Si el estado fuera mucho más pequeño pero, a cambio, no me quitara la mitad de lo que gano, quizás ese exceso de sueldo que ahora no estoy recibiendo, y que recibiría si la confiscación estatal no fuera tan agresiva, podría administrarme yo mi educación, mi sanidad, mis pensiones y otras posibles prestaciones que hoy ofrece coactivamente el Estado, sin que este me quite ese dinero y lo gaste como el Estado -es decir, la oligarquía política dominante- quiere gastar ese dinero, y no necesariamente como nosotros, que le hemos entregado ese dinero coactivamente, quiere gastarlo.
Cualquier mensaje que le traslade a la ciudadanía que el Estado le está arrebatando un porcentaje muy alto de sus ingresos, debe ser machacado inmisericordemente para desacreditarlo, y que la idea de fondo no llegue a los ciudadanos. Porque si esa idea de fondo llegara al ciudadano, el hiperestado actual, tan del gusto de la izquierda, y que se sustenta financieramente sobre esa exacción tributaria extraordinaria, comenzaría a resquebrajarse.
El caso es que nadie, o prácticamente nadie, paga un tipo medio del 47% de IRPF. Ahora bien, ¿cuánto de lo que ganas te lo arrebata el Estado?

En este gráfico, extraído de un reciente informe de la AIReF se estiman los efectos de la última reforma de las pensiones perpetrada por el gobierno PSOE-UP. En este gráfico, se calcula qué porcentaje de los ingresos de un trabajador terminan siendo arrebatados por el Estado, ya sea en concepto de IRPF o de cotizaciones sociales. Y lo que vemos, es que a partir de unos ingresos de 20.000 euros, la cuña tributaria sobre los ingresos de los trabajadores, sólo por IRPF y cotizaciones sociales, se ubica por encima del 50%. Y ya para ingresos entre 60.000 y 70.000 €/año, sería el 60%. Por tanto, el 47% del que se habla en las RRSS, se queda corto para la inmensa mayoría de la población española. Y eso que, en este gráfico, la AIReF no está contemplando los otros muchos impuestos que también pagan los trabajadores. Sin ir demasiado lejos, el IVA. Cada vez que quieran consumir una parte del sueldo que les queda después de todo este expolio, aún han de pagar el 4%, el 10% o el 21% sobre el precio de lo que están comprando. Y tampoco pensemos que esto termina en el IVA. La lista de impuestos que se paga en España no es precisamente corta. Tampoco estoy diciendo que el Estado nos quite este dinero, absolutamente, a cambio de nada. Obviamente, el Estado paga cosas como la Educación, Sanidad, pensiones, carreteras, etc. No paga sólo eso, pero también paga eso. Por tanto, es un expolio que tiene algún tipo de contrapartida. Sólo faltaría que no lo tuviera. El asunto de fondo es que si el Estado no nos quitara todo el dineral que nos está quitando, este podría seguir pagando los servicios básicos que necesita la ciudadanía, y esta última podría gestionar mejor que los cantamañanas vendehumos del Congreso lo que el Estado deja de arrebatarles.
Por lo tanto, ¿a qué viene toda esa catarata de ataques cuando alguien denuncia el conjunto de la tributación que padecemos los ciudadanos? Pues, como decía, lo que se busca es desacreditar socialmente la idea de que el trabajador promedio en España rinde la mitad o más de sus ingresos al Estado. Para que, después de desactivar esta idea, termine calando otra muy distinta, que a la mayoría de trabajadores españoles, el Estado no les quita nada, o prácticamente nada, de dinero. Pues no, a la gran mayoría de ciudadanos, el Estado les quita más de la mitad de lo que gana. Y un país en el que se justifica este espolio, y apalea al que lo denuncia, es un país que no tiene remedio. Pero de tampoco se puede esperar mucho de un país tan inclinado hacia la izquierda, que considera "derecha" a un partido, en esencia, socialdemócrata como el PP, y "ultraderecha" a un partido conservador.