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Asimov escribió: ↑20 Sep 2024 00:20
Creo que ya expresé mi posición sobre la inmigración, pero la explicaré con más detalle en este hilo, que sin duda es el adecuado.
La inmigración en sí no tiene nada de malo, al menos cuando se produce de forma completamente voluntaria. Alguien decide instalarse en un determinado país para trabajar, y dicho país se enriquece con la cultura diferente que trae esa persona. Hasta aquí todo bien. El problema es cuando la inmigración se convierte en masiva y pasa de ser una cuestión individual a una cuestión colectiva y social. En ese punto, como marxista, creo que corresponde hacer un análisis materialista y de clase. Y desde ese punto de vista, la inmigración es tanto más problemática cuanto más masiva sea, sin que importe demasiado si se trata de inmigración legal o ilegal.
El problema de la inmigración tiene tres vertientes:
1) El país de origen, que pierde a individuos de la clase trabajadora y pequeña burguesía en los que ha invertido en educación, gente joven que tiene los arrestos de marcharse y que en otras circunstancias quizás podría aportar mucho a su país. La propia emigración supone una válvula de escape que alivia la miseria del país emisor, de ahí que los gobiernos de los países emisores alienten la emigración o al menos no la impidan.
2) El propio inmigrante, que se ve impelido a marcharse de su casa, de su familia y de su tierra y a vivir desarraigado en un país y una cultura que no son las suyas.
3) El país de destino, que se encuentra de pronto con todo un ejército industrial de reserva acostumbrado a unos salarios muy bajos y muy poco sindicado, y que compite con la clase trabajadora nacional por los mismos puestos de trabajo. El resultado, como no puede ser de otro modo, es un aumento del desempleo y un estancamiento de los salarios. A eso hay que añadirle el aumento en la demanda de servicios públicos por parte de toda esa población extranjera (en sanidad, educación, transporte público, ayudas públicas, etc.), que no paran de degradarse porque el Estado no destina los recursos necesarios a tales servicios para cubrir el aumento de población. Y por último, la inmigración masiva produce guetos (las diferentes comunidades de extranjeros tienden a juntarse con los suyos, como es lógico), choques culturales (cuanto mayor es una comunidad extranjera menos tiende a adaptarse al país anfitrión y es más proclive a imponer sus propias costumbres aunque puedan resultar molestas para la población autóctona) y un aumento de la delincuencia (cuanto más masiva es la inmigración más descontrol hay sobre quienes entran en el país, por lo que se cuelan todo tipo de delincuentes, algunos de ellos acostumbrados a cierto tipo de delitos que en el país receptor no lo estamos tanto, o provenientes de culturas más proclives a cometer ciertos delitos).
La solución a este problema debería ser interrumpir de una vez, y en la medida de lo posible, toda inmigración legal o ilegal, y reconocer de una vez que una parte de los inmigrantes son delincuentes que están causando problemas serios en este país (y consecuentemente luchar contra ello).
Esa ha sido siempre en esencia, al fin y al cabo, la posición de la izquierda clásica sobre la cuestión de la inmigración. De ahí que los países socialistas siempre hayan implementado políticas migratorias muy duras, tanto para entrar como para salir de sus países.
Pero frente a este problema nos encontramos ahora a una "izquierda" que dice que la inmigración es un algo muy bonito o, como mínimo, que no tiene nada de malo; que los inmigrantes son buenos por naturaleza, por el mero hecho de ser inmigrantes; que debemos permitir entrar a España y a Europa a todo inmigrante legal e ilegal que venga; y que todo el que discuta mínimamente esta posición no sólo es facha sino incluso racista, de hestremaderecha y nazi.
Respecto a esto último, cabe preguntarse a partir de qué punto uno puede dejar de ser considerado nazi por decir que quizás no deberíamos dejar entrar a más inmigrantes. Ahora mismo el porcentaje de inmigrantes en España es de en torno al 18%. ¿Quizás cuando llegue al 30% podremos expresar la necesidad de parar? ¿O cuando llegue al 50%? ¿Tal vez al 80%? O dicho de otro modo: si la "izquierda" dice que debemos acoger a todos los inmigrantes que intentan entrar en España... ¿no debería ir más allá e invitar a toda África a venir, por ejemplo?
En cualquier caso, la "izquierda" cree que su posición es de izquierdas, pero no lo es. Es la posición de determinadas ONGs y de la Iglesia Católica, pero no por eso es de izquierdas. De hecho es la posición compartida también por el capital y el empresariado, siempre demandando nueva mano de obra inmigrante con todo tipo de excusas, ya sean falsas ("a ver quién va a pagar las pensiones si no") o verdaderas ("es que los inmigrantes son los únicos que aceptan nuestras condiciones laborales de miseria").
En cuanto a la extrema derecha, mantiene el problema de la inmigración en el centro de su discurso (olvidando otros problemas igual o mucho más graves para la clase trabajadora, como el de la vivienda o el desempleo)... para finalmente no plantear soluciones realistas ni adecuadas. Por ejemplo, todo lo que propone Vox para solucionar el problema es expulsar a los inmigrantes ilegales, que son una auténtica minoría y que por tanto no influyen demasiado en el problema (en la práctica estoy segurísimo de que ni siquiera cumplirían esa promesa).
Mientras tanto el problema sigue empeorando.