El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha insistido en que la paz en su país es un hecho y que el premio Nobel que ha recogido fue "como un regalo del cielo, en un momento en que nuestro barco parecía a la deriva". Y es que el Nobel de la Paz "fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino, el puerto de la paz".
Por eso, "quiero anunciar, a ustedes y al mundo, que el pueblo de Colombia, está haciendo posible lo imposible. La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población ha terminado".
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Santos: "El Nobel fue un regalo del cielo en un momento en que íbamos a la deriva
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Re: Santos: "El Nobel fue un regalo del cielo en un momento en que íbamos a la deriva
SANTOS RECOGE EL NOBEL DE LA PAZ ¿HABRÁ PAZ?
Los Premios Nobel están desde hace tiempo totalmente desacreditados, entre otras cosas, por estar constatado que su entrega obedece más a intereses, políticos, económicos, etc., que a razones objetivas. Hoy se le ha entregado el Premio Nobel de la Paz 2016 al actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos en el proceso para poner fin al conflicto armado que desde hace décadas el Gobierno de Colombia mantiene con las FARC. Como en ocasiones anteriores, la entrega de este premio no ha estado tampoco exenta de polémicas. En primer lugar, porque no se entiende por qué no ha sido galardonado con el premio también el actual líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el cual ha hecho el mismo esfuerzo, sino más, por alcanzar la paz. En segundo lugar, porque el acuerdo alcanzado ha sido rechazado por el pueblo colombiano al ser sometido a referéndum. Rechazado, de dos formas, con una abstención del 60% y un no del 50,1% al acuerdo de paz.
Un acuerdo de paz, si represente el fin de la guerra y el fin de las causas que la provocaron, es siempre motivo de alegría, el de Colombia si evoluciona en esa dirección, lógicamente, también lo será, por el momento hay que esperar a ver si se cumple o no, pues es pronto para saber si el acuerdo logrado por el presidente Santos es uno más de esos muchos acuerdos políticos que se logran en nuestra época y que luego no se cumplen, o si por el contrario, se materializara realmente en algo concreto. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, recibió en 1982 el Premio Nobel de Literatura, hoy, 34 años después, otro colombiano, el presidente Santos, recibió el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr que Colombia no sufra 100 años de guerra. Pero como todos sabemos, en la realidad las cosas son más difíciles de logar que en la ficción. Es posible que el acurdo logrado por Santos logre poner fin al conflicto armado existente entre las FARC y el Gobierno de Colombia, pero la paz es algo más que el fin de la lucha armada. En mi humilde opinión, de simple observador lejano y ajeno al conflicto, la paz, la paz en Colombia, tardara tiempo, tal vez no 100 años pero si décadas, pues los principales problemas de Colombia son la pobreza y la desigualdad, la enorme desigualdad que existe entre las elites dirigentes y el resto del pueblo, problemas a los que no se observa que se les quiera dar una solución a corto plazo, y sin justicia, difícilmente habrá paz.
Los Premios Nobel están desde hace tiempo totalmente desacreditados, entre otras cosas, por estar constatado que su entrega obedece más a intereses, políticos, económicos, etc., que a razones objetivas. Hoy se le ha entregado el Premio Nobel de la Paz 2016 al actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos en el proceso para poner fin al conflicto armado que desde hace décadas el Gobierno de Colombia mantiene con las FARC. Como en ocasiones anteriores, la entrega de este premio no ha estado tampoco exenta de polémicas. En primer lugar, porque no se entiende por qué no ha sido galardonado con el premio también el actual líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el cual ha hecho el mismo esfuerzo, sino más, por alcanzar la paz. En segundo lugar, porque el acuerdo alcanzado ha sido rechazado por el pueblo colombiano al ser sometido a referéndum. Rechazado, de dos formas, con una abstención del 60% y un no del 50,1% al acuerdo de paz.
Un acuerdo de paz, si represente el fin de la guerra y el fin de las causas que la provocaron, es siempre motivo de alegría, el de Colombia si evoluciona en esa dirección, lógicamente, también lo será, por el momento hay que esperar a ver si se cumple o no, pues es pronto para saber si el acuerdo logrado por el presidente Santos es uno más de esos muchos acuerdos políticos que se logran en nuestra época y que luego no se cumplen, o si por el contrario, se materializara realmente en algo concreto. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, recibió en 1982 el Premio Nobel de Literatura, hoy, 34 años después, otro colombiano, el presidente Santos, recibió el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para lograr que Colombia no sufra 100 años de guerra. Pero como todos sabemos, en la realidad las cosas son más difíciles de logar que en la ficción. Es posible que el acurdo logrado por Santos logre poner fin al conflicto armado existente entre las FARC y el Gobierno de Colombia, pero la paz es algo más que el fin de la lucha armada. En mi humilde opinión, de simple observador lejano y ajeno al conflicto, la paz, la paz en Colombia, tardara tiempo, tal vez no 100 años pero si décadas, pues los principales problemas de Colombia son la pobreza y la desigualdad, la enorme desigualdad que existe entre las elites dirigentes y el resto del pueblo, problemas a los que no se observa que se les quiera dar una solución a corto plazo, y sin justicia, difícilmente habrá paz.