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Inguma escribió:
Una. Puede llegar a ser usted un gran magistrado en España, que me ha encantado su interpretación de la Constitución de 1812.
Y no digo yo que la indivisibilidad de España sea cosa del 78, pero sí que fué un encaje obligado dadas las circunstancias. Pero bueno, tampoco veo trascendental hablar de aquella coyuntura en la discusión del presente.Otro tema es que se intente sacralizar aquel ordenamiento y usarlo como parapeto en el debate. A este paso habrá que poner la Constitución española junto a las tablas de los 10 mandamientos.
Dos. Gran Bretaña a pesar de no tener Constitución no estaba obligada a realizar un referendum en Escocia, y lo han hecho. No en vano,se lo han negado a Irlanda del Norte durante las últimas décadas.
Y sobre los votos en el plebiscito en el País Vasco esta claro que la mayoría de la gente quería votar sí por supuesto, donde vamos a parar. Y si no, ahí esta el comodín de ETA para usarlo....
Sobre que hay que cambiar las leyes y establecer unas normas en cuanto a sujetos decisorios, referendums etc esta claro que sí, de eso estoy hablando continuamente...Incluso sobre las mayorías, ya he hablado que una simple no me parece suficiente...
Tres. Te va a fichar Lealtad.
La Constitución, como cualquier norma superior de todo ordenamiento jurídico, no son las Tablas de la Ley, ni mucho menos, pero sí los mínimos puntos esenciales a que supieron llegar nuestros representantes políticos en 1978 (desde los de Alianza Popular hasta los comunistas, pasando por los nacionalistas catalanes (se dice que los nacionalistas vascos al final no entraron porque los paladines de la libertad de ETA y HB les presionaron un tanto; pero bueno, ya se sabe que a las malas lenguas les encanta maldecir)) para convivir en paz. Una constitución que no olvidemos nos ha permitido alcanzar las mayores cotas de libertad y prosperidad que jamás ha conocido este país.
Usted quiere reformarla. No problemo: consiga las mayorías necesarias y adelante, con toda la legalidad y la legitimidad (Podemos ha estado a un paso). Es que no alcanzo esa mayoría, oiga. Pues qué quiere que le diga, son las reglas del juego; las mismas para todos. Si por mí fuera se recentralizaría bastante el Estado, pero resulta que los números no dan; pues me jodo y bailo.
Lo que no puede pretender es cambiar algo amparándose en que la mayoría de la sociedad quiere cambiarlo, y luego, como resulta que la mayoría de esa sociedad no vota a su partido y a los otros que quieren ese cambio, pues pretenden darle una patada a la estufa y empezar de cero.
En cuanto a la no celebración del referéndum en Irlanda del Norte, debería saber usted que se ha debido a la negativa de los unionistas, que nos guste o no (a mí no me gusta por mi condición de anglófobo) representan la mitad o más de la población.
Por último, le agradecería que no banalizara la violencia verbal y física que han empleado muchos miembros de HB, y todos los de ETA, contra sus rivales políticos. A no ser que para usted pinchar ruedas de coches, atacar con cócteles molotov hogares y negocios, amenazar o agredir sean actuaciones democráticas.
Ahora ya ha pasado mucho tiempo y no es posible volver atrás, pero me encantaría poder manipular el tiempo y regresar a diciembre de 1978, y que los vascos hubiesen podido votar en libertad. Si el PNV no hubiese llamado a la abstención, y que por tanto nadie tuviera miedo de que los apoderados de HB lo pudieran fichar como españolista, para ver qué resultado hubiese salido.
Creo que nos podría haber sorprendido muchísimo, sobre todo cuando vemos que según el Euskobarómetro de mayo de 1998, el 46% de los encuestados votarían sí a la Constitución, entre los cuales el 47% de los que dicen ser simpatizantes del PNV y el 39% de EA. Está en Internet, lo podéis ver todos. Ah, y sepa usted que según esta publicación (que se presupone exquisitamente imparcial), en mayo del 98 sólo hubieran votado no a la Constitución el 15% de los encuestados y se hubiera abstenido el 18%. Eche cuentas y calibre la influencia que el miedo a ETA y HB tuvo en la aprobación de la Constitución por el pueblo vasco.