Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

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xmigoll
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Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por xmigoll »

Con esta infantería, el imperio español alcanzó su cénit y dominó con hegemonía en Europa, desde Italia a la región flamenca. Se vuelve a reeditar «De Pavía a Rocroi», de Julio Albi, el mejor ensayo que se ha escrito sobre este ejército y que estaba agotado.

sde que se publicó por primera vez, en 1999, «De Pavía a Rocroi: los tercios de infantería española en los siglos XVI y XVII», se ha convertido en una obra de referencia sobre las unidades militares por excelencia de los reyes españoles de la casa de Austria. Arturo Pérez-Reverte, padre del Capitán Alatriste, se ha referido al trabajo como «una obra maestra, imprescindible en toda buena biblioteca histórica» y «un relato fascinante del auge y ocaso de la que fue mejor infantería del mundo». Casi imposible de encontrar fuera de las bibliotecas durante muchos años, «De Pavía a Rocroi», que Desperta Ferro Ediciones recupera ahora en una edición dotada con un aparato gráfico y cartográfico, es un ensayo del diplomático Julio Albi de la Cuesta en el que teje un relato pormenorizado sobre los orígenes y la evolución de los tercios, la última «ratio regis» de los monarcas más poderosos del mundo durante siglo y medio. Asimismo, Albi analiza las motivos que cimentaron su primacía sobre múltiples enemigos desde las costas del Mediterráneo hasta las orillas del mar del Norte, pasando por las estribaciones alpinas y otros muchos escenarios bélicos donde gozaron de una racha de triunfos inédita desde la época de las legiones de Roma, en las que precisamente los tercios se veían reflejadas según escribía Sancho de Londoño, maestre de campo del tercio de Lombardía, en el tratado militar «Discurso sobre la forma de reducir la disciplina a mejor y antiguo estado», publicado en Bruselas en 1589.

Encamisadas

La versatilidad fue uno de los factores decisivos en la superioridad de los tercios, que no solo combatieron en batallas y asedios, sino también a bordo de buques de guerra en batallas navales, en desembarcos anfibios y en toda clase de acciones de pequeña envergadura, como las famosas encamisadas –golpes de mano nocturnos en los que la tropa vestía camisas blancas para reconocerse en la oscuridad–. Esta capacidad de adaptación era fruto de la organización de dichas unidades, que se dividían en compañías con un elevado grado de autonomía, pero también de la excelente combinación de distintas armas de que hicieron gala desde sus orígenes.

El mariscal británico Bernard Law Montgomery, vencedor de Rommel en El Alamein, dijo de los tercios que «por lo menos hasta 1600 la infantería española –arcabucería, mosqueteros y piqueros– demostró ser la mejor de Europa; su confianza en sí misma y su pericia en las tácticas convencionales de la época eran extraordinarias».

La metódica compenetración en el despliegue y el uso táctico de estas tres armas hizo de los tercios una fuerza formidable. La predilecta de los soldados españoles era el arcabuz, epítome de la Revolución militar de la Europa moderna. Ya en tiempos de los Reyes Católicos y de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, los infantes españoles eran expertos en el manejo de dicha arma, «idónea para hombres de no gran estatura, nervudos y ágiles», a decir de Albi.

La organización versátil y la potencia de fuego fraguaron la hegemonía militar española aun antes de que el término «tercio» hiciese aparición con la Orden de Génova de 1536. En las batallas de Bicoca (1522) y Pavía (1525), la infantería española, merced a ambas cualidades, impuso de manera indiscutible su hegemonía. En palabras del propio Julio Albi: «Si hubiera que mencionar un factor decisivo, habría que elegir al arcabucero español que, moviéndose con una autonomía inimaginable en la época, “contra todo orden de guerra y de batalla”, aprovechando al máximo las posibilidades de su arma, destrozó a las que hasta ese día se consideraba la mejor caballería y la mejor infantería de Europa: la francesa y la suiza, respectivamente».

Otro elemento determinante en la fecunda racha de victorias de los tercios españoles fue su singular «esprit de corps». «Fuera de su tierra se defienden unos a otros en amistad estrecha, lo cual es causa de que sus escuadrones sean casi invencibles en las guerras», escribió sobre los soldados españoles, a finales del siglo XVI, el diplomático y teórico político saboyano Giovanni Botero. Asimismo, los soldados de los tercios, desde los Grandes de España hasta los Lazarillos de Tormes, imbuidos de un espíritu hidalgo, tenían su reputación en alta estima. Como expone Albi: «A pesar de su asendereada vida, llena de miserias y de privaciones, los hombres de los tercios tenían una excelente opinión de sí mismos, y de su oficio, al que describían como “el más honroso y sublime de todos”». También influyó en la ecuación la férrea disciplina que los comandantes impusieron entre la soldadesca. En 1567, el duque de Alba condenó a muerte a tres soldados por robar unos carneros. Finalmente, solo uno fue ajusticiado. Para determinar cuál de los tres, tuvieron que echarlo a suertes, según refiere el soldado y diplomático Bernardino de Mendoza en sus Comentarios de lo sucedido en las guerras de los Países Bajos desde el año de 1567 hasta el de 1577 (Madrid, 1592). En palabras de Albi, para enrolarse en los tercios «había una condición esencial, a la que se subordinaban todas: “el más alto precepto de la milicia es la obediencia” [...] Obediencia, en fin, orientada a evitar el exceso de coraje, disciplinándolo y obteniendo de él el máximo rendimiento».

Jerarquía informal

Entre los tercios españoles la disciplina persistía incluso durante los motines, cuando las tropas se negaban a obedecer a sus oficiales como medida de presión para que se les pagase el dinero que se les debía. «Un observador extranjero comentaba al respecto: “Para decir la verdad, si puede haber algún buen orden en los motines, los españoles hacen los suyos en buen orden y cuando les manda el electo mantienen una disciplina tan buena y tan estricta como cuando sus oficiales están con ellos”». En los motines, en efecto, los soldados establecían una jerarquía informal en la que gobernaban el tercio un «electo» y varios consejeros. En ocasiones excepcionales, como la del saco de Amberes, en 1576, algún tercio llegó a entrar en acción comandado por su electo.

De todo ello y muchas otras facetas interesantes de los tercios españoles –desde las evoluciones tácticas hasta la vida diaria de los soldados y los pormenores de asedios y batallas decisivas en su trayectoria– da buena cuenta «De Pavía a Rocroi», que analiza, además, las causas del declive de estas unidades. Al respecto, el autor desarma la tesis, sostenida hasta hace relativamente poco por autores anglosajones, de que fueron las innovaciones tácticas holandesas y suecas las que acabaron con la hegemonía del modelo español. En opinión de Albi, el intercambio de experiencias y conocimientos entre los contendientes fue constante, y los motivos del declive de los tercios fueron de índole política y económica, relacionados directamente con la ambiciosa pero insostenible estrategia global de los Austrias. Concluye el autor: «Habría que hablar entonces, no del agotamiento de un modelo militar, sino del de un Estado, incapaz de seguir manteniendo y financiando durante más tiempo una política que estaba por encima de sus posibilidades».

Texto original. http://www.larazon.es/cultura/tercios-e ... PB17165486

Fuente. La Razón.

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Pasajes de la Historia - El Gran Capitán

https://www.youtube.com/watch?v=24A6FNPicis
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Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

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¿Por qué los letales Tercios españoles no participaron en la conquista de América?

Entre los soldados que acompañaban a Hernán Cortés en su lucha contra el Imperio azteca y a Francisco Pizarro contra el Inca había muchos veteranos de las campañas del Gran Capitán en Nápoles y Sicilia, germen de lo que en tiempos de Carlos V se llamaría Tercios. Sentar base como soldado en Italia o cruzar el océano en dirección a América era el dilema más habitual para los castellanos que buscaban en el siglo XVI escapar del hambre y vivir doradas aventuras. Francisco Pizarro o Álvar Núñez Cabeza de Vaca son algunos ejemplos de soldados que viajaron a América tras forjarse primero en Italia. Otros como Alonso de Ojeda, Ponce de León, Pedrarias Dávila lucharon antes en la guerra de Granada de los Reyes Católicos.

Pero una cosa era exportar individuos y otra muy distinta una unidad entera. Los Tercios españoles, una legendaria infantería que barrió de los campos europeos a los enemigos de la dinastía Habsburgo, no participó directamente en la gran gesta al otro lado del charco. No en vano, como señala José Javier Esparza en su nuevo libro «Tercios: Historia ilustrada de la legendaria infantería española» (La Esfera de los libros) los vínculos entre ambas aventuras son estrechos: «La empresa de Indias siguió una dinámica completamente diferente a las aventuras europeas. Aunque es verdad que muchos soldados de los tercios pasaron después a América, que el singularísimo estilo de la infantería española tiñó numerosos episodios americanos».

El rastro de la mejor infantería en América

La conquista de América se fundamentó en iniciativas particulares, donde los Reyes españoles a través de capitulaciones con los adelantados se aseguraban parte de las ganancias (el quinto real) y la soberanía sobre las tierras. Los riesgos y los costes corrían a cuenta de cada capitán y no de la Corona, que tenían mucho que ganar y poco que perder. De ahí que cada adelantado eligiera la estrategia y las tácticas empleadas por sus tropas para abrirse paso por un continente desconocido. Durante toda la exploración y conquista de América, el primer problema fue la falta de auténticos soldados entre la mezcolanza que formaban las expediciones de conquistadores, así como la falta de disciplina en sus filas.

Frente a la batalla «privada» que fue la conquista de América, el Imperio español dominó los campos de Italia, Flandes, Alemania, Francia y el norte de África con la ayuda de una fuerza profesional, los llamados Tercios, financiada directamente por la hacienda real. Dos modelos inversos que compartían, claro está, la misma materia prima: los infantes de Castilla.

Tanto los conquistadores españoles como los soldados de los tercios compartían el mismo espíritu intrépido y el respeto por el honor como medidor de la reputación social. Además, se dieron tácticas similares en ambas fuerzas. Recuerda Esparza que en las campañas de Pedro de Alvarado en Guatemala, en la década de 1520, la caballería española (estos animales causaron una gran impresión entre los indios) recurrieron al «tornafluye» (huir y reagruparse rápido) característico de la lucha con los musulmanes en la Península. Una forma de combatir innovadora en Europa con la que los españoles habían suplido en sus primeros combates contra los franceses la mala calidad de su caballería.

También la infantería en América aplicó algunas de las tácticas que usaban sus compatriotas en Europa para luchar contra los indígenas y, en ocasiones, contra otros españoles, rebeldes a la Corona, como Lope de Aguirre o Diego de Almagro. Así, cuando Hernando Pizarro, hermano de Francisco, derrotó a Almagro en la batalla de Salinas (1538), lo hizo en parte por la mayor presencia de arcabuceros en sus filas y el uso de cuadros cerrados. Una unidad, los arcabuceros, en la que los Tercios españoles tenían su principal ventaja frente a otros ejércitos extranjeros.

La anomalía del Tercio de Arauco

Caso especial es el de Chile, donde sí se intentó crear un ejército permanente, que al menos en el nombre llevaba la palabra tercio. En el mencionado libro de José Javier Esparza, ilustrado por José Ferre Clauzel, se realiza un recorrido a lo largo de la historia de los Tercios y su réplica americana. El Tercio de Arauco nació ante la necesidad de los gobernadores de Chile de enfrentarse «al pueblo más belicoso de todo el continente, los mapuches». Ni siquiera su experiencia militar en Italia preparó a Pedro de Valdivia para enfrentarse a este pueblo. El extremeño logró causar importantes derrotas a los mapuches y controlar las tierras al norte del río Biobío. Sin embargo, un mapuche que estuvo tres años con los españoles llamado Lautaro aprendió a combatir como los europeos y, de vuelta con los suyos, los adiestró en el uso de la caballería.

Alonso de Ribera, veterano de las guerras en Italia y Flandes, quedó espantado ante el contingente a su disposición, solo 1.200 hombres, «milicia ciega sin determinación»

El propio Pedro de Valdivia acabó brutalmente asesinado por estos mapuches resurgidos, pasando su calavera a ser el mayor trofeo de este pueblo. A finales del siglo XVI, la oleada mapuche era tan fuerte como para plantear a la Corona española que se abandonaran las colonias más allá del río Biobío. Esta situación desesperada en la llamada «Flandes de las Indias» llevó al gobernador de Chile Alonso de Ribera a organizar una fuerza permanente tras la rebelión mapuche de 1598. Alonso de Ribera, veterano de las guerras en Italia y Flandes, quedó espantado ante el contingente a su disposición, solo 1.200 hombres, «milicia ciega sin determinación ni seguro fin, porque no es suficiente para ganar ni conservar», como le comentó en una carta al Rey. Soldados que cargaban de forma desordenada y compañías que cuando marchaban «lo hacen como buhoneros, sin orden y dispersos».

Los gobernadores Alonso de Ribera y Alonso García Ramón pusieron en marcha, con autorización de la Corona, el que es probablemente el primer ejército permanente en América. Crearon talleres para fabricar material militar y una red de fortificaciones y cuarteles, además de establecer un sistema de financiación y abastecimiento permanente colonizando tierras que se dedicarían exclusivamente a este fin. El resultado fue una fuerza militar profesional que permitieron que la colonización española cruzara el Biobío definitivamente. Así y todo, las rebeliones mapuches se reprodujeron de forma intermitente incluso después del periodo colonial.

http://www.abc.es/historia/abci-letales ... ticia.html



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Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

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http://www.mundohistoria.org/blog/artic ... os-flandes

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Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

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Los gitanos españoles en los tercios de Flandes.

Se les han considerado pacíficos, continuamente resignados y sumisos a unas leyes que buscaban su anulación como etnia y cultura.

Poco se ha hablado de la faceta militar de los gitanos. Por lo común, se les han considerado pacíficos, continuamente resignados y sumisos a unas leyes que buscaban su anulación como etnia y cultura. Sin embargo, no podemos tomar estas actitudes como algo generalizado en el colectivo gitano de la Edad Moderna, dado que, salvo escasas excepciones, el papel de los gitanos como militares voluntariamente alistados al servicio del rey de España y su organización interna, no ha sido investigado con toda la profundidad que merece.

Centrándonos en el siglo XV, durante la etapa de penetración, exploración y peregrinaje en la península Ibérica, la forma de vida nómada de las primigenias comitivas de egipcianos y grecianos requería de unas estrategias defensivas y de una estricta organización interior. Al frente de estos grupos se hallaba un capitán, autodenominado conde o duque, encargado de administrar justicia y establecer, tanto los destinos como las maniobras de la compañía que comandaba. Para ello, se dotaba al grupo de una estructura cuasi militar por medio de espías, centinelas, grupos exploratorios, etc., convirtiendo en pequeños ejércitos los grupos compuestos de al menos medio centenar de personas.

Esta disciplina y organización, junto a la forma de vida austera y a la resistencia que ofrecían a las inclemencias del tiempo, favoreció una larga lista de habilidades que resultaron imprescindibles en los campos de batalla de la época, muy valoradas por algunos responsables de los alistamientos de soldados con destino a Flandes, entre los que sobresale Gaspar de Bracamonte, futuro virrey de Nápoles, quien destacó cómo eran “todos de natural duro, acostumbrados a sufrir los tiempos, ágiles para manejar los caballos, y más ejercitados que otros en el uso de los arcabuces”.

Todas estas cualidades facultaron a los gitanos para combatir como jinetes y a pie, tanto cuerpo a cuerpo como a distancia. Sin embargo, tras haber sido explotadas por los ejércitos españoles hasta el primer tercio del siglo XVII, su presencia acabó vedada por la misma desacreditación que provocaron las leyes promulgadas contra este colectivo.

LOS GITANOS EN LA REBELIÓN DE LOS MORISCOS DE GRANADA

Aunque no podemos asegurar su participación en la conquista del reino nazarí de Granada, tal como especulan algunos autores. Sí en cambio, podemos afirmar su intervención en la sublevación de los moriscos. Conflicto en el que se hallaron, por ejemplo, Carlos de Bustamante y Francisco del Campo, obteniendo más mal que gloria, puesto que a uno le quedó como secuela el quedar uno manco de una pierna, y el otro, de un brazo, tal como expresaron en 1573 con ocasión del pleito que hubieron de entablar para recuperar sus vecindades en las villas navarras de Falces y Larraga, perdidas por haberse ausentado para sofocar la sublevación morisca.

A estos dos gitanos navarros hay que añadir un gitano cazorleño, abuelo de Sebastián Maldonado, del que hablaremos más adelante. Su papel en la guerra de Granada fue relevante, pues capitaneó una compañía, cuya bandera la guardaba aun su nieto en 1639, la que presentó infructuosamente como un mérito para obtener una patente para “juntar una compañía de doscientos hombres de su nación” y combatir en los Tercios de Flandes.

No es de extrañar el interés por conservar durante más de 60 años una bandera que suponía un testimonio de servicio al rey: una práctica habitual entre los gitanos, consistente en guardar celosamente todo aquello que fuera prueba de su integración y vida arreglada, especialmente los documentos referidos a avecindamientos y partidas de bautismo, testimonios siempre dispuestos a ser presentados a requerimiento de unas justicias que veían a los gitanos como unos presuntos delincuentes que contravenían constantemente las leyes promulgadas contra ellos.

LOS GITANOS FLAMENCOS

Finalizada la rebelión de los moriscos, los nuevos escenarios de batalla para estos soldados de fortuna se trasladaron a Europa. Así, en 1590, los gitanos navarros tratados anteriormente no tardaron en añorar los campos de batalla, y propusieron al señor de Luxa la formación de una compañía para atacar a los calvinistas franceses. En esta ocasión, Francisco del Campo, originario de La Mancha, echó mano de su curriculum militar y manifestó haber formado parte del alistamiento ordenado por el virrey navarro en Puente la Reina. Por su parte, Baltasar Montoya, junto con Diego Bustamante, su padre y tres hermanos, además de dos cuñados y cuatro sobrinos, afirmó haber servido durante más de veinticinco años en Flandes en la compañía de Alonso de Tauste, perteneciente al tercio de don Agustín Mejía.

Muchos fueron los acontecimientos que probablemente les tocaron vivir a estos gitanos en su aventura flamenca. Entre ellos, la batalla de Doullens, el sitio de Cambray y la defensa de varias plazas tomadas en la frontera francesa; pero sobre todo, la rapidez demostrada en 1593 con ocasión de la expedición de los 3.000 hombres de Mejía, empleando tan sólo 60 días desde Lombardía y Saboya hasta Namur. Las heridas y la muerte de cinco de ellos fue el precio que hubieron de pagar en tamañas hazañas.

Los servicios prestados por los gitanos en Flandes fueron recompensados por la corona por medio de la concesión de vecindades y la exención de las prohibiciones recogidas en las leyes promulgadas contra los gitanos. Así lo hizo Felipe III a primero de abril de 1620, al confirmar una real provisión fechada en Valladolid el 6 de enero de 1602, y conceder a Antonio de Moya, hermano de Baltasar de Bustamante y a sus demás hermanos, Baltasar de Rocamora, Juan de Montoya, Andrés de Flores y Marcos de Flores, un poder para avecindarse en la población que desearan y tratar libremente en ferias y mercados, cosa que hicieron en 1627 al tomar Alcalá la Real como lugar de residencia.

Pocos años más tarde, el 30 de diciembre de 1609, hallamos en España a Rodrigo Belardo y otros gitanos como Santiago, Pedro, Francisco, Juan, Alonso y Salvador Maldonado, tras la desmovilización de los tercios de Flandes. Imposibilitados de andar libremente por los diferentes reinos españoles pidieron amparo al rey, quien les extendió otra cédula real a su favor, donde les agradecía los servicios “hechos en los estados de Flandes con el archiduque Alberto, mi hermano, y en otras partes”, y les otorgaba “guarda y amparo, y defendimiento real” para que “los dejen estar y estén libremente sin pena alguna” sin impedirles “vecindad en cualquiera ciudad, villa o lugar de todos mis reinos y señoríos”, con lo que les eximía del contenido de las leyes antigitanas en vigor.

La vida de Rodrigo y sus compañeros no fue nada fácil, aún más tras haber quedado “cojo de la pierna derecha, y una herida en la frente entre las dos cejas”. Cicatrices gloriosas que no le libraron de su prisión en 1616, cuando yendo en una cuadrilla compuesta por una treintena de individuos, fue detenido en Mula junto a tres de sus hijos, inmersos en la búsqueda del también gitano Juan Martínez, para lo que portaban una requisitoria en la que se decía que Juan había matado al hermano de Rodrigo en Medina del Campo.

El regreso de los soldados licenciados de los Tercios a España no fue nada fácil. Buena prueba de ello fueron las frecuentes las peticiones dirigidas al Consejo de Castilla para obtener una ocupación, situación que lógicamente se agravaba en el caso de los soldados veteranos gitanos, siempre sometidos a un vecindario y a unas prohibiciones que se extendían a su forma de vestir, hablar, vivir y trabajar.

Esta inseguridad, junto al continuo control a que estuvieron sometidos, impulsaría su enrolamiento en el Ejército por muchos peligros que les acecharan. La represión que a partir de 1637 se ejercía sobre los gitanos, se plasmó dos años después en una redada que llevó a centenares de varones gitanos a las galeras españolas. No es de extrañar pues, que Sebastián de Sotopretendiera retornar como capitán de una compañía de doscientos hombres “de su nación” y prestar su experiencia como soldado:

“que yo he sido soldado en los estados de Flandes y he servido en ellos a su majestad, y en la Armada Real mucho tiempo. Y al presente me hallo ocioso y pretendo volver al Real Servicio. Y así ante V.S. ofrezco mi personal y propongo levantar en esta ciudad (Sevilla) y algunos lugares de la Andalucía, doscientos hombres de mi nación, sirviéndose su majestad darme patente de capitán de ellos”.

Además de la pretensión de ser capitán de una compañía, solicitaba igualmente se le concediera a “Alvaro de Soto el venablo de Alférez, y a Simón de Soto la alabarda de sargento”. Además ponía las siguientes condiciones:

“y asimismo sea de servir Su Majestad de dar Real Cédula para las justicias de las villas y lugares por donde pasase y levantase la dicha gente, me den el favor y ayuda que hubiere menester. Y Su Majestad ha de dar su palabra Real de no servirse de nosotros para otro efecto que para el ejercicio militar de la guerra. Y con estas calidades levantaremos la dicha compañía en dentro de un mes y medio, y será consecuencia para que otros hagan lo mismo”..​

Promesa esta última que no hace más que confirmar la disposición de buena parte de la comunidad gitana a formar parte de los Tercios de Flandes, a servicio de un rey, que paradójicamente les asfixiaba de forma implacable.

La veteranía era un valor seguro en unos tercios descritos por María de Zayas como un “refugio de delincuentes y seguro de desdichados”. Sin embargo, la cada vez mayor desacreditación que recaía sobre el colectivo gitano hizo que en 1635 la presencia gitana en los Tercios de Flandes fuera inexistente tras la modificación del sistema de reclutamiento, pues se volvieron a implantar los llamamientos en forma de obligación militar de los municipios. Causa por la que seguramenteSebastián de Soto y Sebastián Maldonado no consiguieron la autorización para levantar las compañías pretendidas, aun cuando poner picas en Flandes era una empresa difícil y laboriosa, e incluso arriesgada. Así lo exponía Jerónimo Pérez del Pulgar a mediados de mayo de 1639, al relatar cómo su hermano “tuvo que salir “con media docena de pedradas, casi de milagro” en Málaga, por haberse amotinado las víctimas de las levas forzosas, causa que espantaba “a los que se hallan libres y las justicias no hallan de quien echar mano para sus levas forzosas”.

Los problemas de recluta fueron creciendo en el tiempo, pues apenas un mes más tarde, el conde de Santa Coloma advertía alarmado de la “necesidad de gente veterana y dinero con toda prontitud, que si bien lo van haciendo bien las provincias, todo es poco para resistir la fuerza del enemigo, que es muy superior”.

Tan dramática situación y los informes favorables de Gaspar de Bracamonte y el conde de Salvatierra, no bastaron a la hora de admitir la pretensión de los gitanos. Salvatierra, aun compartiendo los mismos prejuicios que impedían la presencia gitana en los tercios, no halló inconveniente y razonó su opinión en los siguientes términos:

“la gente que ofrece y para cómo están los tiempos no será mala, pues queda a disposición de su majestad, que aunque con nombre de gitanos hay muchos que no lo son, y que se recogen entre ellos por vivir con libertad, y que todos son mozos de campo y se ejercitan en las armas; y se consigue con llevarles dos cosas muy importantes. La una es echar ladrones de la tierra; y la otra, el servicio de su majestad”.

Gaspar de Bracamonte sería más tajante y preciso en su informe a Fernando Ruíz de Contreras, si bien admitía “que puede tener inconvenientes, además de la indecencia”, el recibir “gente tan desacreditada como ésta”, algo que ante “las ocurrencias de aprieto grande suelen dispensar mayores impedimentos que éste”, aun cuando existían precedentes de haberse hecho“capitanes, bandoleros de muchos años”, por lo que discurría “que de esta gente se podrían formar dos o tres compañías de dragones que sirviesen en este manejo muy útilmente, por ser todos de natural duro, acostumbrados a sufrir los tiempos, ágiles para manejar los caballos, y más ejercitados que otros en el uso de los arcabuces”.

Al igual que el conde de Salvatierra, Bracamonte señaló el fracaso de las leyes promulgadas contra los gitanos y el daño que había producido:

“también que por este camino podría libertarse el reino de este género de gente, con mejor efecto del que han obrado tantas leyes y pragmáticas hechas con este intento, que sólo han servido de hacerlos más perversos, con la desconfianza, obligándolos con la persecución que padecen en los pueblos a que se retiren a los montes con mayor perjuicio de la república”.

Esta argumentación describe la complicada situación en que se hallaban los gitanos españoles En esas fechas, arrinconados e indefensos, estaban expuestos al cada vez más estrecho cerco que les ponía cada nueva ley, siempre más restrictiva que la anterior, así como al celo represor de las justicias locales, siempre ávidas de obtener substanciosos ingresos a través de los procesamientos incoados contra los gitanos, pues además de efectuar el pago de las costas, perdían cuantos bienes llevaran en el momento de la aprehensión.

La redada de gitanos varones iniciada en mayo de ese mismo año, confirmó la precariedad que estos antiguos soldados de los Tercios pretendían eludir. Desde 1639, aun incluso desde algunos años antes, las galeras de la escuadra del Mediterráneo se llenaron de forzados gitanos. El resultado de esta represión no podía más que traducirse en odio y desconfianza. Expresiones de un conflicto étnico que había hecho estallar a Gaspar de Malla Bustamante en 1590, cuando viéndose acosado por los vecinos de diferentes pueblos navarros, huyó con su cuadrilla gritando: “mala pestilencia mate al Rey que así nos persigue”.

La clandestinidad a la que quedaron condenados muchos gitanos fomentó la formación de cuadrillas, en las que antiguos combatientes en Flandes pudieron aportar sus conocimientos militares, a cuyos cabecillas se les tituló habitualmente como capitanes, tal como hacía Pedro de Villalobos en el caso de Santiago Maldonado:

“cuando caminaba, iba delante de todos en forma de capitán, haciéndoles guía. Y para representarlo mejor, traía banda de tal capitán, y clarín o trompeta, en la dicha compañía con que caminaba en son de guerra; y con que los llamaba cuando estaban esparcidos. Daba pasaportes o salvoconductos a los que tenía por amigos, para que los demás Gitanos no le hiciesen agravio”.

Las acciones militares de Santiago Maldonado fueron tan notables que logró apoderarse y saquear varios pueblos, derrotando incluso a una tropa de soldados que habían acudido en socorro de los vecinos de Ciudad Rodrigo.

Por último, y sólo como especulación, es interesante conectar la presencia gitana en Flandes con dos asuntos controvertidos. Uno es el origen de la misma palabra flamenco para designar el cante y el baile mayoritariamente practicado por el colectivo gitano. La otra cuestión es sugerir una explicación a la existencia de una importante población de gitanos y gitanas rubios con ojos azules. Está demostrada la existencia de mujeres acompañando a los soldados, y que, según el especialista en el Antiguo Régimen Antonio Domínguez Ortiz, parece se produjo un alto porcentaje de matrimonios mixtos entre españoles y flamencas.

https://www.nuevatribuna.es/articulo/hi ... 30393.html
Fuente. http://anatomiadelahistoria.com

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ETHNIKO
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por ETHNIKO »

Temible? :malol
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
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Regshoe
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Regshoe »

Un señor con una pica dispuesto a clavartela en el estómago no da nada de miedo, que va.
Que oye, fue la mejor infantería de su tiempo, pero porque no estaba allí ethniko para darles unos mecos, que si no, ni rendición de Breda ni na.
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ETHNIKO
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por ETHNIKO »

Uys si que miedo... :D :D :D
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
raf
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por raf »

Que va, para nada :jojojo
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karel
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por karel »

¿Mencionan algo del saqueo del Vaticano?

Es que al igual que los motines del pan, desconocidos casi por la mayoría de la población en las localidades que ocurrieron, como Valladolid (dos ocasiones, la primera con montones de ejecutados/s), en España hay temas que constantemente son obviados, como si no hubiesen existido jamás.

Con estos politicuchos que tenemos siglo tras siglo y la Corte intelectual de Borbonia, que no da mucho de si a izquierda y derecha, en vez de decicarles calles a personajes irrelevantes, deberían existir algunas con los nombres de los ejecutados en el primer motín, por ejemplo. Es historia de la ciudad, que esconden.

Lo primero que hace el PSOE al llegar a los ayuntamientos es colocarle alguna calle a los militantes del pasado, algunos importantes, como ciertos cargos de la Guerra Civil asesinados por los golpistas, pero el resto....

Otro tema que jamás se tocará es de los militares españoles asesinados en el acto por negarse a secundar el golpe planificado y criminal. ¿Existe algún libro con el listado más o menos completo, y sus biografías? Sería un tochaco de cuidado, pero se puede resumir.

En fin, Borbonia, de año en año, cada vez más decadente en todos los terrenos. En los ochenta/noventa, al menos existía una cierta intelectualidad independiente, aparte de la Corte de los de siempre, como el libro censurado de Gregorio Morán sobre Jesús Aguirre, Cebrián y todos esos ganapanes, que fueron cientos, y algunos lo siguen siendo. Es solo la punta del iceberg del panorama, lo que refleja el susodicho, ahora estamos peor todavía.
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Ganímedes
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Ganímedes »

¿Libro censurado?, ¿podrías dar detalles de qué organismo censuró un libro?
Ya sabemos que mentir es gratis, pero por respeto al resto de los foristas podrías abstenerte de hacerlo...
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karel
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por karel »

No sé que es eso de respeto a foristas. Yo doy una opinión basada en mi experiencia, porque sé desde crío lo que hacen, pero es que he dado datos publicados por medios, por tanto...... se lo preguntas a ellos. :P

En España se censura, y hay miles de formas de hacerlo.

¿Recuerdas que el PP antes de llegar al poder manifestó que expulsaría a Ana Pastor?

En las televisiones más mediocres de Europa, no vetan oficialmente, pero no llaman a casi nadie, que sea intelectual, que refleje anatíticamente lo más posible. La gran mayoría son papanatas, aduladores, subvencionados, etc.

El libo se titula "La Corte y los Mandarines", lo censuró la Razón, La Vanguardia, Planeta y otros. ¿Dónde he dicho yo que fuese un organismo? Esos lo hacen subrepticiamente, y en silencio, xD.

https://www.elespanol.com/cultura/20170 ... 787_0.html

https://dedona.wordpress.com/2014/10/29 ... es-rambla/

¡Vaya, el español, Vox Populi, y montones más, le toman el pelo a los foristas! xD.

Hombre, que cualquiera que piense un poquito sabe los tejemanejes de los medios, de los políticos, las editoriales, consorcios, etc, xD. Aunque no esté enterado al detalle.

Por cierto, en PP de mi Comunidad prohíbe sentarse en un hospital si no pides cita, en estaciones de renfe, que son públicas, no se pueden pegar carteles en sitios abandonados, y la lista de represiones y vulneraciones de derechos es muy larga. Esa no es preocupante, pero la violencia que ejercen, física, sí, además es el país con más presos de Europa, que no estarían en otros, uno que encierra a emigrantes en cárceles, sin que hayan hecho nada, y la lista de despropósitos es de aúpa. Les pegan toques organismos de derechos humanos, pero en Borbonia, como si nada.
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Ganímedes
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Ganímedes »

Solo es un troll, si nadie le hiciese caso se cansaría y se iría a otro foro a dar por el culo, solo busca provocar
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karel
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por karel »

Gitanos con ojos azules y pelo rubio los hay en todas partes del mundo. Me ha llamado la atención el comentario del supuesto articulista, porque vamos, es de traca.

En cuanto a relacionar la palabra flamenco con Flandes y aunque como tantos otros término se desconoce el origen es de lo más disparatado. El arte flamenco, a pesar de ser universal, digamos que está muy limitadito a Andalucía, por tanto, y aunque los Tercios eran mayoritariamente extranjeros, como el rey de la época, y el destino en el que acababa toda la pasta que derrochaban en guerras absurdas, especulación, y de todo, mientras el pueblo pasaba hambre, y se enriquecían los venecianos, los chinos y los banqueros alemanes, si hubiese tenido algo en común con los Países Bajos, la palabra y el arte serían algo común a todas las zonas españolas.

Lo más racional es pensar que lo flamenco, es musulmán hasta las trancas. Nombre y arte, que además, lo segundo se parece como un guante. Lo anómalo sería que el flamenco hubiese calado en Galicia.

Por cierto, la música está repleta de plagios, millones, hay estilos, en los que un famoso riff de los sesenta aparece casi en el noventa por ciento de las canciones. Beyoncé, es una plagiadora nata, no de ritmos, pero si de danzas, las copietea todas, y por tanto no se puede afirmar que el himno español sea también musulmán a pesar de esto:

https://www.youtube.com/watch?v=qA6jOzzMgFA

Pero que no es prusiano, está más que demostrado. Espinosa de los Monteros ¿lo pudo plagiar? No se puede afirmar, pero la historia de las composiciones militares está plagadita de ello. En el mundo anglosajón todas estas curiosidades son publicadas cada dos por tres, incluyendo las anécdotas sobre villancicos, tranformaciones, plagios, imitaciones, deformaciones, y de todo, con normalidad, aquí no lo hacen, porque creen que no interesa, xD. Igual que cuando dicen que la telebasura tipo Sálvame tiene éxito debido a que tiene un público. Falsedad dónde las haya. A la gente mayor, que es la mayor consumidora, supongo, le pones una novela a esa hora tipo la turca Fatmagul y arrasa con las audiencias.
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Ganímedes
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Ganímedes »

Venga ya, no me cuentes películas de vaqueros, ya no cuela eso de que en el resto de Europa cagan gloria y aquí caca
¿Y eso es censura?, pues entonces se censura en todo el mundo chavalote. Hasta en USA se censura, ¿o aún no te has enterado que cierto libro soobre Trump tuvo muchas dificultades para ver la luz por presiones de la Casa Blanca?
Supongo que habrán creado el cuerpo de inspectores de asientos hospitalarios :-)
Menos paro, ahora tenemos el cuerpo de inspectores de asientos en estaciones. Lo que no me ha quedado claro es si te exigen pedir cita en el hospital para sentarte en la estación o que hayas sacado un billete, la redacción puede dar lugar a equívocos
de todas maneras, en los dos casis, tururú
¡¡¡ qué horror !!!
me dejas patidifuso y hondamente alarmado
¡¡¡ Ah, que además te pegan !!!
Ainssss la dictadura postfranquista española :-)
me parece que volvemos a contar mentirijillas....
Vale, dame el nombre de la prisión o prisiones donde hay encarcelados inmigrantes sin que hayan hecho nada
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Regshoe
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Regshoe »

De donde ha salido el zumbado este?
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+++++++++++++
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karel
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por karel »

Eres autoconlusionista. Lo que que caguen gloria lo dices tú. Yo hablo de lo que padezco, de lo que veo a diario, y he visto durante toda la pseudodemocracia borbónica esta, pero bueno, están las estadísticas, en los últimos puestos en montones de cuestiones. Aunque a mi lo que me importan son los encarcelamientos, las persecuciones y la violencia del régimen contra los ciudadanos/as.

Te has metido en un charco, que no aporta nada de nada, si los medios dicen que lo censuraron, pues repito, se lo cuentas a ellos.

En cuanto a tus burlas sobres los ciudadanos expulsados de hospitales por los neoliberalcomunistas peperos, porque creen que son personas que van allí a calentarse, vulnera los derechos humanos fundamentales. Lo mismo que en las estaciones. Me ha pasado a mí, que soy paciente crónico, y lo veo en cientos de casos. ¿Eres o vives en Valladolid? Yo lo segundo. Como parece que no. ¡Qué sabrás tú lo que ocurre en esta ciudad!

Te burlas de las agresiones policiales a señoras a las que casi matan (aunque no fuese la intención, evidentemente). No debes de haber visto en tu vida a las adolescentes de Valencia a las que partieron la crisma, ni los miles de heridos en manifestaciones pacíficas.

En fin, no sé tu ideología ni me importa, pero no te veo con valores humanos que digamos. Yo soy liberal auténtico, los peperos neoliberalcomunistas, todo lo contrario. Como también te burlas de los presos que meten en las cárceles de los CIE, procura evitarme, gracias. O habla de los Tercios, o te limitas a los temas que hayamos tocado otros, y que te resulta imposible negar. ¿Eres pepero? Lo parece, un acólito de esos, que con sus comportamiento, no difieres nada de los ciudadanos gracias a los cuáles llegaron los totalitarismos, aunque el neoliberalismo y el capitalismo salvaje (soy capitalista humanista y el PP anticapitalista, porque destruye las condiciones para que se de un verdadero mercado libre, provoca la caída de millones de establecimientos, etc, que hay zonas de la ciudad que entre el horror de pisos que construyeron, las instalaciones abandonadas, y los comercios arruinados, parecen soviéticas).

Lo que cambia en ti, es que afortunadamente, vivimos en pseudodemocracias, no en totalitarismos, pero vamos, si niegas evidencias absolutas o te burlas, no quiero ni pensar, lo que harías en situaciones límite. Saludos. Yo critico lo que haga mal quién sea, y alabo lo que esté bien. Me da igual que lo haga uno de Podemos que un pepero, socialista, etc.

A mí me enseñaron desde pequeñito, que cuando se cometen errores, hay que arregarlo al instante. Y si ya no son errores, denunciarlo para que las manzanas podridas no puedan lograr campar a sus anchas. Por eso me encanta mi barrio. :D Aquí, por cierto, y digo en el barrio, el PP obtiene 600 votos. LA mayoría de la gente vive en la pobreza, con sus derechos vulnerados, como yo, que tengo discapacidad del cincuenta por ciento, ya no puedo trabajar, no hay trabajo, ni se puede ser autonómo salvo que se tenga un dineral y no me quieren pagar, a pesar de que coticé cuando tenía veinte años, lo inimaginable, pues ganaba 10.000 euros al mes. Ahora quiero lo mío, y esos antisociales, que tienen algunas de las leyes más antisociales/antiespañolas de Europa (la de deshaucios, no existe en ninguno tal como está aquí), la que vulnera los derechos de miles de discapacitadso graves, que están abandonados en cuchitriles, y solamente los visitan o ayudan personas condenadas a cumplir servicios sociales, como por ejemplo víctimas de maltrato, que incumpluieron una orden de alejamiento para hablar con el acosador, que las dejase en paz, y enchironaron a los dos. ¡Demencial!

Pero tú de eso ni de miles de asuntos, se ve que no sabes nada de nada. ¿En qué país vives su puede saberse? O no sales apenas de casa, o no te relacionas, o no te mueves por las calles, o a saber, pero vamos.....
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Ganímedes
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Re: Tercios: el temible ejército que dominaba en Flandes

Mensaje por Ganímedes »

Pero cómo voy a moverme por las calles después de leerte, ¿es que te crees que tengo gans de sufrir la violencia del estado o de que se me encarcele sin haber hecho nada en esta dictadura borbónica?
:-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-) :-)

No entro en las cosas que dices porque ni merece la pena, deberías intentar volver a la realidad, que tendrá sus defectos pero que desde luego se aleja bastante de ese constructo mental que te has creado
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karel
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Mensaje por karel »

http://www.elmundo.es/sociedad/2016/04/ ... b4638.html

¿Por qué España tiene un 32% más de presos que el resto de Europa?

El derechista diario EL MUNDO, pero tu a tus cosas. :D Cuanto todo el mundo coincide en una cuestión, que está contrastada, digo yo que el que tiene otros constructos mentales será el que lo niega.
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Ganímedes
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Re:

Mensaje por Ganímedes »

Si España tiene un 32% de media de presos más que la media europea será porque las penas en España son más duras, pero eso en ningún caso deslegitima el sistema judicial ni policial, las leyes duras o menos duras las aprueba un parlamento democrático, y desde luego ese estado policial y violento solo existe en tu mente calenturienta, igual que el invento ese de que se mete en la cárcel a inmigrantes por el simple hecho de serlo.
Madura un poco hombre, que te estás haciendo unas pajas mentales de campeonato. Te empiezas a parecer a los independentistas catalanes, te estás construyendo una "realidad" alternativa donde vives en una dictadura policial y violenta.
Tú mismo, chaval...
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