Se dice habitualmente que "el fundamentalismo islámico está asociado al terrorismo y la violencia".
Eso es falso.
Los primeros grupos terroristas del Medio Oriente fueron los sionistas israelíes Hagannah y Stern, los liberales OLP-AI Fatah y los marxistas ELP y FPLP de Palestina o las milicias cristianas del Líbano y ninguno de ellos era islámico y menos fundamentalista.
La realidad es que hoy se llama "terrorismo" a cualquier intento violento de detener el expansionismo militar anglo-judaico en la región.
Para unos serán "salvajes criminales" para otros, "sacrificados patriotas".
Pero cómo o dónde se inicia la primera caída de la ficha de dominó que provocará las sucesivas caidas de otras fichas que terminan, al día de hoy, con la demencial matanza de Niza.
Es imprescindible conocer las causas y los orígenes de los fenómenos que movilizan a las sociedades en determinado momento histórico.
Fundamentalmente para saber de lo que se habla y no permitir ser usados en base a frases o slogans por aquellos que obtienen beneficios cuando modelan el mundo a su antojo.
Inicialmente es preciso puntualizar que el problema que tratamos está directamente vinculado, no a problemas intereligiosos, sino a ciertas y muy concretas condiciones históricas, ligadas principalmente al fenómeno imperialista.
De hecho, si rastreamos los orígenes teóricos del integrismo islámico nos llevará a principios del siglo XIX, cuando Francia y Gran Bretaña comienzan a adueñarse de territorios en el Medio Oriente y el norte de África, provocando el desmembramiento del califato turco.
La expansión imperialista termina así con doce siglos durante los cuales, los pueblos árabes no disputaron sobre la vinculación entre política y la religión, manteniéndose en un sólido equilibrio geopolítico y social.
Es con la llegada del agresor extranjero, exigiendo sometimiento a la ley del “más fuerte y más apto”, apuntalado por la ética calvinista de la predestinación divina, que surgen de inmediato desde el mundo islámico dos corrientes de resistencia:
La primera, fue el origen de los movimientos nacionalistas árabes, como el nasserismo, o el partido Baath de Saddam Hussein, ellos hicieron suyas algunas de las banderas de los invasores iniciando las premisas de la modernidad y exigiendo para los pueblos oprimidos los mismos derechos a la libertad y al desarrollo que tenían las potencias centrales.
La segunda, por su parte, es de donde nacerá el fundamentalismo, es la que combate con energía al imperialismo planteando una reislamización de las sociedades para evitar caer en la corrupción que a su juicio fue la que los llevó a ser derrotados y dominados por los infieles.
La lucha para esta gente es radical, y es vivida no como un problema socio –económico entre
potencias imperiales y el mundo periférico, sino como un conflicto de marcos
civilizatorios, donde lo que se plantea en el fondo es el antagonismo con la idea de separación entre política y religión.
Antes de seguir, me gustaría conocer sus puntos de vista...