El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha tomado posesión del cargo prometiendo «fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representada por el Parlament», sin citar a la Constitución y al ey, en contra de lo que hasta ahora era habitual.
En la toma de posesión en el Palau de la Generalitat, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha evitado citar al ey y a la Constitución y ha preguntado a Puigdemont: «¿Promete cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament?», a lo que Puigdemont ha respondido afirmativamente: «Sí, prometo».
La fórmula habitual en la toma de posesión es que el presidente del Parlament pregunte al presidente electo si jura fidelidad al rey, a la Constitución, al Estatut y a las instituciones catalanas, pero Forcadell ha modificado el enunciado.
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Puigdemont promete fidelidad al «pueblo de Cataluña» y obvia la Constitución
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Re: Puigdemont promete fidelidad al «pueblo de Cataluña» y obvia la Constitución
PUIGDEMONT TOMA POSESIÓN DECIDO A ENCONTRAR ALGÚN ICEBERG.
Desde hace tiempo, en la política española se viene percibiendo que hay muy poca transparencia, y si por el contrario mucho doble lenguaje y mucho oculto pasteleo, lo que conduce a que con frecuencia se cierren ocultos y antidemocráticos acuerdos entre las elites dirigentes, acuerdos difícilmente explicables ante la opinión publica de una sociedad democrática. El nombramiento de Charles Puigdemont como presidente de la Generalitat, me parece fruto de lo anterior: ¿Por qué la CUP le da un apoyo que le negaba al expresidente Artur Mas? No lo sé, pero evidentemente hay una razón para ello, y teniendo en cuenta que Puigdemont y Mas son del mismo partido, Convergencia, todo da a entender que Puigdemont pone sobre la mesa algo, más allá de lo ideológico, que Mas no podía o no quería poner.
He seguido con detenimiento el discurso de toma de posesión del presidente Puigdemont buscando encontrar algo, un tipo de oratoria, una propuesta, una idea, que pueda justificar su oscuro nombramiento y definir un poco más su perfil. Su discurso da a conocer que, como el bien ha dicho, no es marinero sino capitán, pero un capitán, en mi opinión, que tiene una concepción arcaica, desafiante y peligrosa de la forma de gobernar, y por tanto un capitán poco idóneo para coger el timón de Cataluña en un momento trascendental y complejo como el actual. Puigdemont ha querido dejar claro que es un romántico, citando un poema turco de Nazim Hikmet: “Lo más bonito del mar es lo que no hemos navegado”, no sé si será por eso por lo que la CUP le ha dado su apoyo. Genial poema de amor, cuyo contenido seguro que sintieron muchas de las parejas de enamorados que viajaban en el transatlántico Titanic antes de que este chocara y se hundiera. En mi modesta opinión, de simple soldado, poco mar le queda por ver al presidente Puigdemont, pues su elección para guiar el rumbo de Cataluña creo que ha sido desacertada, inoportuna, no conveniente, un gran error. Mi única duda es ¿Cuál será el primer iceberg con el que chocara el presidente Puigdemont?
El principio de Peter dice cosas como “Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones”. Creo que el presidente Puigdemont pasara en breve a ser un nuevo gobernante que confirme el principio de Peter. En mi opinión Puigdemont pasara a ser un capitán que nunca debió de dejar de ser marinero, hundiendo Cataluña, su economía y su sociedad, en un mar que nunca se debió de navegar.
Desde hace tiempo, en la política española se viene percibiendo que hay muy poca transparencia, y si por el contrario mucho doble lenguaje y mucho oculto pasteleo, lo que conduce a que con frecuencia se cierren ocultos y antidemocráticos acuerdos entre las elites dirigentes, acuerdos difícilmente explicables ante la opinión publica de una sociedad democrática. El nombramiento de Charles Puigdemont como presidente de la Generalitat, me parece fruto de lo anterior: ¿Por qué la CUP le da un apoyo que le negaba al expresidente Artur Mas? No lo sé, pero evidentemente hay una razón para ello, y teniendo en cuenta que Puigdemont y Mas son del mismo partido, Convergencia, todo da a entender que Puigdemont pone sobre la mesa algo, más allá de lo ideológico, que Mas no podía o no quería poner.
He seguido con detenimiento el discurso de toma de posesión del presidente Puigdemont buscando encontrar algo, un tipo de oratoria, una propuesta, una idea, que pueda justificar su oscuro nombramiento y definir un poco más su perfil. Su discurso da a conocer que, como el bien ha dicho, no es marinero sino capitán, pero un capitán, en mi opinión, que tiene una concepción arcaica, desafiante y peligrosa de la forma de gobernar, y por tanto un capitán poco idóneo para coger el timón de Cataluña en un momento trascendental y complejo como el actual. Puigdemont ha querido dejar claro que es un romántico, citando un poema turco de Nazim Hikmet: “Lo más bonito del mar es lo que no hemos navegado”, no sé si será por eso por lo que la CUP le ha dado su apoyo. Genial poema de amor, cuyo contenido seguro que sintieron muchas de las parejas de enamorados que viajaban en el transatlántico Titanic antes de que este chocara y se hundiera. En mi modesta opinión, de simple soldado, poco mar le queda por ver al presidente Puigdemont, pues su elección para guiar el rumbo de Cataluña creo que ha sido desacertada, inoportuna, no conveniente, un gran error. Mi única duda es ¿Cuál será el primer iceberg con el que chocara el presidente Puigdemont?
El principio de Peter dice cosas como “Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones”. Creo que el presidente Puigdemont pasara en breve a ser un nuevo gobernante que confirme el principio de Peter. En mi opinión Puigdemont pasara a ser un capitán que nunca debió de dejar de ser marinero, hundiendo Cataluña, su economía y su sociedad, en un mar que nunca se debió de navegar.