La afirmación de que la economía feminista, ecológica y solidaria "debe ser comunal" es una postura ideológica y filosófica que se alinea con diversas corrientes de pensamiento progresistas, aunque no es una definición universalmente aceptada por todos los defensores de estos enfoques económicos.
Esta perspectiva sugiere que la implementación efectiva de estos principios requiere un cambio radical en la estructura económica, pasando del modelo capitalista actual a uno basado en la propiedad y la gestión colectiva o comunitaria de los recursos y medios de producción.
Aquí se explica el razonamiento detrás de esta postura y cómo se interrelaciona con los tres ejes mencionados:
Economía Feminista: Busca visibilizar, valorar y redistribuir el trabajo de cuidados (mayoritariamente realizado por mujeres) y subvertir las jerarquías de género. Un enfoque comunal podría facilitar la creación de sistemas de cuidado colectivos y sostenibles, gestionados por la comunidad para el beneficio de todos sus miembros, en lugar de depender de la familia individual o del mercado.
Economía Ecológica: Sostiene que la economía debe respetar los límites biofísicos del planeta. La gestión comunal de los recursos naturales (agua, bosques, tierra) puede ser vista como una forma más eficaz de asegurar su uso sostenible a largo plazo, ya que las decisiones se toman a nivel local, con conocimiento directo del ecosistema y con un interés compartido en su preservación, a diferencia de la explotación orientada al beneficio a corto plazo por parte de entidades privadas.
Economía Solidaria: Promueve valores como la cooperación, la reciprocidad y la equidad sobre la competencia y el lucro. Un modelo comunal encarna estos valores al priorizar el bienestar colectivo sobre el beneficio individual, fomentando la ayuda mutua y la toma de decisiones democrática y participativa en la gestión de la economía.
En resumen, desde esta perspectiva, la "comunalidad" no es solo una opción, sino un requisito indispensable para materializar plenamente los valores de la sostenibilidad ecológica, la equidad de género y la solidaridad social, desafiando las estructuras de poder y propiedad del sistema dominante….
Una sociedad de este tipo no es una sociedad sin instituciones, sino con otro tipo de
instituciones diferentes a las del mercado y el Estado (Ostrom, 2011). Dos bases de
estas instituciones son que sean comunitarias, es decir no controladas por un grupo
social escindido de la sociedad, y tengan como foco el bien común en armonía con el
resto de la vida. Continuemos construyéndolas.
Basado en un artículo del mismo título de Luis González Reyes
La economía feminista, ecológica y solidaria debe ser comunal
Re: La economía feminista, ecológica y solidaria debe ser comunal
Ver citas anterioresSostiene escribió: ↑14 Nov 2025 01:53 La afirmación de que la economía feminista, ecológica y solidaria "debe ser comunal" es una postura ideológica y filosófica que se alinea con diversas corrientes de pensamiento progresistas, aunque no es una definición universalmente aceptada por todos los defensores de estos enfoques económicos.
Esta perspectiva sugiere que la implementación efectiva de estos principios requiere un cambio radical en la estructura económica, pasando del modelo capitalista actual a uno basado en la propiedad y la gestión colectiva o comunitaria de los recursos y medios de producción.
Aquí se explica el razonamiento detrás de esta postura y cómo se interrelaciona con los tres ejes mencionados:
Economía Feminista: Busca visibilizar, valorar y redistribuir el trabajo de cuidados (mayoritariamente realizado por mujeres) y subvertir las jerarquías de género. Un enfoque comunal podría facilitar la creación de sistemas de cuidado colectivos y sostenibles, gestionados por la comunidad para el beneficio de todos sus miembros, en lugar de depender de la familia individual o del mercado.
Economía Ecológica: Sostiene que la economía debe respetar los límites biofísicos del planeta. La gestión comunal de los recursos naturales (agua, bosques, tierra) puede ser vista como una forma más eficaz de asegurar su uso sostenible a largo plazo, ya que las decisiones se toman a nivel local, con conocimiento directo del ecosistema y con un interés compartido en su preservación, a diferencia de la explotación orientada al beneficio a corto plazo por parte de entidades privadas.
Economía Solidaria: Promueve valores como la cooperación, la reciprocidad y la equidad sobre la competencia y el lucro. Un modelo comunal encarna estos valores al priorizar el bienestar colectivo sobre el beneficio individual, fomentando la ayuda mutua y la toma de decisiones democrática y participativa en la gestión de la economía.
En resumen, desde esta perspectiva, la "comunalidad" no es solo una opción, sino un requisito indispensable para materializar plenamente los valores de la sostenibilidad ecológica, la equidad de género y la solidaridad social, desafiando las estructuras de poder y propiedad del sistema dominante….
Una sociedad de este tipo no es una sociedad sin instituciones, sino con otro tipo de
instituciones diferentes a las del mercado y el Estado (Ostrom, 2011). Dos bases de
estas instituciones son que sean comunitarias, es decir no controladas por un grupo
social escindido de la sociedad, y tengan como foco el bien común en armonía con el
resto de la vida. Continuemos construyéndolas.
Basado en un artículo del mismo título de Luis González Reyes
En España hay certificaciones REAS (Red Economía Alternativa y Solidaria) en ciertos sectores : Vivienda, Energía etc
En Vivienda hay unos cuantos proyectos en España . También hay otros modelos basados en Housing Associations aunque quizás no cumplan con todos los parámetros o al menos no en todos los casos. Mira :
https://alivas.org/