El PSC apoyaría un referéndum si los independentistas llegaran al 65%.¡Pedazo de titular!Ver citas anterioresNowomowa escribió:Hombre, dos tercios de la población es una cantidad tan importante como inalcanzable para el independentismo catalán.Ver citas anterioresSanTelmo escribió:El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha asegurado en una entrevista en el diario Berria que "si el 65 por ciento de los catalanes quiere la independencia, la democracia la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso".
Iceta responde así a la pregunta de "si el 47% de los votantes están a favor de la independencia ¿no es suficiente? Y su fuera el 65%?". "Si el 65% quiere la independencia, la democracia tiene que encontrar el mecanismo para hacerlo posible. Pero no en el último penalti, ni con el 47% ni con el 51% tampoco"
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Re: Elecciones generales el 28 de abril
¿Dónde está el problema?Ver citas anterioresSanTelmo escribió:El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha asegurado en una entrevista en el diario Berria que "si el 65 por ciento de los catalanes quiere la independencia, la democracia la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso".
Iceta responde así a la pregunta de "si el 47% de los votantes están a favor de la independencia ¿no es suficiente? Y su fuera el 65%?". "Si el 65% quiere la independencia, la democracia tiene que encontrar el mecanismo para hacerlo posible. Pero no en el último penalti, ni con el 47% ni con el 51% tampoco"
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
No ha dicho eso. Dice que la democracia tendría que encontrar un mecanismo para hacerlo posible, lo cual es de cajón: No puedes retener por la fuerza un pueblo del que dos terceras partes quieren irse.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:El PSC apoyaría un referéndum si los independentistas llegaran al 65%.¡Pedazo de titular!Ver citas anterioresNowomowa escribió:Hombre, dos tercios de la población es una cantidad tan importante como inalcanzable para el independentismo catalán.Ver citas anterioresSanTelmo escribió:El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha asegurado en una entrevista en el diario Berria que "si el 65 por ciento de los catalanes quiere la independencia, la democracia la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso".
Iceta responde así a la pregunta de "si el 47% de los votantes están a favor de la independencia ¿no es suficiente? Y su fuera el 65%?". "Si el 65% quiere la independencia, la democracia tiene que encontrar el mecanismo para hacerlo posible. Pero no en el último penalti, ni con el 47% ni con el 51% tampoco"
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Yo no soy muy amigo del independentismo catalán. Ahora bien, si en un territorio hubiese un clamor mayoritariamente independentista, ¿qué sentido tendría mantenerlo "a la fuerza" en el seno de España? Entiendo el mensaje de Iceta y, lamentablemente, va a ser tergiversado por los medios para dañar al PSOE de cara a las elecciones. Pero bueno, el PSOE también hará lo propio si ve la oportunidad.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Hombre, la Constitución dice que España es indivisible, ni con el 65% ni con el 90%. Se ve que Iceta quiere cambiar la Constitución en el sentido de conceder la independencia a las autonomías que alcancen los 2/3 de voto independentista.Ver citas anterioresNowomowa escribió:No ha dicho eso. Dice que la democracia tendría que encontrar un mecanismo para hacerlo posible, lo cual es de cajón: No puedes retener por la fuerza un pueblo del que dos terceras partes quieren irse.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:El PSC apoyaría un referéndum si los independentistas llegaran al 65%.¡Pedazo de titular!Ver citas anterioresNowomowa escribió:Hombre, dos tercios de la población es una cantidad tan importante como inalcanzable para el independentismo catalán.Ver citas anterioresSanTelmo escribió:El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha asegurado en una entrevista en el diario Berria que "si el 65 por ciento de los catalanes quiere la independencia, la democracia la democracia deberá encontrar un mecanismo para encauzar eso".
Iceta responde así a la pregunta de "si el 47% de los votantes están a favor de la independencia ¿no es suficiente? Y su fuera el 65%?". "Si el 65% quiere la independencia, la democracia tiene que encontrar el mecanismo para hacerlo posible. Pero no en el último penalti, ni con el 47% ni con el 51% tampoco"
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Iceta no ha dicho eso. Ha dicho que "la democracia tendría que buscar el mecanismo". El problema no sería sólo de los independentistas, sino también de todos los demócratas españoles. Con los fachas ya se sabe que no se puede contar para nada.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:Hombre, la Constitución dice que España es indivisible, ni con el 65% ni con el 90%. Se ve que Iceta quiere cambiar la Constitución en el sentido de conceder la independencia a las autonomías que alcancen los 2/3 de voto independentista.Ver citas anterioresNowomowa escribió:No ha dicho eso. Dice que la democracia tendría que encontrar un mecanismo para hacerlo posible, lo cual es de cajón: No puedes retener por la fuerza un pueblo del que dos terceras partes quieren irse.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:El PSC apoyaría un referéndum si los independentistas llegaran al 65%.¡Pedazo de titular!
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Lo ha dicho sin decirlo, porque el mecanismo solo puede ser cambiar la Constitución. No hay otro.Ver citas anterioresNowomowa escribió:Iceta no ha dicho eso. Ha dicho que "la democracia tendría que buscar el mecanismo". El problema no sería sólo de los independentistas, sino también de todos los demócratas españoles. Con los fachas ya se sabe que no se puede contar para nada.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:Hombre, la Constitución dice que España es indivisible, ni con el 65% ni con el 90%. Se ve que Iceta quiere cambiar la Constitución en el sentido de conceder la independencia a las autonomías que alcancen los 2/3 de voto independentista.Ver citas anterioresNowomowa escribió:No ha dicho eso. Dice que la democracia tendría que encontrar un mecanismo para hacerlo posible, lo cual es de cajón: No puedes retener por la fuerza un pueblo del que dos terceras partes quieren irse.Ver citas anterioresLiberalguay escribió:El PSC apoyaría un referéndum si los independentistas llegaran al 65%.¡Pedazo de titular!
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Mientras las CCAA sigan gestionando algunas competencias que deberían estar centralizadas, como por ejemplo, el sistema educativo, no hay nada que hacer en Cataluña. Cada vez habrá más y más independentistas. Es irremediable. Ya veis que es algo que se les inculca a los catalanes desde su más tierna infancia. Y es que la educación, tanto en Cataluña como en toda España, suele estar copada por gente de izquierda, y sabemos que la izquierda de este país se deja seducir con demasiada frecuencia por los nacionalismos. No el español, claro está.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Ciertamente el Estado debe recuperar la competencia en educación. Así se podrá "inculcar" la unidad de España, que es la única verdad y el sumun de la objetividad.Ver citas anterioresAsturkick escribió:Mientras las CCAA sigan gestionando algunas competencias que deberían estar centralizadas, como por ejemplo, el sistema educativo, no hay nada que hacer en Cataluña. Cada vez habrá más y más independentistas. Es irremediable. Ya veis que es algo que se les inculca a los catalanes desde su más tierna infancia. Y es que la educación, tanto en Cataluña como en toda España, suele estar copada por gente de izquierda, y sabemos que la izquierda de este país se deja seducir con demasiada frecuencia por los nacionalismos. No el español, claro está.
"Inguma, henauk hire bildur,
Jinkoa eta Andre Maria
Artzentiat lagun;
Zeruan izar, lurrean belar, kostan hare,
Hek guztiak kondatu arte
Echaidela nereganat ager."
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Bueno Inguma. Todos, en una proporción semejante, son objetivos 100%. Unos dicen que la unidad de España es lo único que el futuro debe observar, otros que su disoluci9n o el alcanzar su independencia como entidad merecedora de ello.Ver citas anterioresInguma escribió:Ciertamente el Estado debe recuperar la competencia en educación. Así se podrá "inculcar" la unidad de España, que es la única verdad y el sumun de la objetividad.Ver citas anterioresAsturkick escribió:Mientras las CCAA sigan gestionando algunas competencias que deberían estar centralizadas, como por ejemplo, el sistema educativo, no hay nada que hacer en Cataluña. Cada vez habrá más y más independentistas. Es irremediable. Ya veis que es algo que se les inculca a los catalanes desde su más tierna infancia. Y es que la educación, tanto en Cataluña como en toda España, suele estar copada por gente de izquierda, y sabemos que la izquierda de este país se deja seducir con demasiada frecuencia por los nacionalismos. No el español, claro está.
Primos hermanos todos. Todos se rasgan las vestiduras por lo mismo. No creo que esté descubriendo América escribiendo esto.
Re: Elecciones generales el 28 de abril
El asunto es que C's está perdiendo muchos votos hacia VOX, C's encarnaba el partido antinacionalista por excelencia, ya no sólo por Cataluña, ahí tenemos al lumbreras de Cantó diciendo que en Galicia el castellano estaba arrinconado, con la irrupción de VOX todo esa ganancia de votos que le estaba quitando al PP se va al garete, la reacción de C's a eso fue derechizar su discurso y con ello pues deja de ganar votos de centro, es la historia de la manta corta.Ver citas anterioresliberal de izquierda escribió:En efecto, yo creo que Vox esta inflado en casi todas las encuestas, sobre todo en las de La Voz de Galicia, y si creo que Vox va a ser el partido hinchado de estas elecciones, puedo equivocarme, pero yo creo que Vox no superarà el 10% de los votos y que Ciudadanos va estar cerca del 17%.Ver citas anterioresEnxebre escribió: La Voz de Galicia ya lleva dos encuestas que dan a VOX como tercero en escaños, hablamos de un triple empate en % entre Podemos, C's y VOX, así que el tercer puesto está muy reñido, si pasa como las anteriores elecciones donde las encuestas hincharon a C's, C's bien podría estar en 5º posición
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/e ... 486534.htm
Pero quizás estas elecciones el partido hinchado sea VOX
En cambio el PSOE está muy cómodo pese a todo y ahora esgrime un discurso de izquierdas con subida de impuestas para dejar KO definitivamente a UP, que es el partido que se va a llevar un bacatazo porque está en descomposición, IU tiene que espabilar y dar un paso al frente de una vez, como ha hecho en Madrid por ejemplo, donde seguramente acabarán dentro de Más Madrid, tienen que distanciarse de los problemas de PIT y su camarilla
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Un artículo muy interesante:
En Anfield Road, estadio del Liverpool, hay un cartel muy grande: "YOU WILL NEVER WALK ALONE".
"Hold your head up high, and don't be afraid of the dark, at the end of the storm there is a golden sky..."
(tuve ocasión de asistir a un par de partidos del Liverpool en su casa hace años, y esa experiencia no se me olvidará jamás; el fútbol vivido en su máxima expresión, incluso con toques románticos: si tenéis alguna vez la oportunidad, no os lo perdáis por nada en el mundo, una experiencia casi mística)
Pues eso.
EnlaceVer citas anterioresCiudadanos, en la silla caliente de la política española
El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto
A principios de 2015, pasé unas semanas en Londres haciendo un curso. Con 10 años menos, hubiese dedicado las horas muertes a conocer los pubs londinenses. Con 10 más, a conocer los museos. Pero como el otoño de la treintena es una edad confusa, opté por pasearme con mi portátil a cuestas, dedicándome a escribir, a veces —eso sí— en un pub, otras en un museo.
Era también aquella una época caliente, en la que se notaba el peso de las muchas piedras que los españoles habíamos acumulado en la mochila (la crisis, el 15-M, el rescate bancario, Bárcenas, la abdicación del Rey), y se vislumbraban también las curvas que nos acechaban en el camino. Así que, sin planearlo, ataviado sobre todo de mi circunstancia, comencé a escribir sobre temas de actualidad política. Y así, hasta ahora.
Lo primero que hice (reconozco que esto sí que tuvo un punto friki) fue construirme un Excel para entender cómo funcionaba el reparto de escaños. La intuición me decía que con tantos partidos en liza podían pasar cosas raras. Y vaya que si pasaban. Mi conclusión, resumida en una breve nota que circulé entre algunos amigos, fue la siguiente: el PSOE ocupaba la silla caliente de la política española. Casi todas las combinaciones del (futuro) Gobierno pasaban por la calle Ferraz. Y bien harían los socialistas en empezar a valorar una posibilidad hasta entonces anatema en la política española: un Gobierno de coalición con los populares, porque algunos resultados no dejarían lugar a ninguna otra opción.
Pedro Sánchez, el Julio Salinas de la política española, el hombre que mete goles imposibles y sin embargo falla con estrépito cuando el viento se le pone a favor, hizo todo lo posible por achicharrarse en aquella silla. No me refiero a presentarse a una investidura imposible (la espantada de Rajoy apenas dejó otra opción) sino lo que vino después, enrocarse en el 'no es no', empujar el país hacia el abismo de unas terceras elecciones, reventando su partido al intentar convocar un congreso exprés que le legitimase para negociar una investidura suicida con los partidos independentistas en plena erupción del volcán en Cataluña.
El resto es conocido. Su victoria en las primarias socialistas, su posterior caída en las encuestas, y una moción de censura eléctrica que lo llevó a la Moncloa, un final tan improbable como si en el Mundial de EEUU, en lugar de la nariz rota de Luis Enrique, Salinas hubiese metido a Italia un gol imposible en el último minuto.
La política española ha cambiado mucho desde entonces. Basta señalar que el apóstol del 'no es no', ahora presidente del Gobierno, ha anunciado que solo descarta negociar con Vox. Hasta el PP ha dejado de provocarle urticaria. Si con Rajoy, con el sorayismo plano y adormecido, Sánchez no quería ni tomarse un café, a la derecha nueva, la trifálica que rezuma odio, la ha convertido en indisimulado objeto de deseo (en el caso de Ciudadanos) o como poco en un posible interlocutor (el PP de Casado). Cosas veredes.
Ha pasado en la política española como si en el juego de la silla todos los partidos se hubiesen movido una vez hacia el lado, ocupando la silla que estaba vacía. Podemos se ha convertido en la IU deshilachada que vagaba por nuestro mapa político a principios de 2015. El PSOE de Sánchez se ha convertido en el Podemos de entonces, recogiendo todo el voto morado, además de conservar el propio. Y Ciudadanos ha pasado a sentarse en el sillón que entonces ocupaba el PSOE, el de la silla caliente.
Las miradas se cruzan estos días en Ciudadanos porque casi todas las combinaciones después del próximo 28 de abril pasan por Ciudadanos. Todas salvo una, la de la coalición Frankenstein. Una que en realidad casi nadie quiere. No la quieren los socialistas, por mucho que no la descarten, no vayan a espantar a los votantes que vienen de Podemos: porque una cosa es predicar (como ha hecho el Gobierno de Sánchez en los últimos nueve meses) y otra dar trigo. Y para gobernar (para hacer algo más que fuegos de artificio) necesita un socio fiable. Y seguramente tampoco la quieran los partidos independentistas (al menos, los más acérrimos), que han descubierto que contra Rajoy vivían mejor que con Sánchez. El independentismo catalán siempre se ha movido más a gusto con un enemigo corpóreo y reconocible que con una alfombra de seda.
Así que todas las miradas se han vuelto sobre Ciudadanos. Es la pieza del engranaje situada en el centro, la que puede inclinar la balanza a un lado u otro. Por eso han sido las decisiones de Ciudadanos las que han marcado la precampaña hasta ahora. Es difícil no tener la impresión de que los dioses de la política han sido cicateros con la formación naranja. En 2015, fueron víctimas de un sistema electoral que castiga sin piedad a los partidos pequeños de ámbito nacional. En 2016, fueron los únicos en asomar la cabeza para desbloquear el país sin tener un botín a la vista (para Sánchez, el premio de su investidura era una pieza mayor, su entrada en la Moncloa). Ciudadanos, en cambio, se dejó los pelos en la gatera sabiendo que en caso de repetir elecciones, los hados de la política serían inmisericordes con su atrevimiento, como así sucedió.
Más adelante, cuando el conflicto catalán estalló por los aires, las encuestas favorecieron a la formación naranja, pero la miel apenas les duró unos meses en los labios, porque la moción de censura torció el relato de la política española. Las elecciones llegan con una alineación de astros que parece pensada por su peor enemigo: con Vox recogiendo los trastos rotos del conflicto catalán, y con el PP de Casado recién salido de un baño purificador. Hasta Ana Pastor se olvidó hace unos días de preguntarle al líder de los populares por los casos de corrupción.
En España, nunca había existido hasta ahora un partido liberal. La historia, la ley electoral o la mala suerte lo habían impedido. El de Cánovas y Canalejas nunca mereció tal nombre. Quizás el único precedente fue el de Melquíades Álvarez, que a principios del siglo XX levantó una antorcha solitaria en la política española. El periódico 'El Liberal' recibió en 1912 al germen que daría lugar al Partido Reformista de la siguiente forma: “Uno que echa a andar”. “Melquíades Álvarez es, más bien que una personalidad, una representación. En él reviven las dos grandes fuerzas de la democracia: el posibilismo y el progresismo”.
El Partido Reformista, formado por ilustres intelectuales y políticos (Ortega, Azaña, Azcárate, Américo Castro o Pérez Galdós), que pondrían sus mejores años al servicio de un proyecto transformador para España, caería víctima de la polarización política de la Segunda República.
No hay nada insólito en esta suerte. El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto. La política tiene un componente entre dramático y emocional, que casa mejor con los extremos. Reformismo y posibilismo son dos palancas que no mueven corazones, como lo hacen Franco, el aborto o las armas. Ocupar el centro es verse condenado a ser minoritario: cuando la política se pone caliente, los votantes se olvidan de ti.
Pero el centro también puede ser un sitio privilegiado. El Partido Liberal alemán o el Verde han condicionado durante décadas la política en aquel país sin sobrepasar nunca el 15% del voto. Han controlado el Ministerio de Economía, el de Trabajo, Exteriores o Medio Ambiente, y con estas piezas se puede transformar un país. A veces hay algo mejor que ser rey: ser hacedor de reyes, controlar la agenda, y marcar el paso de las políticas públicas. En el peor de los casos, puedes dormir con la tranquilidad del deber hecho, de haber mejorado la vida de los ciudadanos. En el mejor, hacer las cosas bien te sitúa en el lugar adecuado en el momento correcto.
Se ha hablado mucho de 'Borgen', la serie danesa en la que la líder de un pequeño partido centrista acaba siendo elegida primera ministra. Pero hubo un 'Borgen' antes de 'Borgen': fue cuando en la II República Manuel Azaña fue elegido presidente del Consejo de Ministros, después de que su partido recibiese en las elecciones apenas un 5% de los votos. No creo que exista una única fórmula para sobrevivir a una silla caliente. Pero quizá la mejor es la que siempre siguieron Manuel Azaña o el propio Melquíades Álvarez: al tomar decisiones, en las formas (en el cómo y el cuándo), piensa en tu partido; pero en el fondo, en el qué, piensa siempre en tu país.
En Anfield Road, estadio del Liverpool, hay un cartel muy grande: "YOU WILL NEVER WALK ALONE".
"Hold your head up high, and don't be afraid of the dark, at the end of the storm there is a golden sky..."
(tuve ocasión de asistir a un par de partidos del Liverpool en su casa hace años, y esa experiencia no se me olvidará jamás; el fútbol vivido en su máxima expresión, incluso con toques románticos: si tenéis alguna vez la oportunidad, no os lo perdáis por nada en el mundo, una experiencia casi mística)
Pues eso.
Última edición por skye el 28 Mar 2019 13:31, editado 1 vez en total.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Es que el PSOE se ha izquierdizado tanto que le está quitando todos los votos a Podemos. Mucha gente votaba a Podemos porque decían que el PSOE se había vuelto de derechas. Ya no es el caso. Otra cosa es el centro, por ahí debe estar perdiendo votos que van sobre todo a Ciudadanos.Ver citas anterioresEnxebre escribió:El asunto es que C's está perdiendo muchos votos hacia VOX, C's encarnaba el partido antinacionalista por excelencia, ya no sólo por Cataluña, ahí tenemos al lumbreras de Cantó diciendo que en Galicia el castellano estaba arrinconado, con la irrupción de VOX todo esa ganancia de votos que le estaba quitando al PP se va al garete, la reacción de C's a eso fue derechizar su discurso y con ello pues deja de ganar votos de centro, es la historia de la manta corta.Ver citas anterioresliberal de izquierda escribió:En efecto, yo creo que Vox esta inflado en casi todas las encuestas, sobre todo en las de La Voz de Galicia, y si creo que Vox va a ser el partido hinchado de estas elecciones, puedo equivocarme, pero yo creo que Vox no superarà el 10% de los votos y que Ciudadanos va estar cerca del 17%.Ver citas anterioresEnxebre escribió: La Voz de Galicia ya lleva dos encuestas que dan a VOX como tercero en escaños, hablamos de un triple empate en % entre Podemos, C's y VOX, así que el tercer puesto está muy reñido, si pasa como las anteriores elecciones donde las encuestas hincharon a C's, C's bien podría estar en 5º posición
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/e ... 486534.htm
Pero quizás estas elecciones el partido hinchado sea VOX
En cambio el PSOE está muy cómodo pese a todo y ahora esgrime un discurso de izquierdas con subida de impuestas para dejar KO definitivamente a UP, que es el partido que se va a llevar un bacatazo porque está en descomposición, IU tiene que espabilar y dar un paso al frente de una vez, como ha hecho en Madrid por ejemplo, donde seguramente acabarán dentro de Más Madrid, tienen que distanciarse de los problemas de PIT y su camarilla
Re: Elecciones generales el 28 de abril
La irrupción de Vox ha sido una maldición para Ciudadanos. Esperaban recoger los votos del PP, hundido por la corrupción y desgastado por la gestión de la crisis, y se ven peleando por esos mismos votos con un partido iliberal y reaccionario en un entorno muy polarizado que les coloca en clara posición posición de inferioridad. Es imposible competir en radicalidad patriótica con el discurso de Abascal sin perder el perfil centrista y liberal al que aspiran. Ciudadanos ha comprado el discurso de Vox y es percibido como un partido de derechas.Ver citas anterioresskye escribió:Un artículo muy interesante:
EnlaceVer citas anterioresCiudadanos, en la silla caliente de la política española
El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto
A principios de 2015, pasé unas semanas en Londres haciendo un curso. Con 10 años menos, hubiese dedicado las horas muertes a conocer los pubs londinenses. Con 10 más, a conocer los museos. Pero como el otoño de la treintena es una edad confusa, opté por pasearme con mi portátil a cuestas, dedicándome a escribir, a veces —eso sí— en un pub, otras en un museo.
Era también aquella una época caliente, en la que se notaba el peso de las muchas piedras que los españoles habíamos acumulado en la mochila (la crisis, el 15-M, el rescate bancario, Bárcenas, la abdicación del Rey), y se vislumbraban también las curvas que nos acechaban en el camino. Así que, sin planearlo, ataviado sobre todo de mi circunstancia, comencé a escribir sobre temas de actualidad política. Y así, hasta ahora.
Lo primero que hice (reconozco que esto sí que tuvo un punto friki) fue construirme un Excel para entender cómo funcionaba el reparto de escaños. La intuición me decía que con tantos partidos en liza podían pasar cosas raras. Y vaya que si pasaban. Mi conclusión, resumida en una breve nota que circulé entre algunos amigos, fue la siguiente: el PSOE ocupaba la silla caliente de la política española. Casi todas las combinaciones del (futuro) Gobierno pasaban por la calle Ferraz. Y bien harían los socialistas en empezar a valorar una posibilidad hasta entonces anatema en la política española: un Gobierno de coalición con los populares, porque algunos resultados no dejarían lugar a ninguna otra opción.
Pedro Sánchez, el Julio Salinas de la política española, el hombre que mete goles imposibles y sin embargo falla con estrépito cuando el viento se le pone a favor, hizo todo lo posible por achicharrarse en aquella silla. No me refiero a presentarse a una investidura imposible (la espantada de Rajoy apenas dejó otra opción) sino lo que vino después, enrocarse en el 'no es no', empujar el país hacia el abismo de unas terceras elecciones, reventando su partido al intentar convocar un congreso exprés que le legitimase para negociar una investidura suicida con los partidos independentistas en plena erupción del volcán en Cataluña.
El resto es conocido. Su victoria en las primarias socialistas, su posterior caída en las encuestas, y una moción de censura eléctrica que lo llevó a la Moncloa, un final tan improbable como si en el Mundial de EEUU, en lugar de la nariz rota de Luis Enrique, Salinas hubiese metido a Italia un gol imposible en el último minuto.
La política española ha cambiado mucho desde entonces. Basta señalar que el apóstol del 'no es no', ahora presidente del Gobierno, ha anunciado que solo descarta negociar con Vox. Hasta el PP ha dejado de provocarle urticaria. Si con Rajoy, con el sorayismo plano y adormecido, Sánchez no quería ni tomarse un café, a la derecha nueva, la trifálica que rezuma odio, la ha convertido en indisimulado objeto de deseo (en el caso de Ciudadanos) o como poco en un posible interlocutor (el PP de Casado). Cosas veredes.
Ha pasado en la política española como si en el juego de la silla todos los partidos se hubiesen movido una vez hacia el lado, ocupando la silla que estaba vacía. Podemos se ha convertido en la IU deshilachada que vagaba por nuestro mapa político a principios de 2015. El PSOE de Sánchez se ha convertido en el Podemos de entonces, recogiendo todo el voto morado, además de conservar el propio. Y Ciudadanos ha pasado a sentarse en el sillón que entonces ocupaba el PSOE, el de la silla caliente.
Las miradas se cruzan estos días en Ciudadanos porque casi todas las combinaciones después del próximo 28 de abril pasan por Ciudadanos. Todas salvo una, la de la coalición Frankenstein. Una que en realidad casi nadie quiere. No la quieren los socialistas, por mucho que no la descarten, no vayan a espantar a los votantes que vienen de Podemos: porque una cosa es predicar (como ha hecho el Gobierno de Sánchez en los últimos nueve meses) y otra dar trigo. Y para gobernar (para hacer algo más que fuegos de artificio) necesita un socio fiable. Y seguramente tampoco la quieran los partidos independentistas (al menos, los más acérrimos), que han descubierto que contra Rajoy vivían mejor que con Sánchez. El independentismo catalán siempre se ha movido más a gusto con un enemigo corpóreo y reconocible que con una alfombra de seda.
Así que todas las miradas se han vuelto sobre Ciudadanos. Es la pieza del engranaje situada en el centro, la que puede inclinar la balanza a un lado u otro. Por eso han sido las decisiones de Ciudadanos las que han marcado la precampaña hasta ahora. Es difícil no tener la impresión de que los dioses de la política han sido cicateros con la formación naranja. En 2015, fueron víctimas de un sistema electoral que castiga sin piedad a los partidos pequeños de ámbito nacional. En 2016, fueron los únicos en asomar la cabeza para desbloquear el país sin tener un botín a la vista (para Sánchez, el premio de su investidura era una pieza mayor, su entrada en la Moncloa). Ciudadanos, en cambio, se dejó los pelos en la gatera sabiendo que en caso de repetir elecciones, los hados de la política serían inmisericordes con su atrevimiento, como así sucedió.
Más adelante, cuando el conflicto catalán estalló por los aires, las encuestas favorecieron a la formación naranja, pero la miel apenas les duró unos meses en los labios, porque la moción de censura torció el relato de la política española. Las elecciones llegan con una alineación de astros que parece pensada por su peor enemigo: con Vox recogiendo los trastos rotos del conflicto catalán, y con el PP de Casado recién salido de un baño purificador. Hasta Ana Pastor se olvidó hace unos días de preguntarle al líder de los populares por los casos de corrupción.
En España, nunca había existido hasta ahora un partido liberal. La historia, la ley electoral o la mala suerte lo habían impedido. El de Cánovas y Canalejas nunca mereció tal nombre. Quizás el único precedente fue el de Melquíades Álvarez, que a principios del siglo XX levantó una antorcha solitaria en la política española. El periódico 'El Liberal' recibió en 1912 al germen que daría lugar al Partido Reformista de la siguiente forma: “Uno que echa a andar”. “Melquíades Álvarez es, más bien que una personalidad, una representación. En él reviven las dos grandes fuerzas de la democracia: el posibilismo y el progresismo”.
El Partido Reformista, formado por ilustres intelectuales y políticos (Ortega, Azaña, Azcárate, Américo Castro o Pérez Galdós), que pondrían sus mejores años al servicio de un proyecto transformador para España, caería víctima de la polarización política de la Segunda República.
No hay nada insólito en esta suerte. El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto. La política tiene un componente entre dramático y emocional, que casa mejor con los extremos. Reformismo y posibilismo son dos palancas que no mueven corazones, como lo hacen Franco, el aborto o las armas. Ocupar el centro es verse condenado a ser minoritario: cuando la política se pone caliente, los votantes se olvidan de ti.
Pero el centro también puede ser un sitio privilegiado. El Partido Liberal alemán o el Verde han condicionado durante décadas la política en aquel país sin sobrepasar nunca el 15% del voto. Han controlado el Ministerio de Economía, el de Trabajo, Exteriores o Medio Ambiente, y con estas piezas se puede transformar un país. A veces hay algo mejor que ser rey: ser hacedor de reyes, controlar la agenda, y marcar el paso de las políticas públicas. En el peor de los casos, puedes dormir con la tranquilidad del deber hecho, de haber mejorado la vida de los ciudadanos. En el mejor, hacer las cosas bien te sitúa en el lugar adecuado en el momento correcto.
Se ha hablado mucho de 'Borgen', la serie danesa en la que la líder de un pequeño partido centrista acaba siendo elegida primera ministra. Pero hubo un 'Borgen' antes de 'Borgen': fue cuando en la II República Manuel Azaña fue elegido presidente del Consejo de Ministros, después de que su partido recibiese en las elecciones apenas un 5% de los votos. No creo que exista una única fórmula para sobrevivir a una silla caliente. Pero quizá la mejor es la que siempre siguieron Manuel Azaña o el propio Melquíades Álvarez: al tomar decisiones, en las formas (en el cómo y el cuándo), piensa en tu partido; pero en el fondo, en el qué, piensa siempre en tu país.
Cabe preguntarse si todos esos votantes por los que pelea Ciudadanos para que no se vayan a Vox son siquiera un poquito liberales y cabe preguntarse también sobre la solidez de los principios liberales de los dirigentes de Ciudadanos que a las primeras de cambio no han dudado en entrar en un gobierno regional con el apoyo de Vox, en acudir a manifestaciones de exaltación patriótica de la mano de Vox o de firmar un pacto con los carlistas en Navarra.
No sé si la silla que ocupa Ciudadanos está caliente, lo evidente es que está bien a la derecha.
"Se respira mejor ahora que llevamos mascarilla"
Re: Elecciones generales el 28 de abril
Que responsabilidad tiene ciudadanos sobre esto?Ver citas anterioresCero07 escribió:La irrupción de Vox ha sido una maldición para Ciudadanos. Esperaban recoger los votos del PP, hundido por la corrupción y desgastado por la gestión de la crisis, y se ven peleando por esos mismos votos con un partido iliberal y reaccionario en un entorno muy polarizado que les coloca en clara posición posición de inferioridad. Es imposible competir en radicalidad patriótica con el discurso de Abascal sin perder el perfil centrista y liberal al que aspiran. Ciudadanos ha comprado el discurso de Vox y es percibido como un partido de derechas.Ver citas anterioresskye escribió:Un artículo muy interesante:
EnlaceVer citas anterioresCiudadanos, en la silla caliente de la política española
El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto
A principios de 2015, pasé unas semanas en Londres haciendo un curso. Con 10 años menos, hubiese dedicado las horas muertes a conocer los pubs londinenses. Con 10 más, a conocer los museos. Pero como el otoño de la treintena es una edad confusa, opté por pasearme con mi portátil a cuestas, dedicándome a escribir, a veces —eso sí— en un pub, otras en un museo.
Era también aquella una época caliente, en la que se notaba el peso de las muchas piedras que los españoles habíamos acumulado en la mochila (la crisis, el 15-M, el rescate bancario, Bárcenas, la abdicación del Rey), y se vislumbraban también las curvas que nos acechaban en el camino. Así que, sin planearlo, ataviado sobre todo de mi circunstancia, comencé a escribir sobre temas de actualidad política. Y así, hasta ahora.
Lo primero que hice (reconozco que esto sí que tuvo un punto friki) fue construirme un Excel para entender cómo funcionaba el reparto de escaños. La intuición me decía que con tantos partidos en liza podían pasar cosas raras. Y vaya que si pasaban. Mi conclusión, resumida en una breve nota que circulé entre algunos amigos, fue la siguiente: el PSOE ocupaba la silla caliente de la política española. Casi todas las combinaciones del (futuro) Gobierno pasaban por la calle Ferraz. Y bien harían los socialistas en empezar a valorar una posibilidad hasta entonces anatema en la política española: un Gobierno de coalición con los populares, porque algunos resultados no dejarían lugar a ninguna otra opción.
Pedro Sánchez, el Julio Salinas de la política española, el hombre que mete goles imposibles y sin embargo falla con estrépito cuando el viento se le pone a favor, hizo todo lo posible por achicharrarse en aquella silla. No me refiero a presentarse a una investidura imposible (la espantada de Rajoy apenas dejó otra opción) sino lo que vino después, enrocarse en el 'no es no', empujar el país hacia el abismo de unas terceras elecciones, reventando su partido al intentar convocar un congreso exprés que le legitimase para negociar una investidura suicida con los partidos independentistas en plena erupción del volcán en Cataluña.
El resto es conocido. Su victoria en las primarias socialistas, su posterior caída en las encuestas, y una moción de censura eléctrica que lo llevó a la Moncloa, un final tan improbable como si en el Mundial de EEUU, en lugar de la nariz rota de Luis Enrique, Salinas hubiese metido a Italia un gol imposible en el último minuto.
La política española ha cambiado mucho desde entonces. Basta señalar que el apóstol del 'no es no', ahora presidente del Gobierno, ha anunciado que solo descarta negociar con Vox. Hasta el PP ha dejado de provocarle urticaria. Si con Rajoy, con el sorayismo plano y adormecido, Sánchez no quería ni tomarse un café, a la derecha nueva, la trifálica que rezuma odio, la ha convertido en indisimulado objeto de deseo (en el caso de Ciudadanos) o como poco en un posible interlocutor (el PP de Casado). Cosas veredes.
Ha pasado en la política española como si en el juego de la silla todos los partidos se hubiesen movido una vez hacia el lado, ocupando la silla que estaba vacía. Podemos se ha convertido en la IU deshilachada que vagaba por nuestro mapa político a principios de 2015. El PSOE de Sánchez se ha convertido en el Podemos de entonces, recogiendo todo el voto morado, además de conservar el propio. Y Ciudadanos ha pasado a sentarse en el sillón que entonces ocupaba el PSOE, el de la silla caliente.
Las miradas se cruzan estos días en Ciudadanos porque casi todas las combinaciones después del próximo 28 de abril pasan por Ciudadanos. Todas salvo una, la de la coalición Frankenstein. Una que en realidad casi nadie quiere. No la quieren los socialistas, por mucho que no la descarten, no vayan a espantar a los votantes que vienen de Podemos: porque una cosa es predicar (como ha hecho el Gobierno de Sánchez en los últimos nueve meses) y otra dar trigo. Y para gobernar (para hacer algo más que fuegos de artificio) necesita un socio fiable. Y seguramente tampoco la quieran los partidos independentistas (al menos, los más acérrimos), que han descubierto que contra Rajoy vivían mejor que con Sánchez. El independentismo catalán siempre se ha movido más a gusto con un enemigo corpóreo y reconocible que con una alfombra de seda.
Así que todas las miradas se han vuelto sobre Ciudadanos. Es la pieza del engranaje situada en el centro, la que puede inclinar la balanza a un lado u otro. Por eso han sido las decisiones de Ciudadanos las que han marcado la precampaña hasta ahora. Es difícil no tener la impresión de que los dioses de la política han sido cicateros con la formación naranja. En 2015, fueron víctimas de un sistema electoral que castiga sin piedad a los partidos pequeños de ámbito nacional. En 2016, fueron los únicos en asomar la cabeza para desbloquear el país sin tener un botín a la vista (para Sánchez, el premio de su investidura era una pieza mayor, su entrada en la Moncloa). Ciudadanos, en cambio, se dejó los pelos en la gatera sabiendo que en caso de repetir elecciones, los hados de la política serían inmisericordes con su atrevimiento, como así sucedió.
Más adelante, cuando el conflicto catalán estalló por los aires, las encuestas favorecieron a la formación naranja, pero la miel apenas les duró unos meses en los labios, porque la moción de censura torció el relato de la política española. Las elecciones llegan con una alineación de astros que parece pensada por su peor enemigo: con Vox recogiendo los trastos rotos del conflicto catalán, y con el PP de Casado recién salido de un baño purificador. Hasta Ana Pastor se olvidó hace unos días de preguntarle al líder de los populares por los casos de corrupción.
En España, nunca había existido hasta ahora un partido liberal. La historia, la ley electoral o la mala suerte lo habían impedido. El de Cánovas y Canalejas nunca mereció tal nombre. Quizás el único precedente fue el de Melquíades Álvarez, que a principios del siglo XX levantó una antorcha solitaria en la política española. El periódico 'El Liberal' recibió en 1912 al germen que daría lugar al Partido Reformista de la siguiente forma: “Uno que echa a andar”. “Melquíades Álvarez es, más bien que una personalidad, una representación. En él reviven las dos grandes fuerzas de la democracia: el posibilismo y el progresismo”.
El Partido Reformista, formado por ilustres intelectuales y políticos (Ortega, Azaña, Azcárate, Américo Castro o Pérez Galdós), que pondrían sus mejores años al servicio de un proyecto transformador para España, caería víctima de la polarización política de la Segunda República.
No hay nada insólito en esta suerte. El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto. La política tiene un componente entre dramático y emocional, que casa mejor con los extremos. Reformismo y posibilismo son dos palancas que no mueven corazones, como lo hacen Franco, el aborto o las armas. Ocupar el centro es verse condenado a ser minoritario: cuando la política se pone caliente, los votantes se olvidan de ti.
Pero el centro también puede ser un sitio privilegiado. El Partido Liberal alemán o el Verde han condicionado durante décadas la política en aquel país sin sobrepasar nunca el 15% del voto. Han controlado el Ministerio de Economía, el de Trabajo, Exteriores o Medio Ambiente, y con estas piezas se puede transformar un país. A veces hay algo mejor que ser rey: ser hacedor de reyes, controlar la agenda, y marcar el paso de las políticas públicas. En el peor de los casos, puedes dormir con la tranquilidad del deber hecho, de haber mejorado la vida de los ciudadanos. En el mejor, hacer las cosas bien te sitúa en el lugar adecuado en el momento correcto.
Se ha hablado mucho de 'Borgen', la serie danesa en la que la líder de un pequeño partido centrista acaba siendo elegida primera ministra. Pero hubo un 'Borgen' antes de 'Borgen': fue cuando en la II República Manuel Azaña fue elegido presidente del Consejo de Ministros, después de que su partido recibiese en las elecciones apenas un 5% de los votos. No creo que exista una única fórmula para sobrevivir a una silla caliente. Pero quizá la mejor es la que siempre siguieron Manuel Azaña o el propio Melquíades Álvarez: al tomar decisiones, en las formas (en el cómo y el cuándo), piensa en tu partido; pero en el fondo, en el qué, piensa siempre en tu país.
Cabe preguntarse si todos esos votantes por los que pelea Ciudadanos para que no se vayan a Vox son siquiera un poquito liberales y cabe preguntarse también sobre la solidez de los principios liberales de los dirigentes de Ciudadanos que a las primeras de cambio no han dudado en entrar en un gobierno regional con el apoyo de Vox, en acudir a manifestaciones de exaltación patriótica de la mano de Vox o de firmar un pacto con los carlistas en Navarra.
No sé si la silla que ocupa Ciudadanos está caliente, lo evidente es que está bien a la derecha.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
La aparición de Vox trastocó los planes de Ciudadanos al completo. Es cierto. En las encuestas del año pasado, los Naranjas salían muy bien parados (entre el 1er y 2do puesto en intención de voto). Lo que no es cierto es que C's se nutriese exclusivamente de exvotantes del PP. Buena parte de sus votantes provienen del PSOE y de UPyD, como es mi caso. En el caso del PSOE, ahora más con los críticos con Sánchez.
C's es un partido anti-nacionalista y que defiende la soberanía nacional. Considera que la coyuntura actual no es la apropiada para ese tonteo que se trae el socialismo con los nacionalistas. Por eso quiere a Sánchez en la oposicón. ¿Eso es ser de derechas? Me parece que muchos izquierdistas estáis completamente equivocados. C's es un partido centrista. O sea, transversal. Caracterizado por ser dialogante y abierto a los pactos. Ya lo ha demostrado en otras CCAA pactando con el PSOE. Esta clasificación de "derechista" por parte de la izquierda es claramente partidista.
C's es un partido anti-nacionalista y que defiende la soberanía nacional. Considera que la coyuntura actual no es la apropiada para ese tonteo que se trae el socialismo con los nacionalistas. Por eso quiere a Sánchez en la oposicón. ¿Eso es ser de derechas? Me parece que muchos izquierdistas estáis completamente equivocados. C's es un partido centrista. O sea, transversal. Caracterizado por ser dialogante y abierto a los pactos. Ya lo ha demostrado en otras CCAA pactando con el PSOE. Esta clasificación de "derechista" por parte de la izquierda es claramente partidista.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Yo creo que Ciudadanos es liberal de izquierdas, como el célebre foreroVer citas anterioresAsturkick escribió:La aparición de Vox trastocó los planes de Ciudadanos al completo. Es cierto. En las encuestas del año pasado, los Naranjas salían muy bien parados (entre el 1er y 2do puesto en intención de voto). Lo que no es cierto es que C's se nutriese exclusivamente de exvotantes del PP. Buena parte de sus votantes provienen del PSOE y de UPyD, como es mi caso. En el caso del PSOE, ahora más con los críticos con Sánchez.
C's es un partido anti-nacionalista y que defiende la soberanía nacional. Considera que la coyuntura actual no es la apropiada para ese tonteo que se trae el socialismo con los nacionalistas. Por eso quiere a Sánchez en la oposicón. ¿Eso es ser de derechas? Me parece que muchos izquierdistas estáis completamente equivocados. C's es un partido centrista. O sea, transversal. Caracterizado por ser dialogante y abierto a los pactos. Ya lo ha demostrado en otras CCAA pactando con el PSOE. Esta clasificación de "derechista" por parte de la izquierda es claramente partidista.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Me chirria eso de ser anti-nacionalista y defender la soberanía nacional ¿eso no es ser también nacionalista?Ver citas anterioresAsturkick escribió:La aparición de Vox trastocó los planes de Ciudadanos al completo. Es cierto. En las encuestas del año pasado, los Naranjas salían muy bien parados (entre el 1er y 2do puesto en intención de voto). Lo que no es cierto es que C's se nutriese exclusivamente de exvotantes del PP. Buena parte de sus votantes provienen del PSOE y de UPyD, como es mi caso. En el caso del PSOE, ahora más con los críticos con Sánchez.
C's es un partido anti-nacionalista y que defiende la soberanía nacional. Considera que la coyuntura actual no es la apropiada para ese tonteo que se trae el socialismo con los nacionalistas. Por eso quiere a Sánchez en la oposicón. ¿Eso es ser de derechas? Me parece que muchos izquierdistas estáis completamente equivocados. C's es un partido centrista. O sea, transversal. Caracterizado por ser dialogante y abierto a los pactos. Ya lo ha demostrado en otras CCAA pactando con el PSOE. Esta clasificación de "derechista" por parte de la izquierda es claramente partidista.
Dices en otra respuesta anterior que la educación está copada por izquierdistas. No se si has vivido en Catalunya ni que sabrás, pero hasta anteayer el nacionalismo es mayoritariamente de derechas en Catalunya (Ciu-UDC)o en Euskadi (PNV). Qué tendrá que ver la educación para que de unas elecciones a otras los indepes suban del 15 al 48%?
Y porqué np hay independetismo en Andalucía o Murcia? allí también hay educadores...
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
No creo que sea exactamente así. Los partidos que ocupan el centro político, y en la mayoría de los casos, ese centro lo ocupan partidos de corte liberal, tienen siempre dos almas. Un sector que se mueve más cómodo en el centro-derecha (y en este foro, quizá podría ser su caso) y otro sector que se apunta más hacia el centro-izquierda (un servidor, por ejemplo, procedente del PSE y UPyD me sentiría más afín a este otro sector).Ver citas anterioresLiberalguay escribió:Yo creo que Ciudadanos es liberal de izquierdas, como el célebre forero
Pero lo importante es ser conscientes de eso y saber integrar ambas sensibilidades. El centro, como punto geométrico es inestable "per se", un único punto de apoyo es sinónimo de inestabilidad. Y esa estabilidad se la tienen que dar forzosamente un pata asentada sobre el lado derecho de la mesa (una especie de liberalismo más clásico) y otra pata asentada sobre el lado izquierdo (lo que se conoce como liberalismo progresista o social-liberalismo).
Pero del artículo que he colgado, que lo he leído varias veces y cada vez que lo leo me parece "con más jugo", permíteme que extraiga un párrafo:
"El centro es el espacio político más complicado de defender. En primer lugar, tiene varios frentes. Y además es angosto. La política tiene un componente entre dramático y emocional, que casa mejor con los extremos. Reformismo y posibilismo son dos palancas que no mueven corazones, como lo hacen Franco, el aborto o las armas. Ocupar el centro es verse condenado a ser minoritario: cuando la política se pone caliente, los votantes se olvidan de ti."
Eso es absolutamente verdad. El centro político, el liberalismo, es un espacio de reflexión, es un espacio no de primeras reacciones, sino un espacio al que sólo se accede desde la serenidad.
La mayoría de nosotros actuamos por reacciones primarias (me gusta, no me gusta; odio esto aquello me complace, etc.). Sin embargo, el liberalismo (el centro político) es un estado que sólo se descubre desde la reflexión, como digo. En ese sentido, queda un poco feo decirlo, pero es un espacio ilustrado. Nada que ver con las reacciones primarias conservadoras e izquierdistas (socialistas y comunistas) y tampoco con la seducción de "la llamada profunda de la tierra" (nacionalistas).
Por eso, en momentos de polarización, las primeras víctimas siempre son los espacios de centro. Algo de eso pasó en España, por ejemplo, durante la 2ª República, especialmente en los últimos años, cuando todo se polarizó en torno a dos bloques irreconciliables.
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Re: Elecciones generales el 28 de abril
Es una estrategia política. Arrinconando a Ciudadanos como "el trifachito" (consigna de Ferraz que en este foro repite como un loro Cero), pretenden aparecer ellos (el PSOE) como el referente del centro político. Y supongo que hay mucha gente que compra esa película. No deja de tener su aquel que un partido que ha gobernado apoyándose en un partido de izquierda radical como Podemos y en grupos anti-constitucionales e independentistas, pretenda erigirse en representante del centro. Eso es una falsedad, pero de cuentos de lobos vestidos con piel de cordero que se comen a la abuelita de Caperucita hay bibliotecas enteras llenas de libros.Ver citas anterioresAsturkick escribió:
C's es un partido anti-nacionalista y que defiende la soberanía nacional. Considera que la coyuntura actual no es la apropiada para ese tonteo que se trae el socialismo con los nacionalistas. Por eso quiere a Sánchez en la oposicón. ¿Eso es ser de derechas? Me parece que muchos izquierdistas estáis completamente equivocados. C's es un partido centrista. O sea, transversal. Caracterizado por ser dialogante y abierto a los pactos. Ya lo ha demostrado en otras CCAA pactando con el PSOE. Esta clasificación de "derechista" por parte de la izquierda es claramente partidista.
Hay que decir también que Ciudadanos está siendo bastante torpe en manejar la situación.
De todas formas, hay que ser optimistas. Hace unos años no teníamos ningún partido político de centro liberal en este país. Hoy, todos están pendientes de la estrategia y las decisiones de Ciudadanos. Para criticarlas, casi todos ellos, porque Ciudadanos les molesta, pero pendientes. Al final, guste o no guste, Ciudadanos es el único partido que puede hacer de puente de comunicación entre las dos Españas de toda la vida. Sólo por eso deberían declarar a Ciudadanos patrimonio mundial de la UNESCO.
Veremos a ver qué pasa en las elecciones, pero lo que sí parece es que este partido está para quedarse. Y para quedarse mucho tiempo.
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