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Asturkick escribió: ↑18 Jun 2020 14:54
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El Sopapo escribió: ↑18 Jun 2020 14:40
Pues a mi tonto del culete.
jajaja
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El Sopapo escribió: ↑18 Jun 2020 14:40
Los nativos no conocian el hierro, ni la polvora, ni los caballos. Fijese usted las diferencias.
Pues yo le recomiendo que lea algo sobre el cerro Rico o de Potosí.
A pesar de que la diferencia armamentística, la ventaja no era tan grande teniendo en cuenta que los españoles eran un puñado de hombres frente a decenas de millones de nativos. Por ponerte un ejemplo: tú no durarías ni 3 minutos a caballo, con armadura, espada y arcabuz contra 10 indios bien armados. Por lo cual, no... los españoles no mataron a millones de indios porque, sencillamente:
1º No les interesaba. Se supone que pretendían evangelizarlos. Ya que España no tenía fuerza demográfica para poblar ese vasto continente.
2º No podían físicamente aunque hubiesen querido.
Las espadas de acero, frente a las de cobre y laton, montados en caballos sin saber los nativos que exisitian esos animales, las ballestas, las armas de fuego tan parecidas al trueno, todo eso hizo que muchisimos nativos se pensaran que eran dioses inmortales e indestructibles.
....
Al día siguiente los españoles tramaron una celada para capturar al inca utilizando el factor sorpresa. Pizarro, que conocía otros episodios de la conquista española de América, sabía lo importante que era la captura del caudillo indígena para allanar el camino del triunfo.60
Los españoles esperaron la llegada de Atahualpa escondidos en los principales edificios de la plaza cajamarquina. Sobre una pequeña torre que dominaba la plaza se apostó Pedro de Candía con ocho o nueve arcabuceros
y un falconete o pequeño cañón.61
El plan de Atahualpa era capturar a los españoles. Confiando en la abrumadora superioridad de su ejército no creyó que fuera necesario luchar con armas, pensó que mostrar su poder sería suficiente para que los españoles se rindieran.
Atahualpa llegó a la plaza de Cajamarca sobre una litera cargada por sus servidores, acompañado por un séquito de entre 6000 y 7000 personas62 que incluía bailarines, nobles y guardias. Encontró la plaza vacía y uno de sus capitanes le dijo que los españoles se habían escondido en los galpones porque estaban asustados.63
El fraile Vicente de Valverde, acompañado por el soldado Hernando de Aldana y un intérprete, se dirigió a Atahualpa. Valverde, con un breviario abierto en la mano, inició una ceremonia de Requerimiento, pidiendo al inca que aceptara el cristianismo como religión verdadera y se sometiera a la autoridad del rey Carlos I de España y del papa Clemente VII.64 Atahualpa pidió al fraile que le entregara el breviario, lo examinó y lo arrojó al suelo, mostrando desprecio. Luego dijo a Valverde que los españoles debían pagar todo lo que habían robado de su imperio. El fraile, asustado, se alejó corriendo, seguido de Aldana y del intérprete, al tiempo que gritaba a Pizarro: «¡Qué hace vuestra merced, que Atahualpa está hecho un Lucifer!»65
Pizarro dio entonces la señal de ataque. Los soldados de la torre dispararon el falconete y los arcabuces. La caballería atacó a los sorprendidos incas.66 Los caballos causaron pánico a los indígenas, que intentaron huir de la plaza. En su huida formaron pirámides humanas para llegar a lo alto del muro que rodeaba la plaza y muchos muriendo asfixiados por la aglomeración. Finalmente el muro se derrumbó debido a la enorme presión y los sobrevivientes huyeron por la campiña. Los jinetes españoles les persiguieron y mataron a todos los que pudieron.67
Mientras los soldados mataban a los indígenas, el inca seguía sobre la litera cargada por sus sirvientes. Cuando unos morían, otros se apresuraban a reemplazarlos. Un soldado español intentó herir al inca de un cuchillazo, pero Pizarro se interpuso (lastimándose la mano al hacerlo) y ordenó que «nadie hiera al indio so pena de la vida...» Por fin cayó la litera y el inca fue capturado y llevado preso.68
El cronista Francisco de Jerez calcula que los españoles masacraron a unos 2000 nativos en Cajamarca,
que no se defendieron.69 Entre las víctimas se hallaban el señor de Chincha (que acompañaba a Atahualpa en calidad de potentado del imperio) y varios capitanes y nobles incaicos.70
Muerte
En la noche del 26 de julio, Atahualpa fue llevado al centro de la plaza de Cajamarca. Rodeado por los soldados españoles y el cura Valverde, le ataron a un tronco clavado en el medio de la plaza y arrimaron leños a sus pies. Un español se acercó con una tea encendida.83 Atahualpa, al ver que lo iban a quemar, se alarmó, pues según la religión incaica, su cuerpo debía ser embalsamado para lograr su resurrección en el otro mundo, lo cual no sería posible si era consumido por las llamas.84 Dialogó entonces con Valverde, que le ofreció como alternativa ser bautizado como cristiano y luego ahorcado en el garrote vil; de esa manera su cuerpo podría ser enterrado. Atahualpa aceptó y allí mismo le bautizaron con el nombre cristiano de Francisco. A continuación le estrangularon.8586
https://es.wikipedia.org/wiki/Atahualpa