- la novela y la posterior adaptación se suponía que estaban inspiradas en Marilyn Monroe. Truman Capote pilló un rebote monumental cuando el estudio de Monroe decidió que ella no podía participar en esa película porque el papel de "chica alegre con vida trágica" podía joderle la carrera si la película pinchaba. Así que los productores buscaron otra actriz y se les ocurrió Audrey Hepburn, que aceptó tras recibir un pastón y con la obligación de que su vestuario se lo hiciera su modisto de referencia, Givenci. A los productores casi les da un infarto cuando ven que la Hepburn se paseará por la película con vestidos negros, color que en esa época era de viejas de luto y se daba de hostias con los colorines que eran la moda. Al final gracias a lo bien vestida que iba la Hepburn, el "vestidito negro" se convirtió en un clásico del armario femenino.
Ahora intentad ver la película imaginando a Marilyn Monroe en vez de Audrey Hepburn... (tal vez algún día alguien se atreva a hacer un deep fake de algunas escenas...)
“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada” -Edmund Burke
Corolario de Nowomowa: tampoco ayuda cuando los buenos son idiotas.