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liberal de izquierda escribió: ↑31 Oct 2025 10:31
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Vitornacovilha escribió: ↑30 Oct 2025 03:44Élite socioeconómica ≠ élite política. 
La élite socioeconómica es meritocrática, la élite política no, o no necesariamente (en contextos democráticos). 
Por eso degeneró Argentina, porque la democracia se aplicó en una sociedad determinada que no estaba preparada y terminó votando una y otra vez por gobiernos viciados incapaces de abordar las soluciones estructurales.
Ocurre en todos los países democráticos, pero hay algunos en los que el efecto es peor que en otros.
Buen punto el que mencionas y muy interesante para el debate, estoy bastante de acuerdo con que la disociación entre la élite socio-económica y la élite política ha sido una de las grandes causas del estancamiento crónico de Argentina, junto con la falta de estabilidad y continuidad política y de proyecto político: desde 1930 en adelante y hasta 1983, Argentina intercaló gobiernos democráticos con gobiernos autoritarios (dictaduras militares), y, ninguno de esos gobiernos (exceptuando al primer y segundo gobierno de Perón) duró más de 3 años.
En lo que si no estoy de acuerdo es en que la élite socio-económica sea meritocrática, podrá serlos en sus inicios, pero luego la riqueza se hereda por herencia, vos me podrás decir que el hecho de mantener la riqueza heredada ya es un mérito frente a otras familias cuyos descendientes lo pierden todo en dos generaciones, pues sí, no lo niego, pero que la élite socio-económica sea a su vez la élite política, claramente no es meritocracia, sino plutocracia.
La meritocracia es imposible en cualquier sociedad sin un estado pro-activo que establezca las condiciones para lograr la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos, y que no solo sean las élites socio-económicas las que puedan acceder a una educación y salud de calidad, en el mundo de hoy, las clases trabajadoras y medias que acceden a una buena educación, pueden ascender socialmente e incluso volverse millonarios o multimillonarios,  creando empresas exitosas de la nada, gracias a esa educación de calidad, ejemplos hay muchos de eso.
Retomando el tema de Argentina, pues haciendo historia, durante el primer siglo posterior a la independencia del país (período 1810-1916), la elite socio-económica eran también la élite política aunque claro había diferencias en su interior (unitarios vs federales), que generaron guerras civiles, pero claro eran disputas dentro de una misma élite política y socio-económica, pero en 1916, la misma élite política y socio-económica que controló el país durante un siglo, se vio obligada a establecer el voto universal para todos los habitantes (antes de 1916 solo podían votar los ciudadanos que tuvieran determinados ingresos y bienes) debido a la presión política de los inmigrantes europeos y sus descendientes argentinos, y se vió obligada a hacerlo porque Argentina entre 1860 y 1910 recibió 3 millones de inmigrantes europeos que se incorporaron a una población que en 1860 tenía solo 1,5 millones, en la Buenos Aires de 1916, 7 de cada 10 habitantes había nacido en Europa, por lo tanto Argentina ya no era esa sociedad post-colonial del siglo XIX, sobre todo la del período 1810-1860, en la cual una pequeña élite socio-económica y política blanca (de origen vasco y castellano) dominaba sobre una mayoritaria población mestiza e indígena, la Argentina de 1916 era una sociedad completamente distinta, era mayoritariamente blanca y descendiente de inmigrantes italianos, gallegos, catalanes y centro-europeos (judíos askenazíes, alemanes, polacos, ucranianos, croatas), y esos inmigrantes y sus hijos reclamaban poder político y acceso a los altos cargos del país, y a la élite castellano-vasca no le quedo otra salida que abrir el juego político a los italianos, a los gallegos, a los judíos askenazíes, y en general a todos los grupos de origen inmigrante, y además, entre 1910 y 1930, Argentina volvió a recibir otro aluvión inmigratorio de 3 millones de europeos.
Entre 1916 y 1946, la élite castellano-vasca fue perdiendo paulatinamente el control sobre la política argentina, durante ese período político, que fue hegemonizado por la Unión Cívica Radical (UCR), los descendientes de los inmigrantes europeos que habían ascendido socialmente gracias a la educación laica y gratuita brindada por el estado argentino, y que ascendieron de clase trabajadora a clase media y media-alta, empezaron a acceder en gran escala a los altos puestos políticos y de la administración pública, a partir de ese momento, la mayoría de los apellidos de la política argentina dejan de ser castellano-vascos para pasar a ser italianos, gallegos, catalanes, judíos askenazíes, alemanes, etc.
A partir de 1946, y hasta el golpe de estado de 1955, período político hegemonizado por el peronismo, se completa el proceso de democratización de la política argentina y de la disociación total entre la élite socio-económica y la élite política, ya que mientras la UCR incorporó a la política a los descendientes de inmigrantes europeos que se convirtieron en clase media y media-alta, el peronismo incorporó a la clase trabajadora al poder, tanto a los descendientes de inmigrantes europeos que no habían ascendido a clase media, como a los mestizos e indígenas de zonas rurales que entre 1930 y 1946, había emigrado desde la provincias del noroeste y el nordeste (de mayoría mestiza) al área metropolitana de Buenos Aires para trabajar en la recién creada industria sustitutiva de importaciones, y es con el peronismo, que por primera vez en la historia argentina, se ven rasgos mestizos e indígenas en algunos altos cargos políticos del país: el mismo Perón era un mestizo de madre indígena.
¿ Que pasa entre 1955 (año en que Perón es derrocado por un golpe militar) y 1983 (retorno de la democracia) ?, pues pasa que hay una sucesión entre dictaduras militares, en las cuales la antigua élite castellano-vasca intentó recuperar su poder político: períodos 1955-1958, y 1966-1973 y gobiernos democráticos dirigidos por la UCR hegemonizada por descendientes de italianos, gallegos y judíos e clase media y media-alta: período 1958-1966. Y el problema de este período es que no hubo continuidad política, las dictaduras militares de los castellano-vascos quisieron revertir las reformas de la UCR y del peronismo, pero se quedaron en el intento, porque en ese período las dictaduras militares duraban poco, no eran estables y se veían obligadas a abandonar el poder a la UCR y luego al peronismo, a partir de 1973, debido a las protestas y a los levantamientos de las clases medias y trabajadoras.
Conclusión: era imposible que a partir de 1916, Argentina pudiera mantener la conjunción entre élite socio-económica y élite política, porque la realidad étnica del país lo hacía imposible, ya que Argentina, al igual que Uruguay, ya no era una sociedad de mestizos e indígenas sumisos, dominados por una élite socio-económica y política blanca castellano-vasca, como la de otros países latinoamericanos, como por ejemplo México, Guatemala, Perú, Ecuador y Bolivia; Argentina se había convertido en una sociedad mayoritariamente blanca compuesta por descendientes de inmigrantes de Europa Meridional y Central, que exigían derechos políticos y acceder al gobierno, y esa disociación entre la élite socio-económica y la élite política, se mantuvo a partir del retorno de la democracia en 1983. 
Y te informo que con el gobierno de Milei todo sigue igual, ninguno de los integrantes de su gobierno, ni de su partido político: la Libertad Avanza (LLA), y por supuesto ni el mismo, provienen de la actual élite socio-económica del país, que a diferencia de antes, ya no es castellano-vasca, sino italiana-judía, hoy la élite-socio-económica más rica del país, conocida como "el circulo rojo", esta compuesta por familias de origen italiano y judío askenazí, aunque claro, el gobierno de Milei gobernará a favor del "circulo rojo" más que ningún otro gobierno desde 1983 en adelante.
Saludos.
Buenos días LDI. 
1) Ojo, que la disociación no es algo que yo achaque exclusivamente a los argentinos. En realidad todos los países democráticos incurren en las mismas problemáticas. 
Mientras en una sociedad no-democrática la élite socioeconómica tiende a coincidir con la élite política (por ejemplo en Arabia Saudí o Qatar quienes mandan son también los poseedores de las mayores riquezas; o en China, quienes gobiernan son a la vez poseedores de los medios de producción), en una sociedad democrática esto no ocurre, quienes gobiernan son quienes acaparan el voto popular, y esto no depende del nivel de renta, depende del nivel de popularidad.
Si bien, durante un primer momento el nivel de renta marca el nivel de popularidad, esto dura poco. En general cuando se abre el voto universal y papeleta única, la disociación élite política y élite socioeconómica se establece rápidamente.
Conforme esto ocurre los apellidos cambian, cambian los liderazgos de partidos y por supuesto ya no ostentan cargos ministeriales o -sobre todo- parlamentarios, única y exclusivamente miembros del 10, 5 o 1% superior del país. 
Esto genera una serie de problemas. 
Pues, con el tiempo -y no mucho tiempo- la relación entre élite política (cuyo basamento es la popularidad y por ende su primer objetivo es obtener votos) y población (con prioridades diversas, muchas veces contradictorias y con poca perspectiva de largo plazo) se vuelve tóxica. Los círculos viciosos se establecen y superarlos es prácticamente imposible por muchos motivos. 
La clase política tiene poder sobre un país que arrienda, por lo que su cuidado en el largo plazo es pobre; la élite política en regímenes monárquicos o dinásticos como el chino, en cambio, cuida su país como si fuera su propia propiedad. Esto es una simplificación extrema de todo lo que señalo, pero en realidad de este tipo de cuestiones se derivan 5 graves problemas infranqueables de la democracia: 1) El problema de la información (no podemos saberlo todo, pero la democracia nos exige votar sabiéndolo todo); 2) el problema de los sesgos e inteligencia (nos permiten racionalizar al máximo posible las decisiones, algo también imposible, especialmente en sociedades con IQ limitado); 3) la imposibilidad de agregar las preferencias individuales ( véase Arrow); 4) la preferencia temporal (las decisiones populares son de corto plazo, las impopulares son de largo plazo, pero la existencia y éxito de una nación depende de políticas de largo plazo); 5) y por último la imposibilidad de fijar límites cuando, en la práctica, la ética dominante es iuspositivista, constructivista y consecuencialista. 
Esto lo desarrollo en mi blog porque es más extenso. 
Consecuencia de todo: 
la democracia es un peor sistema de cara al desarrollo en el largo plazo. 
Mírese por ejemplo el segundo problema. 
Todos tenemos sesgos y a la vez todos tenemos un nivel de inteligencia determinado y con poca flexibilidad frente a la educación o nivel cultural/social. Es en buena medida determinado por la genética y que si bien puede tener un plus añadido durante la infancia (mediante cierta práctica educativa y la buena alimentación), en general poco puede aumentar (de ser otra la realidad, y el IQ fuera muy flexible a una oferta educativa, alimenticia o cultural, nuestros antepasados del año 1000 hubiesen sido todos retrasados mentales). 
 
Argentina, con una media de IQ nacional del 86,6 con una desv. típica del 9,8 solo posee a un 4% de su población por encima de los 100 puntos. Corea del Sur, por otra parte, con media 102 y desv. típica del 5,3 posee al 67% de su población por encima de los 100 puntos. 
(Datos de Lynn, se pueden cuestionar, pero otras mediciones dan resultados semejantes, si usamos de proxy los resultados PISA podemos tener conclusiones similares). 
Uso de baremo los 100 puntos porque en general, 100 puntos es lo que diferencia al conjunto inteligente del conjunto no-inteligente. 
 
Entonces, ¿qué elecciones realmente racionales pueden darse en sociedades que, conjuntamente, no son inteligentes?
Por otra parte se suele decir que la democracia está directamente relacionada, en un sentido causal, con el desarrollo tal que instalada esta, hay crecimiento y desarrollo en una nación.
En realidad se puede decir lo contrario: las sociedades desarrolladas son democráticas, pero son primero desarrolladas y luego democráticas, no a la inversa. 
La tesis de Acemoglu iba en el sentido de adjudicarle a la democracia una función y capacidad desarrolladora de países, lo cual no tiene sentido si analizamos todo lo precedente.
Cierto es que el crecimiento a largo plazo deriva importantemente de las instituciones, de la seguridad que estas entregan y, por cierto, de la capacidad que estas poseen para trazar políticas largoplacistas encaminadas al desarrollo, pero una cosa son las instituciones y otra muy diferente, es que estas instituciones sean necesariamente democráticas para que logren tales objetivos. 
Si establecemos:
A: La democracia es necesaria para establecer un crecimiento y desarrollo a largo plazo. 
Entonces ¬A es "la democracia no es necesaria para establecer un crecimiento y desarrollo a largo plazo". 
B: La democracia es suficiente para establecer un crecimiento y desarrollo a largo plazo. 
Entonces ¬B es "la democracia no es suficiente para establecer un crecimiento y desarrollo a largo plazo". 
Si A es cierto, entonces en el mundo no debe existir ningún país desarrollado o debidamente desarrollado y que a la vez no sea democrático. 
¿Ocurre? 
No, existen monarquías cuasi absolutas que han logrado importantes niveles de desarrollo (IDH por encima del chileno). 
Si B es cierto, no debiera darse ningún caso de país democrático pobre o arruinado, ¿ocurre? Tampoco.
Venezuela y Argentina (y en buena medida Chile) se han arruinado luego de instalada la democracia. El auge argentino del siglo XIX fue en contextos poco (o nulamente) democráticos, lo mismo Chile. 
Y quienes digan que los países OCDE se desarrollaron con democracia, el hecho es que la tendencia del crecimiento del PIB per cáp. luego de instalada una democracia universal y competitiva, fue a la baja:
 
Cierto es que de estas correlaciones no podemos concluir, tajántemente, que la democracia afecta negativamente o que solo la democracia explica este enfriamiento, buena parte se explica por el mismo rendimiento decreciente del crecimiento a largo plazo, pero cuando analizamos caso por caso -especialmente Europa- nos encontramos con problemas que asfixian el crecimiento (como el peso estatal y sistemas de reparto en salud y pensiones que no son sostenibles) y que no se pueden solucionar en contextos democráticos. 
Sea como sea, creo que es buena hora de romper ese dogma y mito de la democracia como el mejor de todos los sistemas. 
2) Con respecto a la meritocracia, estoy de acuerdo que cuando se mezclan intereses políticos con económicos, se generan discordancias. No tiene mérito ser un empresario millonario si las ventas las obtuviste con subvenciones o aranceles. El problema entonces es que tienes una élite política que no mira a largo plazo o que, intenta hacerlo pero por algún motivo ese largo plazo está completamente desviado de todo eje. 
Me pasa con Argentina (y también Brasil) en un intento absurdo por fortalecer un desarrollo industrial mediante protección dándole la espalda al libre comercio y la especialización.
En un escenario de crecimiento continuo y competencia abierta, libre movilidad de capitales y de bienes comerciables, los hijos más capacitados de la población pobre, tenderá a tener ingresos superiores (porque el crecimiento económico implica crecimiento de empleos y de empleos altamente cualificados); mientras que los hijos menos capacitados de los ricos tenderán a caer porque no son capaces de competir. 
Una matriz con una movilidad totalmente perfecta: 
 
Una matriz con una movilidad totalmente imperfecta:
 
Obviamente, ambas son extremas y dudosamente existen en la realidad, pero cuando observamos caso a caso, las sociedades abiertas tienden más a las primeras que a las segundas, por ejemplo, para 2018 la OCDE calculó estas probabilidades de ascenso social para cada país:
 
Chile e Israel están más cerca de la esquina inferior izquierda, o dicho de otra forma, hay más probabilidad de que los hijos pobres se vuelvan ricos y de que los hijos ricos se vuelvan pobres. Curiosamente, España, un país con "alta igualdad social", ocurre exactamente lo opuesto. 
En fin, esto atraviesa muchos otros factores y el dato es de 2018. Chile luego del estallido está estancado, dudosamente se mantenga en el mismo sitio, lo demás es especular. Pero lo cierto es que entre 1990 y 2018 el crecimiento fue tal que la movilidad social sí existía, contrario a las especulaciones de desigualdad.
Es más, es posible que intentar igualar ciertos niveles de ingreso paradójicamente perjudique la movilidad social, porque por ejemplo, yo no veo qué de movilidad social hay detrás de financiar a los MENAS o restos de irregulares en España  

 Y ciertamente ese dinero es un costo de oportunidad para españoles inteligentes y capaces que al final terminan largándose del país. 
Saludos.