Los orígenes el Marxismo Cultural se encuentran en lo que se conoce comúnmente como Escuela de Frankfurt. El término se acuñó informalmente entre la I y II Guerra Mundial para describir a los intelectuales afiliados o asociados al Instituto de Investigación Social en la Universidad de Goethe, en Frankfurt (Alemania). Siendo crítica de ambos, el Capitalismo y el Socialismo soviético, e influenciada fuertemente por Antonio Gramsci, la Escuela de Frankfurt teorizó sobre posibles explicaciones y soluciones a los efectos de Marxismo Clásico. Siempre con el objetivo de lograr la revolución social. Este trabajo será conocido como Teoría Crítica.
Teoría Crítica
Su idea fundamental es la creación de teorías interdisciplinarias que puedan servir como instrumento para la transformación social. En los 60, si la Escuela de Frankfurt ganó adeptos en algunas facciones de la izquierda americana y europea, hoy en día sus ideas son comunes en las universidades de Occidente. Ahí dominan el discurso y narrativa en los departamentos de Ciencias Sociales y Humanidades. De ahí surgirían, por ejemplo, nuevas áreas de investigación, como "estudios de género" o los estudios del "ser blanco".
Teóricos de la Teoría Crítica
Uno de los más influyentes y miembro fundacional de la Escuela de Frankfort era Herbert Marcuse. Un vistazo a cualquier texto escrito por Marcuse alarmaría a cualquier persona que esté al tanto de la situación de censura e intolerancia para con las ideas conservadoras en campus universitarios de EEUU, Canadá o Europa. Este párrafo está sacado de su ensayo de 1965, 'Represión Intolerante':
"Las pequeñas y débiles minorías que luchan contra la falsa conciencia y sus beneficiarios, deben ser ayudadas: su prolongada existencia es más importante que la salvaguardia de los abusivos derechos y libertades que conceden poderes constitucionales a quienes oprimen a tales minorías.
Ha de resultar evidente, por ahora, que el ejercicio de los derechos civiles por aquellos que no los tienen presupone la retirada de derechos civiles a quienes impiden su ejercicio y esa liberación de los condenados de la Tierra, presupone la supresión no solo de sus viejos, sino también de sus nuevos amos."
Justicia Social, Feminismo, Neoprogresismo, Postmodernismo y Postcolonialismo, entre otros, son todos movimientos nacidos o inspirados en la Teoría Crítica. Y todos son cubiertos bajo el paraguas del Marxismo Cultural. Sea género, orientación sexual, familia, raza, cultura o religión. Cada componente de la identidad personal debe ser cuestionado. Cada norma o estándar social debe ser criticado o alterado en beneficio de grupos supuestamente oprimidos.
Marxismo Clásico vs. Marxismo Cultural
El Marxismo Clásico veía un conflicto entre la burguesía y el proletariado. Entre los que tenían y los que no tenían. El Marxismo Cultural ve conflicto entre los privilegiados y los que no tienen privilegio. La clase obrera fue entonces reemplazada por las minorías. Las mayorías son descritas como "privilegiadas" y "opresoras" y las minorías como "no privilegiadas y "oprimidas". Los heterosexuales son intrínsecamente (inconsciente o conscientemente) opresores. Los cisgénero también son opresores. Los blancos son opresores. Los cristianos son opresores. Especialmente, los hombres blancos cristianos. Cualquiera que no pertenezca a estos grupos será considerado oprimido.
Entonces, si los heterosexuales son opresores, una opción sería fomentar otras formas de sexualidad. Si los blancos son opresores, la solución es fomentar más diversidad racial. Si los cisgénero son opresores, la solución será fomentar el transgenerismo. Si los cristianos son opresores, la solución es propagar el Islam.
Theodor Adorno
Otro miembro de la Escuela de Frankfurt escribió un libro titulado 'La Personalidad Autoritaria', en la que define a la paternidad, el orgullo en la propia familia, el Cristianismo, roles de género tradicionales, una moral sexual y el amor por la patria como fenómenos patológicos. Esta tendencia a patologizar opiniones y patrones de vida que no van con los objetivos políticos de uno es característico del Marxismo Cultural. Puntos de vista distintos son descritos como "miedos irracionales" o "fobias". Un ejemplo:
Una persona que se siente incómoda al vivir como una minoría en un área dominada por inmigrantes musulmanes, podrá ser llamada "islamofóbica", porque querer vivir rodeada de gente parecida étnica y culturalmente es considerado "enfermo" y "fóbico" hacia estos individuos.
Cuando inmigrantes pakistaníes, en contraste, muestran preferencia por convertir ciertas áreas de una ciudad o de un distrito en un "mini-Pakistán", no hay ninguna enfermedad o fobia. Solo hay "Multiculturalismo".
Lo políticamente correcto
Es una manifestación propagandística del Marxismo Cultural, en la que los medios tradicionales y expertos en Ciencias Sociales (intelectuales adoctrinados y dogmáticos) hacen obligatorio cuestionar el lenguaje cotidiano. Los inmigrantes ilegales tienen que ser llamados, por ejemplo "migrantes indocumentados". O discriminación étnica como acción afirmativa. Cualquier descripción muy cruda sobre la realidad de alguna minoría es tomada como una ofensa. O sea, interpretada más subjetivamente que literalmente.
Este deseo de querer definir y redefinir conceptos puede ser entendido como un medio para controlar el discurso, fomentar la censura a hablar de ciertos temas y alterar las normas culturales.
Por ejemplo, el racismo y el sexismo han sido redefinidos como un "prejuicio + poder". Lo que lleva a decir cosas tan ridículas como:
"Yo, una mujer que pertenece a una minoría étnica, no puedo ser racista o sexista contra un hombre blanco."
Mantener una posición positiva, inquebrantable, incondicional y apologética de grupos que representan a los oprimidos:
"El Islam es una religión de paz."
"Black Lives Matter es un grupo de protesta pacífico y todas sus demandas son legítimas."
"El Feminismo solo se trata de igualdad."
"No hay culturas superiores a otras."
"No existe la Ideología de Género."
No se puede contemplar ningún matiz sobre estos postulados, y mucho menos criticarlos.
Mientras el Comunismo Clásico, como lo vio Marx, ofrecía un sistema utópico social como la resolución al "conflicto de clases", todo lo que ofrece el Marxismo Cultural es una guerra eterna entre minorías oprimidas y mayorías opresoras. Eterna, porque siempre se podrá agrupar a personas por rasgos personales o ideológicos y explicarles el mundo y eventuales desgracias personales como, principalmente, el resultado de estar siendo oprimidos por la sociedad. "Nada es tu culpa. Es culpa de los demás".
Si bien no hay un objetivo final orquestado por un grupo de marxistas sentados en algún café, las consecuencias del Marxismo Cultural ya se ven en el Primer Mundo: universidades públicas con un pensamiento homogéneo; los medios de comunicación sin espacios para conservadores o libertarios; la izquierda moderna divorciada de la clase obrera y, más bien, antagónica a ella. Esta polarización social y de clase en un ambiente políticamente correcto crea sociedades separadas ideológicamente. Intolerantes unas con otras, donde no se puede conversar y solucionar temas polémicos. A la larga de establecerse el Marxismo Cultural, llevaría a la supresión de la identidad nacional, porque se habrían alterado cualquier concepto (género, familia, religión, sociedad, economía, libertad de expresión... ) o institución que representa a la mayoría en una situación determinada.
Por eso me hace gracia cuando sectarios izquierdistas os atrevéis a decir la chorrada de "no hay más tonto que un obrero de derechas", por la gente nacional y humilde que vota a Vox, al PP o a Cs. No veis más allá de vuestras propias narices, y no queréis entender que la mayor parte de la gente no apoya la imposición de este decadente sistema. Yo mismo soy uno de esos izquierdistas que se dio cuenta del engaño que era la izquierda y que, hoy en día, la aborrece.
