestesiada limitándose a ir a la plaza con puro y clavel, y aplaudir hasta romperse las manos por cuatro trapazos mal dados, es su problema, eso sí…luego que nadie ponga el grito en el cielo cuando los antitaurinos se descojonen de risa al ver que la Fiesta Nacional no se la habrán cargado ellos, no, a la Fiesta Nacional se la habrán cargado la dejadez, la desidia, la envidia, la hipocresía, la avaricia y la soberbia de la gente que debería haberla defendido a sangre y fuego.
PD: Si tanto amor, cariño y aprecio sienten los antitaurinos por el toro de lidia, lo que tienen que hacer la próxima vez es, en lugar de saltar al ruedo cuando el animal está prácticamente muerto y sin la más mínima posibilidad de levantarse para defenderse, repito, lo que tienen que hacer esos antitaurinos es ponerse cual forcados portugueses en la raya de picadores frente a los chiqueros, y aguardar estoicamente a que salgan 600 kilos de toro con dos pitones como leznas, se agarren a su cuello, y le digan al oído que están allí para evitar que le lastimen. Te aseguro que el día que procedan así, solo entonces me creeré a pies juntillas que esos antitaurinos están por la labor de defender al toro de lidia, pero mientras tanto…que dejen de insultar, amenazar y buscar camorra a las puertas de las plazas de toros, porque el vaso de la paciencia de los taurinos está a punto de rebosar...y luego vendrán las lamentaciones.
