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9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 10 May 2018 08:27
por Mar.bo
"Si no fuera por la victoria de la URSS, no sé dónde estaríamos los judíos"

El rabino jefe de Rusia, Berel Lazar, expresó en un comentario exclusivo para Sputnik lo que significó para los judíos la victoria de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial.

"Antes que nada, para nosotros, el pueblo que corrió el riesgo de ser totalmente erradicado, es muy importante. Si no fuera por la victoria de la URSS, no sé dónde estaríamos hoy en día. Para los judíos es un gran día, es un día sagrado", dijo el religioso tras el desfile del Día de la Victoria en la Plaza Roja de Moscú.

"Nuestro pueblo siempre recuerda y sabe bien que no fue la victoria de un ejército, sino un verdadero milagro. Es un día que le agradecemos a Dios por esta victoria", planteó.

La Plaza Roja de Moscú se convirtió este 9 de mayo en el escenario del desfile militar anual a gran escala con motivo del 73 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria.
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201 ... netanyahu/
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Re: 9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 12 May 2018 07:21
por Mar.bo
Pues yo si lo se...

Si la URSS hubiera sucumbido ante la Alemania de Hitler, los judíos estarían exactamente donde están, en Palestina.

Y lo se por lo que sigue:


Se nos cuenta (erróneamente) que el sionismo político nació en el siglo XIX de una reflexión de Theodor Hertzl (1860-1904) acerca del caso Dreyfus, un militar francés judío que fue injustamente inculpado de traición, aparentemente por motivaciones antisemitas. Hertzl razonó que los antisemitas tenían de alguna forma razón, y que los judíos eran un pueblo distinto que no pertenecía a la nación en la cual vivían aun si ya vivieran en el seno de la misma desde muchas generaciones atrás. Algún fenómeno especial marcaba al judío como diferente, no era la religión (Hertzl mismo no era para nada religioso), tampoco la cultura, pues muchos judíos compartían y se identificaban con la cultura de las naciones donde vivían. En realidad, al proponer el sionismo político, Hertzl estaba aceptando la tesis de los antisemitas: aceptaba y se servía del prejuicio discriminatorio como una realidad.

Por tanto, no debería de sorprender que el mismo Hitler, que desconfiaba radicalmente de los judíos, haya apoyado decisivamente al sionismo (e indirectamente a la posterior construcción del Estado de Israel) desde sus comienzos como gobernante de Alemania. Sí: Hitler y el sionismo mantuvieron un activo intercambio de correspondencia y colaboraron en diversas acciones durante todo el tiempo de existencia del Tercer Reich, como lo demuestra un artículo del historiado Mark Weber.

El Sionismo y el Tercer Reich
Mark Weber*

A principios de 1935, un navío de pasajeros con destino al puerto palestino de Haifa, dejaba el puerto alemán de Bremerhaven. En su popa mostraba su nombre en grandes letras hebreas, Tel Aviv, mientras a tope del mástil flameaba una bandera encarnada con la esvástica. Y aunque la nave era propiedad de los sionistas, su capitán era un miembro del Partido Nacional-Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP). Muchos años después, en un articulo del diario alemán Die Welt, un antiguo viajero recordó esta combinación como un “absurdo metafísico”. Absurdo o no, ésta es sólo una anécdota de un capítulo silenciado de la historia: La amplia colaboración entre el sionismo y el Tercer Reich de Hitler en un común proyecto.

Propósitos Comunes

Durante años, sociedades de diferentes países han enfrentado su “Judenfrage” (“Cuestión o problema judío”). En los años treinta, los sionistas judíos y los nacional-socialistas alemanes compartieron una visión similar sobre ese confuso problema. Ambos concordaban en que judíos y alemanes eran de nacionalidades claramente diferentes y que los judíos no pertenecían a Alemania. Los judíos que vivían en el Reich no debían ser considerados como “alemanes de fe judía”, sino reconocidos como miembros de una comunidad nacional diferente. El sionismo (nacionalismo judío) implicaba la aspiración de los judíos sionistas a emigrar y reasentarse en Palestina, la verdadera “patria judía”.

Theodor Herzl (1860-1904), el “fundador” del sionismo moderno, sostuvo que el antisemitismo no es una aberración, sino una natural y completamente entendible respuesta del no-judío a la conducta y actitud judía. La única solución, él sostenía, es que los judíos debían reconocer la realidad y vivir en un estado separado de su propiedad: “El problema judío existe dondequiera que vivan los judíos en número apreciable. Donde no existe, es introducido por los judíos inmigrantes. Nos dirigimos, naturalmente, hacia donde no nos persiguen; nuestra aparición provoca las persecuciones. Esto es cierto, y lo seguirá siendo en todas partes hasta que el problema judío no sea resuelto políticamente”

“... Creo entender el antisemitismo, que es un movimiento muy complejo. Contemplo este movimiento como judío, sin odio y sin miedo. Creo reconocer lo que en el antisemitismo hay de burda chanza, envidia ruin, prejuicio heredado, intolerancia religiosa, pero también lo que hay de pretendida defensa legítima”.

La Cuestión Judía, decía Herzl, no es social o religiosa: “Es una cuestión nacional. Para resolverla debemos, sobre todo, hacerla un problema político internacional...” Independientemente de su ciudadanía, insistió Herzl, los judíos no constituyen meramente una comunidad religiosa, sino una nacionalidad, un pueblo, un Volk: “Somos un pueblo, sí, un pueblo”.

También se debe a Herzl la paternidad del termino “Solución final”. Fue en vísperas del Primer Congreso Sionista celebrado en Basilea, Suiza, en 1897, cuando Herzl escribió que: “el sionismo ofrecía al mundo una “solución final a la Cuestión judía”. (Publicado en el diario sionista Die Welt, junio 4, 1897, fundado por el mismo Herzl).

Sin embargo, el mayor obstáculo al sionismo eran los mismos judíos que en su mayoría no aceptaban el desarraigo a Palestina como una solución a su situación de marginalidad. En aquel momento la judería se debatía entre varias opciones: los que abogaban por mantener las tradiciones (religiosos); los que abogaban por asimilarse a las sociedades donde vivían (asimilacionistas); los que abogaban por organizarse para ganar fuerza politica manteniendo su identidad judía (bundistas); los que abogaban por la emigración a Palestina y construir ahi un estado propio (sionistas). De todas estas opciones la menos popular entre la población judía, hasta antes de la Segunda Guerra, era la opción sionista.

El mejor momento del sionismo fue a principios del siglo XX, pero después de la Primera Guerra, en los años de postguerra, se vio muy disminuido ante el ascenso de los bundistas y los asimilacionistas (entre los cuales se encontraban los comunistas). Por eso la llegada de Hitler al poder y su política antisemita fue vista con buenos ojos por los sionistas.

Apenas seis meses después de que Hitler llegara al poder, la Federación sionista de Alemania (el mayor grupo sionista de aquel país) emitió un detallado memorándum al nuevo gobierno que revisaba las relaciones judío-alemanas y formalmente ofrecía el apoyo sionista para “resolver” la molesta “Cuestión Judía”. El primer paso sugerido, debía ser un franco reconocimiento de las fundamentales diferencias de nacionalidad.

“El sionismo cree que el renacimiento de la vida nacional de un pueblo, el cual está ocurriendo ahora en Alemania a través del énfasis de su carácter cristiano y nacional, también debe suceder en el grupo nacional judío. Para las personas judías, también, el origen nacional, la religión, el destino común y un sentido de ser únicos, deben ser de decisiva importancia en la configuración de su existencia. Esto significa que el individualismo egoísta de la era liberal debe superarse y debe reemplazarse con un sentido de comunidad y de responsabilidad colectiva...

Nuestro reconocimiento de la nacionalidad judía mantiene una relación clara y sincera con el pueblo alemán y sus realidades nacional y racial. Precisamente porque no deseamos falsificar estos principios, porque nosotros también estamos contra el matrimonio mixto y estamos a favor de mantener la pureza del grupo judío y rechazamos cualquier trasgresión en el dominio cultural...


El diario de la Federación sionista, el Jüdische Rundschau, proclamó el mismo mensaje: “El sionismo reconoce la existencia de un problema judío y desea una solución constructiva y de largo alcance. Para este propósito, el sionismo desea obtener la ayuda de todos los pueblos, sea ésta pro o anti-judía, porque en su opinión, estamos tratando aquí, más con un problema concreto que uno sentimental, la solución en la cual todos los pueblos están interesados”.

Un rabino de Berlín, Joachim Prinz, que más tarde se estableció en los Estados Unidos y encabezó el Congreso Judío Norteamericano, escribió en su libro de 1934, Wir Juden (Nosotros los judíos), que la revolución Nacional Socialista en Alemania significó el ”judaísmo para los judíos”. Prinz explicó: “En lugar de asimilación deseamos un nuevo concepto: el reconocimiento de la nación judía y de la raza judía”.

La contribución de Hitler al sionismo fue la guerra que rompió el tejido social de las comunidades esteeuropeas y desbastó las juderías de Europa al grado de hacer imposible su posterior reconstrucción social. La destrucción de las redes de los liderazgos culturales, politicos y sociales judíos fueron eliminados, y los que no, pasaron a la clandestinidad. Excepto los organizaciones sionistas que siguieron manteniendo cálidas relaciones con las autoridades alemanas, al menos hasta 1942, posteriormente cuando esta relación se enfrió, mutó a un discreto contacto hasta el fin de la guerra, recordemos el caso del Tren Kastner.

La decisión de la ONU de apoyar decisivamente la partición de Palestina en 1947 y la creación de un Estado judío estuvo directamente influenciada por los pretextados horrores del "Holocausto nazi". Con esto, Hitler se convirtió en el mayor colaborador del sionismo de la historia. El “Holocausto nazi” contribuyó a la conversión masiva al sionismo, mediante la eliminación de todas las opciones políticas y sociales judías existentes hasta antes de la guerra.

Por eso, regresando al principio, si la URSS hubiera sucumbido ante la Alemania de Hitler, la nunca cancelada colaboración entre nacional-socialistas y nacional-zionistas hubiera reverdecido y concretado con la instalación de un estado judío en Palestina, satélite de Alemania.

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[*]Resumido, editado y complementado por el que aquí lo comparte.
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Re: 9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 19 May 2018 08:09
por Mar.bo
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La cooperación entre nacional-socialistas y nacional-sionistas no se limito solo a declaraciones

El Acuerdo de Traslado (HA'AVARA)

La pieza central de la cooperación alemana-sionista durante la era de Hitler (1933-1945) fue el denominado Acuerdo de Traslado, un pacto que permitió a decenas de miles de judíos alemanes emigrar a Palestina con su riqueza. El Acuerdo, conocido como el Ha'avara (hebreo: traslado), se llevó a cabo en agosto de 1933, como consecuencia de las conversaciones entre los funcionarios alemanes y Chaim Arlosoroff, Secretario Político de la Agencia judía, el centro Palestino de la Organización Sionista Mundial.

A través de este acuerdo, cada judío comprometido a viajar a Palestina depositaba dinero en una cuenta especial en Alemania. El dinero era usado para comprar herramientas agrícolas, materiales de construcción, bombas de agua, fertilizantes, etc., de fabricación alemana, los cuales eran exportados a Palestina y vendidos allí por la compañía de propiedad sionista Ha'avara en Tel-Aviv. El dinero de las ventas se le entregaba al emigrante judío a su llegada a Palestina en la misma cantidad correspondiente a su dinero depositado en Alemania. Los bienes alemanes entraron a raudales en Palestina a través del Ha'avara que fue complementado popco después con un acuerdo de trueque por el cual se intercambiaron naranjas de Palestina por madera alemana, automóviles, maquinaria agrícola y otros bienes. El Acuerdo, entonces, sirvió al objetivo sionista de traer colonos judíos y capital de desarrollo a Palestina, mientras, simultáneamente, servía a la meta alemana de librar el país de un grupo extranjero no deseado.

Delegados al Congreso Sionista de Praga en 1933 debatieron vigorosamente los méritos del Acuerdo. Algunos temieron que el pacto minara el boicot económico judío internacional contra Alemania. Pero los funcionarios sionistas tranquilizaron al Congreso. El judeo-polaco Shamuel Cohen, propietario de una empresa de exportación de cítricos de Tel Aviv, y una figura importante detrás del acuerdo de Ha'avara, enfatizó que el Acuerdo no era económicamente ventajoso para Alemania. Arthur Ruppin, un especialista en emigración de la Organización Sionista que había ayudado a negociar el pacto, apuntó a que el Acuerdo de Traslado de ninguna forma interfería con el movimiento del boicot, ya que ningún dinero fresco fluiría hacia Alemania como resultado del acuerdo. El Congreso Sionista que se llevó a cabo en Suiza en 1935, aprobó el pacto abrumadoramente. En 1936, la Agencia judía (Sojnut HaYehudit LeEretz Israel, el gobierno sombra sionista en Palestina) tomó el control directo del Ha'avara, el cual funcionó en efecto, hasta que la Segunda Guerra Mundial forzó su abandono.

Algunos funcionarios alemanes se opusieron al acuerdo. El Cónsul General de Alemania en Jerusalén, Hans Döhle, por ejemplo, criticó en gran forma y en varias ocasiones el Acuerdo durante 1937. Él señaló el costo que significaría para el comercio exterior de Alemania si los productos exportados a Palestina a través del acuerdo serían vendidos en otra parte. El monopolio de Ha'avara en la venta de los bienes alemanes a Palestina a través de una agencia judía encolerizó naturalmente a los hombres de negocios tanto alemanes como árabes. El apoyo oficial alemán al sionismo podría llevar a una pérdida de mercados alemanes a lo largo del mundo árabe. El gobierno británico también notó el acuerdo. Un boletín interno de la Oficina Exterior alemana de junio de 1937 se refirió a los “sacrificios del intercambio exterior” que resultaban de la Ha'avara.

Un memorándum interno de diciembre 1937 emitido por el Ministerio del Interior alemán revisó el impacto del Acuerdo de Traslado: ”No hay ninguna duda de que el arreglo de Ha'avara ha contribuido muy significativamente al rápido desarrollo de Palestina desde 1933. El Acuerdo no sólo proporcionó grandes sumas de dinero (¡desde Alemania!), sino también el grupo más inteligente de inmigrantes, y finalmente llevó allí las máquinas y los productos industriales esenciales para su desarrollo. La ventaja principal del pacto, informaba el memorándum, era la emigración de grandes números de judíos a Palestina, el territorio-objetivo más deseable de acuerdo a los intereses de Alemania de aquel momento. Pero el documento también hacía notar las importantes desventajas señaladas por el Cónsul Döhle y otros funcionarios. De acuerdo a lo que indicaba, el Ministerio del Interior había llegado a la conclusión de que las desventajas del acuerdo pesaban ahora más que las ventajas y que, por consiguiente, debía darse por terminado.

Sólo un hombre podría resolver la controversia. Hitler analizó la política personalmente en julio y septiembre de 1937 y nuevamente en enero de 1938 y cada vez decidió mantener el acuerdo de la Ha'avara. La meta de sacar a los judíos de Alemania, concluyó él, justificaba las desventajas.

El Ministerio de Economía del Reich ayudó a organizar otra empresa para el traslado, la Agencia de Comercio Internacional e Inversión, o INTRIA (International Trade and Investment Agency), a través de la cual los judíos en países extranjeros podrían ayudar a los judíos alemanes a emigrar a Palestina. Se canalizaron eventualmente casi $900,000 a través del INTRIA a los judíos alemanes en Palestina. Otros países europeos, deseosos de alentar la emigración judía, concluyeron acuerdos con los sionistas siguiendo el modelo de Ha'avara. En 1937, Polonia autorizó la fundación de la Empresa de Transferencia Halifin (hebreo: intercambio). A finales del verano de 1939, Rumania, Hungría e Italia habían firmado acuerdos similares. La erupción de guerra en septiembre de 1939, impidio la aplicación en gran escala de estos acuerdos.

Los logros de Ha'avara

Entre 1933 y 1941, unos 60,000 judíos alemanes emigraron a Palestina a través de Ha'avara y otros acuerdos alemán-sionistas, aproximadamente el diez por ciento de la población judía de Alemania en 1933. (quince por ciento de la población judía de Palestina en 1939.) La cantidad total transferida desde Alemania a Palestina a través del Ha'avara entre agosto de 1933 y a fines de 1939 fue de 8.1 millones de libras o 139.57 millones de marcos alemanes (entonces equivalente a más de $40 millones de dólares). Esta cantidad incluyó 33.9 millones de marcos alemanas ($13.8 millón de dólares) entregados por el Reichsbank en conexión con el acuerdo.

El historiador judío Edwin Black ha estimado que $70 millones de dólares adicionales pudieron haber fluido a Palestina a través del corolario de acuerdos comerciales alemanes y las transacciones bancarias internacionales especiales. Los fondos alemanes tuvieron un gran impacto en un territorio tan subdesarrollado como Palestina lo estaba en los años treinta.
Varias de las mayores empresas industriales fueron construidas con capitales de Alemania, incluyendo la empresa de aguas Mekoroth y la empresa textil Lodzia. La afluencia de los bienes y capital de Ha'avara, concluye Black, produjo una explosión económica en la Palestina judía y fue un factor indispensable en la creación del Estado de Israel. El acuerdo de Ha'avara contribuyó grandemente al desarrollo judío en Palestina y así, indirectamente, a la fundación del Estado israelita.

Una circular del boletín de enero de 1939 del Ministerio del Exterior alemán informó, con algún presentimiento que el traslado de la propiedad judía fuera de Alemania [a través del acuerdo de Ha'avara] contribuyó en no poca magnitud a la construcción de un Estado judío en Palestina. Ex funcionarios de la compañía Ha'avara en Palestina confirmaron esta visión en un estudio detallado del Acuerdo de Traslado publicado en 1972: “La actividad económica resultante de la entrada de capitales alemanes y las transferencias de Ha'avara a los sectores privados y públicos fueron importantísimas para el desarrollo del país. Muchas industrias y empresas comerciales nuevas establecidas en la Palestina judía y numerosas compañías que son enormemente importantes incluso hoy en la economía del Estado de Israel deben su existencia al Ha'avara”.

El Acuerdo del Traslado es el ejemplo más elocuente de la cooperación entre la Alemania de Hitler y el sionismo internacional. A través de este pacto, el Tercer Reich de Hitler hizo más que cualquier otro gobierno durante los años treinta para apoyar el desarrollo judío en Palestina.

1937, el cambio de politica:

El apoyo alemán al sionismo no fue ilimitado. El gobierno y el Partido estaban muy atentos a la continua campaña de las poderosas comunidades judías en los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países para movilizar a sus gobiernos y ciudadanos judíos contra Alemania.

Mientras que la Judería mundial permaneciera implacablemente hostil hacia la Alemania Nacional Socialista, y que la gran mayoría de judíos alrededor del mundo mostrara pocos deseos para asentarse en la “tierra prometida” sionista, un estado judío soberano en Palestina no resolvería la cuestión judía internacional. En cambio, razonaron los funcionarios alemanes, fortalecería mucho la peligrosa campaña anti-alemana. Por consiguiente, el apoyo alemán hacia el sionismo se limitó al apoyo a un "Hogar judío" en Palestina bajo control británico, no un estado judío soberano. Un estado judío en Palestina, informaba el Ministro de relaciones exteriores a los diplomáticos en junio de 1937, no estaba en el interés de Alemania porque no podría absorber a todos los judíos alrededor del mundo y sólo serviría como una base de poder adicional para la Judería internacional, de la misma manera como Moscú sirvió como base para el bolchevismo.

Reflejando el cambio en la política oficial, la prensa alemana expresó una mayor simpatía en 1937 con la resistencia Árabe Palestina a las ambiciones sionistas, en un momento en que las tensiones y los choques entre judíos y árabes en Palestina aumentaban progresivamente.

En una circular del boletín de la Oficina de Extranjería del 22 de junio de 1937, advirtió que a pesar del apoyo al reasentamiento de los judíos en Palestina, “sería, no obstante, un error asumir que Alemania apoye la formación de una estructura estatal en Palestina bajo alguna forma de control judío. En vista de la agitación anti-alemana de la Judería Internacional, Alemania no puede estar de acuerdo con que la formación de un estado Palestino judío ayudaría al desarrollo pacífico de las naciones del mundo”.

“La proclamación de un estado judío o una Palestina administrada por los judíos”, advirtió un memorándum interno de la sección de asuntos judíos de la SS, “crearía para Alemania un nuevo enemigo, uno que tendría una profunda influencia en los desarrollos del cercano Oriente”.
Otra agencia de la SS predijo que un estado judío: “trabajaría para otorgar protección especial como minoría a los judíos en cada país, dando por consiguiente protección legal a la actividad de explotación de la judería mundial”.

En enero de 1939, el nuevo ministro del exterior de Hitler, Joachim von Ribbentrop, igualmente advirtió en otro boletín que “Alemania debe considerar como peligrosa la formación de un estado judío” porque “traería consigo un crecimiento internacional de poder a la judería mundial”.

El propio Hitler analizó totalmente este problema en forma personal a principios de 1938 y, a pesar de su eterno escepticismo por las ambiciones sionistas y presentimientos que sus políticas podrían contribuir a la formación de un estado judío, decidió apoyar aún más vigorosamente la migración judía a Palestina. La perspectiva de librar a Alemania de sus judíos, concluyó, pesaría más que los posibles peligros.

Entretanto, el gobierno británico impuso drásticas restricciones a la inmigración judía en Palestina en 1937, 1938 y 1939.

En respuesta al bloqueo britanico, el servicio de seguridad de la SS concluyó una alianza secreta con la agencia clandestina sionista, Mossad le-Aliya. Acordaron pasar ilegalmente de contrabando a los judíos a Palestina. Como resultado de esta intensiva colaboración, varios convoyes de naves tuvieron éxito en alcanzar Palestina, burlando las lanchas británicas. La migración judía, legal e ilegal, desde Alemania (incluso de Austria) a Palestina aumentó dramáticamente en 1938 y 1939. En octubre de 1939 estaba fijada la salida de otros 10,000 judíos, pero la erupción de la guerra en septiembre llevó a fin este esfuerzo. De todas maneras, las autoridades alemanas continuaron promoviendo indirectamente la emigración judía a Palestina durante 1940 y 1941. Inclusive, hasta marzo de 1942, por lo menos un “kibbutz” sionista, para potenciales emigrantes , continuó operando oficialmente autorizado en la Alemania de Hitler.

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[*]Resumido, editado y complementado por el que aquí lo comparte.
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Re: 9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 24 May 2018 08:21
por Mar.bo
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Sobre cuando los sionistas ofrecieron una alianza militar a Hitler

A principios de enero de 1941, una pequeña pero importante organización sionista entregó una propuesta formal a los diplomáticos alemanes en Beirut para una alianza político-militar con la Alemania en guerra.

La oferta fue hecha por una organización radical secreta, más conocida como Lehi o Stern. El Lehi (Lojamei Jerut Israel o Luchadores por la Libertad de Israel) fue un grupo armado sionista que operó clandestinamente en el Mandato británico de Palestina entre 1940 y 1948. Los integrantes del Lehi se escindieron del Irgún al decidir estos últimos suspender la lucha armada contra los británicos durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo principal del Lehi era expulsar a los británicos de Palestina para permitir la libre inmigración de los judíos a Palestina (aliyah) y crear el Estado judío. Su líder, Avraham Stern, rompió con los radicales nacionalistas de la “Organización Nacional Militar” (Irgun Zvai Leumi) por la actitud del grupo hacia Gran Bretaña, la cual había prohibido el asentamiento de judíos en Palestina. Stern consideraba a Bretaña como el enemigo principal del sionismo. El grupo fue conocido en sus orígenes como Grupo Stern (por su fundador Abraham Stern) o, simplemente, Stern, y etiquetado despectivamente como Stern Gang por las autoridades británicas.

En sus discursos y declaraciones, los principales estadistas de la Alemania Nacional-Socialista habían enfatizado que el Nuevo Orden en Europa requería la solución radical de la cuestión judía mediante la evacuación. (Europa judenrein). La evacuación masiva de judíos de Europa era una condición previa para resolver la cuestión judía. Sin embargo, la única manera que esto podia ser logrado era a través del reasentamiento del pueblo judío en Palestina. Por otra parte, el Lehi consideraba al Gobierno británico el único y principal enemigo, mientras que a Hitler solo lo veían como uno de tantos perseguidores que había del pueblo judío, con el que incluso podían plantearse alianzas tácticas, confiados en que la idea nacional-socialista de una Europa judenrein podría ser funcional a sus planes de facilitar el retorno masivo de judíos a Palestina. Eso explica que a principios de 1941 los principales líderes del Lehi tuvieran contactos con las autoridades del Tercer Reich con el objetivo de conseguir la expulsión de los judíos de Europa hacia Palestina, ofreciendo a cambio la resistencia judía en Medio Oriente contra el Imperio inglés.

La oferta incluiría actividades militares, políticas y de inteligencia dentro de Palestina y, después de ciertas medidas organizacionales, también fuera de Palestina. Junto con esto, los judíos de Europa serían militarmente entrenados y organizados en unidades militares bajo la dirección y orden del Movimiento de Liberación de Israel. Ellos tomarían parte en operaciones de combate con el propósito de conquistar Palestina, si se formarse un frente como el propuesto.

La participación indirecta del Movimiento de Liberación de Israel en el Nuevo Orden de Europa, ya en la fase preparatoria, combinada con una solución radical-positiva de la cuestión judía europea en base a las aspiraciones nacionales del pueblo judío arriba expresadas, fortalecería en gran forma la fundación moral del Nuevo Orden a los ojos de toda la humanidad.
La cooperación del Movimiento de Liberación de Israel también sería consistente con un discurso reciente del Canciller del Reich alemán en el que Hitler enfatizó que él utilizaría cualquier combinación y coalición con el fin de aislar y derrotar a Inglaterra.

No hay ningún registro de una respuesta alemana a esta propuesta, sin embargo la aceptación era muy improbable porque, por aquel tiempo, la política alemana era decididamente en pro de los árabes. Notablemente, el grupo Stern buscó un pacto con el Tercer Reich en un momento en que las historias de que Hitler estaba decidido a exterminar a los judíos ya estaban en amplia circulación. Obviamente Stern no creyó las historias. Un miembro importante del Lehi en el momento en que el grupo hizo esta oferta fue Yitzhak Shamir, quien más tarde sirvió como Primer Ministro del Estado de Israel. Como Jefe de Operaciones de Lehi, después de la muerte de Stern en 1942, Shamir organizó numerosos actos terroristas, incluyendo el asesinato del Ministro de Asuntos del Medio Oriente, en Noviembre de 1944, el británico Lord Moyne. Años después, cuando a Shamir se le preguntó por la oferta de 1941, él confirmó que estaba en conocimiento de la propuesta de alianza de su organización con Alemania en tiempos de guerra.

Conclusión

A pesar de la básica hostilidad entre el régimen de Hitler y la Judería internacional, durante varios años los intereses del sionismo judío y de la Alemania Nacional-Socialista coincidieron.

Colaborando con los sionistas para una solución mutuamente deseable y humana a un complejo problema, el Tercer Reich estaba deseoso de hacer sacrificios en su comercio exterior, a fin de dañar las relaciones de Gran Bretaña y encolerizar a los árabes. Dicho plan fue retomado por los Estados Unidos por cuenta propia después de la guerra.

De hecho, durante los años treinta, ninguna nación hizo más para apoyar sustantivamente los objetivos judío-sionistas que la Alemania de Hitler.

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[*]Resumido, editado y complementado por el que aquí lo comparte.
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9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 24 May 2018 11:57
por xmigoll
Duplicado

Re: 9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 24 May 2018 11:59
por xmigoll
Traducción. Manipulado y editado por quien lo comparte porque, como no puede ser de otra manera, porqué vamos a dejar que alguien intente comprender un texto por sí mismo y pueda leerlo. Ya editamos nosotros lo que el lector debe observar y entender.
Periodismo new age por Mar.bo; vendo consejos que para mí no tengo.
Un saludo para todos los habitantes de Chiapas.
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Re: 9 de mayo, ¿día de la Victoria u otro día del Perdón?

Publicado: 04 Jul 2018 07:48
por Mar.bo
En mensajes anteriores hemos visto que nacional-zionistas y nacional-socialistas compartían la idea de reasentar a los judíos en Palestina. Hemos visto que no solo compartieron ideas sino también cooperaron en acciones concretas. Sin embargo la empresa germano-zionista también enfrentó resistencias y dificultades, pero el mas importante obstáculo radicaba de los mismos judíos.

Hitler y la cupula zionista la tenían claro: para expulsar al pueblo judío de Europa era condición necesaria romper aquello que los retenían en Europa, es decir, destruir lo que daba sentido y organización a la vida en comunidad. En primer lugar, eliminar la intelligentsia judía y sus liderazgos religiosos y politicos, después sus redes sindicales, culturales, educativas, laborales, políticas, y finalmente la destrucción física de las juderías en ciudades y pueblos, y así volver imposible el renacimiento de esas comunidades y forzarles, si o si, a abrazar el proyecto zionista..

Fue así que pudo el Caín zionista librar su mayor obstáculo y obtener su anhelado estado: ofertando en sacrificio a sus hermanos disidentes.


LOS MAYORES ANTISIONISTAS ERAN LOS JUDIOS MISMOS .

Es un cuento chino eso que los judíos aspiraban emigrar a Palestina. Al judío, igual que a las moscas la miel, siempre le han atraído las ciudades. Antes de la Segunda Guerra, Palestina era vista como un paramo desierto y solitario, muy poco atractiva comparada con las ciudades de Europa y America. El retorno a Palestina no figuraba en los planes de la gran mayoría de los judíos. El retorno no pasaba de ser una piadosa metáfora religiosa a ocurrir en un lejano e incierto futuro. Al contrario, para la gran mayoría de los judíos la solución a sus problemas no estaba en largarse a un lejano oasis camellero sino en organizarse políticamente en las ricas y amables ciudades cristianas.

A fines del siglo XIX, Europa del Este fue alcanzada por l'esprit de la modernité. Los mayores cambios afectaron la urbanización, la industrialización, la generalización de la educación y la politización de las clases económicas. En paralelo aumentó la secularización lo cual dio por resultado nuevas ideologías que tenían a la justicia social, la autonomía cultural y la liberación nacional por metas.

Los ostjuden o judíos esteeuropeos no se libraron de estos cambios. Es así que se acercaron a los nuevos movimientos con la finalidad de resolver sus problemas, pero dado que su situación era diferente a la de los cristianos, debido al antisemitismo y discriminación que ellos sufrían (y a la vez ocasionaban), adaptaron las nuevas ideologías como el socialismo, el comunismo y el nacionalismo a su manera, como judíos.

El yidish no el hebreo, como elemento de identificación y la toma de conciencia.

Durante el siglo XVIII, en Alemania, se dio un proceso de secularización judía llamado Haskalá (Ilustración), pero con los cambios del siglo XIX el movimiento se fragmentó en posturas opuestas. Inicialmente los maskilim (ilustrados) consideraban al yidish como una lengua vulgar y corrompida, pero los nuevos movimientos de afirmación cultural lo rescataron. Muchos maskilim terminaron valorizándolo como un vehículo para la afirmación política y cultural de los judíos.

Las reformas del zar Alejandro II (1855-1881) y la consecuente modernización del mercado económico fueron condiciones para que se creara el movimiento trabajador ruso y en particular el de los trabajadores judíos en el Imperio ruso. En este proceso el centro del movimiento laboral fue Lituania, debido a que la participación de los judíos en la manufactura era mucho más elevada que en cualquier otra zona del imperio. Por entonces Vilna era vista como la Jerusalén de Lituania y como el centro esteeuropeo de la Haskalá.

Para 1880 ya existían en esta región "círculos marxistas" en los cuales se relacionaban trabajadores judíos con miembros de la intelligentsia. Para 1890 los judíos que trabajaban en las industrias ya organizaban huelgas que promovían la toma y difusión de la conciencia de clase entre los trabajadores judíos. Pronto en los ambientes laborales los términos anarquista, revolucionario y judío se volvieron sinónimos. En Lituania era donde los trabajadores judíos estaban mas concientizados de si mismos.

En este contexto efervescente y reivindicador fue creado el Bund en 1897.

EL BUND

El Bund estaba fuertemente opuesto al sionismo, argumentando que la emigración a Palestina era una forma de escapismo y traición. El Bund sostenía que era la cultura, no el estado ni un lugar, la verdadera esencia del "nacionalismo" judío. Pora eso el Bund promovió el uso del yidish como el idioma nacional judío y se opuso al proyecto sionista de revivir el hebreo.

El Bund logró reclutar un gran número de trabajadores judíos y se constituyó como partido politico exclusivamente judío. En 1898 participaron en la creación del Partido Social Demócrata de los Trabajadores Ruso (RSDLP) como fracción autónoma. Después de la Revolución de 1917 el Bund de Rusia fue absorbido por los bolcheviques por medio del "Kombund" o Bund comunista.

El Bund en Polonia y Lituania

En 1918, tras la desaparición del Imperio ruso, Polonia y Lituania consiguieron su independencia, en cada uno de estos países un Bund independiente continuó su militancia en las areas de gran población judía. En Polonia, los bundistas buscaban que los judíos no emigraran a Palestina, que se quedaran apoyando la construcción del socialismo. Cuando el sionista Jabotinsky abogaba por la evacuación de los judíos europeos, los bundistas lo acusaron de apoyar el antisemitismo.

Según un historiador el éxito del Bund se debió a que "sus organizaciones periféricas fomentaron valores e ideas que diferían marcadamente tanto de las impulsadas por las instituciones polacas, dominadas por católicos, como por las sometidas a las autoridades rabínicas (Halajá). Los bundistas en Polonia tuvieron un notable éxito en atraer y fomentar una contracultura de autoafirmación distintiva". Es así como el Bund presentaba una nueva forma de ser judío. Se convirtió en un movimiento de contracultura que buscaba resolver los problemas de los judíos sin desertar a Palestina.

El Folkspartei y el Agudat

Otro partido antisionista en Lituania y Polonia fue el Folkspartei. El Folkspartei compartía con el Bund el énfasis en el yidish y su cultura pero, a diferencia del Bund, estaba formado por miembros de la clase media, y tenía una ideología distinta. Dentro de esta ideología se mantenía que la asimilación no era un fenómeno natural, que podia y debía evitarse, que la lucha política judía debía centrarse en la autonomía comunitaria judía. El Folkspartei, a diferencia del bundismo, no abogaba por la lucha de clases, era un partido liberal en lo económico, y partidario de la democracia política y el estado laico. El Folkspartei era al igual que el Bund decididamente antisionista.

Y luego estaban los religiosos, que se oponían al Bund, al Folkspartei y al sionismo.

La única organización política importante de judíos ortodoxos (no-sionista) fue el Agudat, que pretendía solución a los problemas de los judíos de acuerdo a la letra y espíritu de su religion. Cuando el sionismo político comenzó a surgir en la década de 1890 y reclutaba partidarios, los judíos ortodoxos se opusieron decididamente a él, porque aseguraban que un estado judío solo podría surgir de la intervención divina. El Agudat fue fundado en Alemania, en 1912, como una organización para judíos observantes, que luego se extendió a los territorios del este, ocupados por Alemania en la Primera Guerra Mundial. En Polonia tomo el nombre de Agudas Shlumei Emunei Yisroel (Israelitas totalmente fieles), en referencia a Sam II:20,19. En 1928 cambio su denominación a Agudat Ysrael. El Agudat originalmente tenía una mezcla jasídica y "litvish" (haredi de estilo lituano). El Agudat también rechazaba el sionismo, tanto como la asimilación, el liberalismo, el socialismo, el ateísmo. Opinaba que el "culto" al Estado propio de los sionistas es una idolatría que la Torah condena.

En resumen, el proyecto sionista era minoritario frente a las otras opciones políticas. El sionismo era rechazado y estaba acorralado sin gran futuro por los mismos judíos. La guerra fue la que cambio esa situación.

Segunda Guerra Mundial y fin de los opositores.

Como bien sabemos, el 1 de septiembre de 1939 el estado alemán invadió Polonia lo que dio lugar al inicio de la etapa bélica de lo que se conoce como Segunda Guerra Mundial. Por lo respecta a los judíos este conflicto tuvo por resultado el fin de la sociedad judía europea tal como hasta entonces se conocía.

Fue así que finalmente pudo el Caín zionista librarse de su mayor obstáculo y obtener su anhelado estado: ofertando en sacrificio encendido a sus hermanos disidentes.

Como vemos, la violencia construyo el triunfo sionista, y por eso la violencia es irrenunciable al estado sionista, es lo que les permite mantener la actual unidad.
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Curiosidad:
"A los diez días del mes séptimo (Tishri) será el día de expiación;
tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas,
y ofreceréis ofrenda encendida al Eterno"
(Levítico 16)
El año 2000 tiene cierta significación para nosotros que nos regimos por el calendario gregoriano, pues simboliza el cambio de milenio. De igual manera para los judíos el año 5700 es especial debido a que marca con exactitud 300 ciclos metonicos desde la creación del mundo, de acuerdo con la cronología judía. Lo anecdótico de esto es que el año 5700 judío corresponde al periodo 1939-1940 gregoriano. El séptimo mes judío denominado Tishri corresponde en parte a nuestro septiembre, y el decimo día al día 23. El 23 de septiembre de 1939, fue un "día de aflicción". Tras asediar la ciudad de Varsovia durante ocho días, los alemanes inician el "decimo día del séptimo mes" el ataque final contra la ciudad y los últimos restos del ejercito polaco. Y comenzó el fin de las juderías esteeuropeas y todas las alternativas judias que se oponía al proyecto sionista.

Para mayor gloria del sionismo mundial...
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