Trump y Bolsonaro: "EE.UU. puede aprender mucho de Brasil"
El próximo juicio contra el expresidente de ultraderecha Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado en Brasil, en contraste con la impunidad de Donald Trump en EE. UU., ocupa a la prensa en alemán esta semana.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro será juzgado por presunta conspiración para derrocar al Gobierno tras perder las elecciones de 2022, dictaminó el miércoles el Supremo Tribunal Federal, actuando con celeridad en un caso que podría transformar el panorama político.
Un panel de cinco jueces decidió por unanimidad enjuiciar a Bolsonaro. Si es declarado culpable en un juicio que se espera para más adelante en el año, podría enfrentarse a una larga pena de prisión, lo que aislaría al militante de extrema derecha que ha evitado nombrar un heredero político.
Desde Berlín, el diario alemán Der Tagesspiegel, recomienda mirar hacia Brasil para combatir el pesimismo que infunden las noticias que llegan a diario desde Estados Unidos:
"Bolsonaro y Trump tienen mucho en común. Son populistas, de ultraderecha y tienen una comprensión autocrática del Estado. Están hermanados en espíritu; sus seguidores los idolatran como a mesías. No por gusto, el exasesor de Trump, Steve Bannon, llamó "Trump tropical" al expresidente de Brasil", recuerda Der Tagesspiegel.
"Bolsonaro no quiso admitir su derrota electoral frente a Lula da Silva en 2022, como Trump. Incitó a sus seguidores contra las instituciones democráticas de su país, como Trump. Casi exactamente dos años tras el asalto al Capitolio, los 'bolsonaristas' irrumpieron en el distrito gubernamental de la capital, Brasilia, el 8 de enero de 2023.
Como Trump, Bolsonaro aún se resiste a asumir su responsabilidad. Pero la Justicia brasileña no le hace favores. Una condena es posible; Bolsonaro podría incluso ir a prisión. La democracia brasileña demuestra su fortaleza por estos días.
Y no es sólo el poder judicial lo que distingue a Brasil de Estados Unidos. El día después del asalto al distrito gubernamental de Brasilia, políticos de todo el país, junto con el presidente Lula y el presidente del Tribunal Constitucional, se plantaron en la misma plaza que los bolsonaristas habían tomado el día anterior.
Querían enviar una señal: independientemente de su filiación partidista, independientemente de la polarización del país, defenderían juntos la democracia. (…) Una señal que se echa de menos en EE. UU., entonces y ahora."
Esto también explica por qué los jueces brasileños han logrado hacer lo que no ha podido el poder judicial estadounidense en los últimos años: responsabilizar a expresidentes (o al actual, en el caso de Estados Unidos) por socavar o querer derribar los cimientos de la democracia.
Porque, si bien Donald Trump fue condenado en Estados Unidos, fue por falsificar documentos comerciales. Su papel en el asalto al Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 nunca fue investigado legalmente.
En Brasil, es completamente diferente: el Supremo Tribunal Federal aprobó un auto de procesamiento en el que se acusa al expresidente de ultraderecha Jair Bolsonaro y a media docena de sus exempleados de planear un golpe de Estado.
Podría haber un veredicto este año y, si el exjefe de Estado es declarado culpable, podría enfrentar hasta 43 años de prisión. Esto no es algo exagerado, sino un paso importante y correcto.
Porque, en Brasil, basta retroceder algunas décadas en la historia para comprender cuán frágiles son incluso las democracias más grandes si no están suficientemente protegidas.
Un apretón de manos entre Trump y Bolsonaro en 2020. Imagen: Allen Eyestone/ZUMAPRESS.com/picture alliance
Bolsonaro dice que lo juzgan «con prisa» para impedirle disputar las elecciones de 2026
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, al que la Corte Suprema decidió este miércoles abrirle un juicio penal por golpe de Estado, afirmó que están acelerando el proceso en su contra para impedirle disputar las elecciones presidenciales de 2026 en las que, afirmó, nadie lo vencería.
«Tienen prisa, mucha prisa», dijo Bolsonaro en un largo mensaje en sus redes sociales, transmitido durante las deliberaciones de los jueces.
Bolsonaro dijo que el proceso en su contra «avanza a una velocidad 14 veces mayor que el Mensalão», el proceso contra el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción en su primer mandato, «y 10 veces más rápido que el de Lula en el Lava Jato», el caso de desvíos en la petrolera Petrobras.
El exmandatario aseguró que la propia prensa admite que esa prisa no obedece a razones jurídicas, sino políticas, ya que el tribunal intenta impedir que el juicio se extienda hasta 2026, cuando será año electoral.
«Quieren impedir que yo llegue libre a las elecciones porque saben que, en una disputa justa, no hay ningún candidato capaz de vencerme», afirmó Bolsonaro.